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Posts Tagged ‘Sirenia’

Los verdaderos vampiros.

La literatura, el cine y la tele nos han dado mil muestras de seres que escapan a la muerte, esquivándola, volviendo de ella, como sea, seamos serios, si nos dan a elegir ninguno elegiríamos ser un zombi tipo «The Walking Dead», ahí arrastrándonos sin sentido, malcomiendo y todas esas cosas, ahora, si nos dices de convertirnos en Drácula o Lestat la cosa cambia, los vampiros, seres poderosos, inmortales. Inmortales no, porque todos sabemos cómo mueren, la estaquita, el sol, la cabeza cercenada… Pero unos cuántos siglos ya aguantas, eso es tener clase, ser un vampiro, por el día sobando, por la noche de juerga, a chupar sangre y demás.

Si yo te pregunto, ¿existen o han existido los vampiros? La respuesta es obvia, más allá de los Vlad Tepes o Isabel Báthory no parece, existieron y seguro existirán colgados como ellos o peores, que se crean vampiros y beban sangre humana asesinando si es preciso, algún caso en la historia ha habido no te creas, nueva muestra de lo atractivo que nos resulta ser un vampiro, pocos colgados van de zombis.

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El vicio de prohibir.

Toni Cantó es una mina, es de esos políticos incontrolados cuando accede a su twitter, glorioso fue aquel en el que decía que la mayoría de denuncias de maltrato doméstico que presentaban las mujeres eran mentira, no ha sido la única vez que mete la gamba, no será la última seguro, evidentemente para qué engañarnos, no es santo de mi devoción este hombre, si quieres leer algo objetivo sobre su persona pues no estás en el lugar idóneo la verdad.

La última de Cantó, o la penúltima posiblemente para cuando quieras leer esto, es la idea que tuvo, ojo, planteada en el congreso por lo que se supone que en este caso cuenta con el total respaldo de su grupo parlamentario de UPyD, es prohibir la exhibición en salas de cine de películas en idioma foráneo dobladas, vamos, que por cojones las pelis americanas, inglesas, italianas, alemanas, rusas o iraníes según él y su partido debieran de emitirse en sus idiomas originales y con los subtítulos en castellano.

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GO, GO, GO!

El domingo disputose el Tour de Flandes, una de las carreras más esperadas por mí del calendario, toca los huevos ver que en España no interesa ni a dios, siendo como es un pedazo de monumento en toda regla, la de aventuras que hay que vivir para poder verla en directo, este año tocó mandar a la parienta y las crías a comer por ahí para poder comenzar la búsqueda por internet, hasta que das con el link bueno y te corres de la emoción, la calidad penosa, con anuncios cada cinco minutos, imágenes de escasa resolución y demás. Da igual, te corres de gusto porque te mola y te mola mucho.

En las carreras previas el único de los grandes gallos en mojar fue Peter Sagan, este año por fin coincidían todos, años anteriores pues eso, cuando no era Boonen el que estaba jodido era Cancellara, este año ambos bien, Sagan también, se presumía un espectáculo colosal.

¿Qué es el tour de Flandes?, la carrera que es el orgullo de la parte flamenca de Bélgica y una de las dos carreras de un día más míticas para mí, junto a la del domingo que viene, Roubaix. Mira la foto, por esas carreteras les meten a 200 tipos en bici, encima grandecitos, tú imagina esa carretera atestada de gente en las cunetas, gritando, con los ciclistas retorciéndose del esfuerzo, una imagen que vaya, pone la piel de gallina.

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Padre, confieso que he pecado.

«Padre, sí, he cometido uno de los mayores pecados que existen,», «¿Cuál hijo?, ¿robar?, ¿matar?, ¿tocarte?, ¿meterte con las ovejas y de strangis camuflarte para ayudarlas a darles de mamar a los corderitos?», «no no, bueno, alguna vez, rara, me he rozado el nabo, una vez, pero para afeitarme para la vasectomía, uno es casto y pudoroso padre, mi pecado es más grave, verá, me gusta «Troya».

Y tuve que pasar el cepillo en misa seis domingos seguidos, cantando «Somos una familia» y animando al feligresado a hacer los coros, porque sí, no hay cosa peor en este mundo que el que te guste «Troya», hasta con «Torrente» te sientes más comprendido, pero da igual, si te lo dije ya en su día, hay que tener los atributos para decir estas cosas.

