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El auténtico «Último Mohicano»

Bien, como ya hicimos en su momento con pelis como «Templario», «300» o alguna de las de Gibson vamos a ver la fidelidad histórica de otra peli, esta archiconocida, «El Último Mohicano», me refiero a la peli de Michael Mann del año 92, la de Daniel Day-Lewis y Madeleine Stowe, quizá más conocida incluso por la música de Trevor Jones, quizá de las bandas sonoras de cine más populares de la historia, tan popular que hasta a Rajoy le han pillado tarareándola.

El ultimo mohicano, imagen

La película está basada en una novela de James Fenimore Cooper, autor de varias novelas ahora históricas, pero escritas cuando sucedieron los hechos, así pues, quisiera dejar a un lado el argumento principal de la peli, que es lo que voy a juzgar, no la novela, centrándome en un hecho concreto, importante eso sí, que sucede en la peli y realmente sucedió en la realidad, el asalto a Fort William Henry, dentro de la Guerra Franco-india.

¿Cómo se cuenta en la peli?, pues tenemos a los franceses atacando el fuerte con la ayuda de varias fuerzas nativas, con los indios malvados ayudándoles, (ese Wes Studi, qué bien hace de malo, de él hablamos en «Kings»), durante el asedio ofrecen a los británicos rendirse ya que las fuerzas de apoyo que estos esperaban ni iban a venir, vista la situación se acaban rindiendo, salen los soldados y civiles del fuerte y por el camino verde (no el que va a la ermita sino otro), van los indios malosos y les zumban de cojones, salvándose tan sólo los protas.

Bien, ahora vamos con la versión digamos «real», aunque hay que decir que ese episodio narrado en la película está bastante ajustado a la realidad, se nota que las fuentes consultadas y la novela en la que se basó eran francamente buenas, pero hay detalles falsos, justo los necesarios para hacer malos y buenos en la historia y así darnos la peli de aventuras perfecta, con héroes y villanos, mas como siempre pasa en la vida real no hay, o no suele haberlos, blancos y negros, sino escalas de grises.

Vale pues, tenemos al fuerte, dentro tenemos a los soldados del Imperio Británico, sus aliados nativos, civiles y soldados coloniales, que ya por entonces vestían de azul, usando los colores que luego, durante la Guerra de la Independencia usaron las tropas llamadas «continentales», todos bajo el mando de George Monro, en total unos 2.500 combatientes, enfrente las tropas francesas de Louis-Joseph de Montcalm, tropas regulares y nativas, iroqueses y hurones en su mayoría, en total unos 6.000 soldados y alrededor de 1.500 «indios», no hay constancia de la presencia de las hijas de Monro ni de mohicanos, sean primeros, segundos o últimos.

La escena de la oferta para que Monro se rindiera está bien, acertada, el francés le hace la oferta dándole la carta interceptada a un correo británico que advierte de la imposibilidad de mandar refuerzos, mas no parece que la oferta se hiciera tal y como pasa en la peli, sino dentro del fuerte y enviando al francés con los ojos vendados, este detalle era bastante común cuando dentro del terreno propio se metía un enemigo, para que no pudiera localizar el lugar exacto donde se encontraba el cuartel general o cualquier otra dependencia, tampoco fue la rendición tan rápida, Monro sabía que tenía que aceptar la oferta y Montcalm sabía que la iba a aceptar, pero ahí entraban las reglas de la guerra de entonces, que luego traerían más cola incluso, Monro no se podía rendir salvo que se abrieran brechas en las murallas que permitieran una rendición «honrosa».

Como la moral de sus tropas era más bien baja y con las opiniones de sus ingenieros a favor aprovechó la endebled de alguna de las zonas de la fortificación para después de algún que otro combate rendirse, los franceses permitieron que se retiraran todos a un fuerte cercano, unos 30 kilómetros, con sus enseres personales, armas y demás, los británicos, antes de irse agasajaron a los galos con una comida de oficiales realmente copiosa.

Ahí empiezan los problemas que luego propiciaron la masacre, tres factores la propiciaron, el primero, para los nativos aliados de los franceses sólo había una forma de acabar una batalla, muriendo o acabando con el enemigo, no entendían esas rendiciones pactadas donde los contendientes se sentaban a ponerse hasta el ojal de comida y vino, segundo, los franceses al parecer les habían prometido el poder saquear el fuerte tras la victoria, algo similar a lo que hacían las legiones romanas cuando conquistaban nuevas tierras, al permitir llevarse casi todo a los ingleses se sintieron engañados, el tercero, siendo parte importante del éxito francés vieron como se les excluía de la jamada, ignorados por los dos bandos en guerra, el sentimiento de ninguneo acabó por encender sus ánimos.

Bueno, vamos con la salida de los británicos y posterior masacre, hay que decir que junto a ellos iban cierto número de granaderos franceses como escolta, hablamos de una columna grande, larga, tropas francesas, las británicas, los civiles, los nativos aliados de la «Pérfida Albion», los civiles y los soldados coloniales, estos dos últimos grupos cerrando la marcha, en la peli las tropas sufren una emboscada, en realidad no fue exactamente así, sino que los nativos «franceses» salieron de los bosques a intentar cobrarse en utensilios y vestimentas su botín de guerra, dando Monro la orden de dejarles hacer, prácticamente desnudaron a la columna, pero sin apenas violencia, excepto claro, en la retaguardia.

