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Trilogía “Merikeit la poetisa”. Tercera parte: “Un debate cojonudo entre el duro crítico literario y Merikeit, la autora de la obra”.
El duro crítico literario Flanagan y la poetisa Merikeit hacen el amor, follan para que me entiendas, al acabar Merikeit da gracias a la falta de sexo del autor, que propicia que sus personajes estén dándole al frote constantemente, Flanagan, encendiendo un pitillo, asiente: «la verdad que sí, mola un huevo, di que qué coño va a mojar ese imbécil con lo feo que es».
Y Flanagan muere, por listo de los cojones, en su lugar aparece Flácido, el hombre que daba la mano flácidamente, le da la mano a Merikeit, flácidamente, y se la tira, al acabar Merikeit vuelve a repetir la ingeniosa frase de antes y Flácido asiente, encendiendo un pitillo, solo que en este caso flácidamente: «Pues no me explico el por qué no folla el autor, si es guapo y varonil como nadie».
Y Flácido así se gana el derecho de establecer el debate acerca de la obra de Merikeit, esta:
Me acostumbré a esperarte.
Viniste.
No me acostumbro.
El diario de Merikeit.
Buenas, soy Merikeit, este es mi más íntimo diario, una es muy de seguir los buenos manuales y de ignorar los deficientes, es por ello por lo que me fijo en cosas como esta y sin embargo cosas como esta otra las dejo arrinconadas en mi mente, porque una lo que quiere es ser feliz en esta vida, tú te dirás que como todos, pues parece que no, gracias a los consejos de mi inmenso y nunca suficientemente venerado ni vanagloriado líder pude cambiar mis actitudes ante la vida de pareja, buff, qué te diré, jamás he sido tan feliz, para que veas lo feliz que soy he decidido pillar una página cualquiera de mi más íntimo diario y dar fe.
Ayer a la mañana, me despierto, noto a mi macho al lado, oliendo como tienen que oler los machos, a hombre viril, nada de a perfumes ni a polladas, a sudor revenido, me desnudo y le despierto rozando mis pechos contra su espalda, cuando se despierta amablemente le sugiero la posibilidad de follar, él me mira sorprendido y me dice que si tengo fiebre, sí, en el coño, le respondo, me arde en deseos, ante sus dudas le ofrezco ir a prepararle el desayuno antes para que pille fuerzas, siempre y cuando me prometa no cepillarse los dientes porque el aliento de un macho tiene que tener su personalidad.
Mi lado femenino tomó el control.
Soy el lado femenino de Dessjuest, todos los hombres tienen alguno, qué hombre no ha hecho alguna vez cosas habituales de mujeres como hacer más de dos maniobras para aparcar el coche o bajar la tapa del váter cuando acabas de mear. Normalmente es difícil asomar la cabeza de entre la cantidad de cosas que pueblan la cabeza de este señor, pero a veces no puedo resistirme.
Ojo con el notas, dice que de joven le compra un regalo a la novia, según él algo «para que esté más guapa», y tras tenerla varios días en vilo pensando en qué será, si una cadenita, una pulsera, un anillo con un pedruscazo va y le suelta una depiladora. Pilla ella, a quien no conozco pues por entonces aun no tenía lado femenino el orangután este y se lo tira a la cabeza. ¿Qué sociedad estamos montando?, es escandaloso, a que sí, a que no hace falta pensar mucho para darse cuenta de que en esa situación alguien no actuó como debería haber actuado.
Y no me creíais.
Os pensáis que me invento las cosas, pero vaya, que no, que las cosas son como son, no hay manera, en fin, antes de nada, tú piensa en maneras de tirar el dinero, muchas, pero hay dos que están por encima del resto, comprarte condones y encargar estudios, de esas dos cosas precisamente va la entrada de hoy. ¿Qué estudios digo?, pues esos que encargan pagando un pastón para averiguar cosas que ya sabías.
Digo yo que no hace falta un estudio para llegar a la conclusión de que los calvos visitan con menos frecuencia las peluquerías y con mayor las clínicas de acortamiento de penes, sí, nos acompleja tener tanto volumen, son perogrulladas, en verano hace más calor y en invierno más frío, también, está claro, vale, en Euskadi no, aquí tenemos lluvia y granizo hasta en pleno agosto. Pero vaya, que todos sabemos qué quiero decir, que no hace falta ser muy listo ciertas cosas, mucho menos necesarios son ciertos estudios.
Únete al romanticismo coño.
