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Héroes cotidianos, el hombre que daba la mano flácidamente.
Mucho se dice que hoy en día ya no quedan héroes, en un mundo en el que el activismo político se hace vía twitter y en el que ni se decapitan reyes ni nada, que si Roberspierre levantara la cabeza se avergonzaría en grado sumo, la figura del héroe con mayúsculas tiende a desaparecer, cierto. Pero que tienda no quiere decir que no haya excepciones, sí señores, sí señoras, hoy tengo el gran honor de presentaros a Flácido, un tipo capaz de rozar lo extraordinario. No te digo más, un día fue a comprar el pan.
Impactante, pero dejemos que sea él mismo quien nos cuente su aventura, querido Flácido, déjeme estrechar flácidamente su mano, todo un honor conocerle, qué digo honor, es la culminación de mi vida, tras esto puedo morir tranquilo.
«Quita quita, no exageres, pues sí, estaba yo un día en casa, me levanté tras dormir 13 horas, claro, dormir 13 horas cansa, así que me fui al sofá a descansar un poquito, la siesta mañanera típica de las 12 del mediodía, y es difícil ¿eh? Porque ahí estaba la parienta dando el coñazo con sus vicios y hobbies, la aspiradora, la lavadora, no hay cosa que más me joda, ni descansar a uno le dejan, coño, que se ponga a hacer sus aficiones sin molestar, ¿acaso molesto yo con las mías salvo por esos suaves y melódicos ronquiditos?».
Una entrada navideña, porque es navidad, niños, capad a Gaspar, que es un moñas.
Bueno, aprovechando estas bonitas fechas navideñas, llenas de amor, de buenos deseos, de agradables y entrañables cenas familiares, de comidas… Lamentablemente también ahí con toda la familia y la resaca, de bonitos y útiles regalos, de paz, de amor, de poder ir dando besos a todas las que pillas por la calle, «feliz navidad guapa, dame dos besos, mua mua», vale, alguna, la mayoría, te ahostia, pero tú has dado besos y abrazado ahí sintiendo ese turgente par de pechos contra el tuyo mientras efectuas un disimulado frote con tu poderoso miembro viril, el mismo que instantes después recibe el pertinente y recurrente rodillazo, también lleno de paz y amor, mas una pequeña dosis de navideña mala hostia.
En estas entrañables fechas debo dar voz a alguien, a «un amigo», un amigo vilipendiado y ninguneado, te cuento así resumido, luego si veo que resumo mucho pues ya te cuento cómo he decorado la habitación de la niña, aparte de genio y líder de opinión también soy un afamado decorador, al decorar habitaciones sobrando hasta pintura y al follar es complicado encontrar quien me gane.
Mitos y realidades de los piratas del Caribe.
La saga de «Piratas del Caribe», «La Isla de las Cabezas Cortadas» (sí, me gustó), si nos vamos atrás en el tiempo «El capitán Blood», «El Cisne Negro», «El hidalgo de los mares», «La Isla del Tesoro», «Su majestad de los mares del Sur» y un largo etcétera, todas tienen en común una cosa, están dedicadas al mundo de los piratas, ¿qué hay de verdad en lo que cuentan?
Esto te va a servir para hacerte un poco más líder de opinión, te cuento, en realidad no tengo ni puta idea del asunto, más allá de la duda razonable de que en las pelis todo se cuenta de manera muy distinta a la realidad, como más románticamente y eso, da igual, te ves un par de documentales al respecto, echas un ojo a un par de páginas y pones «tras una larga y minuciosa investigación puedo responder a esa pregunta».
Arranca la temporada ciclista.
Qué, momentazo ¿eh?, te la suda el asunto, pero qué le vamos a hacer, en realidad sabes, que se te ve enterado y sobre todo interesado en el asunto, que la temporada ciclista empieza en enero, con esas carreras al sol de Australia, Argentina, Omán, Qatar y demás, pero seamos sinceros, eso de ver a los ciclistas paseando en bici al solecito no satisface nuestra necesidad de ver a la peña sufrir cuales yernos en nochevieja, la Omloop Het Nieuwsblad es otra cosa, es la carrera inaugural del calendario del norte, el pavé, los muros, el frío, el barro, lluvia, nieve y demás. No hay cosa más molona que estar en el sofá con la mantita, los ganchitos y las cervezas y poner a parir a los ciclistas por su escasa combatividad mientras les cae el diluvio encima y pasan una rasca de las memorables.
