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El origen de la democracia.
Es curioso esto de internet, es su gran grandeza además, tú estás leyendo sobre algo, en este caso leyendo cosas para una entrada, poniendo los pies en polvorosa y sin querer vas de un lado a otro y acabas descubriendo una curiosidad de las que vaya, te llaman la atención.
Voy a hablarte de democracia, de su origen, de cuál fue la primera democracia digamos plena, a ver, es impepinable que su origen está en la antigua Grecia, en Atenas más concretamente, que luego los romanos usaron la república como forma de estado, pero no nos engañemos, se votaba, cierto, pero desde luego no votaba todo el mundo ni podía presentarse a las elecciones todo el mundo.
Eran democracias «de aquella manera», en realidad todas lo son, pero vaya, soy de quienes piensan que no se ha inventado otra forma de gobierno mejor, si tenemos políticos corruptos es culpa nuestra, si en vez de manifestarnos, cosa que se la trae más floja que a mí una crisis sentimental entre la puta Dora y el anormal de su mono, echáramos del gobierno mediante el voto a la mínima corruptela a quien lo ocupara en cada momento se cuidarían muy mucho de mangonear, pero como «yo no voto porque no vale para nada» o «para que no ganen los otros voto a estos a pesar de todo porque al final todos son iguales» pues macho, no te arrasques la sarna, que no debería picarte.
«Poner los cuernos», la expresión sin origen.
Hay expresiones cuyo origen histórico está más que claro, bicoca por ejemplo, no hay duda alguna, o carajo, hay otras que ya suscitan alguna que otra duda, hay varias versiones, siempre una más lógica, pero vaya, que hay cierta polémica, nunca grande, nadie se pelea en el bar por el origen histórico de una palabra o expresión, nos peleamos en el bar por motivos más justificados, leer el «Marca» por ejemplo, pero no por chorradas.
Sin embargo si hay una expresión cuyo origen es desconocido por completo esa es «poner los cuernos». Supongo que todos sabemos a qué nos referimos cuando decimos eso de «poner los cuernos», Pepe está casado con Marisa pero le come el pepe a la vecina, ser infieles, sin más. ¿Por qué digo que no se sabe el origen?, pues porque cuando encuentras decenas de posibles orígenes, a cada cual más dispar, es evidente que no se sabe a ciencia cierta, y la ciencia tiene que ser cierta.
Y los vikingos se fueron de América.
En la entrada dedicada al mundo vikingo me quedó la gran duda (a mí y a mi querida MP)del verdadero motivo por el cuál los vikingos abandonaron sus asentamientos en el actual Canadá, una duda agobiante, ni el café mañanero me sabía a nada, hasta mis hijas me lo notaban, «¿qué te pasa aita?», «nada hijas, que me atormenta la duda de por qué los vikingos abandonaron los asentamientos americanos», es un sinvivir.
Los que entienden del asunto hablan de varios motivos por los cuáles los de Leif Eriksson abandonaron los asentamientos, pero primero, hay que tomar con ciertas reservas eso de Eriksson, a ver, no hay hoy en día duda alguna de que los vikingos colonizaran territorios americanos, sobre la identidad de los que lo hicieron ya es otro tema, el asunto de Eriksson, el navegante perdido que le dio la pista para llegar (Bjarni Herjólfsson) y demás es algo que se podría discutir bastante.
Una extremadamente extensa entrada sobre vikingos, aviso en el título y así me evito un párrafo.
Entrada dedicada a Eduardo Castroviejo, gran autor de Haikus, hasta yo los entiendo.
