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Posts Tagged ‘Orígenes de expresiones’

«Ni quito ni pongo rey».

La frase del título pues eso, es de esas de común uso, no me lo negarás, «yo nunca la he usado», porque eres feo, feo e inculto, yo cuando vienen mis niñas ahí discutiendo por chorraditas, que si mi hermana me ha arrancado una pierna, que si mi hermana ha criado zombis y me los está mandando a traición comiéndome un brazo, siempre les digo «eh, niñas, que estoy viendo ciclismo, yo ni quito ni pongo rey». En realidad la frase esconde un doble sentido, porque es de esas frases que se suelen usar como diciendo que alguien se mantiene imparcial cuando en el fondo está tomando partido. Ello es así porque en realidad la frase tiene un añadido: «ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor».

Y sí, esta frase tiene un origen histórico muy claro y concreto, se dijo al final de una cruenta guerra civil en el Reino de Castilla, en el Siglo XIV, guerra que enfrentó a dos hermanos, Pedro y Enrique, hermanastros por más señas, Pedro es ese al que le apodan «El Cruel», más que nada porque la más famosa fuente sobre su vida nos viene de la mano de un tal Pedro López de Ayala, ferviente seguidor de Enrique de Trastámara, futuro Enrique II de Castilla, los partidarios de Pedro sin embargo le llamaron «El Justiciero». ¿Cruel? ¿Justiciero? Bueno, Pedro la verdad es que no se andaba con chiquitas, unas cuántas muertes hay que apuntarle.

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Más paciencia que el Santo Job.

Imagina el tema, te pasas toda la mañana preocupado por tu salud, buscando tumores testiculares, lo que viene a ser tocándote los huevos pero con un motivo justificado, llega tu santa a casa, te empieza a agobiar por chorraditas sin importancia, que si no has pasado la aspiradora, que si no le has dado el biberón al bebé, que si dónde está el bebé, que si qué coño hace el bebé dentro de la lavadora (bañándose, qué coño va a hacer ahí dentro si no), ¿qué frase te definiría mejor en semejante situación? Exacto, «tienes más paciencia que el Santo Job».

Mas, ¿de dónde viene esa frase? Busquemos pues el origen «histórico» de la frasecita de marras, entrecomillo «histórico» por dos razones, una porque me sale del postpucio, dos porque a no ser que seas judío, musulmán o cristiano creyente eso de que el origen es histórico es discutible, puesto que el santo Job es un personaje de la biblia.

Cuenta la biblia que Job era un alegre padre de familia, casado y con diez hijos, muy devoto, como ahora que los padres de diez hijos también son muy de voto al PP, un día se juntan Satanás y Dios y el primero le dice al segundo que si es devoto es porque Dios le dio todo lo necesario para ser feliz, sirvientes, riquezas y una familia unida (a los sirvientes al parecer Dios no les debía tener gran aprecio, serían comunistas o separatistas catalanes).

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Con el pito nos los follamos. Con el pito.

A ver, no entiendas mal, por una vez y sin que sirva de precedente el título es engañoso y esto no va de follar, pero la frase viene a cuento, seguramente te sonará, si no te suena te digo ahora mismo.

Benito Floro, entrenador de fútbol asturiano que, curiosamente, para casi todos es manchego porque saltó a la fama entrenando al equipo de fútbol de una de las dos grandes potencias mundiales, el Reino de Albacete (la otra es evidente, la República de Erandio). Bien, luego entrenó al Real Madrid, estando con los merengues fueron a jugar un partido contra el Lleida, sucedió entonces algo curioso que te resumo mucho.

Al descanso pierde el Madrid 2 a 1 (acabó el partido así además) y los de Canal + acercan un micro al vestuario madrileño captando una jugosa bronca de Floro a su plantilla, aquí completa que acababa con la frase del título: ¡Con el pito nos los follamos, con el pito!

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Cruzar el Rubicón.

Toca una frase cuyo origen histórico creo que es de todos conocido, no obstante el que lo conozcas o no me la trae floja, cuando alguien quiere dar la chapa no hay nada que puedas hacer por evitarlo, «pues no lo leo» te dirás, en tal caso iría a contártelo, borracho, tú verás.

«Cruzar el Rubicón», «Alea Jacta Est», ambas van unidas y ambas son de un uso sumamente común, tu, por tocarme los huevos, dirás que no sueles usarlas, pues que sepas que una persona medianamente normal las usa a diario, vas a comprar el pan y la dependienta te dice que se acabaron las chapatas y que si quieres una de media cocción, tú, ante esa complicada decisión meditas y tras sopesar las consecuencias saltas un «Alea Jacta Est» y «cruzas el Rubicón».

«Cruzar el Rubicón» pues se refiere a tomar una decisión que es complicada y arriesgada y que cambiará nuestra vida radicalmente, como comprar la baguette o como le pasó a Julio César cuando cruzó el río Rubicón y entró con sus legiones en Roma.

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«Poner los cuernos», la expresión sin origen.

Hay expresiones cuyo origen histórico está más que claro, bicoca por ejemplo, no hay duda alguna, o carajo, hay otras que ya suscitan alguna que otra duda, hay varias versiones, siempre una más lógica, pero vaya, que hay cierta polémica, nunca grande, nadie se pelea en el bar por el origen histórico de una palabra o expresión, nos peleamos en el bar por motivos más justificados, leer el «Marca» por ejemplo, pero no por chorradas.

Sin embargo si hay una expresión cuyo origen es desconocido por completo esa es «poner los cuernos». Supongo que todos sabemos a qué nos referimos cuando decimos eso de «poner los cuernos», Pepe está casado con Marisa pero le come el pepe a la vecina, ser infieles, sin más. ¿Por qué digo que no se sabe el origen?, pues porque cuando encuentras decenas de posibles orígenes, a cada cual más dispar, es evidente que no se sabe a ciencia cierta, y la ciencia tiene que ser cierta.