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Una tierna y dulce historia de guerra.

Os Voy a hablar de historia, de guerra, pero ojo, será algo especial, diferente, porque sí, os hablaré de una batalla, de la Segunda Guerra Mundial, pero no de tácticas militares, heroísmos, tiros y demás, no no, qué va, es una historia bonita, de naturaleza, de las que podréis contar a vuestros nietos.

Isla Ramree, enero de 1945, ahí se disputó una batalla, larga, dos meses, como te decía en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, claro, nadie se imagina que en Asia además de los estadounidenses alguien más combatiera al imperio japonés, pero sí, el Reino Unido, el todavía imperio británico (muchas tropas indias combatieron aquí) también tuvo sus acciones, a la batalla, con muy buen criterio, se la llamó «Batalla de la Isla Ramree», dentro de la llamada «Campaña de Birmania».
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Unas cosillas sobre «Braveheart»

Ya hablé hace tiempo sobre «Braveheart», algo breve, la cosa entonces se desvió más hacia los mayas y tal, la cosa es que Mel Gibson me parece un gilipollas de cuidado, me cae mal, pero es ver un estreno suyo y pierdo el culo por ir a verlo, porque me entretiene, que al final es lo que cuenta, sé que es un arte eso del cine, pero como yo y el arte somos unos extraños pues principalmente lo que pido a una peli es que me entretenga y Gibson casi siempre lo hace, pero el que lo haga no quiere decir que no pueda meterme un rato con él, o sea que a eso vamos, voy a bañarme un poco con el bueno de Mel.

Wallace versión Simpsons Para ello usaré «Braveheart», una gran peli sin duda, épica, pero nuevamente un cúmulo de manipulaciones históricas, porque si tiras un penalty a los tres palos y fallas es un error, si lo pateas para un lado ya es cagarla a posta, hay diferencia, de cualquier manera lo primero que me sorprendió de la peli es algo que es recurrente en sus pelis, está ahí el bueno de William de regreso a su tierra, van y reclaman su apoyo para la causa, pero él nada, quiere vivir tranquilo, en paz, no quiere meterse en problemas, claro, matan a su mujer y comienza su venganza, coño, ahora ya en plena prebatalla arenga a sus compatriotas para que luchen hasta la muerte si es preciso, «nos quitarán las descargas directas, pero jamás nos quitarán… EL EMULE¡¡¡», esto, muy parecido vamos, pasaba en «El Patriota», el tío nada, que no quiere ir a la guerra coño, pero en cuanto se cepillan al hijo ala, a convencer a todo pichichi para que se le unan a la causa, a ver, si eres consecuente deberías filtrar, ¿han matado, violado, atracado o alguno de tus familiares ha visto una tertulia de intereconomia?, pues ala, a luchar, si no mejor no te compliques la vida hombre.

La cosa es que están ahí los escoceses, gente de bien, con sus pintorescas costumbres, lanzarse piedras y tal, cuando vemos a los ingleses, estos, como toda fuerza invasora que se precie, son unos desalmados descendientes directos de profesionales liberales del sexo, hasta exigían el derecho de pernada, bien, pudo ser así, lo cierto es que eso, el derecho de pernada, es algo que aun hoy se discute si existió realmente o es más mito que realidad, de hecho demostrar su existencia no se ha podido, sí que parece que realmente era un acto más simbólico que real, saldado normalmente con un tributo al señor de turno, señor que sí, solía violar a cuantas siervas apeteciera, pero bastante más democráticamente, jodiéndose solteras, casadas o viudas sin distinción de estado civil.

