Archivo
Una anécdota medieval, o no tan anécdota.
Año 1200, fácil de recordar, el papa, Inocencio III, actúa sobre Francia, les deja sin misas y sin relojes en los campanarios de las iglesias, hoy en día ambas cosas no pasarían de ser una nadería, pero en esa época la cosa era bastante grave, hasta el punto de que muy a su pesar el rey galo, Felipe Augusto, se divorció de su mujer, Inés de Méranie, no volviéndose a casar nunca más. Para muchos este asunto fue el detonante del gran poder que la iglesia católica llegó a alcanzar en siglos sucesivos.
Pero, ¿qué pasó? Pues lo dicho, un asunto que no pasaría de ser una anecdotilla hasta con cierta gracia de no ser por las repercusiones que tuvo, para explicar la cosa como se merece debemos irnos unos años atrás, hasta 1193. Tenemos a Felipe II «El Augusto», uno de los monarcas más famosos de la Edad Media, coetáneo de Ricardo Corazón de León, que no era de León por cierto, sino inglés, Felipe fue uno de esos reyes que fueron a las cruzadas y tal. Un tipo simpático y amable con su pueblo, vaya los judíos estaban supercontentos con él, su primera acción como gobernante fue echarlos a todos del país y quitarles todas sus posesiones para dárselos a sus leales nobles.
Qué bonitas las ordalías.
Ordalías, Juicios de Dios, qué bonitas tradiciones medievales, la definición del asunto la tenemos más o menos clara supongo, eran esas pruebas que los acusadores hacían a los acusados en la referida Edad Media para dictaminar la culpabilidad o no del reo. Las ordalías han dado grandes frutos para el lenguaje, de uno de ellos, agarrarse a un clavo ardiendo ya te hablé, «poner la mano en el fuego» viene a ser otra. El funcionamiento de la ordalía es bien sencillo, pillabas a un acusado qué se yo, de ser un puto hereje de mierda, un rojo, maricón o cualquier fauna similar, le hacías permanecer, por ejemplo, una hora debajo del agua y si salía vivo era inocente, si moría pues bien muerto estaba.
Huelga decir que eficaz era eficaz la cosa, todos los métodos eran infalibles, coño, es que todos eran culpables, jamás la justicia estuvo tan atinada como en la Edad Media, no se salvó ni una puta bruja de los cojones, todas las que pillaban caían. Tú, con el ánimo de buscarle las vueltas a todo te preguntarás si acaso alguna vez no muriera algún inocente. El inocente eres tú, es probable que a algún acusado de sodomía la acusación le viniera grande, pero si no sobrevivía a la hoguera es porque Dios algo malo vería en él digo yo.
Abortos, leyes, democracias, ¿incoherencias?
Recientemente ha echado a andar el polémico proyecto de ley de Gallardón que acabará, dios mediante (nunca mejor dicho) en una nueva ley que en realidad no será de aborto, puesto que el nombre elegido es «Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la embarazada». Al respecto de la misma me ha surgido una certeza que normalmente me suele surgir cuando se aprueban leyes de la forma en la que se va a aprobar, porque se va a aprobar, esta, de la misma forma y también al hilo comentaré una pequeña discusión que tuve yo con cierta parienta que me costó unos cuántos polvos de castigo 🙂
He de decir que entiendo que el tema es polémico de cojones, que cada uno tendrá sus ideas al respecto y vaya, no pretendo tampoco convencer a nadie más que nada porque antes debiera convencerme a mí mismo y ni mucho menos, «nosotras parimos nosotras decidimos», bonito slogan, mas eso significa dejar al padre fuera de toda capacidad de decisión cuando el niño es la mitad suyo, me parecería bien si luego en consecuencia nadie pidiera pensiones alimenticias, puesto que si es de quien pare pues eso, para qué coño se quiere padre en ninguna de las circunstancias.
Te invito a un té.
