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Posts Tagged ‘Primal Fear’

Raylan Givens ataca de nuevo.

La verdad es que pocas series me sorprendieron tan gratamente como «Justified», una de las series de referencia de ese canal que cada vez va ofreciendo mejores series, FX, «Justified» ofrecía muchas cosas buenas dentro de una historia en principio trillada como pocas, el típico poli duro deshaciendo entuertos y tal.

Grandes diálogos sobre todo, historias sencillas pero bien rodadas, con escenas bien hechas y que tenían su punto, con dos protas, Timothy Olyphant y Walton Goggins que directamente hacen aquí el papel de sus vidas, así que cuando sale la cuarta temporada ni me lo pensé. Las audiencias responden y habrá quinta temporada, decir que en esta cuarta temporada sale Gerald McRaney, que ni puta idea me dirás, bueno, es otro más de los actores que compartieron con Olyphant reparto en la maravillosa «Deadwood» y cuya presencia en aquella serie tiene su miga. Resulta que Ian McShane se comía tanto la pantalla empequeñeciendo tanto a sus teóricos rivales malvados en la serie que tuvieron que recurrir a uno de los personajes más hijosdelagranputa de la historia de la tele, el encarnado por McRaney, ni qué decir que el duelo resultó inolvidable.

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Ahí estamos, al pie del cañón.

En España estar al pie del cañón significa lo que significa. Cuántas veces no te habrá llamado el jefe preguntándote si lo estás dando todo en tu puesto y tú ahí, haciendo el décimo sudoku, «sí jefe, por supuesto jefe, a sus pies jefe, a los de su señora también por supuesto jefe, un placer jefe, para las seis está el informe jefe», y tras colgar decides que no concretó el día y que sigues con el sudoku, que es de nivel difícil y requiere su esfuerzo.

Expedición en los Estados Juntitos para ir al Pacífico, por el norte del país, la expedición de Lewis y Clark, en ella iba un español, llamado Flanagan McGunnarsson Otaolamendigorrena, al ver que hacía frío propuso al resto que el mejor buscaba la ruta por el sur, que le dieran un móvil, un todo terreno y que cuando llegara a las playas de California si eso ya les esperaba. Hablamos de los comienzos del siglo XIX.

Curiosamente donde llegó fue a un gran cañón, donde vio a un indio, al que pregunto si era suyo, como el indio tenía la piel roja le llamó el cañón del colorado, se fumaron la pipa de la paz, se bebieron el whiskito de la amistad, los porritos del buen rollo, las cervecitas de la alianza de civilizaciones y demás, Lewis, Clark y demás, mosqueados, «no sé qué me da que el listo ese se ha escaqueado», le llaman y le preguntan si está haciendo su labor y está ahí al pie del cañón, Flanagan mira y efectivamente, «por supuesto jefe, al pie del cañón ando, aquí peleando con los indios».

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Una crítica literaria.

Ya te dije que no leía mucho, es una de las cosas que quisiera cambiar en mi vida, como nunca es tarde, si la bicha está buena, me propuse adentrarme en el terreno de la crítica literaria, fáltame experiencia, cierto, pero lo bueno de las críticas literarias es que no son como las de cine, que hablas de una peli y la ha visto bastante gente, aquí hablas de un libro y no se lo ha leído ni cristo.

Adentré mis piernas en la biblioteca municipal y me dispuse a elegir el título adecuado, podría haber elegido una novela de moda, un clásico, pero no, a lo difícil, a la sección de tres años, una novela que tardas en leerla tres años tiene que ser el reto adecuado, «Cristina, la mariposilla», título atrayente, de letra gorda y mucho dibujo, realmente está en la sección equivocada, no tardas tres años en leerlo a no ser que seas un cazurro, yo me lo leí en apenas dos meses.

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El cine romántico y sus cosas.

Bien, tras dedicar una entrada al cine de guerra me preguntaba yo qué género vilipendiar ahora, claro, tras hacer la entrada a favor del romanticismo ya me quedó clara la cosa. Ay ese cine romántico, comedia romántica que se llama, por los cazurros, para los eruditos y cinéfilos este género tiene un nombre científico, «pelis bonitas».

