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«Last Resort» ¿tan mala como aparenta?.
Dicen, los más sabios del lugar, que si huele a mierda y tiene pinta de mierda es más que probable que si la pruebas te sepa a mierda porque mierda será, estando tan claro el tema pues hay ocasiones en la vida en las que uno arriesga, como es el caso, tras ver la tercera temporada de «Game ot Thrones» me encuentro conque no tengo completas las series que quería ver, «House of Cards», «Hannibal» y «Los Hermanos Donnelly», así que le eché un ojo a «Last Resort», «Último destino» en cristianés, serie de ABC, ¿por qué?, porque está creada por Karl Gajdusek y Shawn Ryan, y este último es también el padre de una pedazo serie, «The Shield».
Va de submarinos, o eso parece al menos, primera cosa que me toca los witos, no me atrae, encima ves el cartelito y ves las caras de los protas y ya flipas, esos gestos forzados… en fin, que hay que hacer el esfuerzo, es, hablando de mierda, como el cagar, sin esfuerzo no hay recompensa y sí estreñimiento, ¿quiénes son los protas?, Andre Braugher, Scott Speedman, Daisy Betts, Camille de Pazzis, Dichen Lachman (que sale en una que tengo apuntada para ver, «Dollhouse») o Jessy Schram, que es una de las del reparto de ese engendro llamado «Falling Skies». La verdad es que repasas las filmografías de los protas y ves tanta basura en ellas reflejada que hay que tener fe de la buena para empezar a ver esta.
«Erase una Vez» la búsqueda del final feliz.
Toca hablar de «Oce Upon a Time», o «Erase una vez» como la han titulado en cristianés, una de las últimas series lanzadas por la ABC, creada a la limón por Adam Horowitz y Edward Kitsis.
22 episodios tiene la primera temporada, aunque hay ya una segunda ya estrenada, su reparto, pues entre otros la orejuda Ginnifer Goodwin («Big Love»), la «House» Jennifer Morrison, Lana Parrilla, Joshua Dallas, Eion Bailey («Band of Brothers»), Jared S. Gilmore («Mad Men») o Robert Carlyle (el de «Full Monty»)
Hay que reconocer las cosas, la serie esta parte de una premisa pues bueno, interesante y atrayente, todos conocemos el cuento de Blancanieves, pues digamos que arranca justo cuando van a empezar a comerse las perdices, entra la bruja mala en la boda y amenaza con un hechizo, el cuál hace que todos los personajes de los cuentos de hadas pasen a existir en la vida real, pero atrapados en un pueblo y sin que el tiempo pase. Original sí resulta, solo falta saber si luego la historia merece la pena, no es la primera vez que una historia a priori interesante acaba convirtiéndose en un truño de marcar época.
«Revenge», la moderna montecrista.
Pues vuelta a la normalidad, se acabaron las vacaciones, bueno, se acabaron hace meses para cuando quieras leer esto, hoy mismo cuando lo escribo, qué mejor manera de comenzar la rutina que con una serie, «Revenge».
Esta es una de las apuestas de la pasada temporada de ABC, apuesta que salió decentemente bien, puesto que ya ha sido renovada para una segunda entrega, es fruto de la mente de Mike Kelley, responsable de otras como «One Tree Hill» o «Swingtown», de las que desconozco su valía puesto que ni las he visto ni las veré, el reparto eso sí, más conocidillo, Madeleine Stowe, prota por ejemplo de esa bonita peli llamada «El Último Mohicano» y sobre cuya fidelidad histórica hice una bonita entrada en su momento, Emily VanCamp, la otra gran prota del invento («Everwood» o «Brothers & Sisters» ), Gabriel Mann, Henry Czerny, quien os sonará, seguro, de «Los Tudor» y un montón de actores y actrices que como no salen en ninguna serie que haya comentado pues no me sale de los witos poner su nombre.
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«Azules y Grises», la serie.
Es curioso cómo las cosas nos vienen a la cabeza, no me refiero a los piojos, me refiero a lo de dentro de la cabeza, la sesera, hace tiempo di fe aquí de un par de pelis de la guerra de secesión americana, lo llamé “Azules y Grises”, gran alarde de originalidad sí, el color de los uniformes de ambos bandos, la cosa es que yo me decía que algo escondido había por ahí. Recordé mi niñez, estaba seguro de haber visto una serie que se llamaba exactamente así, pero preguntaba y me decían, «Ah si, “Norte y Sur”«, no, era otra, es más, me acordaba perfectamente de una escena concreta, un apresamiento de unos soldados enemigos con un fusil descargado, la cosa es que miraba por los interneses de la vida y nada, no la encontraba, hasta que sí, llegó el día que di con ella, en versión original, pero sí, existía, «The Blue and the Grey», «Azules y Grises» en cristianés.