Gibson usa aquí también un truco muy recurrente, los buenos muy buenos, los malos muy malos, pero es que además los buenos deben de ser gente humilde y los malos poderosos, así el espectador, que es gilipollas, sabrá de parte de quién debe ponerse, William Wallace aparte de ser guapo, cachas, valiente y demás sale retratado como un hijo de humildes campesinos, bueno, en realidad era un noble, no de los más ricos al parecer, pero noble al fin y al cabo, y su causa contra los ingleses no la desencadena la muerte de su esposa, sino la de su padre, que sucedió cuando ya era un chaval hecho y derecho, no un tierno infante, pero es que la cosa no se queda ahí no, en la peli Wallace se cepilla a la prometida del hijo del malvadísimo Rey Eduardo I, es más, hasta la deja embarazada, esto resulta al menos discutible históricamente, más que nada porque la primera vez que la gabacha (qué cabrones los gabachos malmetiendo contra el deporte español) Princesa Isabel pisó tierras británicas William ya había muerto, pero siempre queda la cosa que este fuera como el Cid y ganara batallas (y bragas) después de muerto, es más, cuando Wallace murió la princesa apenas tendría cinco o seis añitos, o sea que aunque para Gibson puede que no sea un argumento de peso entre que William estaba muerto y que la otra era una niña cuando vivía podríamos llegar a la conclusión de que no, que no se la frotó.

William Wallace

Es más, «Braveheart» es el título de la peli, Wallace es el prota, podría deducirse entonces que ese apelativo, «corazón latino, digo bravo» se le asigna a la figura de Wallace, pues no, no digo que no fuera esa la intención, digo que «Braveheart» no era él, sí que hubo un personaje de la época al que se le conocía como tal, es más, aparece en la peli, Robert Bruce, futuro rey escocés, el «cobarde» hijo del noble con cara de leproso.

Por cierto, tampoco está bien situado el periplo de Wallace por la Europa continental, en la peli sucede antes de empezar las batallitas y tal, en realidad fue tras alguna derrota de los escoceses, para buscar apoyos de potencias europeas contra los malísimos ingleses, sin conseguir gran cosa claro, en la peli sí, allí aprende a combatir, idiomas, cultura, hacer la «o» fumándose canutos y hasta en la versión extendida aparece consiguiendo la cura para el SIDA, casi lo logra pero le avisan a tiempo de que falta mucho para esa enfermedad, por cierto, antes he mentido, cuando hablaba del discurso de Wallace previo a la batalla de Stirling Bridge, no es que no dijera nada de descargas ilegales, es que todo ese discurso es mentira, es parte de una obra de Shakespeare, dí que en realidad toda la batalla es una chapuza, empezando porque se llama Stirling Bridge, refiriéndose al puente Stirling, porque ahí fue, en un puente, puente que ni aparece en escena, no aparecen por supuesto ni las picas famosas (la caballería fracasó porque precisamente se hundió el puente a su paso) ni los irlandeses cambiaron de bando….

Bueno, tenemos entonces por un lado a William Wallace, haciendo de bueno y por el otro al malvado, al malísimo ( y feo, claro) Rey Eduardo I «El Zanquilargo», ¿era realmente este tan hijoputa?, pues bueno, no más que otros reyes medievales, de hecho fue un rey bastante brillante, estuvo en las cruzadas y sí, invadió Gales e invadió también Escocia, solo que porque estos se aliaron en su contra con Francia, en una de esas recurrentes alianzas de la época, tan recurrentes como efímeras.

Bueno, sigamos con el despellejamiento de Gibson, tal y como dije cuando hablé de él en la otra entrada eso de poner a los escoceses con las falditas pues está bien, estaría bien, lo malo es que esas faldas tan típicas no se empezaron a usar hasta siglos más tarde, pero da igual, porque para compensar Gibson pinta la cara de los feroces y valientes guerreros escoceses tal y como se hacía en la tierra, sí, pero muchos siglos antes, ya que hablamos de despellejamientos, hay una cosa curiosa en la peli, la ejecución de Wallace, sabiendo como sabemos del gusto de Mel por la sangre y las escenas de vísceras resulta curioso cómo muestra la escena, sanguinaria sí, pero mucho menos de lo que fue en realidad, quien haya visto «Los Tudor» les sonará, realmente Wallace murió mediante un castigo recurrente en la Inglaterra de la época, consistente en arrastrar al reo desnudo por un caballo (le arrastraban con el caballo, no quería decir que le desnudara el equino), era colgado, se le descolgaba, se le abría el tripamen, le cortaban el nabo, este era quemado junto con alguna que otra víscera delante de él (a estas alturas el reo aun estaba con vida), se le cortaba la cabeza (aquí ya moría, al menos un tío normal, Wallace pudo vivir perfectamente sin cabeza) y se dividía el cuerpo en cuatro partes (en realidad a estas alturas al preso ya se la sudaba lo que hicieran con su cuerpo, pero por completar).