La verdad, he de serte sincero, uno no ha sido nunca tan feliz como ahora, desde que me abandoné al romanticismo veo las cosas desde un punto de vista nuevo, más sensible, ahora echo el cagarro por las mañanas y me lo quedo mirando maravillado, «qué cosa más bonita», me digo, «es parte de mí y se va», y lloro, lloro por ese perfecto y tan personal excremento que tras unas palabras por su alma va a reunirse con Nemo al mar, y con los pulpitos, los pececitos y pececitas varios.
Es tanta mi felicidad que decidí traerte al club de los románticos, que se te ve infeliz, ahí metiendo como un campeón día tras día, hoy con una, mañana con otra distinta, haciendo mil posturas, acabando ese asqueroso polvo ocasional, vestirte e irte a tu casa solo a tocarte los huevos recordando las mejores jugadas, esa no es vida, estaremos de acuerdo digo yo, me vas a comparar eso con tener que currarte románticamente cada encuentro sexual, echarle ahí días, semanas, meses, citas, detalles, flores, cenas románticas y demás para que al final tenga la regla y acabes haciéndote una romántica macuca en la soledad de la ducha.
Como conseguir, y conservar, a un hombre.
Bien, como veo que hay mucho desconocimiento de la figura masculina entre las damas, como veo además que os cuesta horrores conseguir un hombre como Dios manda, y mucho más mantenerlo, os voy a dar unas pautas de comportamiento para corregirlo, esperando que tengáis éxito al ponerlas en práctica.
Primero y fundamental, hay que conocer cómo es un hombre, queridas, es sumamente fácil, el hombre, sencillo, es tan famoso el asunto que duele repetirlo, pero es que parece que de tan sencillo se os olvida, a ver, un hombre sólo necesita dos cosas para ser feliz, sexo y dejarles en paz el resto del tiempo, creo que ya te lo he contado alguna vez, tenía yo un amigo que decidió que era mejor cagar que hacer el amor porque decía que asi al menos al acabar no tenía que abrazarse a la taza ni decirla cuánto la quiere. Sexo, sin más, nada de cariñitos, besitos, abracitos y chuminadas, follar vamos.
Una entrada plasta.
Esto va a ser complicado, normalmente no suelo hablar, escribir vamos, demasiado en serio, así que cuando uno se pone corre el riesgo de desviarse y contar paridas, intentaré que no sea así, ya que aunque lo que te voy a contar pueda parecer una chorrada para mí es un problemón. ¿Ves?, ahora tenía la tentación de poner que el problema era mi tremendo nabo y la dificultad para encontrarle acomodo, es lo que tiene poseer una mente enferma.
Pero no, mira, a veces, me acuerdo de Juan, por ejemplo, o de Plared, se me dice, o se intuye que dicen, que peco de modestia, realmente no es así, sé que tengo mis virtudes, por una vez te hablaré de ellas, no de mis defectos que normalmente quedan plasmados en todo lo que escribo, soy un tío simpático, de los que se abren a la gente. Para que te hagas una idea, donde vivo ahora llevo relativamente poco viviendo, nada más mudarme ya me hablaba con medio pueblo, sobre todo soy muy bueno para los críos, no hay cosa que más me guste que ir por la calle y escuchar una vocecita llamándome, darme la vuelta y ver la cara de la niñita de turno con una amplia sonrisa corriendo hacia mí, esos momentos son impagables. Uno es niñero, qué le vamos a hacer, cuántas veces me he visto en el parque jugando con mis niñas y acabar rodeado de enanos y enanas, hasta a mi casa me he llegado a llevar cinco niños extra, con sus cinco lloreras cuando han venido a recogerles.
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El cojo y su madre de costumbres libidinosas.
No sé si conoces a Inma, una bloguera que suele regalarnos entradas divertidas, directas, sinceras, merece la pena leerla a diario, pues nada, esta es otra de esas entradas dedicadas, su petición era clara, quería una dedicada al «cojo hijoputa» y encima con amor, pues nada, aquí va la historia de amor del cojo hijoputa ese.
El cojo hijoputa estaba decidido, hoy sería el día, treintañero, guapo, tenía el encanto arrebatador que sólo un cojo y calvo natural destilaba, unas elegantes gafas le daban ese aire intelectual que tan bien describía su personalidad, su cuerpo embutido en una ajustada y raída camiseta que dejaba evidente que todo el pelo que le faltaba arriba poblaba su varonil pecho, un sedoso vello que hacía casi imposible admirar su desarrollada abdominal, mientras otros necesitaban horas y horas de gimnasio él había logrado esa hermosa lorza como se obtienen las grandes cosas, por gracia divina. En la hombrera un paquete de Habanos, con la marca bien a la vista, no había cosa más sensual que la imagen de dureza que transmite un fumador de habanos.