Uno no es muy de santos, por no decir nada, claro, conozco a Santiago de Compostela, a San Fermín, a Santurce y a Santander, pero por conocer a cuatro no te conviertes en experto, ni mucho menos, en realidad es un tema que me interesa más bien poco el de la religión, gracias a dios soy ateo 🙂
Hace un tiempo Tristesina, «el gabacho» me lanzó una propuesta, hacer una cosa en común, en un principio se trataba de irnos de juerga y ver cuál de los dos acababa con más tanguitas de trofeo, pero tras mirarnos y remirarnos acordamos que para hacer el ridículo y comprarlas a escondidas en los chinos mejor pasar.
Empero sí que acabó la cosa concretándose en algo, en concreto (de concretándose) en una serie de entradas dedicadas a los santos, hagiografía que se dice, mira, ni sabía yo que existía tal vocablo.
Tú asesina que yo vivo de cojones.
La verdad es que hay personajes en la historia interesantes, Aitor, en esa entrada dedicada a la orden del temple, sugirió un nombre, Hassan ibn Sabbah, la vida y milagros de este hombre la verdad que es un caramelo para cualquier gran historiador, imagina entonces lo que es para un historiador pequeñito, pequeñito, enclenque, feo y gafoso, un caramelo no, más bien es como dos pezones de los de Samantha Fox en sus mejores tiempos.
Vamos pues a dedicar unos minutos a este hombre, famoso por fundar una secta, si, una secta en toda regla, los hashshashín o secta de los asesinos, este término, «asesino», viene directamente de ese vocablo, «hashshashín», en teoría era un reformador de la fe musulmana, pero en la práctica era más bien un vividor de cojones, un tipo con más cara que espalda, espalda de las de tipo Tarzán, de las amplias, no de las mías que apenas tiene mérito.
Tratando de comprender lo incomprensible.
Bien, hace unos meses, aunque esto lo escribo unos días después tan solo, hablamos de diversas ejecuciones que la historia nos ha brindado, los comentarios que provocó la entrada pues hablaban de crueldad, de horror, ensañamiento, cosas por el estilo, claro, como decía Aitor las cosas hay que mirarlas en su contexto, ponía él por ejemplo a Vlad «el empalador» y cómo usó estas cosas de empalar enemigos como arma defensiva, una manera de atemorizar al enemigo y de cómo él podría ver alguna de las ejecuciones actuales como mucho más crueles.
Al respecto pues recordar por ejemplo a los espartanos, que han pasado a la historia como sociedad digna de ser imitada, los aficionados al motociclista Jorge Lorenzo por ejemplo se hacen llamar así, «los espartanos», a pesar de tener conocidas costumbres que hoy nos escandalizarían, asesinar niños recién nacidos por ejemplo, y otras no tan conocidas, como el tener que dar caza y matar a un esclavo liberado al efecto como parte de la iniciación en el ejército.
Leer más…
Los Merovingios, esos injústamente «Reyes perdidos».
Bueno, pues retomamos la historia, todo «gracias» a mis queridos y admirados, mas injustamente infraponderados Almaleonor y Juan, quienes en la entrada dedicada a los los hunos y Atila mencionaron a los «Merovingios», pues nada, lo tomé como una sugerencia, vamos pues con la gente esta.
Reconozco que poco o nada, salvo el nombre, que te suena, sabía yo de los Merovingios, así que lo primero es hacerte con un buen documental al respecto, internet es la solución, coño, «Tres Merovingias y un cipotón», pues vale, a verla.
Curiosa sociedad esa merovingia, matriarcal, salen más tías que tíos en el documental, siempre iban en pelotas, ellas se dedicaban a magrearse los senos mientras ataban al mozo a una silla, debía de ser una sociedad muy avanzada, ya que dominaban la vestimenta de latex, y pilas tenían, porque el consolador era de los vibratorios. Estaba viendo yo ahí atentamente el documental cuando entró la parienta y me mira, mira la tele, me mira otra vez, deja el bolso, suspira, estira el brazo, calienta, me vuelve a mirar y me suelta una hostia como un pan de pueblo.
«Los Borgia», el lado más seductor del crimen.