Algunos años antes de que la ABC estrenara “Norte y Sur” la CBS hizo lo propio con esta miniserie, hablamos del año 1980, ya ha llovido, dirigida en su totalidad por Andrew V. McLaglen, responsable entre otras de «Chisum», tenía también grandes nombres en el reparto, Lloyd Bridges, Stacy Keach o Gregory Peck.
Lo primero que hay que decir es que ha envejecido de cojones, de narices que diría alguien no tan malhablado, teniendo en cuenta que han pasado 30 años de no ser por lo jóvenes que se ven las estrellas antes mencionadas bien pudiera pasar por una serie relativamente nueva. La historia en sí es menos densa que la de «Norte y Sur», explota el tema de las familias divididas por la guerra, pero tiene menos chicha.
Dedica, eso sí, mucho más tiempo a la guerra, a las batallas, pero claro, hablamos de los años 80 y hablamos de televisión, se nota mucho la falta de presupuesto, estás viéndola y en ocasiones más parece que lo que estás viendo es una representación de esas que se hacen en pueblos que en su día vieron la batalla, queda algo cutre, no escandalosamente cutre, pero lo dicho, hay lo que hay, alguno de los extras hasta parece que se está partiendo el nabo en medio del fragor batallil, ahí como pensando más en el cordero de después del rodaje, se me ocurre que quizá habiendo dedicado los mismos dineros en menos tiempo la cosa hubiese resultado algo mejor.
Tú seguro que te preguntas, ¿merece la pena verla?, pues mira, estoy casi seguro que no, que mejor lo dejes, a mí me ha gustado bastante, evidentemente no me acordaba de prácticamente nada, por aquellos tiempos uno tenía escasa consciencia y en estos ya la memoria no da para tanto, pero como el trasfondo me interesa pues eso, estas cosas las suelo ver con interés, evidentemente es esa condición indispensable para que la pudieras ver, que te gustaran estos temas, si no olvídate, porque aparte de la guerra en sí poco más hay, apenas pinceladas.
Tiene un par de cosas interesantes, explota bastante bien el lado más de comedia, con momentos realmente cachondos, como esa escena que recordaba de crío, o un baile al que son invitados dos yankis tras las líneas enemigas, también los diálogos, bastante currados, ahora, el ritmo no es que sea su fuerte, los personajes en su gran parte están totalmente desaprovechados, desdibujados, aparecen y desaparecen sin más, en definitiva, realmente no me extraña que no haya quedado un mayor poso de «Azules y Grises» en la historia televisiva.
¿Sacar alguna utilidad?, bueno, claro, una cosa antes, si eres mujer y de casualidad has llegado a este punto mejor pasa del tema, si eres hombre y no eres un salido también, el resto, o sea, todos menos Juan, continuad. Somos ruines, depravados, sin escrúpulos, así que nada, ponedle esto a la moza, desconectad la tele, internet, que la tenga que ver por huevos, ahí en el sofá, como además es subtitulada no aguantará mucho, entonces es tu turno, a tocar tetamen, si de casualidad se despertara, «Eh tú, qué coño haces¡», pues tú te acuerdas de «Fringe» y le cuentas la movida del experimento científico malvadísimo que le implantó imanes en sus turgentes flanes, a lo que ella responderá, sin duda además, «ya cabrón, pero es que la otra mano la tienes en mi potorro», macho, ahí poco te puedo ayudar, es que lo tuyo ya es enfermedad.
Theatres des Vampires para la posdata, góticos ellos, italianos ellos, vampíricos ellos, curiosa banda, no es que me sea de muy muy agrado, pero algún tema resultón tienen, como este «Blood Addiction».
«Pan Am», serie de bajos vuelos.
Es lo que tiene la originalidad, la frescura de ideas, AMC goza de las mieles del éxito con «Mad Men» y a la competencia le entra la inspiración de crear series que transcurran en esa mítica década de los sesenta, NBC presentó «The Playboy Club», cancelada al poco de comenzar a emitirse y ABC la que nos ocupa, «Pan Am», que si bien ha concluido su primer temporada lo ha hecho en medio de constantes rumores de cancelación, sin que hasta el momento se haya hablado de continuarla.