Un pantalón de tergal, elegante, dos tallas más pequeño de lo necesario, hacía el resto, su hermoso aparato reproductor protegido por dos pares de calcetines, no porque necesitara engañar, porque estaba más que satisfecho con sus seis centímetros, sino por evitar fríos en tan nobles partes. Para asegurar el éxito dos semanas sin visitar la ducha y una botella de Brummel, sabedor de que la mezcla de feromonas que emanaban de su sudor reseco y tan noble perfume eran sinónimo de triunfo.
Extrañamente en una discoteca abarrotada se hizo un amplio círculo a su alrededor en la barra, buena señal pensó, no habría manera de pasar inadvertido a las mujeres, aprovechando el hecho tomó esa pose triunfadora que todas las generaciones de su familia habían usado, apoyose en la barra y puso un vaso con ginebra a palo seco en la mano libre, moviendo rítmicamente su pie al son de la música y acompañando el baile con su bastón reglamentario de los cojos hijoputas, de todos es conocido que no hay nada más atrayente que un macho con una copa de ginebra oteando el ganado a distancia.
Ella entró con dos amigas, se sentaron en la única mesa libre, casualmente la más cercana al adonis del Gin MG, enseguida reparó en él, fijaros chicas, que apuesto, atlético y varonil pero a la par culto y refinado y en todo caso irresistiblemente atractivo cojo hijoputa treintañero hay en la barra, sus amigas miraron y remiraron haciéndose las locas como si no reconocieran a nadie con semejantes características, pero ella, con justicia, consideró que las otras simplemente tenían celos, porque él la miraba sólo a ella.
«Humm, que sedosa pelambrera se deja entrever en esa arrebatadora camiseta de lunares», sus amigas de nuevo intentaron fastidiar la historia de enamoramiento, «no son lunares, son lamparones, así huele», sí, qué olor, pensó ella, jamás había sentido como su aroma a macho le teletransportaba a sus más húmedos sueños, y qué paquetes, que gusto al ponerse uno en la hombrera el de tabaco, sólo un hombre de verdad fumaría habanos, y ese rítmico y enloquecedor bailecillo con los pies y el bastón al son de la música, sí, era él, su príncipe azul, el que llevaba esperando toda su vida.
Él percatose de la atención de ella, decidió entonces comenzar su original cortejo, por cortesía con la dama, pues era evidente su falta de necesidad, decidió ignorar los sutiles gestos de ella, lamiendo un vaso de tubo y echándose hielos pos sus pechos y desvió la mirada a la vez que se pasaba la lengua por los labios y exhalaba un suspiro, suspiro que llegó a la mesa mezclado con un fresco y personal aliento sólo conseguido tras un mes sin rozar la pasta de dientes.
«Qué hombre», pensó ella, no sólo era atractivo y varonil sino que encima era de los machos, de los que resistían e ignoraban los encantos femeninos, decidió dejar las señales sutiles y hacer algo un poco más osado, se levantó y corrió hacia la barra mientras se quitaba las bragas, llegó y comenzó a frotarse contra la mullida entrepierna de él.
Él decidió entonces abandonarse a la pasión, la besó, disimuladamente le quitó su camiseta destrozándola en veinte trozos para admirar la belleza y turgencia de sus senos, increíbles, ella era maravillosa, perfecta, tan perfecta que tuvo que pellizcarse para comprobar que no era un sueño.
Pedazo gilipollas, ya podías pellizcarte los huevos, pero después de tirártela, a ver si cogiendo otra vez el sueño recuperas la historia, que no espabilas, la cuarta vez esta semana.
Posdata, Neverland, el tema: «Reversing time»
He de decir que aunque la entrada es petición de Inma el estilo, el fondo, la inspiración me vino de Inspi, claro, hablando de Inspi, día 19, ¿qué vas a hacer?
Rutina, rutina……
Me levanto, bebible para el colesterol, saco a la perra, «deja de oler meados coño», otra vez llueve, vuelta a la manzana, no caga, «venga por Dios», nada, «pues te jodes, ya cagarás», a casa.
Desayuno, la parienta levantada ya, «Buenos días cariño», le digo, «grrrrr» me responde, «¿qué tal has dormido?», «grrrrr», la perra poniéndome las patas encima para que le de una galleta, como si me comiera yo su pienso, «¿qué quieres para comer esposa mía?», «grrrr con patatas», mete la taza al lavavajillas, según pone el culo en posición me amorro, «corderaaaaaaaa», hostia, «grrrr, grrrr, grrrr gilipollas¡».