Harald III el Despiadado, Erik Hacha Sangrienta, los apodos se ponen por algo, cuando te digo las cosas te las digo con fundamento, voy a hablarte de vikingos, de su historia, anécdotas y curiosidades, alguna pequeña falsedad, con escaso o nulo rigor, como siempre, si siempre te lo digo, para aprender vas a los libros, aquí vienes a perder el tiempo. Desde Ragnar Lodbrok, el prota de la serie «Vikings», hasta Harald, con el que se llegó al cénit y comenzó por lo tanto la decadencia, pasando por el gran Canuto, o Erik el rojo (primer comunista de la historia, no fue Marx, ni Engels), o su hijo, Leif Erikson, primer europeo en poner los pies en América, aunque esto no es del todo exacto. Los vikingos hicieron lo que les salió del escrotamen durante siglos, navegaron y saquearon por casi todo el mundo conocido, comerciaron, fundaron ciudades, incluso países, Rusia se debe a ellos, hoy no se entendería ni Francia ni Inglaterra sin los normandos, descendientes de ellos. Dieron el nombre a «estribor», a días de la semana, causaron pánico, admiración, un gran pueblo del que ocuparse.
Decir que el desconocimiento acerca de la realidad vikinga, incluso hoy en día, es más bien escasa, hasta la segunda mitad del Siglo XX ni siquiera se sabía que fueron ellos, y no Colón, los primeros europeos en llegar a América, a finales del siglo XX se hicieron descubrimientos sobre, por ejemplo, sus ritos funerarios, que ponían en jaque a teorías anteriores, se descubrieron barcos vikingos capaces de albergar 180 personas, cuando siempre se pensó que apenas llevaban medio centenar, excitante mundo el suyo por lo tanto.
«Vikingos», la serie.
Hay momentos en la vida de un hombre que se esperan con ganas, ese que piensas es uno, desde luego, el primer coche, imprescindible para lograr lo anterior, cuando una de tus grandes aficiones es ver series y otra leer y ver documentales de historia pues el que se estrene una serie como «Vikings» es, desde luego, un momento esperado, mejorable propuesta solo caso de haber incluido a, por ejemplo, Blind Guardian en la banda sonora. «Vikingos» es una serie producida por el Canal Historia, he leído por ahí que la primera serie de ficción del canal, mentira, de una ya te hablé en este blog, «Hatfields & McCoys».
Tiene, a la cabeza, como creador, o «Showrunner» que dicen los guiris, a Michael Hirst, el de «Los Tudor», «Los Borgia» o el truñete llamado «Camelot». Esto es importante, se supone que viniendo de un canal tan prestigioso, con un antecedente como la anterior serie, bastante buena, y con un especialista como Hirst, en series de ficción histórica el resultado final tiene que ser de garantías.
El reparto, Travis Fimmel, Clive Standen (Que sale en el truñaco mencionado anteriormente), el reconocido Gabriel Byrne, y por citar a alguno conocidillo en el resto del casting pues Jessalyn Gilsig o Donal Logue («Hijos de la Anarquía»). Curiosamente tenía yo pendientes de ver un par de documentales acerca de los vikingos, pero vaya, que la entrada de hoy será sobre la serie, decir que esta primera temporada tiene 9 capítulos y que ya ha sido renovada para una segunda, que tendrá 10.
El auténtico «Templario».
Hace poco tuve la ocasión de ver «Templario», «Ironclad» en guiri, peli de Jonathan English y con gente de la talla de Paul Giamatti (prota por ejemplo de una miniserie que mencioné brevemente, «John Adams», James Purefoy ( «Roma» o «Camelot» ), Derek Jacobi (archiconocido y con un papelito en «The Borgias»
) o Brian Cox («Troya» o «Braveheart» ), la peli está basada en un hecho que en realidad sucedió, el asedio al castillo de Rochester, el Arzobispo de Canterbury manda al castillo a un puñado de caballeros para que lo defiendan del asedio del Rey Juan sin Tierra, ayudado este por un ejército de vikingos y tal, las historias medievales pues siempre tienen su púbico, digo público, pero metes vikingos y ya es la polla, no pareciéndole suficiente al equipo de guionistas se dicen, «hay que meter algo más con tirón», sopesaron meter alguna que otra legión romana, que siempre vende, pero como se percataron de que alguien con dos dedos de frente pudiera ver la peli decidieron meter templarios, que molan también, ya de paso metemos una tía buena que vaya dejando un reguero como los caracoles cada vez que vea al prota y así metemos un poco de folleteo místico en medio de la matanza.
