Oompa Loompas a tutiplén.

Y el disparo no hizo blanco, no, hizo negro, en esos momentos salía de su casa el vecino afroamericano con un montón de Oompa Loompas.

Merikeit, que así se llamaba la pelirroja, se acercó al Sr. Smith, le escupió, le despedazó y lanzó pedacitos por una ventana para deshacerse de los bichos esos de los cojones.

Se acercó al negro, «¿estás bien?», él la miró, gimió y serenamente, sin perder la compostura, como mandan los cánones le respondió: «¿Cómo coño voy a estar bien?, me muero joder, me muero, mamá mamá, quiero a mi mamá».

«Nenaza», pensó Merikeit, «que le den», y salió del portal, caminaba ahí todo contenta cuando de repente advirtió que Flanagan venía justo hacia ella.

Si quieres que Flanagan y Merikeit se enrollen en un hotel pincha aquí.

Si quieres que Merikeit meta a Flanagan una zurra de cojones y salga algún secundario feo pincha aquí.

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  1. 12/02/2013 a las 01:26

    jejejejejeje, ¡elijo todas las 2ªs opciones, mañana haré lo contrario! 😉
    ¡Que diver!! 😀

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  2. 12/02/2013 a las 11:48

    ¡Flanagan! Cómo no. Voy a ese hotel, a ver si el tal Flanagan está a la altura…

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  3. 17/02/2013 a las 23:53

    Que bueno! no sabia que asesoraste a Peter Jackson en sus inicios.
    Estos cambios de registro son la leche.

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    • 18/02/2013 a las 00:00

      Ahí está la gracia del asunto, que depende para dónde tires la historia desvaría que no veas, lo de tantas manos se notó 🙂

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