En fin, toda una chapuza histórica, eso sí, entretenida, hay que reconocerlo, Sirenia cierra la cosa esta, la posdata es esto, por si no lo sabes, el tema es «All My Dreams», con Ailyn ya a las voces, Ailyn es el nombre artístico de Pilar Giménez García, una catalana que tras participar en «Factor X» acabó cantando en la banda noruega, siendo la única vocalista en la historia de la banda en repetir disco, con lo que mal parece que no lo está haciendo.

De Ronde, la poesía ciclista, Boonen, el mito.

La primavera la sangre altera, eso dicen, al aficionado ciclista sin duda alguna, en primavera tenemos todos los años problemas familiares, llega el domingo, hacen planes, te miran, tú ahí disimulando, hasta que tienes que recordarles que no, que estos domingos los tenemos marcados a fuego, que nos la suda ir al monte, a comer donde sea, ¿quieres echar un polvo?, le preguntas a la parienta, «pues es lo único que me haría renunciar a ver el Tour de Flandes», hombre, siendo sinceros tampoco renunciarías mucho, en un anuncio da tiempo a echarlo y hasta a fumar.

El Tour de Flandes, qué decirte de esta carrera, una de las dos que más me gustan, la otra el domingo que viene, la París-Roubaix
, sí, el Giro es duro, emocionante, nos brinda siempre imágenes espectaculares, esos puertacos con nieve en las cunetas, ese sterrato de hace un par de años, el Tour también, esa agonía de los puertos alpinos, con el calor sofocante, pero en serio, no sé qué tienen estas carreras que hacen que te enamores de ellas irremediablemente.

Tour de Flandes

¿Por qué es poesía?, porque el Tour de Flandes nos ofrece muchas de mas más bellas estampas, ese sufrimiento extremo de los ciclistas subiendo los muros adoquinados, rodeados de miles de entusiastas espectadores en las cunetas, es quizá de las carreras más bonitas estéticamente hablando, más duras, más míticas, ayuda mucho el que se celebre en el país que más ama al ciclismo, Bélgica, y dentro de él en la región más ciclista por naturaleza, Flandes, si te digo que a lo largo del recorrido se reúnen más de cuatro millones de personas viendo el espectáculo quizá creas que te exagero, pues no, incluso hay fuentes que sitúan en cinco millones la cifra, realmente espectacular.

Una cosa te iba a comentar, los aficionados ciclistas somos gente rara, amantes de la tradición, cualquier pequeño cambio nos irrita, este año más, han quitado el Kapelmuur, uno de los muros más duros y espectaculares de la carrera, gran polémica, en el fondo da igual, sigue siendo igual de dura que siempre, o incluso más, además este año, al contrario de los anteriores, se preveía un duelo más que igualado entre Fabian Cancellara y el belga Tom Boonen, pensar en otro ganador aparte de ellos parecía complicado, Sylvain Chavanel, Peter Sagan (ojo con este chaval), Ballan, Hushovd.. poco más a priori.

Pero todo se fue al garete, el esperado duelo se quebró, demasiado pronto, porque Cancellara, muy lejos de meta aún, se va al suelo, se retira, (se ha roto la clavícula por tres sitios el colega) es una característica de este tipo de carreras, no hay segunda oportunidad, no hay lugar para la recuperación, si te caes o te levantas enseguida o te despides. Esto cambiaba todo, porque la baza de Boonen era endurecer la carrera sí, pero si se llegaba al sprint pues casi mejor, el único a priori capaz de reventar el pelotón era precisamente Cancellara.

Y sin Cancellara Flandes es menos Flandes, como lo es menos con sol y buen tiempo, aun así un ataque el italiano Alessandro Ballan, y las continuas caídas y accidentes hicieron la selección, una parte final llena de emoción, con varios grupitos persiguiéndose, Boonen, Ballan y Pozzato al frente, Sagan y compañía a la caza, todo en unos pocos segundos, pocos segundos a que a estas alturas parecen horas, «compañía», porque en realidad era Sagan, qué pedazo de ciclista, qué 22 añitos, qué futuro mito del ciclismo, hacía muchos años que no vivíamos una explosión como la del eslovaco.