Jack Orman es el hacedor, este es el responsable de la exitosa «Urgencias», Christina Ricci su principal reclamo en el reparto, que también incluye a la australiana Margot Robbie, Michael Mosley, que debe tener un espermatozoide con maletín (o sea, un representante de cojones) porque no para de trabajar («Generation Kill», «Kings», «The Wire», «Castle», «Justified»), la francesa Karine Vanasse, Mike Vogel y Kelli Garner, osea, carne joven, carne de buen ver.
No había leído críticas demasiado buenas sobre «Pan Am», más bien al contrario, pero a pesar de todo me dispuse a verla, ¿por qué?, porque realmente me gusta viajar en el tiempo, ver cómo eran las cosas en otras épocas, sin más, sin esperar una gran serie. ¿De qué va?, pues eso, un avión de la Pan American, el avión y su tripulación, la colección de jóvenes y guapos citados antes, aunque a veces uno sólo tenga ojos para la Margot (absolutamente babeable), las relaciones entre ellos, sus viajes alrededor del mundo, comedia, drama, todo muy ligero y aderezado por unas pinceladas de guerra fría, en forma de pequeños actos de espionaje.
Sí, es ligerita, bien hecha, sin mayores pretensiones, sencillita hasta el punto que la ves y te das cuenta que en realidad poco o nada pasa, aún así la ves, y la ves con cierto agrado, al menos no ves nada que te chirríe, nada que te repela, desde luego no es rompedora en ningún aspecto, no arriesga lo más mínimo, por no destacar no destaca ni en la recreación de la época, o quizá sí, pero claro, con Margot poca mirada te queda para fijarte en esos detalles, es más, llega un punto en el que estoy seguro que si la sigo viendo es por ella, cacho bruja, es más, cuando alguno intenta beneficiársela hasta te sientes celoso, dispuesto a traspasar la pantalla para zumbarle al aprovechado, ¿no ves que es un ser angelical?, vete a meter tu sucio nabo a la pelirroja, o a las morenas, pero a mi Margot me la dejas inmaculada.
La ves y al principio te parece estar viendo una serie del canal Disney, pero no, porque hasta «Cristina, la Mariposilla» tiene más carga dramática que esto, más bien lo que parece es estar viendo una serie escrita por cualquier nene o nena adicto a los cuentos de hadas, todos son tan guapos, tan perfectos, tan blancas sus aventuras, todos se llevan tan bien, todos se apoyan tanto entre ellos, al final te da bastante asco el asunto y te dices, «querida Margot, mejor espero a que hagas la versión porno».
Lo más extraño es que alguno en el canal, tras presentarle la serie esta, pudiera pensar en que tuviera cierto éxito, inexplicable, lo mejor es que sí, tú, yo, cualquiera, puede hacer un guión para una serie de televisión, sin duda alguna, evidentemente no una de las buenas, pero mejor que esto lo hacemos todos, hasta «Vacaciones en el Mar» tenía más chicha.
Grendel para la posdata, finlandeses, death, gothic, pero bastante melódico, no es que sean mi banda predilecta, pero en fin, «Half Life» el tema:
«Norte y Sur», para todos los públicos.
Hay momentos en los que se juntan varios factores que hacen de una serie algo más o menos mítico, nos ponemos en situación, España, años 80, sólo tele pública, audiencias arrolladoras, cualquier programa que estrenaras se convertía en éxito, o veías lo que te ponían en TVE o marchabas a mojar el churro, porque España nunca ha sido de leer más que cuando nos encuestan o en el metro y/o tren de cercanías, si a eso le juntamos una serie con atractivos para el público femenino e interesante para el masculino tenemos un bombazo, bombazo que fue, en este caso, «North and South», o «Norte y Sur» en cristianés, la serie que ABC estrenó en 1984.
Los que tengan ya alguna que otra cana o alguna que otra muestra de calvicie se acordarán sin duda de esta serie, para los más mozalbetes contar que era una historia en tres entregas, basada en tres libros de un tal John Jakes, la primera temporada transcurría justo antes de la Guerra de Secesión norteamericana, la segunda justo en ella y la tercera, hecha una década después, en la postguerra, el creador del invento fue David L. Wolper, que estuvo detrás de pelis como «L.A. Confidential», por poner las cosas en situación hablamos de una serie que a día de hoy sigue estando en el top-10 de las más vistas en Estados Unidos.
