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Posts Tagged ‘Kamelot’

El motín del follarín.

Feliz año nuevo a todos y todas, no, no tengo pensado retomar el blog, pero sí he tenido a bien honraros con mi presencia en estas fechas tan entrañables donde la reina y yo… Perdón, hay veces que los famosos nos crecemos, tú ni idea, eres feo.
Bien, os regalaré una de mis geniales entradas, ¿sobre qué? Pues de historia claro, de cine e historia, con una posdata que vaya, os la pondrá tiesa a vosotros y os hará humedeceros casi tanto como viendo mi avatar a vosotras.

«Mutiny on the Bounty», «Rebelión a Bordo» en cristianés; aunque hay varias pelis con ese título y que cuentan la misma historia, el famoso motín del Bounty, yo solo tengo vista la de 1962, ahí con Marlon Brando dándolo todo. La peli, como tantas otras que cuentan hechos históricos, es un cúmulo de falacias y errores, la cosa es que pillan un suceso que sí pasó en realidad, el motín, y lo manipulan para que quede una peli de aventuras chula, lo cual pues no está mal, pero a lo que voy, coño, invéntate la historia por completo. Hoy intentaremos contar «la verdad» de lo sucedido, sabiendo que la verdadera verdad siempre es imposible.

Lo que cuenta la peli: un barco de la armada británica va a Tahití a por árboles del pan, bajo el mando de un despótico capitán llamado Bligh, malvado era poco, les raciona provisiones, les hace trabajar a destajo tiránicamente, no les deja ver la tele hasta tarde y les recorta la paga, lo que viene siendo un hijoputa redomado, en la isla los tripulantes entablan amistad y amoríos con las lugareñas. Vuelven, el capitán Bligh en ese viaje de vuelta se muestra aún más cabronzuelo, hasta se compra un gato para acariciarlo en su mesa de mando.

Harta, la tripulación, repleta de héroes bondadosos y guapos, se amotina (de ahí el título de la peli, en eso atinaron) dejan al capitán y a los pocos pelotas del mismo en una barca y se vuelven a Tahití, recogen a sus enamoradas y se establecen en una pequeña isla, Pitcairn.

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«Zen», otra de detectives.

Bien, antes de nada, os voy a contar cuáles van a ser las siguientes series que vuestro líder de opinión predilecto va a honrar con su visionado, asín si quieres te las ves y para cuando salgan esas excelsas críticas pues puedes opinar, el orden no será seguramente así, pero en fin, tengo pensado ver «Coven», la tercera entrega de «American Horror Story», la cuarta temporada de «The Walking Dead», dos series nuevas, «Ray Donovan» y «Masters of Sex», la segunda de «House of Cards» y la segunda también de «Vikings». Acabaremos con una serie francesa con una pinta más que acojonante, «Les Revenants».

Mas hoy toca hablar de «Zen», serie que vi recomendada por Bypils, es probable que me recomiendes una serie y pienses que no lo tengo en cuenta, acertarías la mayoría de ocasiones ya que aquí hablamos de mis gustos, los tuyos nos la pela a todos, pero de vez en cuando hago caso y aunque parezca que me olvido no es asín, es sólo que no hay tiempo para todo.

Hablamos de una miniserie europea, coproducida por la BBC británica, Mediaset por parte italiana y la ZDF alemana, también anda metida una cadena yanki, WGBH-TV. Está basada en la obra literaria de Michael Dibdin y hay que decir que lamentablemente ha sido cancelada tras su primera temporada, que cuenta con tres episodios, a día de hoy, cuando escribo esto, no ha sido emitida en España, por lo que toca verla en VOS.

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Y los vikingos se fueron de América.

En la entrada dedicada al mundo vikingo me quedó la gran duda (a mí y a mi querida MP)del verdadero motivo por el cuál los vikingos abandonaron sus asentamientos en el actual Canadá, una duda agobiante, ni el café mañanero me sabía a nada, hasta mis hijas me lo notaban, «¿qué te pasa aita?», «nada hijas, que me atormenta la duda de por qué los vikingos abandonaron los asentamientos americanos», es un sinvivir.

Los que entienden del asunto hablan de varios motivos por los cuáles los de Leif Eriksson abandonaron los asentamientos, pero primero, hay que tomar con ciertas reservas eso de Eriksson, a ver, no hay hoy en día duda alguna de que los vikingos colonizaran territorios americanos, sobre la identidad de los que lo hicieron ya es otro tema, el asunto de Eriksson, el navegante perdido que le dio la pista para llegar (Bjarni Herjólfsson) y demás es algo que se podría discutir bastante.

