Rescatando a la princesa.

Bien, aquel día que me volví romántico, así de repente, como quien ve la luz, mi querido y admirado Logoferoz requirió de mí un poco de ayuda a la hora de conquistar princesas, chico listo, todo el mundo sabe que los románticos y detallistas para estas cosas de conseguir follar, digo conseguir enamorar a damas, somos únicos, vamos, la cosa es que conseguir hombres sí que sé cómo se hace, ahora, conseguir y hacer feliz a una mujer es complicado y un rato largo.

Así que me tomé su petición a lo literal, «un curso de esos de rescatar princesas de castillos y dragones, algo bien romántico», pues nada, aquí va un bonito, y romántico, cuento de un príncipe rescatando a una princesa de las garras de un dragón.

Hay que ponerle un nombre al valeroso, caballeroso y nada afeminado caballero, príncipe o eurodiputado protagonista, al azar… venga, Flanagan, que en todas las pelis de caballeros hay un Flanagan, que tú dirás que no has visto ninguna peli de caballeros donde el prota se llame Flanagan, pues no tienes ni puta idea, que lo sepas.

Estaba ahí Flanagan pasando el verano en el sofá, tocándose los huevos, perdón, que es poco romántico, acariciándose el prepucio, el postpucio, el entrepucio y alrededores, cuando coño, perdón, cuando vaginas, vio que se le notaban todas las venas de lo blanco que estaba (este es un inciso cultural para quienes no sepan el origen del término «sangre azul» que distingue a la realeza y tal, es eso de las venas sí ), como su padre trabajaba de payaso en el Burger King pues se dijo que poco menos que él era el príncipe azul, «voy a rescatar una princesa, pero.. ¿a cuál?».

Y buscó en google, «princesas para rescatar», y no le salió nada, bueno, pelis porno, pero nada que no hubiera visto, así que salió de casa en busca de alguna dama en apuros.

Coño, perdón, vaginas, la vecina, la del tercero, gritando, «oh horrores, mi vida corre peligro, un dragón un dragón¡¡¡ ¿no habrá un dulce y delicado caballero, un atlético y varonil, detallista, tierno, sensible, buen amante, educado, servil, justo, trabajador y valeroso príncipe azul que me salve?».

Bueno, educado era, que cursó parvulitos, así que Flanagan fue a salvar a su vecina Marikeit, que si bien no era princesa tenía dos tetas que te cagas, y cagar cagas en el trono, por lo que era aceptable, llamó a la puerta y en cuanto ella abrió lanzose (oh oh, nota querido lector el arte de poner lanzose en vez de «se lanzó») contra la lagartija, a la que el cabrón del vecinito le había puesto una cerilla en el lomo, de ahí la normal confusión de Merikeit, aplastándola de un vigoroso zapatazo.

Acabado el rescate la miró y todo romanticismo le pregunto: «¿vamos a follar ya?».

-«Por dios Flanagan hijo, qué bestia eres, qué poco romántico vaginas, cúrratelo un poco hombre».

Y él le dedicó un poema.

«Querida princesa
la tengo toda tiesa

Ya sé que no hay perdices
pero podemos ser felices

Otro tipo de ave, a ver
pues mi po..a te puedes comer

Deja que te lama los pezones
y luego ya si eso me comes los co…nes»

Y así, con esas románticas palabras asaron la lagartija y fueron felices hasta que llegó el novio de Marikeit y le rompió la cara, colorín colorado este cuento se ha acabado, sé que mensaje no tiene mucho, pero en fin, que sale una mujer, y para las mujeres está la posdata de hoy, Andi Deris, el vocalista de Helloween, junto a muchos colegas de profesión, cantantes y músicos heavys, y junto a un grupo de mujeres, hizo una canción para colaborar en una campaña contra el cáncer, lo poco que he leído al respecto está en guiri y de guiri poca idea, pero se supone que será cáncer de mama porque el protagonismo es absolutamente para ellas.

El «grupo» se llama Lady’s Voice meets Friends y el tema «EnAmoria» – Our Voices Against Cancer, nada que ver con heavy o hard, es un tema asequible a cualquier oído, te dejo con él.