Hay una cosa curiosa, no te la vas a creer, en las pelis bonitas, el prota casi siempre se llama Flanagan, tú te dirás que no has visto una en la que el prota se llama Flanagan, pero sí, siempre se llama Flanagan, y ella Marikeit.

Es cine, a pesar de todo lo que pudiera parecer, realista, se despiertan, con las persianas levantadas, entrando el sol por la ventana, ellos abrazados, nada de como duermes tú, cada uno a su lado y que suena el despertador y te comes la mesilla porque no encuentras la luz. ¿Tú que haces nada más levantarte?.

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Ráfagas ciclistas en busca del maillot RO-JO.

Bueno, hemos tenido buena ración de Juegos Olímpicos, ojo, no confundir con olimpiadas, la olimpiada comienza justo cuando acaban los juegos y duran hasta cuando comienzan los siguientes, que Dios mediante se celebrarán en Descojone de Jesulín 😀 en 2016. Sobre esto de los juegos y tal pues tengo preparada una entrada, o sea que me limitaré ahora a hablar de ciclismo.

Bueno, ciclismo de los juegos, por dónde empezar, por la ruta, ganó Vinokourov, un tipo peculiar, ganó usando la táctica del viejo zorro, ante un bisoño Rigoberto Urán, una carrera loca, incontrolable, con Gran Bretaña intentando sin éxito poner un tren para Cavendish, no hubo forma, con tan pocos ciclistas por equipo al final la lógica era que un grupo pequeño se jugara la carrera, y en ese grupo tres españoles, acojonante, ni se movieron, pedazo estrategia sí señor, no damos palo al agua, esperamos que el resto nos hagan la carrera, ni saltamos ni cogemos a los que saltan, que lo hagan otros, la culpa del pinganillo. Solo que no hubo pinganillos, la culpa de la desidia, de la apatía, de la falta de competividad, del comodismo (¿existe esa palabra?).

Encima uno lee los foros al día siguiente y flipa, «menuda vergüenza que gane un dopado», los mismos encima a los que has leído lo contentos que estaban por las vueltas de Valverde o Contador, acojonante, de verdad, a ver, Alexandre Vinokourov es un ciclista que forma parte de la leyenda negra del ciclismo, de la que me ocuparé algún día, sin duda, ha pasado por equipos que la verdad, Casino, Telekom, Astana (con Sáiz nada menos), pero ha dado positivo, cumplió sanción y a correr, nunca mejor dicho, cierto, aparte del dopaje tiene sus cosillas de amaños de carreras, de manejar entre las sombras equipos y ciclistas, pero no fue esto lo que molestó, sino lo del doping, usando además esa doble vara medidora tan, ¿cómo lo diría?, asquerosamente ombliguista.

Fabian Cancellara, qué imágenes, que ostión tan tonto, qué coraje, acabar la carrera, abrazarse y llorar, llorar por su mala fortuna, llorar por ir de cara siempre y afrontar las consecuencias de la valentía, cuánto deberían aprender de él otros muchos, cuánto le agradezco yo poder disfrutar de su clase, la hostia encima le lastró para la crono, más psicológicamente, ahí Bradley Wiggins arrasó, menuda temporada la del inglés, el ciclista del año sin duda alguna.

Vos Pero con la imagen quisiera destacar lo mejor de todo, Marianne Vos, holandesa, medalla de oro en ruta, pero es que esta tipa ha sido varias veces campeona del mundo de ciclocross y colecciona títulos en la pista, impresionante la versatilidad de esta mujer, impresionante su clase, quizá de las mejores deportistas de la historia, no es nada fácil compaginar triunfos en dos disciplinas deportivas distintas, imaginaos en tres, para ella mi admiración.

Más, breve, impresionante el éxito de público, las cunetas llenas, claro, las entradas bien baratas, pero aun así asombra que en un país de tan escasa tradición haya mucha más gente en cualquier punto del recorrido que en prácticamente todos los finales de etapa de la carrera del próximo párrafo.