El reparto estaba encabezado por dos actores con muy distinto éxito, Patrick Swayze encarnaba a Orry Main, ya había saltado a la fama al participar en la mítica «Rebeldes» de Coppola, después poco que contar que no se sepa de una carrera bastante extensa y con éxitos de la talla de «Dirty Dancing» o «Ghost», aquí, en «Norte y Sur» interpretaba al chico sureño, al hijo del dueño de una plantación que acude a la academia militar de West Point, donde justo antes de entrar es rescatado de una desigual pelea por George Hazard, el hijo del propietario de una fundición en el norte, el otro prota, James Read, con mucha menos suerte en su carrera posterior, tan sólo apuntarle la participación en «Remington Steele» o en «Embrujadas».
El resto del amplio reparto estaba conformado por estrellas de la época o incluso anteriores, y jóvenes valores que en su mayoría no lograron abrazarse al éxito, Lesley-Anne Down, Wendy Kilbourne, Kirstie Alley (la de «Cheers»), Genie Francis, Terri Garber, Philip Casnoff («OZ»), Parker Stevenson y Lewis Smith eran el grueso del reparto, los protas, las estrellas que aparecieron en algún momento de la serie fueron Elizabeth Taylor, Hal Holbrook, Gene Kelly, Robert Mitchum, Jean Simmons, Morgan Fairchild, Lloyd Bridges, James Steward, Linda Evans o Olivia de Havilland, entre otros claro, gran reparto sin duda, la mayoría de estas estrellas aparecían en uno o a lo sumo dos episodios, pero como reclamo no está nada mal.
Digamos que la serie se sustentaba en tres grandes pilares, el primero en los amoríos y puteríos entre los protagonistas, con amores correspondidos, otros imposibles, malos muy muy cabrones, como el personaje encarnado por David Carradine, y buenos muy muy buenos, practicamente no había grises (excepto los soldados del sur claro), roles muy muy definidos en pos de buscar el cariño o el odio del espectador respecto a los personajes, esta parte de la serie era la que más peso tenía y la que hizo que millones de féminas se tragaran episodio tras episodio, un culebrón reducido en definitiva, sin gran interés pero que al final pues eso, te enganchaba.
Luego tenemos el tema de presentarnos y contraponernos los modos de vida en el norte y en el sur, sin entrar en demasiado detalle pero con algún que otro momento interesante, finalmente se trataba de enganchar también al público masculino, y para ello se usó las aventuras de los dos protas en la academia militar, sus andanzas en la guerra contra Méjico y sobre todo la Guerra Civil, guerra mostrada con las limitaciones de un presupuesto que debió dejar su mayor montante en reclutar estrellas, porque queda bastante deslucida sobre todo en las grandes, mejor dicho, «grandes», escenas de batalla, aun así pues entre los momentos de tensión entre los dos bandos antes de la guerra y lo que en ella nos cuenta pues a grandes rasgos entretenía y mantenía un punto de vista más o menos imparcial, aunque para esto claro, depende de los ojos que miren el asunto nos dirán que era tendenciosa para uno u otro bando.
Destacar que en el apartado técnico la serie cumplía de sobra, tanto los decorados, como el vestuario, maquillajes y demás daban buen resultado, tiene la pega que han tenido muchas de las series o pelis históricas, mostrar los personajes con el «look» de cuando sucedió el rodaje, que en esta ocasión, como en casi todas, poco tenía que ver con el verdadero, esto es algo que por ejemplo “Gettysburg” sí que hizo bien, los hombres de la época de la guerra de secesión lucían en su mayoría grandes barbas y bigotes, atributos que «Norte y Sur» solo refleja en los personajes históricos reales, como Lee o Grant, y porque sus imágenes son tan reconocibles que no les quedaba otra.
En definitiva, acción, amoríos, puteríos, algún que otro momento histórico, ritmo, drama, una de las grandes superproducciones televisivas de la historia, que ha envejecido con bastante dignidad, no es que sea un reflejo histórico de gran rigor, pero sinceramente creo que tampoco se pretendía, como curiosidad decir que los amoríos no sólo se dieron en la ficción, durante el rodaje de la serie surgieron hasta cuatro parejas dentro del equipo, pero como no somos cotillas ni nos interesan estas cosas lo dejaremos ahí por si alguna parienta nos pregunta.
Ah, se me olvidaba, dos factores a tener en cuenta de esta serie, su banda sonora, potente y pegadiza, de las que perduran en tu cabeza, el segundo, posee un evidentísimo gazapo, de los gordos, en la recreación de la Batalla de Bull Run, en plena carga de la caballería sudista aparece ahí un tipo en camiseta, sentado en una silla cómodamente, algún ayudante de cámara o así, aparece dos o tres segundos o sea que se ve bien, lo dicho, si no la has visto hazte con ella, disfrutarás de una de las series más míticas de la tele.
Nightwish en la posdata, el tema, un clásico de ellos, «Dead To The World».