Tom Boonen

Meta, el triunfo entre tres, entre tres perros viejos, entre tres especialistas, entre tres muy conocedores de sus rivales, estrategia pura, cuando me quedo sin uñas comienzo con las de mi perrita, a pesar de su dulce mirada, que te jodan, hay que servir a tu amo, ya te crecerán, gana Boonen, entra en la gloria, no por su triunfo de este año, porque Flandes es tan puta que la gloria se la reserva a gente como Cancellara hace dos años, victorias eso sí, anualmente, y con esta Tom Boonen suma tres, consagrándose como uno de los mitos de nuestros tiempos, tras un par de años duros vuelve por sus fueros, era el gran favorito y sólo el suizo podía hacerle sombra, Boonen además suma y suma esta primavera, pletórico, ha ganado casi todo lo que ha corrido, me parece que ya sabemos el ciclista a seguir el próximo domingo, porque además tiene un equipo, ahora sí, a la altura. Pero ojo, que al contrario que Flandes Roubaix no necesita mal tiempo, es dura y selectiva se den las condiciones metereológicas que se den, ya os contaré.

Bonito tema para la posdata, agradable de escuchar sin duda, Sirenia, «Fallen Angel»

El cine te debe una, cabronazo.

Hay personajes históricos que inspiran películas, la gran mayoría son héroes, militares o civiles, gente que durante su vida o bien hizo cosas extraordinarias (porque por llevar vidas como la mía nadie te recuerda), o la literatura, la leyenda, o vete a saber qué, hace que una vida mediana se convierta por arte de magia en una vida meritoria, hay también veces en las que el retratado en el cine es una figura histórica de esas a las que te gustaría ahostiar, pero con la espalda bien cubierta, porque en el fondo te dan miedo, son como la suegra, la odias, pero llega el domingo y vas a su casa como un corderito y le dices lo ricos que están los garbanzos.

Hay, claro, muchos personajes históricos a los que el cine les debe una, héroes como Albert Richter, de quien ya hablamos, hablé mejor dicho, o Von Lettow, pero también personajes siniestros con una historia siniestra, como el protagonista de este post, Maks Luburic.

Luburic

II Guerra Mundial, la Alemania Nazi controla media Europa, siembra el terror en sus campos de trabajo, de concentración y exterminio, pero es que además esto es como el colega chungo que no quieres para tus hijos, contagia de su fiebre exterminadora cuantas tierras conquista, casos se dieron por ejemplo en los ahora países bálticos, y casos se dieron en los Balcanes, en su momento ya hablamos que en la anterior guerra mundial los Balcanes fueron, aparte de casus belli, escenarios de alguna de las grandes vergüenzas del siglo, bien, cuando en los años 90 la guerra sacudió la zona y se desató el odio amontonado quizá no se entendió que ese odio llevaba ahí decenas y decenas, por no decir centenares, de años, entre otras cosas gracias a gente como Ante Pavelic.

El Ante Pavelic este gobernó un estado títere de la Alemania hitleriana, Estado Independiente de Croacia lo llamaron, nacionalista croata el tipo tenía una larga historia detrás suyo, asesinatos incluidos, cuando aprovechó la invasión de su tierra por las tropas alemanas e italianas para hacerse cargo del gobierno de esa nueva nación, que reprodujo el modelo de estado italiano y alemán, y claro, reprodujo también la limpieza étnica y los asesinatos masivos, ahí entra nuestro prota, Luburic, Maks el carnicero.

El tipo dirigió el campo de concentración de Jasenovac, el mayor campo de exterminio de la zona, donde serbios sobre todo, pero también judíos, comunistas, eslovenos, musulmanes y enemigos políticos fueron masacrados, el número, pues como en las manifas, según quien los cuente desde unas cuantas decenas de miles hasta prácticamente un millón de personas, en todo caso una cifra que se podría calcular en un «ni pa tí ni pa mí» en 500.000 personas, ya sea dentro del campo propiamente dicho o en los alrededores, donde se dio pasaporte a muchos.