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Una extremadamente extensa entrada sobre vikingos, aviso en el título y así me evito un párrafo.

Entrada dedicada a Eduardo Castroviejo, gran autor de Haikus, hasta yo los entiendo.

Harald III el Despiadado, Erik Hacha Sangrienta, los apodos se ponen por algo, cuando te digo las cosas te las digo con fundamento, voy a hablarte de vikingos, de su historia, anécdotas y curiosidades, alguna pequeña falsedad, con escaso o nulo rigor, como siempre, si siempre te lo digo, para aprender vas a los libros, aquí vienes a perder el tiempo. Desde Ragnar Lodbrok, el prota de la serie «Vikings», hasta Harald, con el que se llegó al cénit y comenzó por lo tanto la decadencia, pasando por el gran Canuto, o Erik el rojo (primer comunista de la historia, no fue Marx, ni Engels), o su hijo, Leif Erikson, primer europeo en poner los pies en América, aunque esto no es del todo exacto. Los vikingos hicieron lo que les salió del escrotamen durante siglos, navegaron y saquearon por casi todo el mundo conocido, comerciaron, fundaron ciudades, incluso países, Rusia se debe a ellos, hoy no se entendería ni Francia ni Inglaterra sin los normandos, descendientes de ellos. Dieron el nombre a «estribor», a días de la semana, causaron pánico, admiración, un gran pueblo del que ocuparse.

Decir que el desconocimiento acerca de la realidad vikinga, incluso hoy en día, es más bien escasa, hasta la segunda mitad del Siglo XX ni siquiera se sabía que fueron ellos, y no Colón, los primeros europeos en llegar a América, a finales del siglo XX se hicieron descubrimientos sobre, por ejemplo, sus ritos funerarios, que ponían en jaque a teorías anteriores, se descubrieron barcos vikingos capaces de albergar 180 personas, cuando siempre se pensó que apenas llevaban medio centenar, excitante mundo el suyo por lo tanto.

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Van unos premiacos, original, sí, lo se.

Es curioso, mucho, quizá de las cosas más curiosas en esto de la red, los blogs, contactas con gente que vamos, en tu vida real jamás lo harías, por distancia, evidente, pero también por aficiones, formas de ser, clases sociales.. Hay gente diversa, bien, la cosa va de premios, resulta que Danioska (ojito) (ojito es como la llamo yo, no es que te diga que ojo en plan «ojo que viene el lobo») (que a lo mejor viene pero no hablamos de eso) (aunque lo que seguro que no me vendrá nunca es alguna loba, pero ya sé que te la pela)tuvo a bien concederme uno de esos innumerables premios que circulan por la red, este se llama «Liebster Blog Award».

Pereza da, hay que decir 11 cosas sobre uno mismo, nominar a 11 blogs, contestar a 11 preguntas y hacer 11 preguntas para los blogs nominados, mucho curro, pocas ganas, pero qué coño, que se hace, digo yo que me sorprendió la mención, porque realmente a ver, ¿qué tengo yo en común con la moza esta?, nada, ella es guapa, yo… de bebé, tiene ojos bonitos, yo… tengo ojos.. es culta, amante del arte, la poesía, la pintura y todas esas cosas, de la buena gastronomía.. a mí me das un bocata de bacon y ya soy feliz, y de arte.. pues eso, como mucho en alguna peli porno, que de la postura que pilla la tía te da por decir, «qué arte tiene, eso es flexibilidad y lo demás tonterías», joder, si mi mito sexual últimamente es Maria Dolores de Cospedal.

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Otra del Vietnam.

Tú te preguntarás, ¿por qué coño eres tan chapas con la guerra del Vietnam?, échale la culpa a Aitor, un día me dijo, «ey, podrías hacer algo de Vietnam», claro, eso a un palizas como yo es como decirle al borracho de la boda que cuente un chiste, o peor.

Hoy la cosa va de intentar ponernos en el papel de los malos, porque para qué negarlo, los yankis nos caen como una patada en los cojones, o peor, quién no ha oído eso del «imperialismo yanki», les tenemos manía, encima en Vietnam hicieron auténticas barbaridades, menudo reto, menudo reto intentar ponernos en su piel, pero un líder de opinión como Dios manda debe afrontar los retos, no eludir las dificultades, así que al jaleo. Leer más…

El auténtico «Forrest Gump».

Prólogo (como las sobadas de tetas en los polvos): «19-S, las vacaciones»

1986, Winston Groom saca al mercado su última novela, «Forrest Gump», sin embargo para la mayoría de mortales la historia de Forrest comienza en 1994, cuando Robert Zemeckis nos la muestra en la gran pantalla, poniéndole la cara del “oscarizado” Tom Hanks, es evidente que la historia no está basada en hechos reales, pero curiosamente hay alguna que otra similitud entre lo mostrado en pantalla y un episodio vivido en la Guerra de Vietnam, vamos pues a por él.

Sam L. Davis, el nombre, acordaros de la peli, la escena en la que el Presidente Johnson condecora a Forrest por haber salvado la vida a varios de sus compañeros en pleno combate, acto durante el cual es herido en el buyacas, pues algo muy similar sucede con Davis, estamos sin duda ante uno de los mayores héroes de guerra americanos en esa contienda, su unidad víctima de un ataque del Vietcong, él de guardia, un obús explota y Sam queda inconsciente, en una zona que es atacada poco después por sus propios compañeros mediante bombas de estas tipo racimo, un trozo de metralla le hiere, de hecho salvó la vida porque como era un profesional como la copa de un pino llevaba el chaleco antibalas, él mismo relató el momento de la explosión como «un gigantesco árbol de navidad».

Forrest Gump Tú te dirás, vale, coge el tío, se despierta del dolor y salva a tres compañeros, sí, la herida le despierta, pero no sólo a él, también a su ardor guerrero, si lo que hizo este hombre nos lo muestran en una peli tachamos de fantasmada a la misma, prácticamente él solo hizo frente a unos 200 enemigos que se acercaban a su posición, con ametralladoras, torpedos y demás, causándose más heridas mientras tanto, quemaduras, un riñón descojonado, fractura de costillas y contusiones varias. Aun hecho una piltrafa oye gritos de compañeros heridos al otro lado de un canal, coge, aprieta los dientes, coge un arma, una balsa y a por ellos, llega, un soldado muerto, otro en estado crítico, le dice a otro, «venga maricona, sácale, que yo te cubro», vacía todos sus cargadores conteniendo enemigos al más puro estilo play, cuando ve que el soldado en estado crítico está a salvo nada, coge al muerto, se lo pone a la espalda, coge a los otros dos, en los brazos, se encaja una ametralladora en el culo y mientras los pone a salvo hace lo mismo con el mundo libre masacrando más cochinos comunistas amarillos. Por supuesto fue él el que recibió la medalla y fue él el que salvó a sus compañeros. Lo más acojonante es que el soldado muerto en realidad no lo estaba, al llegar a zona segura se dieron cuenta que aun vivía y sí, logró salir de esa.

Sam DAvis Ojo, exagerada, pero real, es decir, todo lo real que tiene lo que se nos cuenta de una batalla, se dice que en su heroica defensa de la posición encomendada llegó a disparar prácticamente de todo al enemigo, hasta lanzadores de panfletos de esos de «El tío Sam os hará libres», bengalas y hasta su pistola como último recurso, es más, lo acojonante del tema es que después de salvar a sus compañeros, estando como estaba hecho una piltrafa y a pesar de las recomendaciones para que se tomara un descanso y fuera a ser atendido al hospital coge él y dice: «por mis americanos cojones, mientras haya charlies para matar yo mato», bueno, eso no lo dijo, me lo he inventado claro, pero sí, volvió al combate y es entonces cuando sufre su famosa herida en el culo, por fuego amigo además.

Manda huevos que tras ser herido prácticamente en todos los sitios de su cuerpo, que hasta sufrió una fractura de la uña del dedo meñique del pie derecho, sea recordado como el auténtico Forrest Gump precisamente por esa herida en el buyacas, a ver, una cosa hay que decir, al hacer esto he consultado varias fuentes, los hechos difieren bastante de una a otra, te da la sensación de que el número de heridos rescatados se multiplica, dicen que no hay nada mejor que el testimonio de primera mano para saber los hechos, pero al final un testimonio vale lo que vale, que coño, eso de estar medio muerto y sacar un herido a la espalda y otro en cada brazo… como que no cuela.

Sí que es cierta una cosa, la historia de Forrest Gump en Vietnam y la de Sam Davis nos muestra de nuevo lo diferente que fue esta guerra, donde los americanos prácticamente no veían venir al enemigo hasta que lo tenían justo frente a sus narices, la jungla los escondía, y cuando no era la jungla eran las galerías subterráneas, también muestra, refleja más bien, la tremenda preocupación que había en Estados Unidos por intentar que todos volvieran a casa, incluso muertos, creo que nunca antes se hicieron tantos esfuerzos, incluso a riesgo de tener más bajas, en recuperar los cadáveres de los soldados, hubo dos guerras, la real, en Vietnam, y la que se dio en el propio país, que al final también perdió el ejército.

Bueno, otro día más, Kamelot para la posdata, esto ya te sonará, una de mis bandas preferidas, pues nada, «Karma» es quizá el tema que más me gusta de ellos, comprenderás entonces, porque sabes de lógica, que se trata entonces de uno de esos temas que cada vez que lo escucho me «ponen», sí, grandísima canción, bien hecha, currada, últimamente no pongo más que temazos coño.

¿El verdadero Alamo?

Normalmente cuando ves una peli histórica y te preguntas hasta qué punto es cierto lo que se cuenta sólo tienes que googlear un poco y tate, echando leches tienes la respuesta, digo «normalmente» porque hay casos puntuales en los que cambia tanto la versión dependiendo de a quién leas que parece que existieran dos Álamos.

Todos, más menos, conocemos la historia, eso de unos pocos haciendo frente a muchos es algo que el cine nos ha mostrado en infinidad de ocasiones, heroísmo puro, muchas veces exagerado al extremo, «300», «Templario», «El Reino de los Cielos», las cajeras del Zara en rebajas, todos estos son ejemplos de lo dicho, curiosamente el considerado como el más fructífero de los sitios para los defensores, el de Malta de 1565 ha pasado desapercibido en el cine, hoy otro ejemplo, los tejanos contra el ejército mejicano, Batalla del Álamo, 1836.

Aunque se han hecho más pelis sobre el asunto apuntar un par de ellas, «El Álamo» de 1960 con John Wayne detrás y delante de las cámaras y ganadora de un «oscar» (eso sí, por el sonido, nada de premio gordo) y «El Álamo, la Leyenda» de 2004, de Lee Hancock y donde Jordi Mollá hace un papelito.

El Álamo

Hay que decir que lo que es la batalla en sí misma, el asalto mejicano de los hombres del General Santa Anna, duró apenas una hora, y a partir de ahí comienza el jaleo, ¿cuántos eran?, pues esto es como una manifa, depende de quién te lo diga los defensores eran menos de 200 o casi 400, al mando de estos William Travis y Jim Bowie, los asaltantes, hasta 6 o 7.000 dependiendo de fuentes eran los que engrosaban el ejército mejicano, pero no todos ellos participaron en el asalto en sí mismo, pero, aun contando sólo estos también tenemos baile de cifras, entre 1.200 y 2.600 hombres, yo, sinceramente, por quién da cada cifra, me quedo más con la cifra de 1.500, otra cosa que el cine exageró en su momento era el tema del armamento usado, dando más heroísmo a los defensores haciendo hincapié en sus escasos recursos en comparación a los del ejército mejicano, en realidad era bastante más moderno y más eficiente el de los tejanos y el factor determinante para su derrota fue, por una parte su clara inferioridad numérica y por otra que mientras ellos eran en su mayoría milicianos los atacantes eran soldados profesionales, mucho más entrenados en las artes de la guerra y con una clara superioridad táctica.

En las pelis, sobre todo en la de Wayne, se nos muestran a Bowie y David Crockett defendiendo El Álamo, pero, ¿por qué estaban ambos allí?, Jim Bowie era un tio con bastante menos honor del que el cine nos dijo, tratante de esclavos y especulador de tierras, bastante camorrista y de los que al parecer le quitaba los bocatas en el recreo a sus compañeros de cole, es decir, abusón, se peleaba sí, pero siempre con los que medían bastante menos de la mitad que él, si estaba en la misión-fortaleza de El Álamo era simplemente porque Santa Anna había establecido unas nuevas leyes que le impedían seguir especulando con tierras, esperaba él poder hacerlo con unas leyes más permisivas procedentes de un nuevo gobierno tejano, el caso de Crockett el cine nos lo muestra como que pasaban por ahí para ir a cazar con sus compis, en realidad el tío era también bastante interesado, no fue a cazar, al menos osos o salamandras, había perdido su puesto de congresista y su meta no era otra que el Gobierno de esa futura República de Tejas.

De hecho uno de los capítulos más controvertidos de esta guerra es precisamente la esclavitud, esclavitud que fue derogada por el Gobierno mejicano y que era una de las más firmes reivindicaciones de los rebeldes tejanos que se alzaron en armas, aunque en este caso, como en muchos otros, lo que más ha llegado es la versión norteamericana, que obvia este detalle, y no la mejicana, que quizá hasta lo exagere para atenuar la crueldad de la que hizo gala Santa Anna, no sólo en El Álamo, sino en sucesos anteriores y posteriores.

Batalla Alamo

El cine nos muestra a unos defensores luchando hasta el último hombre y causando un gran número de bajas en el enemigo, la realidad es que no todos lucharon hasta el final, alguno intento huir, otros se rindieron e incluso hay quien afirma que decenas de defensores se autolesionaron para evitar ser ejecutados o que incluso llegaron más lejos, intentando huir disfrazados de mujeres, en cuanto a las bajas mejicanas no fueron muy superiores a las tejanas, incluso hay fuentes que afirman que fueron incluso menores.

El hecho de que tuvieran los defensores tanto miedo a ser apresados y ejecutados tenía su base, Santa Anna dio orden de no dar cuartel, puede parecer de cabronazos sí, pero piensa que eran otros tiempos, Santa Anna sí que ofreció la rendición de los tejanos rebeldes a cambio de sus vidas, ofrecimiento rechazado, en aquella época esto significaba que quedaba justificado el ajusticiar a los defensores rebeldes, el motivo era obvio, desalentar defensas a ultranza como la que nos ocupa, defensa suicida no, porque hasta el último momento, incluido ya el comienzo de la batalla los defensores esperaban refuerzos.

De hecho los refuerzos fueron enviados, pero no lograron llegar, Houston no les usó como mártires, de hecho resultaría inútil, la batalla del Álamo apenas supuso más que una anécdota en la guerra, prácticamente no tuvo incidencia en el transcurso de la misma, si los defensores se hubieran ido nada más avistar a las tropas mejicanas incluso estratégicamente hubieran sido más útiles que quedándose, de hecho Houston dio la orden de evacuar la misión, orden que o no llegó o, lo más probable, no fue obedecida.

Volvemos a nuestros dos «héroes», Bowie y Crockett, el cine nos los muestra muriendo valientemente, en cuanto al primero no parece haber mucha duda acerca del cómo, en la cama y a bayonetazos, aunque sin tanto heroísmo, digo que no parece haber duda porque hay fuentes que dicen que en realidad murió días antes del asalto por tuberculosis, el caso del segundo pues se complica, más que morir en plena batalla parece que fue uno de los muchos que se rindieron y fueron ajusticiados, este, según las malas lenguas, fue uno de los que fueron capturados con enaguas, sí que parece claro que sólo dos de los defensores acabaron con vida, el resto muertos y sus cuerpos incinerados, por cierto, Travis, el Comandante de los defensores tampoco parece que muriera en plena batalla, sino suicidado.

Kamelot en la posdata, «III Ways To Epica» el tema, uno de los más redondos de su carrera.

«Los Soprano», Tony y su banda.

Estamos desde luego ante la serie más famosa de la HBO, puede que «Juego de Tronos» acabe quitándole el puesto, pero de momento si ponemos todos los títulos de las series del canal americano de pago y preguntamos a la gente cuál conoce sin duda la respuesta sería «The Sopranos», «Los Soprano» en cristianés.

The Sopranos

David Chase es el responsable de la serie, emitida a partir de 1999 y hasta 2007, seis temporadas, la última con un añadido de ocho capítulos, como todas o prácticamente todas las series los directores varían, pero los más recurrentes fueron Tim Van Patten, John Patterson, Allen Coulter y Alan Taylor, eso sí, los capítulos claves para el gran Van Patten.

El reparto, amplísimo, encabezado por James Gandolfini, auténtico eje sobre el que gira todo, junto a él pues por destacar tan sólo a los más importantes Lorraine Bracco, Edie Falco, Michael Imperioli, Dominic Chianese, Steven Van Zandt, Tony Sirico o Drea de Matteo, pero el reparto es como digo colosal, tanto en tamaño como en resultado, destacar por ejemplo que Steve Buscemi hace aquí de director y actor, otro ejemplo, sólo mirando quienes actuaron en algún momento en la serie y anteriormente en la peli «Uno de los Nuestros» la cifra se pone en 27.

Esa peli es una de las grandes referencias de «Los Soprano», «El Padrino» también claro, son varios los guiños a ambas, es hasta lógico puesto que al final no dejan de compartir temática, mafia, contada de forma distinta está claro, pero al final se trata de eso, de gangsters.

La historia pues en realidad como suele pasar en series tan largas son varias entremezcladas y que se van sumando y restando a lo largo de las temporadas, Tony Soprano, el jefe, es sobre el que se vertebra todo, sus visitas a la psicóloga, su familia, su «familia», la policía intentando darle caza, las familias rivales, sus capos y soldados, sus folleteos con camiseta (esto te recuerda a Esteso y Pajares 😀 )…

No es una serie que me entrara pronto, los primeros capítulos se me hacían pesados, le di la oportunidad al haber leído tantas y tan buenas críticas, realmente merece la pena dársela, una vez que coges el ritmo de la serie, que empiezan a resultarte entrañables esos cabrones de la mafia de Nueva Jersey, te lo pasas bien, aun así hay episodios realmente soporíferos mezclados con otros en los que la acción no te deja moverte del sofá y otros con momentos en los que te descojonas de la risa.

Hay personajes que independientemente de su catadura moral te acaban cayendo genial, como el presumido Paulie Gualtieri y otros a los que ahostiarías tú mismo, como al hijo o el cocinillas, sus escenarios también acaban resultándote familiares, el restaurante, el club de putas, la casa Soprano, la de su madre, esta fue la primera serie de HBO en usar tomas exteriores, anteriormente a «Los Soprano» tan sólo habían rodado «OZ» y esta transcurría casi en su totalidad dentro de las paredes de la cárcel, en «Los Soprano» pasan con nota, rodando incluso en el mar alguna de las escenas más inolvidables de la saga.

Otro acierto es que a pesar de que como digo casi todo gire alrededor de Tony Soprano, se tocan diversos temas que hasta entonces eran tabú, como la homosexualidad en la mafia, trágicamente resuelta, más cosas buenas, muestra las vidas de los protagonistas de forma absolutamente creíble, si pegan tiros los pegan, si mean mean y si follan follan, aquí no se tapan con la sábana al acabar, detalles como estos hacen que la cosa gane en verosimilitud.

Cosas malas, pues el ritmo de algunos episodios, como en los que Tony se pasa drogado por la medicación o le da por soñar, y claro, hay algo que no es que sea bueno ni malo, para gustos, su final, para mí directamente no es un final, a algunos les resulta uno de los mejores de la historia, a estos les recomendaría ver los de «The Wire» o «Six Feet Under», yo creo que es el resultado de la incapacidad de encontrar un final digno a tan excelente serie, si no puedes dárselo te inventas una cosa rara que al menos te conceda la polémica necesaria para que tu serie pase definitivamente a la historia.

En fin, no es la mejor serie que he visto, pero está cerca, absolutamente recomendable, claro, en España no acabó de cuajar, aquí mola más otras cosas, gran serie y auténtico fenómeno social, con grupos de facebook, foros y demás dedicados a estos entrañables matones.

Kamelot ya ha aparecido en las postdatas dessjuestcianas, están de actualidad porque su vocalista Roy Khan deja la banda, sin que haya aun sustituto, estos yankis llevan ofreciéndonos su música desde hace 20 años, han ido cambiando de estilo con los años, más que de estilo lo que han hecho es ir metiendo matices, de ellos toca este «Across The Highlands»

¡Espartanos¡, matad a los 300 (sin acritud)

Vamos con la segunda parte del destripamiento de «300», ahora más que destripar los enormes errores históricos de la peli intentaré mostrar un poco por encima cómo eran auténticamente los espartanos.

En cuanto a que «300» es fiel a un cómic… pues me parece bien. El cómic lo compra al que le gusta ese tipo de publicaciones, por lo que su repercusión es bastante menor. El cine, no, la gran pantalla llega a todos, en Europa la película causó furor, batiendo récords. Y puestos a hacer una película de historia, qué mejor que basarse en hechos reales, y más cuando éstos tienen elementos épicos que superan al cómic. Y lo que no deben hacer es crear confusionismo tergiversando hechos históricos que pertenecen a un legado histórico que es patrimonio europeo, mundial.

Espartanos

Y me explico: hace unos meses, dando un «garbeo» por internet, llegué a un foro de historia en el que existía un hilo que «analizaba» las frases famosas o diálogos interesantes que en la peli aparecían. Pues todos daban por hecho que Gorgo, la mujer de Leónidas, le decía al «al feo ese persa» -expresión literal de un forero- lo de «las madres espartanas paren hombres de verdad». La consecuencia es que, por lógica, también creen que Leónidas les dio una patada en el culo a los emisarios persas, porque evidentemente habían ido a reclamar «agua y tierra» a los espartanos, siendo todo ello falso, al menos, sacados de contexto. Es sólo un ejemplo, hay más pero no pretendo extenderme. Lo que quiero decir es que, de un dato falseado da lugar a una cadena de tergiversaciones, distorsionando aún más la realidad, multiplícalo por unos cuantos más y obtenemos una falacia.

Si los estadounidenses, dados a falsear todo cuanto llega a sus manos, quieren hacerlo con su raquítica historia, pues que lo hagan, pero que respeten la de los demás, más si a ellos no les afecta directamente, pues no son protagonistas del evento.

Si quieren hacer una película que imprima una serie de valores, es fácil. Se basan en la idiosincrasia de Esparta, la titulan «100 Mamones en el infierno» los héroes son estadounidenses en vez de espartanos y que luchan estoicamente contra las pérfidas y salvajes hordas apaches, sioux, cherokees… en la batalla del Gran Cañón del Colorado, éste cuento se ha acabado.

Siempre nos presentan a los espartanos, a grandes rasgos, como soldados eficientes, toscos y descerebrados, a los que «sólo les interesaba la guerra». «Se cansarán de hacer el amor, beber o divertirse, pero jamás de hacer la guerra» dijo una mujer griega refiriéndose a éstos.

Tras la fachada perfecta de hombres aguerridos y mujeres atléticas se escondía el pueblo más religioso, disciplinado y ascético de toda Grecia, y muy posiblemente, de la historia de la humanidad. Obviamente, su sociedad no era perfecta, pero sí muy avanzada para la época, tanto, que en pleno siglo XX algunos países crearon un modelo de sociedad con importantes connotaciones espartanas.

En principio, las leyes espartanas se le atribuyen a Liturgo -que significa «conductor de lobos»- un legislador espartano que vivió por el siglo VIII o IX a.c., del que en realidad se sabe poco. Se dice que fue regente, se exilió y viajó por todo el mundo conocido, estudiando las leyes, costumbres y sistemas de gobierno de cada lugar, adquiriendo un gran conocimiento, analizando y comparando sus leyes, para luego volver a Esparta y mejorarlas, dando finalmente forma a la Constitución Espartana (la Gran Retra) y sus leyes tan duras y severas, leyes de tradición oral -como la constitución inglesa- que prohibió escribir para que cada individuo las asimilara a lo largo de años de entrenamiento, práctica e interiorización. Algunos autores aseguran que su sistema político lo basó en la vida de las abejas, pero todos coinciden en calificarlo como al «padre de Esparta».

Dividió la tierra en lotes, todos iguales, que pudieran producir mucho más de lo necesario para proveer a una familia, repartíendolas equitativamente entre los espartanos. Instauró un sistema político bastante democrático, cuyo lema principal era «que el pueblo tome las decisiones, pero si se equivoca, rechácenlas los ancianos y los reyes». Y dice reyes, porque en realidad instauró dos, uno militar y otro religioso.

Creó un Consejo de Ancianos, integrado por personas que gozaban de gran respeto y consideración, que eran elegidos de una manera muy curiosa:
un consejo de jueces se encerraba en un edificio sin ventanas, el pueblo se congregaba a su alrededor. Los candidatos, uno a uno, se presentaban en el lugar, ante el pueblo, y éstos los aclamaban sin pronunciar su nombre. Los jueces, encerrados aún, debían decidir quién había sido el más aclamado.

Pero el mayor logro de Liturgo fue la invalidación del dinero. Las monedas eran de hierro, grandes y pesadas, ni siquiera valían su peso en hierro, pues eran templadas con vinagre para que no pudieran reutilizarse, logrando, entre otros objetivos, anular la codicia -un hombre con quinientos dracmas de nada, necesitaría de un carro tirado por dos bueyes para llevarlos- y dificultar a los ladrones, que descartaban el robo por motivos obvios. Se comenta que preguntado Liturgo por cómo se podría librar Esparta de sus enemigos, éste contestó «siendo pobres y no deseando tener más que otros». También evitaban con ello el asentamiento de ciudadanos extranjeros codiciosos, mal vistos en Esparta. Los espartanos estaban obligados a cumplir a rajatabla una serie de leyes suntuarias que les impedía enriquecerse, ni poseer oro y plata, siendo castigados severamente si eran sorprendidos en una vida suntuosa o con aquellos metales preciosos.

Creó la fidicia -que significa «ahorro y amistad»- una comida comunitaria y pública formada por 15 comensales cada una de ellas, a la que todos los miembros aportaban harina, queso, carne y vino. De ésta forman fomentaban la convivencia y camaradería, creaban vínculos personales de amistad, muy importantes en la batalla, así como una especie de escuela de formación en donde los jóvenes aprendían a compartir y se imbuían de los valores espartanos.

Implantó la eugenesia -en griego «buen nacimiento»- responsablidad que aplicaba el Consejo de Ancianos, ejerciendo la potestad de decidir, tras examinar al recién nacido, si estaban o no sanos, para caso de no estarlo, eliminarlo. Un debe en el gran Liturgo, piedra angular de Esparta.

