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El auténtico Robinson Crusoe.
En la segunda entrega de los mitos y realidades de los piratas del Caribe ya te conté que era más que probable que Daniel Defoe se inspirara en uno de esos piratas abandonados a su suerte en una isla desierta para crear «Robinson Crusoe». Bien, te cuento que en realidad, como Defoe está muerto, hay cierta polémica acerca de qué episodio concreto le inspiró, si hablas con un español te dirá superofendido que es más que evidente que se inspiró en la figura de Pedro Serrano, o menos, porque era moro (aunque naciera y viviera en la península ibérica) en uno de los relatos de Ibn Tufail, matemático, filósofo y poeta del siglo XII.
Robert Knox, marino inglés, que vivió toda una odisea por la antigua Ceilán, también dicen que pudiera haber sido la fuente de inspiración de Defoe, o incluso un tal Henry Pitman, (que curiosamente comparte nombre y apellido con uno de los tripulantes del Titanic) un cirujano, también inglés, que vivió toda una odisea en el Caribe enfrentado a caníbales, piratas y demás, que también escribió su historia y que, dicen las malas lenguas, la obra de Defoe es hasta un plagio de la de este, negro Viernes incluído. En todo caso hay en este asunto una competencia feroz, sobre todo por los países en cuyas aguas territoriales están las islas en las que supuestamente naufragó uno u otro, por lo del pedigrí turístico y demás.
La carnicera de Nueva Orleans.
«Al mus y al follar no me gana nadie», «soy un líder de opinión». Con tan solo esas dos frases ya te habrás hecho una idea de lo que soy, de quién aun no, pero de qué seguro, un fantasma. Mas no un fantasma cualquiera, soy el espíritu de Delphine LaLaurie, ¿que no sabes quién soy?, lo sabrás seguro, resulta que el estreno de la tercera temporada de «American Horror Story», titulada «Coven» ha roto todos los records de audiencias de su canal, irá, va, sobre brujas, pero entre otros personajes incluyen uno, inspirado en mí cuando estaba viva, no he visto la serie aun pero por si la ves que sepas que a nada que me muestren con un mínimo de humanidad estarán pasándose varios pueblos.
Bruja no sé si lo era, pero puta un buen rato, Nueva Orleans me vio nacer y vivir, al menos durante unos años, era yo una miembra, sí, miembra de la alta sociedad de la ciudad, poseedora, como tantos, de esclavos, no dejaba de ser Nueva Orleans un estado del sur y por lo tanto estado esclavista por naturaleza, todo en mi vida iba de maravilla hasta que en el año 1834 se produce un incendio en mi mansión y los bomberos de la época encuentran varios esclavos encadenados.
La batalla más idiota en el blog más prescindible.
Vaya, hay entradas que uno no acaba de tener claro si hacerlas o no, la historia es curiosa, da mucho juego, apetece, pero es que no hay blog que se dedique en menor o mayor medida a la historia que no la tenga, pero es que la tentación es grande, ¿cómo puede un líder de opinión en condiciones y con un blog tan prescindible obviar la batalla más estúpida de la historia?, pues eso, allá vamos, sabiendo que ya la habrás leído en cualquier otro sitio, me la pela, la vuelves a leer y punto.
Antes de empezar con el tema decirte que la causa principal del desastre de la Batalla de Karánsebes, que es de lo que te hablaré, fue algo sobre lo que te hablé brevemente cuando toqué el tema del frente oriental en la primera guerra mundial, uno de los contendientes era el Imperio Austríaco, que era algo así como mi lista de amantes, variado en procedencias e idiomas, francés y griego en este caso no, pero sí estaban bajo ese imperio italianos, húngaros, búlgaros, serbios, etc..
El mediohombre que se zumbó a los ingleses.
Siempre se dice que en esto de la historia (sí, esto va de historia hoy) nadie mejor que los ingleses y los yankis para vendérnosla, no sólo nos la venden, sino que encima muchas veces la manipulan a conciencia, bueno, esto es algo común a toda cultura, civilización, escalera de vecinos o reunión de antiguos alumnos del IFP Eskurze, pero como a ellos les vemos más (no nos engañemos, nos ponen una peli de Tanganika contándonos su independencia y hacemos zapping a ver si sale la Esteban), pues eso, que nos da la sensación de que a manipular la historia les pasa como a mí, que al mus y al follar no me gana nadie.
Bien, pues hoy os voy a contar una batallita donde los ingleses salieron escaldados de cojones, una historia apasionante protagonizada por un español, vasco de pura cepa, Blas de Lezo, tan vasco que tenía un programa de cocina en la tele, tan vasco que murió virgen, ya de aquellas era complicado mojar siendo vasco, hay cosas que no cambian. Pero permíteme que te cuente la historia quitando paja, que vamos, nos la suda bastante los detalles y tal, vamos con lo suegra (gordo 😀 ).
Adivina qué, sí, otra vez a darle a Gibson.
Pues sí, nueva e injusta bañada de quien suscribe hacia Mel Gibson, digo injusta porque la mayoría de las veces él no es el director o el productor de la peli, tan sólo el protagonista, pero es que no se trata de ser justo, objetivo ni mesurado, para eso ya tenemos a nuestros imparciales periodistas deportivos, me cae mal el Mel, encima la peli de la que hablaré hoy es realmente curiosa para mí, tiene todo lo malo, tópico, manipulador y falso que suelen tener todas sus pelis, pero acentuado, a pesar de eso pues lo reconozco, es una peli que he visto en más de una ocasión.
Roland Emmerich nos brindó esta superproducción histórica allá por el 2000, entre los protas, aparte del Gibson, el desaparecido Heath Ledger, la bella Joely Richardson (Catalina Parr en «The Tudors») y el villano, Jason Isaacs.
Como decía, más allá de la fidelidad histórica la peli presenta muchas cosas pues eso, dignas de comentar, ojo, es más que evidente que la entrada te contará prácticamente todo el argumento, no me llores luego. Gibson hace de Gibson, es decir, padre de familia numerosa entregado a la misma, encima viudo, tío recto, de firmes valores, ocurre algo que ya sucedió en otra peli de él, qué curioso, me refiero a «Braveheart». Antes, espera, que claro, acabo de darme cuenta que ni te he dicho de qué peli estamos hablando, me ciego tanto con Mel que se me va la olla, podría disimular y ponerlo sin más al principio, pero en fin, que es «El Patriota», «The Patriot» en guiri.