Que se tira del taxi, por dios, que se tira.

La Sra, García se tiró del taxi en marcha, lo cuál no debería sorprenderte porque es lo que elegiste que pasara, pero reparó que se había tirado ahí sin conocimiento, a lo bruto, dejando la caja y los dos sobres tras ella.

«No pasa nada», se dijo, para sus adentros, no es que hablara en alto sola como los zumbados, entonces hizo algo que siempre quiso hacer, llamó a otro taxi y le indicó al conductor, «siga a ese coche, rápido».

«¿Qué coche señorita?», y ella comprobó que el taxi del que se tiró ni se veía, eso no pasaba en las películas, para desahogar su furia se zumbó al taxista y comenzó a pensar en una solución, ¿de quién era la voz que reconoció en el otro taxi?.

Claro, del agente Flanagan, ese del que se chivó que robaba monedas en la máquina de café y que tras delatarlo pasó 25 años preso y juró venganza hacia ella, él tenía su caja, y los dos sobres, su dinero, buscó en la guía telefónica, ahí venía, en la «F», «Flanagan, agente secreto rencoroso que quiere venganza», la calle y el número, los tenía, armose de valor y en dos minutos estaba en la puerta, ya que vivía doblando la esquina.

-Si quieres que la Sra. García entre a hurtadillas y pille a Flanagan en la ducha pincha aquí.
-Si quieres que entre y al no encontrarle se de una ducha y sea él quien la pille en bolas pincha aquí

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