De pequeños, el estado se hacía cargo de la educación, sobria, dura, severa, era el bastión en el que descansaban las bases de su sociedad. Cuanto mejor fuera cada ciudadano, mejor y más fuerte sería Esparta. Se les exigía una obediencia ciega y se les enseñaba a hablar poco, a decir las cosas, como yo, con el menor número posible de palabras, concretas y precisas, haciendo de ello un auténtico arte.  Iban semidesnudos, estaban desnutridos y dormían sobre lechos de cañas echos por ellos mismos. Pese a ello, eran ágiles y fuertes. Para comer, se tenían que buscar la vida robando la comida, si se les pillaba eran castigados no por haberla robado, sino por haber sido descubiertos, pues consideraban que no habían tenido la habilidad necesaria para no ser sorprendidos, elemento fundamental en la guerra.

La igualdad entre sexos era muy acusada, desconocida por toda Grecia y el resto del mundo. Las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres, tenían voz en la asamblea y podían vivir su vida con plena independencia y libertad. Llevaban las riendas del hogar, administrando y manejando la hacienda con libre albedrío, no inmiscuyéndose para nada el hombre. Como disfrutaban de tiempo libre, pues los espartanos casi siempre estaban en guerra y el Estado se hacía cargo de los hijos, organizaban peleas y concursos atléticos entre ellas, en los cuales participaban totalmente desnudas, no importándole ser observadas por varones ni éstos daban mayor importancia al hecho. Muchas de ellas reclamaron participar en los Juegos Olímpicos con el apoyo y connivencia de los varones espartanos. No se casaban por la imposición de los padres, ellas elegían libremente al padre de sus hijos y lo hacían a la edad de 20 años, no como en otros reinos que lo hacían con 14 ó 15.

Lo más sorprendente viene en el aspecto sexual, al que se le podría calificar de libertino. La mayoría eran bisexuales, aceptaban la homosexualidad como algo normal, pero estaban obligados a casarse para darle hijos a Esparta, de no hacerlo sufrían castigos y humillaciones públicas. Los matrimonios heteros, por ley, podían tener amantes, ellas podían tener amantes más jóvenes y ellos también, eso sí, con el consentimiento del cónyuge respectivo. Incluso era natural que convivieran bajo el mismo techo. Antes de casarse, las parejas solían tener encuentros, siempre fugaces y en total oscuridad -para mantener viva la llama de la pasión y el deseo- que se podían prolongar durante años. Algunos espartanos tenían hijos sin haber visto a la luz del día a su mujer.

Todas éstas leyes y su sociedad solamente serían caldo de cultivo para estudiosos sociólogos e incluso psiquiatras si no fuera porque las crearon para sobrevivir. Los espartanos eran en realidad dorios, una de tantas tribus arias que invadieron Grecia en oleadas, algunas de ellas muy espaciadas en el tiempo. Eran pocos, cuando más unos 20.000 homoioi, «iguales» (ciudadanos espartanos puros y libres) y un territorio bastante pequeño en extensión. Motivados por una necesidad de recursos y por qué no, ansias de poder, pusieron sus ojos en Mesenia y decidieron crear una nación de esclavos para servirles. Así nacieron las Guerras Mesenias que duraron varias décadas de constates guerras y revueltas. Los mesenios eran también arios como ellos, por tanto duros y feroces contrincantes, muy superiores en número. Incluso después de someterlos haciéndolos sus esclavos -los llamaron ilotas y eran los que cultivaban las tierras asignadas a los espartanos puros- tenían una desfavorable proporción de 10 a 1. Vivían, pues, en constante alarma, en permanente tensión, temerosos de una revuelta, que a decir verdad, se producían y muchas, bastantes de ellas alimentadas y subvencionadas desde Atenas -los helenos también era una tribu aria, en realidad todas las ciudades-estado griegas eran arias, aunque de «hornadas» distintas y distantes en el tiempo- de ahí la gran «amistad» que se profesaron durante siglos. Es aquí cuando apareció Liturgo y dictó la Gran Recra. El gran fallo de Esparta fue obsesionarse, instalándose en un paranoia militarista y el abandono de la cultura, así como su idea de la pureza de raza y el constante goteo de vidas por las sempiternas guerras y la eugenesia, hicieron imposible prolongar su hegemonía por mucho más tiempo.

De cualquier manera, pese a su inferioridad territorial y humana, dio a Esparta características tan únicas que no dejan indiferente a nadie que se haya interesado por su legado.

 

Tras el tocho no me enrollaré en la postdata, Kamelot, con Simone Simons (Epica), «The Haunting»

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