Se va a trabajar, enciendo la tele, a ver las noticias, justo con el tiempo, «hoy día soleado….», no jodas, te dices, por fin, «….excepto en el tercio norte peninsular», su puta madre, ya empezamos con el hecho diferencial, esto con el PNV no pasaba, enciendo el ordenador, abro el emule, a piratear, abro el blog, páginas de ciclismo, se bloquea todo, mientras hago zapping, a ver si alguna presentadora está lo suficientemente buena, total, para que te mientan al menos que te alegren la vista.
Se acabó la paz, llegó la hora, hago la cama, me cepillo los dientes, luces, crías, te arrimas, las mimas, «jo aita, que pesado», «tengo derecho, denúnciame», la pelea, haced pis, vestiros, desayunad, los dientes coño, ¿quieres acabar de una puta vez?, «aita, no digas tacos», «puedo, mi padre me dijo que cuando hiciera la comunión podía», «¿entonces yo el año que viene puedo decir tacos?», qué cabrona, «¿acaso tu padre te ha dicho que puedes?».
Peinar, coletas, «Bob Esponja», para el cole, por fin, el café, periódico, arreglar el mundo, nada, que hay prisa, compras, casa, perra, paseo, «a ver si cagas ahora coño». De vuelta al hogar, las tareas, el marujeo, vas a por la aspiradora, «tampoco es que haga tanta falta», te dices, un ácaro del tamaño de una suegra te ataca vilmente, «ah pues sí», acabas, ahora sí, ahora le puedes poner banda sonora a la mañana, que se jodan los vecinos, toma Helloween.
Acabas, ducha, te despelotas, te metes en la bañera, me miro el nabo, me miro la mano, una cosa lleva a la otra y si no la obligas, afeitado, acicalado, te preparas el bocata, la merienda de las crías, ¿toca piscina hoy?, a saber, dejas preparado lo de la piscina, lo de la catequesis, lo de pintura, hay que ir a trabajar.
Trabajo, bendita suerte en los tiempos que corren, llegas, «ey Dessjuest, cámbiame el turno mañana que mi madre se está muriendo», «por chorradas ya te he dicho que no hago cambios», viene otro, «eh, mañana cámbiame, que a lo mejor follo», «vale, cuando quieras, para esas cosas no hay problemas», llega el rencor, llega el de antes, «eh, que mi madre se muere», » a ver, ¿te la vas a tirar?, a que no, pues entonces no me pidas cambios».
Día tranquilo, hasta puedo escribir alguna chorrada para el blog, leer otros blogs, no entiendes gran cosa, pero te gusta, viene la de la limpieza, ¿por qué la gran mayoría de ellas son tan plastas?, ¿por qué no puede venir otra vez aquella chavalita de tan buen ver y que encima ni hablaba?, estampida, cuatro gatos se quedan, gran momento ese, a ver un capitulillo de lo que sea, venga que queda poco.
Vuelta al hogar, abres la puerta, la perra a tocarte los huevos, «quita pesada», la parienta en el sofá, «¿qué tal el día?, ¿qué tal las niñas?», «grrrrrr la pequeña grrrr la mayor grrrrrr dale apiretal», ¿a cuál?, «grrrrr gilipollas, me voy a la cama», «ahora voy yo, vete bajándote las bragas», «GRRRRRRRRRR tengo la regla, me duele la «pon aquí lo que quieras, cabeza, tripas, piernas, espalda, junta de la trócola…».
Bueno, pues a echar un mus, qué buena gente, como no te ven la jeta hasta te integras, nadie te escupe, a ver el blog, siete visitas, cojonudo, nuevo record, pero diré que 200, coño, un «me gusta» y un comentario, a ver qué dice, es el mismo del «me gusta», «perdón, me equivoqué a darle al botón, no me gusta, esto es una mierda», joder, cuánta sinceridad innecesaria.
A la cama, pon a la peque a hacer pis, si no se meará en la cama, cepíllate los dientes, mea tú, admira tu enorme nabo (las últimas encuestas la sitúan en una horquilla de entre 7 y 10 centímetros), a oscuras hacia la cama, puta mesilla, otra vez te la comes entera, te metes, qué calentita la parienta, me voy a arrimar un poco, pa entrar en calor, si puedo le pongo el nabo en el culo, como llamando al amor, GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, vale vale, tampoco hay que ponerse así joder, qué carácter.
Una cosa te voy a decir, Heaven’s Gate está para la posdata de hoy, no te voy a decir que le des al play, si no te gusta el Heavy no te va a gustar, ya te diré cuándo debes darle, pero este tema, «Noah’s Dream» es un temazo, espera, TEMAZO, con mayúsculas, tema largo, que te lleva de un lado a otro, momentos para todo, para el ritmo, para la melodía, para los solos, para la épica……
«The power of your life is here to carry on
The toughness and ability
The faith is keeping strong
And we will carry on»