Roncesvalles y las mentiras del arte.

Bueno, voy a hablarte de la mal llamada Batalla de Roncesvalles, del «Cantar de Roldán» («La Chanson de Roland», en gavachés), la verdad es que no sabía cómo empezar, pero creo que un ejemplo viene bien como prólogo, tú imagina que te digo que el otro día me zurré con dos tipos rudos, que les hice polvo, a uno le di con mis pelotas en sus rodillas y al otro con mis ojos en sus puños, si no llegan a rescatarlos es probable que ambos hubieran acabado mal. Como la fuente de los hechos es todo un líder de opinión te lo creerás a pies juntillas, pero quizá no deberías.

En varias ocasiones en este blog te he hablado de pelis históricas y de cómo suelen ser más que inexactas a la hora de abordar la historia, pero esta historia de Roncesvalles es el mejor ejemplo de que esto, que el arte en sus diversas formas, siempre ha tratado los hechos históricos de aquella manera, y lo que es peor, casi siempre con motivaciones políticas, intentaré no enrollarme mucho.

Primero, por mucho que leas, no, no se sabe ni el año, ni la localización, ni siquiera quienes fueron, concretamente y en cantidad, los participantes en la batalla de marras, algunos ponen fechas y lugares, incluso como en la placa que adorna estas letras hablan de eso, de «batalla contra el ejército invasor», ni puto caso, nadie lo puede asegurar, ¿por qué?, sencillo, porque en realidad no fue ni batalla, más bien fue una escaramuza, una emboscada contra la retaguardia de las tropas francas, es más, desde el punto de vista histórico es muchísimo más importante el «Cantar de Roldán» que la propia «batalla».

Vamos con los hechos primero, lo que más o menos se puede asegurar de los hechos sin jugar a inventarnos la historia, Carlomagno, es convencido por Sulaymán al-Arabi, gobernador de Zaragoza, para que le ayude en su rebelión contra Abderramán I, rey, emir mejor dicho, del emirato de Córdoba, que por entonces abarcaba la gran parte del territorio de la península ibérica, ¿por qué acepta Carlomagno?, pues por ansias de ampliar su imperio y sobre todo porque hasta entonces nunca fue batido y se pensaba eso, invencible. A cambio de la ayuda además Al-Arabi le ofrece la plaza, Zaragoza.

Pero llegados a la ciudad, no se sabe exactamente el por qué, Al-Arabi cambia de idea y Carlomagno sitia la ciudad, sitio que levanta porque necesita sus tropas para sofocar una rebelión de sajones, pero sobre todo porque al no estar preparados de antemano para el asedio se le hace imposible mantenerlo por falta de medios, las tropas comen, se sabe que a la vuelta arrasa Pamplona, él o parte de su ejército, ni siquiera está claro que volvieran todos juntos, lo normal en todo caso es que Carlomagno moviera sus tropas al menos en dos grandes columnas.

Y una de esas fue la que sufrió el ataque, hablamos, la versión más confiable, del año 778, esa misma columna después de atacar y arrasar Pamplona arrasó todo pueblo o aldea que se encontró a su paso, detalle que explicaría el por qué los vascones la atacaran, venganza, en todo caso decir que se enfrentaron a un «ejército invasor» es manipular un poco la verdad, más bien estaban en plena retirada y desde luego la intención de los francos nunca fue invadir el territorio que ocupaban los vascones.

¿Fueron vascones?, como digo pues sí, seguramente, pero ¿fijo?, pues no, no se sabe, lo seguro es eso, que en algún lugar de los Pirineos, en terreno empinado, en medio de un bosque, «alguien» atacó la retaguardia del ejército franco, no se sabe siquiera el número de víctimas de ambos bandos, vamos ahora con el famoso cantar, porque vaya, que el boca a boca tergiverse un poco la realidad y hagamos de una emboscada una feroz batalla de resistencia al invasor pues vale, es muy nuestro eso de adornar la tradición, pero lo del cantar es que es la polla.

Según el famoso «Chanson de Roland» 300.000 sarracenos emboscaron a los francos, que se defendieron heroicamente hasta la última gota de su sangre, sarracenos guiados por el traidor Ganelón, cae hasta el mismo Roldán, «sobrino» del emperador, que hasta última hora no hace sonar el cuerno que pediría auxilio a su tío y que al sonar le reventó las sienes y tal, antes de morir como un héroe rompe los estandartes para que no caigan en manos de las huestes infieles.

Es más, según ese cantar la península entera estaba ya bajo el dominio de Carlomagno, excepto Zaragoza, ciudad que, en venganza, tomó a posteriori, vamos a ver, ¿cómo cojones iba a tener Zaragoza 300.000 guerreros sarracenos?, ¿cómo coño va Roldán a romper nada después de estallarle las sienes?.

La cosa es que, evidentemente, el cantar era un panfleto de cojones, ¿por qué?, pues porque aunque dicen que los hechos de Roncesvalles ya circulaban de boca en boca la edición más antigua que se encontró es del año 1.170, acabáramos, en plena época de las cruzadas, ¿qué mejor entonces que manipular un poquito la historia para crear animadversión ante los musulmanes y sumarse a las justificaciones de las cruzadas?.

Y como se cantaba y el texto se hizo tan popular pues la peña se lo creía a pies juntillas y si veían a un moro le cortaban los cojones, cuando en realidad el Roldán ese no es que no fuera sobrino de Carlomagno (o al menos tampoco está demostrado), es que ni siquiera está claro que muriera en la «batalla», caso de ser así fijo que no a manos sarracenas, es más, ni siquiera hay pruebas fehacientes de que estuviera en la emboscada, como ves eso de manipular la historia en las artes es más viejo que mear de pie y encuclillarse para cagar.

Within Temptation para la posdata, bonito tema este «Forgiven».