Por dar algún ejemplo de la barbarie sufrida allí, había la costumbre, entre los guardias, de según llegaban prisioneros, ir rebanándoles el cuello, ganando la competición obviamente quien más degollaba, un tal Petar Brzica tenía el record con más de 1.300 prisioneros con el cuello rajado en un sólo día, otra costumbre era arrojar a los prisioneros a hogueras, para que ardieran vivos, homenaje sin duda a la quema de brujas medieval, echarlos al río para que se ahogaran (pasaban de un extremo a otro sin despeinarse) o romperles el cráneo con un martillo, a las mujeres obviamente se las violaba antes de darles el destino elegido, eso sí, cuando se recibía la visita de periodistas extranjeros, o de la cruz roja, todo era distinto, comentan también que se despedazaban los cadáveres, incluso se ofrecían en carnicerías cercanas pedazos de carne humana, se echaba sal a las heridas de los presos, metían clavos ardiendo entre la carne y las uñas, empalaron niños… puede, seguro, que muchos de estos actos sean más cosas de la leyenda negra que la Ustasha, el movimiento, policía secreta carcelarios croatas, dejó entre la población civil, en cualquier caso con que se cumplieran la mitad ya sería un horror inconcebible.

Hay que decir también que las milicias chetniks pro-serbias tampoco es que fueran hermanitas de la caridad, enemigos acérrimos de la Ustasha torturaron, violaron y asesinaron a miles de hombres, mujeres y niños croatas, de cualquier forma valga esto como siempre, para entender el odio mutuo, nunca para justificarlo.

Maks visitó los campos alemanes, concretamente Auschwitz, para hacerse una idea de cómo se hacían estas cosas, pero hasta los propios enviados nazis que visitaron el campo se refirieron a él como «epítome del horror» o «uno de los campos más horribles, solo comparable al infierno de Dante», sobre el director del campo dijeron lindezas como “sádico extremo” y de “enfermo mental”, cuando el campo estaba a punto de ser liberado Vjekoslav (Maks) Luburic mandó asesinar a los prisioneros que quedaban y dinamitar el campo, huyendo a salvar el pellejo, y tras pasar por varios países europeos llegó a España, curiosamente como su «jefe», Pavelic, se ve que en aquella época la España de Franco no tenía gran pega en acoger a gente de esta calaña.

Y ahí comienza la segunda parte de la historia, en la que asoma Ilija Stanic y donde asoma el nombre de Vicente Pérez García, este último fue el elegido por Luburic para establecerse en Valencia, se casó, fue padre y esposo amante, dueño de una imprenta, aun con su nombre español siguió en la política, usando su imprenta para dar cancha a sus ideas, en esa imprenta comenzó a trabajar Stanic, este era un agente secreto de la Yugoslavia de Tito, los servicios secretos localizaron a Luburic y le enviaron para darle papeleta, se dice que le envenenó usando café, que nunca fue detenido y que regresó como un héroe a su país, más menos como los armenios que persiguieron y cazaron a varios turcos responsables del genocidio de su pueblo en la I Guerra Mundial.

Pero he aquí que en esta historia incluso el final es bastante menos heroico de lo que se cuenta, Francesc Bayarri es un periodista valenciano que dijo haber encontrado, años después de 1969 (cuando murió Luburic) a Stanic, en la entrevista que este concedió a Bayarri la historia cambia respecto a la versión dada por Yugoslavia, “Cita a Sarajevo” es la novela donde se cuenta esta nueva versión de los hechos, según esta Stanic no mató al asesino croata, que sólo fue un colaborador, da dos nombres como brazos ejecutores, Nikola y Vladimir, de los que nunca se ha sabido nada, que realmente no fueron motivos políticos los que le impulsaron a hacerlo, que incluso llegó a admirar a Luburic, que si lo hizo fue por agravios que este tuvo en el pasado con su padre.

Realmente es imposible saber cuál es la verdad, puede que Stanic no la contara tras tantos años a un periodista extranjero por vete a saber qué motivos, en cualquier caso no me digas tú que esta historia no da para una película, trágica si, pero ahora con tantas secuelas, remakes y similares este es un auténtico guión presto a ser llevado a la gran pantalla.