Clanes históricos llevados al cine o televisión hay muchos, hoy quisiera hablarte de uno de ellos, español para más señas, Los Borgia, los Borja realmente, una de las familias más influyentes en el Renacimiento, «La máscara de los Borgia» (1949) fue la primera aparición de esta saga en la pantalla, tras ella numerosas novelas, ensayos, alguna escrita por Mario Puzzo, cómics y demás, pero ya en este siglo XXI es cuando gracias a la tele estamos conociendo mejor al Papa Alejandro y sus vástagos, primero fue en España, con «Los Borgia», estrenada en cine y adaptada luego para la tele, dirigida por Antonio Hernández y Con Sergio Peris, Lluís Homar, María Valverde, Eloy Azorín y compañía, esta era de Antena 3 y la verdad es que un poco truño también lo era.
Francia y Alemania estrenaron el año pasado otra versión, «Borgia», ZDF y el Canal + galo sus responsables, Tom Fontana, el de «OZ» su creador, y el ya conocido por nosotros, John Doman (de la misma «OZ» o «The Wire») como protagonista, en esta asoma también Assumpta Serna, esta no la he visto aun, por lo que reservo opinión.
De la que quería hablarte es de «The Borgias», también del año pasado, de Showtime, la creadora de «The Tudors», coproducción también de varios países y creada por Neil Jordan, con Jeremy Irons encarnando a Rodrigo Borgia y François Arnaud, Holliday Grainger y David Oakes («Los Pilares de la Tierra») como sus hijos.
De madre de los nenes del Papa hace Joanne Whalley, cuando ví la serie apenas reparé en ella, pero la cara sonaba, bien, luego averiguas que ciertamente te suena, porque la he visto bastantes veces y siempre en la misma peli, solo que han pasado años, ella era la prota femenina de «Willow», aquella para mí mítica peli de los ochenta, más jovencita es Lotte Verbeek, la que interpreta a la amante oficial del Papa, Sean Harris hace de asesino a sueldo de los Borgia, en uno de esos papeles que por sí solos salvan una serie, Colm Feore («24») cierra el plantel principal de actores dando vida al Cardenal Giuliano della Rovere, futuro Julio II, principal rival de Rodrigo Borgia.
Aparte de ellos aparecen una serie de personajes secundarios, como varios miembros de la familia Sforza, el rey francés Carlos VIII, Maquiavelo, algún que otro Medici y hasta, brevemente, Leonardo da Vinci, con lo que aparte de tener la historia principal tenemos, con todas las reservas que merece una obra de ficción, una oportunidad de acercarnos a grandes figuras políticas, sociales, artísticas y religiosas de quizá la época más reconocida del Renacimiento.
Yo sinceramente la empecé a ver con grandes ganas, con los mimbres que tenía esperaba algo realmente grande, la sensación tras ver la primera temporada (la segunda está confirmada pero no la he visto aun) es de una mezcla de decepción y aburrimiento, pero quizá la culpa la tengan las expectativas previas, Irons creo que en toda la temporada apenas hace un esfuerzo interpretativo digno, los hijos, sobre todo el encarnado por Oakes, son bastante vomitivos, eso sí, todos muy guapos y agraciados, pero sin empaque, sin transmitirte nada, excepto claro, ganas de darles un par de hostias a veces.
La historia sí, tiene su aquel, pero tampoco acaba de engancharte, quizá Jordan haya querido dejar en exceso su huella y que esta no sea totalmente de mi agrado, a saber, dinero se nota que había metido en el asunto, hay escenas cargadas de extras y su vestuario, maquillaje y escenarios son impecables, el apartado técnico y tal está bien, incluso ganaron algún premio por su vestuario y banda sonora, pero sinceramente, casi estabas esperando escenas en las que saliera el asesino Micheletto o el rey francés, que este sí que te resulta un personaje realmente interesante, con diálogos interesantes y bastante bien encarnado.