A ver, ciertamente la cosa no tiene ni pies ni cabeza, no hace falta acudir a los libros de historia para saber que algo así es imposible, si un ejército avanza y quieres detenerle en una fortificación no puedes dejar para defenderlo 20 tíos por muy supercachas, valientes, aguerridos y superchachis que sean, con dejar un centenar de hombres para echarlos un ojo (y eso siendo generosos porque ni eso haría falta) puedes seguir avanzando con la tropa.
Veamos, es cierto que el castillo de Rochester fue sitiado, de hecho era un castillo muy bien preparado para aguantar un asedio, experiencia tenía, ya en 1080 un Rey llamado Guillermo II (hijo del afamado Guillermo el conquistador) lo asedió, como ya había antecedentes por lo tanto el castillo fue fortificado más que correctamente para aguantar lo que hiciera falta si estaba bien defendido, a partir de ahí entramos en lo narrado en la peli, unos hechos que tampoco es que sean de los más documentados de la historia, el vacio al respecto es grande, pero sí que hay cosas que parecen comprobadas.
Cierto es también que el Rey Juan, (el llamado «Sin Tierra») también lo asedió, pero no como sucede en la peli, lo sitió y esperó a que los moradores de Rochester prácticamente murieran de hambre para valientemente hacerse con la plaza, cierto es que el Rey Juan se valió de mercenarios para su causa contra los barones ingleses, pero aunque el vacio histórico en este tema es grande lo más probable es que fueran eso, mercenarios, a sueldo, y no vikingos, sino reclutados entre las tierras de la isla, Flandes o norte de Francia, la mayoría de ellos flamencos, sus tropas digamos «regulares» eran bastantes más de lo que se supone que son vista la peli, estas tropas eran en su mayoría de origen galés.
Vamos con los defensores, desde luego eran más de 20, sólo contando caballeros la cifra se movería entre 90 y 150 hombres, pero cada caballero tenía sus hombres de armas, que también luchaban, había, eso también es seguro, varios ballesteros y arqueros, se desconoce la cifra total, pero desde luego entre combatientes y personal de apoyo eran bastantes más que esos 20 aguerridos héroes del film.
Hay escenas en la peli muy criticadas por excesivas, una, la de las mutilaciones de manos y pies, bien, para que veáis que no es criticar por criticar, sí que hay constancia de que el malvado Juan hiciera eso con los prisioneros que iba tomando cara a minar a los que quedaban dentro, hay por ahí páginas en los que listillos afirman que la escena en la que minan el castillo quemando cerdos vivos es fantasioso, bien, no digo que fuera exactamente así como sucedió, pero sí que se usaron cerdos para volarlo y ciertamente se consiguió, solo que la guarnición siguió parapetada dentro de la torre principal durante algún tiempo más.
Dije antes que se aprovechó de la hambruna para hacerse con el castillo, en algún sitio, prácticamente en todos, he leído que lo que sucedió es que directamente hasta que no se murieron todos no lo tomaron, no, tampoco es que fuera como en la peli claro, ahí luchando hasta el último hombre destrozando cabezas y cortando extremidades ferozmente, lo que pasó en realidad es lo que suele pasar en estos casos, que se aguanta, se pasan calamidades, se comen los caballos (otro acierto de la peli, solo que en realidad se cepillaron todos, incluso el blanco) y cuando la situación es desesperada te rindes, mes y medio duró el asunto y de los rendidos sólo se ajustició a uno, un ballestero que había servido al Rey Juan desde su más tierna adolescencia, ahorcado el pobre, el resto de los supervivientes fue encarcelado.
Michael Kiske no es ni vikingo, ni inglés ni templario, pero ocupa la postdata de hoy, este tío, cantante de la época más dorada de Helloween, es un boboalastres de cojones, no se sabe si han sido más las veces en las que ha renegado del Heavy Metal o las que ha vuelto de alguna u otra forma a meterse en tan respetable género musical, pero las cosas como son, lo mismo que me parece un gilipollas hay que decir que canta de la de Dios, en esta ocasión le tenemos en Place Vendome, con el que ha grabado dos discos, hazme caso, aunque no te guste el heavy dale al play, merece la pena escucharlo en este «My Guardian Angel»