Posdata, Sirenia, ya han salido, el tema: «The Other Side»:

«Breaking Bad» los antihéroes.

He estado viendo “Breaking Bad”, una de las grandes apuestas del canal AMC, serie creada por Vince Gilligan, la propuesta no deja de ser interesante, un cuarentón, profesor de química, como tantos otros hombres de su edad con una vida en la que no se siente ni realizado ni valorado, con el agravante de descubrir que tiene cáncer, con el fin de asegurar el futuro de su familia, una mujer absorvente, un hijo adolescente con parálisis cerebral y un bebé en camino, y con la ayuda de un antiguo alumno, yonki y trapicha de poca monta, decide emprender la aventura de fabricar y distribuir metanfetas.

Breaking Bad

AMC es quizá el canal más dispuesto a hacerle la competencia a la HBO, suyas son series como la exitosa «Mad Men», la zombiana «The Walking Dead» o el remake «The Killing», también de la por mí esperada «Hell on Wheels», que estrenan el mes que viene, un western con muy buena pinta, ciertamente han conseguido reconocimiento de la crítica, del público y galardones varios, pero para mí hay detalles, sobre los que hablaré luego, donde fallan.

Estamos sin duda ante una buena serie, bien interpretada y que entretiene. Comienza explotanto el papel de antihéroes de los protagonistas, tomando un todo de comedia, tono que va perdiendo a lo largo de los capítulos para dejar paso al drama, con todo a mí al principio me pareció bastante lenta y pesada, cosa rara porque es la primera temporada la más corta de todas por aquello de la huelga de guionistas, el que luego, con una trama más convencional, más tópica, vaya ganando, no deja de ser su pequeño fracaso, te dejas de creer la historia y comienzas a ver escenas que vamos, “sí hombre”.

He de decir que esto está escrito teniendo en cuenta las tres primeras temporadas, habrá que esperar a la cuarta, en emisión y a la confirmada quinta, que está en producción y que además se cuenta que tendrá 16 capítulos, la gran pega para mí es la misma de la que adolecen sus compañeras de canal, mientras que la historia en sí misma no está nada mal en cuanto se pasa a la vida privada de los protagonistas la cosa huele demasiado a culebrón, pierde interés.

Los actores están bien, sobre todo el prota, Bryan Cranston, aunque mi personaje favorito sea el de su cuñado, el duro Hank, interpretado por Dean Norris y al que si no le dobla el que hizo de Tony Soprano poco le falta. Junto a ellos tenemos a Anna Gunn ( «Deadwood» ), Aaron Paul como socio farlopero, Giancarlo Esposito, tio polivalente donde los haya, (sale por ejemplo en «Once Upon a Time») como capo de la droga, Jonathan Banks, uno de los secundarios de lujo de la tele americana, como detective para todo y Bob Odenkirk como abogado carente de excesos de ética.

Lo que más me jode de esta serie, como me jode de muchas otras, es su hipocresia sexual, está bien mostrar en pantalla cabezas decapitadas y demás casquería y sangre, eso no hace daño alguno, pero mostrar una teta es pecado mortal, están echando un quiqui y cuando acaban la tia se tapa con las sábanas, coño, que te acaban de follar, ¿tanta verguenza te da que te vean las tetas?.

Y no se trata de enseñar tetas, se trata de que si no quieres enseñarlas hay otras maneras que no sean taparte con las sábanas, eso chirria, un plano de espaldas qué se yo, esa es una de las diferencias entre la HBO y el resto del mundo, que en estas te olvidas que ves una serie porque te crees todo lo que pasa y en el resto no.

Sirenia es una banda noruega de Gothic Metal, de esas despectivamente llamadas chochometal, siempre se ha caracterizado por los cambios en su formación, sobre todo en la vocalista, a la que cambiaban disco a disco, curiosamente la única en repetir ha sido la española Pilar Giménez García, más conocida como Ailyn, que de «Factor X», y sin experiencia previa alguna en el género fichó por la banda dando la talla, sin embargo el tema de hoy, «My Mind’s Eye» pertenece al disco «Nine Destinies and a Downfall» donde la cantante era la rubia danesa Monika Pedersen.

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