Resúltate curioso también la osadía sexual que muestra la serie, la normalidad con la que muestra la vida sexual en el clero, sobre todo en su decadente ya por entonces Vaticano, la naturalidad con la que el Papa enseña a su amante en público, cosas que hoy en día escandalizarían a cualquier devoto, en general hay que decir que sí, no es esta una serie mojigata ni mucho menos.
De cualquier manera da la sensación de que se han dejado mucho cara a esta próxima segunda temporada, de hecho Lucrecia aún sigue siendo mostrada como una dulce y amante chica, con lo cabrona que llegó a ser, aun está por explotarse el lado asesino del clan y sus rivalidades políticas, por lo que sí, me veré la próxima entrega con la idea de que va a mejorar en mucho a esta, espero no errar en el pronóstico claro.
Cain’s Offering para la posdata, proyecto paralelo de estrellas de bandas muy conocidas dentro del metal nórdico, componentes de grupos como Sonata Arctica o Stratovarius, sólo han publicado un disco, pero tuvo bastante éxito y la verdad es que está muy bien, sigue más o menos lo que podemos esperar de sus miembros y no, no defrauda en absoluto.
«Oceans Of Regret» el tema:
Este bacalao es digno del mismo Jehová.
¿Qué es una buena película?, ¿qué es una mala película?, incluso de «El Padrino» hay quienes opinan que es un auténtico bodrio, y hablamos de la peli más afamada de la historia, de las que aparecen en todas y cada una de las listas de «10 mejores películas» de cualquier página dedicada al cine, ya si pasamos a la comedia, al lado más cómico del cine la cosa se complica, ¿qué es una buena película «de risa»?, si es eso, de risa, se supone que lo es aquella que nos hace reír, para mí las de Esteso y Pajares, por ejemplo, me hacían mucha gracia, me siguen haciendo mucha gracia, quizá con eso baste, si hace reír es buena, a cuanta más gente haga reír mejor es, pero además de hacer reír bien pudiéramos exigirle a esa peli de risa un poco de originalidad, de escapar del chiste zafio, inteligencia y por qué no, un poco de provocación, yo lo tengo claro, si me preguntas cuál es mi peli «de risa» predilecta la respuesta sería «La Vida de Brian», o «Life of Brian».
No habrá, supongo yo, quien no conozca a los Monty Python, Eric Idle, Michael Palin, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones y Graham Chapman, saltaron a la fama en 1969 con «Monty Python’s Flying Circus», un espacio de humor en el que mostraban sus credenciales, irreverencia, humor absurdo, originalidad máxima, su éxito fue rotundo, a partir de ahí libros, películas, series, programas de radio, prácticamente no hubo medio que se escapara de su hacer, considerados como uno de los referentes del humor de las últimas décadas del Siglo XX, sin duda han creado estilo y han sido imitados hasta la saciedad, se disolvieron a mediados de la década de los ochenta, pero siguieron sus carreras colaborando entre ellos a título individual, «Un Pez Llamado Wanda», «Las aventuras del Barón Munchausen» o «Erik el vikingo» son alguna de las pelis de esta etapa de divorciados.
Pero sin duda la mayor huella que han dejado como grupo fueron sus largometrajes, cinco, de los cuales tres están entre las pelis referencia del cine de humor, «Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores» (1975), «El sentido de la vida» (1983) y la que nos ocupa, «La Vida de Brian», de 1979, dirigida por Terry Jones y con la totalidad de los miembros en el reparto, todos, excepto Graham Chapman (Brian) haciendo varios papeles, junto a ellos Sue Jones-Davies.
Rodada no sin problemas, ya que su patrocinador original, EMI, se negó a financiarla por considerarla su presidente como obscena y sacrílega, contó con el apoyo financiero de George Harrison, de los Beattles, la historia es bien conocida, Brian es confundido nada más nacer con Jesucristo y, aunque se resuelve el error, años más tarde es vuelto a tomar como el auténtico Mesías.