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A buenas horas mangas verdes.

PRÓLOGO:

Manga: Entre otras acepciones menos importante encontramos que es sinónimo de borrachera, merluza, cogorza, moña, ciego y demás.
Verde: Puede ser el nombre de un color, pero también es el nombre coloquial por el que se conoce a la marca de cerveza cuyo slogan es precisamente «piensa en verde».

EL MEOLLO:

Cuesta encontrar el origen de la frase «a buenas horas mangas verdes», tras arduos esfuerzos logré dar con la verdad, a costa de indagar en hechos sucedidos hace la polla de tiempo, en la más antigua antigüedad, concretamente el pasado mes de septiembre.

Flanagan y Flácido son dos socios, que sellaron su sociedad con un apretón de manos, Flácido lo hizo flácidamente, pero eso a Flanagan no le importó, su padre le enseñó a no fiarse nunca de la gente que da la mano flácidamente, pero también le dijo que cumpliera con sus deudas y precisamente eso es lo que le traía de cabeza.

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Si das la chapa que sea con conocimiento.

De tipos chapas ya te he hablado,pero déjame que te cuente una bonita historia, que podrás además aprovechar para culturizarte un poquito, que falta te hace tanto ver series de televisión y carreras de ciclismo. Para este interesante relato tomaremos como protagonistas a Flanagan y a Flácido, Flanagan interpretará magistralmente al típico tipo que ahoga sus penas en la esquina de un bar de barrio, de los cutres y Flácido hará del típico tipo que sí, da la mano flácidamente pero que luego mete unas chapas de cojones.

Flanagan estaba en un bar de barrio, de los cutres, en la esquina, ahogando sus penas en su decimoséptimo zurito sin alcohol, mascullando calificativos acerca de la profesión de la madre de la última chica que le había abandonado, profesión en todo caso de gran solera y antigua como pocas. en estas que entra al bar Flácido, dando la mano al camarero, flácidamente, pide un zumo multifrutas y ve a Flanagan.

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Poniendo los pies en polvorosa.

Irte cagando virutas, u hostias si se tercia, salir por peteneras, como alma que lleva el diablo, cuántas frases para decir lo mismo, qué rico el idioma y qué pocos impuestos paga el muy cabrón, yo gano menos y me fríen, al final lo más expresivo al respecto es imaginarte con una repentina diarrea, ahí si que no hay tiempo que perder, es pegarte el apretón y en menos de cero coma estás ahí evacuando a gusto, eso vendría a ser «poner pies en polvorosa», una huida precipitada y sin mirar atrás, si miras atrás estás perdiendo tiempo y es más, puede que acabes tirándote pedos de los que pesan.

Sobre el origen histórico de la frase esta de los pies en polvorosa existen varias fuentes, que si gitanos, germanos, gentes en cuya jerga polvorosa significaría «calle», que si la frase es como es por el polvo que se levantaba, como si fuera normal ver polvo rosa vamos, mas hay una explicación que sin ser ni mucho menos la única posible sí que parece la más fiable.

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Ahí estamos, al pie del cañón.

En España estar al pie del cañón significa lo que significa. Cuántas veces no te habrá llamado el jefe preguntándote si lo estás dando todo en tu puesto y tú ahí, haciendo el décimo sudoku, «sí jefe, por supuesto jefe, a sus pies jefe, a los de su señora también por supuesto jefe, un placer jefe, para las seis está el informe jefe», y tras colgar decides que no concretó el día y que sigues con el sudoku, que es de nivel difícil y requiere su esfuerzo.

Expedición en los Estados Juntitos para ir al Pacífico, por el norte del país, la expedición de Lewis y Clark, en ella iba un español, llamado Flanagan McGunnarsson Otaolamendigorrena, al ver que hacía frío propuso al resto que el mejor buscaba la ruta por el sur, que le dieran un móvil, un todo terreno y que cuando llegara a las playas de California si eso ya les esperaba. Hablamos de los comienzos del siglo XIX.

Curiosamente donde llegó fue a un gran cañón, donde vio a un indio, al que pregunto si era suyo, como el indio tenía la piel roja le llamó el cañón del colorado, se fumaron la pipa de la paz, se bebieron el whiskito de la amistad, los porritos del buen rollo, las cervecitas de la alianza de civilizaciones y demás, Lewis, Clark y demás, mosqueados, «no sé qué me da que el listo ese se ha escaqueado», le llaman y le preguntan si está haciendo su labor y está ahí al pie del cañón, Flanagan mira y efectivamente, «por supuesto jefe, al pie del cañón ando, aquí peleando con los indios».

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El origen del clavo ardiente.

Vamos con una de esas bonitas e instructivas entradas dedicadas a buscar el origen histórico de ciertas palabras o frases de uso frecuente, hoy toca «agarrarse a un clavo ardiendo». Todos tenemos en mente, supongo, lo que significa, el uso que se le da, mantenerse en una situación desesperada por evitar un mal mayor, ejemplo, permanecer en el bar hasta altas horas de la madrugada con los amigotes, bebiendo y jugando al mus, situación harto desagradable, pero que haces por evitar llegar a casa y tener que ir qué se yo, al cine con la moza, por ejemplo.

Para encontrar el origen de la expresión hemos de ir a las ordalías, los juicios de dios de la Edad Media, tema que por cierto es jugoso de narices, que da también significado a otras expresiones populares como «poner la mano en el fuego» (por Bárcenas), pero que no explica lo de «todo es mentira salvo alguna cosa». Como digo viene de ahí, de la Edad Media, hay varias versiones sobre el asunto, yo me quedo con la siguiente:

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