Acabo las ráfagas con la Vuelta, y su maillot RO-JO Bypils, también del asunto de la conveniencia o no de las fechas de la Vuelta me ocuparé en breve, decir simplemente que por diversas circunstancias tenemos a la vista una presumible gran edición de la ronda española, recorrido muy de tele, con finales en alto para dar y tomar y una participación de lujo, Contador, «Purito», Antón, Froome, Menchov, De Gendt, Van der Broeck, Cobo, Valverde, Gesink, todos ellos presumiblemente con opciones, aunque claro, habrá que ver en qué condiciones vienen algunos y lo más importante, para qué.

No te quejarás, breve como nunca estuve, Primal Fear para la posdata, pedazo tema, impresionante, lástima que no te guste el heavy, porque te pierdes disfrutar de una canción de esas irrepetibles, «No Smoke Without Fire»

Espartaco y las diezmas.

Bueno, resulta que como todavía hay que esperar al estreno en España de la nueva temporada de «Spartacus» puedo hablar del tema como a mí me gusta, alejado del ruido y el bombo de la actualidad, podía haber titulado esto «El Auténtico Espartaco», pero es que en realidad tampoco me apetece entrar a valorar la precisión histórica de las pelis acerca del gladiador tracio, sobre todo de aquella en la que le daba vida «mentoncitos» Douglas, evidentemente la serie tiene muchas virtudes, pero no está, ni de lejos la del rigor histórico, tardaría menos en decir en lo que acierta.

Gladiadores

Tampoco, como siempre vamos, quiero descubrirte ahora Roma, me refiero a que no te voy a contar nada que no sepas, entiendo que eres un tipo o una tipa culto y preparado y que sabes de sobra que el cine siempre exagera todo, vamos con el tema entonces, ¿qué eran los gladiadores?, pues sí, más o menos eran lo que la pantalla nos ha mostrado, unos tíos cachas y superentrenados que entretenían al pueblo y sobre todo a la gente pudiente de la Antigua Roma, tanto durante la República como durante el Imperio, con alguna sobrada como la de Nerón metiendo en la arena a centenares de senadores y ciudadanos de las altas esferas o Trajano, que en algo más de cien días hizo que se batieran el cobre 10.000 gladiadores, pero lo normal era que actuaran en fiestas privadas o en combates en los circos durante festejos varios, es más el fenómeno de los gladiadores surgió en un principio en los funerales de la población más rica de Roma, como homenaje a los difuntos y como parte de los ritos propios del funeral.

Algo que el cine siempre ha exagerado es la tasa de mortalidad de los gladiadores, en realidad era raro ver morir a alguien en la arena, los que lo hacían solían caer luego, a causa de las heridas, cuando sí que morían dentro del circo también era casi siempre porque no había más remedio, sus heridas eran tan graves que casi casi era cuestión más de ahorrar sufrimientos que de otra cosa, y de una exageración a una mentira, todos hemos visto en el cine la escena en la que el gladiador derrotado está a merced del victorioso, este mira al César y el César hace un gesto, pulgar hacia arriba, perdón, pulgar hacia abajo, muerte.

Pues no, el pulgar hacia abajo significaba perdón, la idea era que eso representaba que el gladiador que ganaba el combate debía echar sus armas al suelo y así perdonar la vida del perdedor, la seña para que acabara con la vida del rival era poner el pulgar de forma horizontal, simbolizando que debía de rebanarle el cuello, otra cosa que ha llegado a nuestros días era la espada que el gladiador recibía en símbolo de su libertad, la tradición nos la muestra de madera, en realidad era como las que usaba en combate, pero sin filo, evidentemente (y ahí si que ha acertado no sólo el cine, sino hasta la serie) no todos los gladiadores eran esclavos, ni mucho menos, un gladiador recibía mucho mucho dinero y mucha fama, por lo que era una salida más que recurrente para ciudadanos libres en busca de dinero, es más, hasta gente de la aristocracia de la época llegó a pisar por voluntad propia la arena, incluidos emperadores, como Calígula o el Cómodo que «Gladiator» nos mostró en el cine (aunque apenas tuviera que ver el personaje con el Cómodo real).

Bien, haz memoria, busca las diferentes pelis, documentales o series que hablan del tema, ponle imagen a la figura del gladiador, altos, musculosos, fuertes.. ¿eran así?, pues no parece, al menos eso se desprende de estudios como uno que hicieron en la Universidad de Viena, que llegó a la conclusión de que la dieta de los combatientes se basaba en cereales, frutos secos y verduras, en grandes cantidades, básicamente eran cebados como cochinos, al analizar los restos de un centenar de gladiadores llegaron a la conclusión de que tenían más pintas de luchadores de sumo que de culturistas, eran bastante orondillos vamos, algo que apenas ha perdurado en la historia es que sí, también hubo gladiadoras, alguna de ellas famosa, como Achilia y Amazona, la diferencia es que las mujeres que combatían prácticamente siempre lo hacían por propia voluntad.

Bueno, pues podía enrollarme mucho con el tema, pero es que no quiero alargarme demasiado porque quiero hablarte de Espartaco y de Marco Licinio Craso, tranquilo, no voy a contarte ahora todo el tema de la rebelión de esclavos y tal, «Yo soy Espartaco», sólo un detalle para mí interesante, bien, sabes de sobra que Espartaco realmente existió y que sí, lideró una rebelión de esclavos que trajo en jaque a la República, en realidad lo interesante del tema está, por una parte en ver cómo luchaban por un lado las perfectamente entrenadas en lo táctico legiones romanas y los perfectamente entrenados en la lucha gladiadores, al final pudo más la disciplina militar que la destreza con las armas.

También se vivió una curiosa competición que Craso mantuvo con Pompeyo y Marco Licinio Lúculo, estos habían sido enviados para «ayudarle» a derrotar a los esclavos sublevados, pero Craso lo entendió como una forma de intentar deshonrarle y quitarle todo mérito por la victoria, mérito que por cierto nunca fue demasiado, ya que en la época tenía mucho más merecimiento derrotar a un ejército como tal, o conquistar nuevas tierras, pero en todo caso Craso no quería ni por asomo que Pompeyo o Lúculo se aprovecharan en el último momento de su trabajo, así que se empeñó en acabar con la revuelta él sólo, bueno, él y sus legiones claro.

Y sí, lo logró, Espartaco incluso llegó a negociar su rendición, pero Craso quería la victoria militar, ya he dicho antes que la clave, como casi siempre, para la victoria romana, fue la disciplina y la táctica militar, el «ejército» de esclavos fue disgregándose y los restos derrotados en la Batalla del Río Silario, donde Espartaco resultó muerto, aunque su cadáver nunca se encontró, Craso derrotó a un Espartaco con el doble de hombres, gracias a la impericia del tracio en plantear una batalla en condiciones en campo abierto, pero en fin, que al final ves, me lío y de lo que quería hablarte es de otra cosa.

Todos sabemos que significa «diezmar», una reducción proporcionalmente grande de una población, ejército y tal, bien, en la época que nos ocupa significaba algo bastante distinto, hablamos de la «decimatio», una costumbre que Craso usó en la campaña contra Espartaco, ¿en qué consistía?, bien, debemos tener en cuenta algo, los legionarios eran soldados preparados y tal, pero en la lucha cuerpo a cuerpo los gladiadores les provocaban bastante pánico, así pues eran corrientes, sobre todo al principio de la campaña, los episodios donde los legionarios salían por patas al ver al típico coloso con el tridente, ¿cómo evitar el caos?, pues con la citada decimatio, la diezma.

La cosa era sencilla, si una unidad se retiraba se la separaba del resto del ejército, se agrupaba a los hombres en grupos de a 10, se sorteaba (incluso los centuriones entraban en la rifa) y al ganador, en vez de un jamón o una lata de espárragos se le premiaba con la muerte, con la muerte a manos de los 9 afortunados que se salvaban del castigo, el premiado podía morir de dos formas, lapidado o palos, el resto pasaba esa noche fuera del campamento (algo muy peligroso porque recordemos que se enfrentaban a un ejército de gladiadores), esto, que tampoco es que fuera muy efectivo en los precedentes, parece que esta vez si que cumplió su objetivo, no sólo hizo que un legionario se cuidase mucho de retirarse de la batalla sino que además hiciera lo posible para que tampoco huyera ninguno de sus compañeros, por lo que podía pasar.

Primal Fear para la posdata, alemanes, power metal, de las pocas bandas que a medida que sacan nuevos trabajos me van gustando más, tienen algún que otro temazo, como este «Face the Emptiness»

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