La foto bien lo atestigua, decir que ganó el inglés Stannard, pero vaya, que es lo de menos casi, esas carreras tienen un atractivo muy especial y es donde realmente ves eso, competitividad de la buena, en el resto hasta que no llegue Niza es casi todo pasear el maillot e ir acumulando kilómetros. Empero, no es hacer una crítica sobre esta carrera el motivo principal de esta entrada, qué va, esto va de echar bilis, poner a parir a la gente, hacerme el listillo, pronosticar y luego cuando falle no acordarme del asunto, eso sí, si acierto ya es otro cantar, «¿ves cómo ya te lo dije?»
Momento histórico, acaba «Breaking Bad».
Puede parecer exagerado, en realidad lo es, el final de una serie de televisión nunca debería ser un momento histórico, mas si nos ceñimos al mundo televisivo sí que lo es, pues pocas series alcanzaron en la historia la trascendencia y prestigio de «Breaking Bad». Esto lo digo con toda la objetividad posible, «trascendencia» y «prestigio» son términos que se prestan a resultar muy opinables, pero más allá de gustos hay que reconocerle eso. Digo más allá de gustos porque hasta la fecha aun no tengo decidido si esta serie es la quintaesencia de la egregia polla hablando de tele o resulta bastante sobrevalorada.
Mas éxito ha tenido, de audiencias, de premios, AMC, el canal que la encargó y emitió ya ha firmado con su creador, Vince Gilligan un contrato para crear una nueva serie, sin saber siquiera nada de la misma, y a la vez ha confirmado un «spin-off» basado en el personaje del abogado Saul Goodman, interpretado por Bob Odenkirk, tipo este curioso, uno de esos currantes polivalentes, actor, guionista, director, productor e incluso hasta cómico ocasional. La importancia real de la serie la dará el paso del tiempo, pero me da que sí, que esta será una de esas que formarán parte del Olimpo televisivo, junto a «The Wire» o «Los Soprano».
La sexta visita de los vampiros.
Cuando se estrenó la quinta temporada de «True Blood» se anunció una sexta que en principio iba a ser la última de la saga vampírica de la HBO, poco después y antes de ser estrenada esta sexta entrega ya se confirmó que habría otra, la séptima, hablamos pues que la serie más veterana y atípica del canal sigue gozando de buenas audiencias y tiene de momento mucha vida asegurada, aunque siga teniendo como base el mundo de los muertos.
Y la verdad es que la serie, contando con sus señas de identidad, ha mejorado bastante desde que se dejaron de tanto bicho raro de anteriores temporadas, coño, que metían tanto bicho raro, brujas, hadas, hombres lobo, pantera, hombres que se convierten en moscas y demás que no te extrañaba ya encontrarte qué se yo, con David el gnomo, o la mariposa Cristina. Cierto es que algo de esto sigue, pero al menos lo gordo del asunto vuelve otra vez a los vampiros, que es lo que queremos ver.
Abortos, leyes, democracias, ¿incoherencias?
Recientemente ha echado a andar el polémico proyecto de ley de Gallardón que acabará, dios mediante (nunca mejor dicho) en una nueva ley que en realidad no será de aborto, puesto que el nombre elegido es «Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la embarazada». Al respecto de la misma me ha surgido una certeza que normalmente me suele surgir cuando se aprueban leyes de la forma en la que se va a aprobar, porque se va a aprobar, esta, de la misma forma y también al hilo comentaré una pequeña discusión que tuve yo con cierta parienta que me costó unos cuántos polvos de castigo 🙂
He de decir que entiendo que el tema es polémico de cojones, que cada uno tendrá sus ideas al respecto y vaya, no pretendo tampoco convencer a nadie más que nada porque antes debiera convencerme a mí mismo y ni mucho menos, «nosotras parimos nosotras decidimos», bonito slogan, mas eso significa dejar al padre fuera de toda capacidad de decisión cuando el niño es la mitad suyo, me parecería bien si luego en consecuencia nadie pidiera pensiones alimenticias, puesto que si es de quien pare pues eso, para qué coño se quiere padre en ninguna de las circunstancias.