Hay que deshumanizar el ciclismo.

Hay varias cosas que me suelen tocar las narices en esto del ciclismo moderno, cuanto más viejo se hace uno más cosas que le toquen los witos encuentra, cosa de la mala leche que te entra a la mínima, antes tenías más aguante con el mundo. Una de las principales es la puta cantinela de «hay que humanizar el ciclismo, humanizar los recorridos, así será más fácil acabar con el doping».

Bien, sobre esto último ya hablé en varias ocasiones, ya conoces esa frase que dice que una mentira repetida cienmil veces se convierte en realidad, pero no me importa volver a decirlo una vez más, es eso, mentira, es como eso que se dice de que los calvos tenemos un nabo mucho más grande que los melenudos y melenitas, qué va, apenas les sacamos 10 centímetros.

Para que lo entiendas, es como si hablando de atletismo decimos que debemos humanizarlo y para ello quitamos la marathon o los 50 kilómetros marcha y solo hacemos pruebas de hasta 200 metros, correr 200 metros es menos duro que correr 50 kilómetros ¿no?, ¿y?, recordemos los recientes escándalos de los velocistas jamaicanos o el archifamoso positivazo de Ben Johnson, Tyson Gay, Marion Jones… en fin, que no, que un deportista no se dopa por la dureza de los recorridos, se dopa para ir más rápido, para ganar, aunque fueran carreras de metro y medio cuesta abajo se doparían igual.

Sin embargo la tendencia en el ciclismo es esa, ir dulcificando los recorridos, etapas más cortas, con menos puertos, y siendo los puertos de paso (los que están en la parte del recorrido que no es el final) bastante flojos, vamos a ver, el ciclismo de toda la vida de dios ha sido un deporte no apto para nenazas cojones, siempre ha sido un deporte agonístico, de grandes esfuerzos, como cagar tras tres días de estreñimiento, como aparcar en Bilbao un viernes a la mañana, como comerte un kilo de almendras sin quitarle la cáscara.

«Es que si no humanizas el recorrido acaban 50», ¿y?, pues que acaben 50, el que vale vale y el que no que se vaya a su puta casa cojones, precisamente un recorrido exigente separa el grano de la paja… (hablando de pajas dame cinco minutos)… (aprovecha para darle a la posdata, enseguida vuelvo).. pues a lo que iba, ¿a quién se le ha ocurrido la idea de que ganar un Tour tiene que estar al alcance de cualquiera?, no hombre no, debe de estar al alcance de los más grandes.

Luego hay otro factor que determina que vivamos una época de ciclismo rácano y youtubero, donde hasta los últimos kilómetros van todos de la mano haciéndose macucas mútuamente, en plan «Verano Azul», muchos finales en alto y escasa crono. Uno ve por ejemplo hablar del próximo Tour como un Tour «compensado» y siente una mezcla de sensaciones, me entra la risa y me entra más cabreo, ¿cómo hostias va a ser compensado un recorrido con una sola crono y seis o siete etapas de montaña?

Es que claro, por mucho que un escalador pierda en esa crono tiene seis o siete etapas para recuperar terreno, si encima le pones lo más duro al final de las etapas de montaña no se moverá antes ni de coña, a tomar por culo ataques lejanos, escaramuzas, tácticas de equipo, a tomar por culo el ciclismo de toda la vida, es que se lo están cargando joder.

«Es que si ponemos más crono los escaladores pierden opciones», joder, pues que mejoren contra el crono, que ha habido escaladores como Perico Delgado que han ganado Tours con 150 kilómetros contra el reloj, y además ¿por qué coño se tiene que beneficiar a los escaladores?, ¿por qué no hacer un Tour con siete cronos y una sola etapa de montaña y que pueda ganarlo Cancellara o Tony Martin?, porque un Tour así lo gana uno de los dos fijo.

Es como, volviendo al atletismo, si en la decathlon quitan las pruebas de carreras porque los especialistas en saltos y lanzamientos son muy zoquetes en las primeras, carecería de sentido ¿no? Una carrera ciclista por huevos tiene que tener dos cronos llanas mínimo, y largas, para que luego en la montaña a los escaladores no les baste con atacar en la pancarta del último kilómetro, que se vea batalla de lejos.

Al final la cosa que me queda es que no se busca que gane el más fuerte, ni el más resistente, ni el más completo, se busca que haya emoción, que nada se mueva hasta la última media hora de cada etapa, por aquello de la tele, así tenemos la Vuelta claro, con finales en alto hasta en las jornadas de descanso, y todavía hablan de «carrera dura» dura es la cara de quienes dicen esto, como el cemento.

Mago de Oz para la posdata, el título viene hasta bien, «El que quiera entender que entienda», aunque evidentemente la letra no va de nenazas, ni de recorridos ciclistas, va de lo que va, de la libertad, de sexualidades y todas estas cositas.