Ahí, no se sabe el por qué, sí que se produjo una pequeña masacre, matando civiles y milicianos, todo esto sin que la vanguardia, que es donde iba el ejército regular, siquiera se enterara, cogieron prisioneros y asesinaron unas decenas de personas, hablamos en todo caso de menos de cien, o sea que si, masacre hubo, pero muy lejos de la aniquilación total que la peli narra, por supuesto Monro no muere en ese lugar, sino que lo hizo tres meses más tarde.

Como curiosidad decir que tras la batalla hubo una epidemia de viruela entre los nativos aliados de Francia, causada por la costumbre de estos de desenterrar a los británicos muertos para quitarles cosas de valor, como vemos aunque a grandes rasgos «El Último Mohicano» narra los acontecimientos con bastante rigor se le escapa algún que otro detalle importante, los justos para hacer de los colegas de Studi unos hijosdeputa, cuando hubo más choque de culturas que otra cosa.

Amaranthe, estamos en la posdata ojo, grupo nórdico que tiene en su música una mezcla curiosa, una especie de death muy muy melódico, con voces guturales, limpias y femeninas, todo ello acompañado de algo parecido al «casiotone» que suele acompañar a la cabra por los pueblos de España mientras sube la escalera, aun así no deja de tener su punto su música, eso sí, su mayor virtud es la presencia de Elize Ryd, acompañante habitual de Kamelot, la chavala pues eso, es de esas que está tan buena que la pondrías encima de la tele para poder mirarla todos los días, para más cojones encima es hasta guapa, de ellos este «Automatic»

«Kings», todo un bodrio.

Hay veces en las que una historia en principio original se convierte en un truño en toda regla, este es sin duda el caso de la serie de la NBC «Kings»

Serie Kings

Michael Green, creador del producto, nos presentaba a priori algo sumamente interesante, una Monarquía en los tiempos actuales, pero no esas a las que vemos en bodorrios, en el «Hola», «Hola Corazones» y demás, no, un Rey del estilo «época medieval», en un país ficticio llamado Giboa, enfrentado a una dictadura vecina, Gath, obviamente no dejas de decirte que se trata de los Estados Unidos y Canadá actuales, pero vamos, esto es simplemente personal.

Encima tenemos al frente del reparto al gran Ian McShane ( «Deadwood» o “Los Pilares de la Tierra”), secundarios como Wes Studi («El Último Mohicano), Eamonn Walker ( «OZ» ), Dylan Baker o incluso el presumible retorno a la gloria del otrora insufrible niño Macaulay Culkin, con todo eso era obligado darle una oportunidad, grave error.

Bien, la cosa al menos no engaña, ya desde el principio te echas unas risas con el sinsentido de serie que es, como digo están en guerra Giboa y Gath, guerra cuyo referente en todo caso debiera ser alguna de las actuales, aviación, carros de combate, ejércitos modernos vaya, pues nada, ahí tenemos el frente con los soldados parapetados unos frente a otros estilo guerra de secesión, secuestran al hijo del Rey, interpretado por Sebastian Stan (para mí de los pocos personajes salvables de la quema) y el prota guapo, al que da vida Christopher Egan, va a rescatarle, obviamente el enemigo es tan gilipollas que teniendo al hijo del Rey rival lo tiene preso en una tienda de campaña a la vista de las líneas enemigas, sin apenas soldados vigilando y va el guaperas y con un par cruza el campo de batalla, se cepilla un tanque y rescata al príncipe.

El Egan este merece capítulo aparte, el tío tiene un registro, imaginaos una cara de chico haciendo pucheritos, enfurruñado, pues esa se gasta ya sea en la batalla, cuando le dicen que le ascienden, cuando le putean, cuando folla o cuando caga, tremendo el registro del mozo, bueno, resulta que el tío va y es invitado al palacio real, allí se encuentra con la princesita, claro, tú la ves ahí guapita y te dices, «no tendrán cojones a ser tan poco originales de liarlos», cómo que no, con un par, el personaje de la princesita tiene tela también, en general todos.

Luego la cosa ya pues nada, entre que el Rey pasa de querer matar al soldadito valiente a querer adoptarlo constantemente y sin aparentes razones, que las tramas e intrigas palaciegas no te las crees, que todo lo que pasa suena a forzado, que incluso el reino en sí mismo suena falso como el beso de una suegra, que todo, en definitiva, es un cagarro de cuidado, pues la terminas porque hasta esto es mejor que la «Hispania» de turno.

Para que veáis cómo es la cosa la serie aguantó tan sólo cuatro capítulos, en los que la audiencia cayó en picado, la cancelaron, dieron el resto de lo grabado en verano y tras la primera temporada fue cancelada, merecidamente sin duda.

Magnum son todos unos veteranos, estamos ya en la postdata dichosa, a pesar de su agresivo nombre son un grupo muy melódico, su seña de identidad es el hard, como dije antes con la melodía como acompañante, su existencia data ya de la década de los 70, por lo que poca duda cabe de la excepcional trayectoria de los británicos, un porrón de discos, recopilatorios, DVDs y demás, «Your Lies» es un ejemplo válido de su música:

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