Película desternillante de principio a fin esta, yo sinceramente me la habré visto como 15 veces y aun cuando la vea por decimosexta vez seguiré descojonándome, porque sí, hace reír, que es lo principal de una peli de humor, pero es que además lo hace de una manera inteligente, con escenas llenas de ese humor absurdo que caracterizó a los Monty Phyton, es además tremendamente atrevida e irreverente, totalmente fiel a su filosofía, es también, a pesar de ser cómica, una peli crítica, que se presta a muchos paralelismos con situaciones actuales, fanatismos religiosos, nacionalismos, clases sociales, eso sí, buscando siempre el lado más optimista de la vida, porque aunque tú creas que por ser maltratado, apaleado o escupido estas jodido siempre habrá un viejo en la misma celda colgado boca abajo que te llamará suertudo.
Quedarte con una escena de «La Vida de Brian» es como escoger a uno de tus hijos, hay para mí una «especial», aquella en la que el «Frente Popular de Judea» está reunido y una patrulla de romanos llama a la puerta, se esconden de aquella manera, el viejo dueño de la casa abre la puerta y entran un porrón de soldados a registrarla, quedándose el viejo y el jefe de los soldados en la puerta manteniendo una conversación acerca de los diferentes modos de ajusticiar a una persona, la escena derrama hilaridad y absurdez por todos los lados, eso sí, en el registro un soldado encontró una cuchara.
¿Conoces la pena para los que dan cobijo a los perseguidos por el Imperio Romano?
– NO
– Es la crucifixión!!
– Ah, podía ser peor…
– ¿Que podía ser peor? ¿Estás loco?
– Sí, por lo menos es al aire libre
O esa en la que el mismo frente está reunido y tras arduas discusiones llegan al acuerdo de que aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos los romanos no han hecho nada por ellos, o esa discusión final entre los crucificados acerca de el poder o no poder ser atados a la cruz en compañía de samaritanos, galileos o judíos, que el romano arregla con un «el que no esté de acuerdo con el sitio que le ha tocado que levante la mano».
Momento mítico también cuando el Poncio Pilatos habla de su amigo Pijus Magnificus con su peculiar acento, descojonante cuando menciona a la esposa de este, Incontinencia Suma, o cuando va citando el nombre de los presos a liberar con el público literalmente por los suelos de la risa, o cuando uno de los seguidores de Brian le dice que él es el auténtico Mesías, que ha seguido muchos y tiene experiencia en ello, por no hablar de los encontronazos del Frente con sus rivales locales, los «disidentes», o cuando el centurión romano le pilla a Brian haciendo una pintada, tras corregirle le insta a escribirlo cien veces 😀
Pero por poner una, quizá de las más conocidas, la de la lapidación, brillante, sin duda alguna:
La peli levantó ampollas en su momento, a pesar de la casi nula presencia de Jesucristo en ella la Iglesia no se tomó demasiado bien que se hiciera esta comedia acerca de su figura, ya sea directamente o usando la figura del Mesías confundido, aunque hay que decir que conozco muchos católicos, practicantes, creyentes al extremo, que no sólo no se molestaron al verla, sino que la tienen entre sus favoritas, quizá es que hay que tomarla como lo que es, una simple comedia, quizá su gran virtud es tomarse a chanza prácticamente a todos los segmentos de la sociedad actual haciendo sus correspondientes paralelismos en la Judea de la época, algo, que salvando mucho las distancias, vi también en las primeras temporadas de esa genial (por entonces) «Vaya Semanita» de la ETB, porque piénsalo bien, ¿quién queda peor?, ¿los romanos?, ¿los grupos de resistencia locales?, realmente no dejaron títere con cabeza.
Sin duda alguna si vamos escena a escena podríamos sacar alguna frase, alguna situación, de todas ellas que nos hace reírnos a base de bien, sólo espero que si la has visto te hayan entrado ganas de volverla a ver, si aun no has tenido ocasión de ver esta maravilla no sé qué haces leyendo esta mierda de blog, estás perdiendo un tiempo precioso, yo sólo doy gracias a ese grupo de comediantes por darnos esta auténtica joya del humor.
Brother Firetribe cerrando la entrada, estos melódicos suecos, que ya han salido por aquí, «Who will you run to now» el tema: