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«The Newsroom», periodismo Disney.
Tú imagina, un político de altura, o de no tanta, un concejal de urbanismo por ejemplo, de una ciudad costera y turística, que haga un concurso público para adjudicar alguna obra y le venga el constructor de turno con una mordida, una comisión o lo que fuera. El concejal se indigna y aparta a ese constructor del concurso, adjudicando la obra a la mejor oferta.
Tú imagina, por imaginar, un empresario, tiene varios trabajadores, entre ellos su hijo, su sobrino, un amiguete de la mili y su ahijada. La cosa va mal, intenta mantener la plantilla por todos los medios, pero imposible, ha de echar a dos, hace balance de méritos y deméritos y echa a su hijo y al amiguete de la mili, dejando en su puesto a Pepito, que es un trabajador ejemplar, aunque no le unan lazos con el jefe, aunque sea el que siempre está dando guerra por reclamar sus derechos laborales.
¿Debiera ser así? claro, ¿realmente es así?
Venga, descononémosnos juntos.
«True Blood», se acabó lo que se chupaba.
Es curioso, las tres próximas series que tenía pensado ver eran tres finales de series de HBO, «The Newsroom», «Boardwalk Empire» y la que nos ocupa, «True Blood», la más veterana de las tres y, hablando de memoria, la más veterana de cuantas series dramáticas han salido de esa santa casa. Siete temporadas nada más y nada menos, y dos sensaciones, una injusta, que no volveré a perder el tiempo con series como esta, teniendo como tenemos tanta y tan variada oferta; la otra, qué pena de idea desaprovechada.
Para quien no haya visto nunca «True Blood», decir que si alguna vez alguien te habla de ella como «una de vampiros», métele un guantazo de mi parte, si te responde te jodes, por farruco, pero hazme ese favor, porque ni de coña es una serie de vampiros, o al menos no solo de vampiros. La premisa original era harto interesante, los chupasangres estos dejan de vivir en la sombra, dejan de ser un mito, pasando a convivir con los mortales.
Esta idea, en manos de un canal como es HBO, sonaba a excusa ideal para abordar temas como el racismo, que de hecho en las novelas en las que se basa la serie debían de aparecer, la adaptación de una raza de seres que aunque vienen de nosotros nada tienen que ver, se te hacía el pito pesicola vaya.
«The Leftovers», quedar para follar y acabar hablando de sus padres.
Antes de nada decirte que he visto alguna que otra serie, la segunda temporada de «Hannibal» por ejemplo, pero vale perfectamente lo que te dije acerca de la primera, salvo el final, ese sí que mola mucho. Vime también una serie británica cuya trama sonará sobremanera si la ves, la española «La Chica de Ayer» se basó en ella, vamos basar, fue una copia literal, hablo de «Life on Mars», interesante, pero nada del otro jueves.
Vamos pues con una de las novedades de HBO, «The Leftovers», a quien en cristianés alguien, con excelso tino, pensó que lo mejor era llamarle «Ascensión», si, con dos cojones, tú vas al buscador y te sale «las sobras», pues no listillo, es «ascensión», yo si te soy sincero no tenía mucha idea de estreno de esta serie, me la topé por casualidad, pero la vi, y ahora te cuento de qué va y si es buena, mala o «pss».
Y murió el cabronazo, qué gustazo.
Bueno, retomamos el noble oficio de la genial crítica televisiva, no obstante como se os nota faltos de sexo lo primero será un relato erótico, pero nada de concesiones líricas, un relato erótico real, en el que cualquiera de vosotros os podáis sentir identificados.
“Va Flanagan y pilla con una jambona, la desnuda, se baja los calzoncillos, escondiendo los restos de mostaza y se la endiña, FIN. Es que hacía dos meses que no pillaba”.
Voy a hablaros de “Juego de Tronos”, de su cuarta temporada. Cuando hablé por primera vez de la serie ya hablé de “historia de la televisión”, ya está claro.
«True Detective», la serie del momento.
Cualquier estreno que se saque de la manga HBO es algo que ningún amante de las series debiera pasar por alto, yo jamás lo hago, cierto que siempre hay pequeñas decepciones, pero en general es el canal referencia en cuanto a calidad. «True Detective» llevaba sonando tiempo, el nuevo proyecto de esa santa casa, si te soy sincero las primeras informaciones no es que me llenaran de expectativas, una serie policiaca con Matthew McConaughey y Woody Harrelson, bueno, sonaba la cosa a comercialada de las gordas.
Estamos ante una serie rara en su concepto, no será una serie al uso, con sus temporadas y tal, bueno, las tendrá, pero salvo la temática nada unirá a una con las restantes, ni siquiera es comparable a «American Horror Story», puesto que en esta repiten actores y actrices, aunque sea interpretando a otros personajes. «True Detective» ni siquiera eso, ni McConaughey ni Harrelson repetirán. El responsable del invento este es un tal Nic Pizzolatto, otro dato que echa para atrás, este es uno de los perpetradores de una de las series más tramposas de la tele, «The Killing».
La sexta visita de los vampiros.
Cuando se estrenó la quinta temporada de «True Blood» se anunció una sexta que en principio iba a ser la última de la saga vampírica de la HBO, poco después y antes de ser estrenada esta sexta entrega ya se confirmó que habría otra, la séptima, hablamos pues que la serie más veterana y atípica del canal sigue gozando de buenas audiencias y tiene de momento mucha vida asegurada, aunque siga teniendo como base el mundo de los muertos.
Y la verdad es que la serie, contando con sus señas de identidad, ha mejorado bastante desde que se dejaron de tanto bicho raro de anteriores temporadas, coño, que metían tanto bicho raro, brujas, hadas, hombres lobo, pantera, hombres que se convierten en moscas y demás que no te extrañaba ya encontrarte qué se yo, con David el gnomo, o la mariposa Cristina. Cierto es que algo de esto sigue, pero al menos lo gordo del asunto vuelve otra vez a los vampiros, que es lo que queremos ver.
Mi reino por un parche en el ojo.
Tenemos un particular sentido de la justicia. Todos, tendemos a ver la viga en ojo ajeno y no la paja en el nuestro, así es, va esto hoy de piratería informática, ya sabes, la cosa de bajarse pelis, música, series, libros y demás de internet, por mucho que se luche contra la piratería informática es algo que me da que tiene difícil solución, a ver, «solución» para ellos, para las industrias y comercios que ganan dinero con esas cosas, para quienes nos bajamos las pelis la «solución» sería una putada con todas las letras.
Porque sí, mira, para qué vamos a negar lo evidente, me bajo muchas cosas, menos bajar bragas, que es lo que me gustaría bajar de verdad, me bajo de todo, hasta libros, «pero si no lees», ya, es puro vicio, por tenerlos, me bajo discos a patadas, todos los días me escucho dos o tres, al menos un par de canciones, luego si veo que no me gusta pues tate, por el precio tampoco te tiras de los pelos, quien los tenga, pelis pocas, ahí sí que me cuido de no petar el disco duro, esto te lo explico.
La tercera visita al trono.
Todos y todas tenemos claro qué es el trono, sí, donde vamos a cagar, sitio por excelencia para lecturas de todo tipo, y sitio donde jugamos con el móvil a la espera de que el intestino cumpla su tarea, «Juego de Tronos» es además, como bien sabrás, una afamada serie de televisión, la que me acabo de ver curiosamente, la tercera entrega. Veníamos de una segunda temporada pues eso, que aún metiendo bastante más sustancia al tema cumplió más que de sobra, sin hacerse pesadita ni nada de eso.
Hablamos quizá de la principal apuesta de HBO, recordemos, que es importante hacerlo, que David Benioff y D. B. Weiss son los creadores de la serie, ¿qué significan «D.B.»?, lo miras, a mí me la sopla, sabrás, eso sí, que está basada la historia en una serie de libros de un tal George R. R. Martin, esta temporada, concretamente, junto con la cuarta, serán la libre adaptación de la tercera de las novelas de «Canción de fuego y hielo», titulada «Tormenta de Dessjuests».
El reparto pues el de siempre, con un porrón de actores y actrices, un reparto que vaya, ni Bárcenas en el PP repartía tanto, Peter Dinklage, «El Gnomo», Nikolaj Coster-Waldau en el papel de copulador incestuoso de la madre del rey, Lena Headey como incestuosa copuladora del padre del rey, Emilia Clarke como la rubita que te cepillabas sin que tuviera que insistir gran cosa, Kit Harington o Richard Madden, hay muchos más, pero lo dicho, lo importante es saber que son muchos.