«V 2009», el remake castrado.
Quien más quien menos todos los que éramos chavales en los ochenta vivimos un auténtico bombazo televisivo, sin parangón, «V«, los lagartos con piel humana, comedores de ratones y arañas, hicieron que todos los crios compráramos la teleindiscreta sólo por tener la pistola extreterrestre, aunque fuera de cartón, en 2009 la ABC estrenó la nueva generación de lagartos invasores, el título el mismo, «V»:
Scott Peters es el creador del invento, no es exactamente un remake, no es lo mismo que en el caso de «The Killing» con «Forbrydelsen», es más una reinterpretación de la historia, manteniendo alguna de las ideas básicas de la serie de los ochenta, pero cambiando personajes y tramas, el reparto de esta está encabezado por Elizabeth Mitchell y Joel Gretsch, como cabezas visibles de la resistencia, un poco los Donovan y Julie de antaño, el visitante «bueno» es Morris Chestnut («American Horror Story»), el tipo duro Charles Mesure, de Diana, perdón, Anna, hace una guapísima Morena Baccarin («Homeland» o «Firefly»), de segundo de a bordo de los malos Christopher Shyer, de colaborador de la quinta columna Mark Hildreth («Los Tudor») y en los dos personajes que no tienen antecedentes claros en la serie original tenemos a una guapísima Laura Vandervoort como hija de la mala y Scott Wolf («Everwood»), el clon de Michael J. Fox, como periodista de cabecera de la misma mala malosa.
Como veis la mayoría de los personajes son claro reflejo de la «V» de antaño, cambiados, algunos con más matices, pero en esencia sus roles son tan marcados que las comparaciones son inevitables, en esta tienen sus apariciones los dos actores más recordados de la versión original, Jane Badler como la madre de Anna, la lider visitante, y más fugazmente Marc Singer, cuyo personaje se supone que iba a ser importante en la tercera temporada pero que como veremos quedó en una especia de cameo.
Cuando haces algo tan estrechamente relacionado con una serie tan mítica tienes dos cosas claras, una, tienes asegurada la expectación ante el estreno, no vas a pasar desapercibido, dos, tu serie va a ser peor hagas lo que hagas, porque para los que nos hicimos las primeras pajas pensando en Diana siempre vamos a preferir el original a la copia, pero seamos sinceros, a cualquiera que le pongas ahora las dos series, sin que haya visto ninguna de ellas ni tenga los prejuicios que nosotros, los calvos treintañeros, arrastramos es probable que se quede con la versión del Siglo XXI.
Yo hice la prueba de ver ambas seguidas, y la antigua tiene en la miniserie original algo realmente de valor, pero la serie como tal que le siguió es bastante mala y cutrilla, para fans acérrimos, y no por los efectos especiales, que claro, han pasado 30 años, los guiones son bastante de mercadillo, con Diana intentando cada episodio acabar con la resistencia con los mismos resultados que el coyote con el correcaminos, con Donovan tirándose tres capítulos intentando recuperar a su hijo y de repente ya lo deja por imposible y se dedica a otras cosas, en esta versión el ritmo es más constante, las tramas avanzan lo necesario como para no aburrir, en general todo lo que ves es más creible, teniendo en cuenta que es ciencia ficción claro.
Los personajes y los actores a grandes rasgos cumplen, Anna está perfecta a mi gusto, sensual y cruel, mala de cojones, pero follable, para mí de largo lo mejor de la serie, lo peor precisamente la Badler, en el papel de madre cautiva, pone una cara en la primera escena y la mantiene el resto de sus apariciones, no me extraña que no haya triunfado como actriz, porque realmente esta mujer tiene un registro, sin más.
La serie se mantuvo dos temporadas, la segunda además más corta de lo normal, las audiencias no perdonaron, durante un tiempo se especuló con la posibilidad de hacer una tercera entrega, pero se deshechó, dejando un buen final de temporada pero un fatal final de serie, porque de hecho no es final alguno, si siquiera como han dicho por ahí si lo tomamos como un «pues por una vez ganan los malos», quedan todas las tramas abiertas, encima metiendo en la prórroga alguna extra, como el personaje de Singer por ejemplo, una pena, pero la televisión de hoy no perdona, realmente me hubiera gustado que le dieran una tercera temporada aunque fuera de 8 capítulos, lo justo para darle un final digno a una más que digna serie, pero lo dicho, ni tuvo final la de los ochenta ni lo tiene esta, al menos en esto empatan.
En la postdata los brasileños Angra, con el tema «The Temple Of Hate».