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«The Killing», el desenlace.
A ver, concreto, técnicamente desenlace ya sabemos todos que es un divorcio, «des-enlace», y todo lo que empieza por «des» suele tener escaso atractivo, menos «Dessjuest», que irradia encanto, pero no, «desenlace» en este caso se refiere a que voy a hablarte de la segunda y última temporada de «The Killing», la serie de AMC, remake de una vikinga, «Forbrydelsen», de su primera temporada ya te hablé. Chica asesinada, investigación, politiqueos y tal, se trataba de ir mareando la perdiz, haciéndote ver que el asesino es tal y luego resulta que no, que es Pascual, hasta que tampoco, coño. Alguna reflexión con cierto tino y una ambientación cojonuda, poco más.
Encima esta segunda entrega la tenía yo preparada con mucho miedo, tengo un compi que vaya, si te dice que una peli o serie «está guapa» échate a temblar, pero es que de esta me dijo literalmente que «está superguapa macho, de puta madre, acojonante, mucho mejor que la primera», por lo que evidentemente qué esperar, un truño de cojones.
Ojo, que digo segunda y última, pero cuando escribo esto los rumores de una tercera entrega son ya algo más que rumores.
«The Killing», angustia.
Vamos con «The Killing», serie del canal AMC, creada por Veena Sud, aunque lo de «creada» debe de ir así, entrecomillada, porque estamos ante un remake de la serie danesa «Forbrydelsen», he visto la primera temporada y hay una segunda ya confirmada para el año que viene.
Mireille Enos ( «Big Love» ), Billy Campbell («4400»), Joel Kinnaman, Michelle Forbes (la bruja mala de «True Blood» ) o Eric Ladin ( «Generation Kill ) son algunos de los protagonistas de la movida esta.
Comienza el tema con el piloto, obviamente claro, capítulo siempre importante porque de él depende si la serie sigue o no, quizá en esta, como la productora ya tenía en la versión original un referente dicho episodio no resultaba tan determinante, pero aun así siempre suele dejar claras las intenciones, bien, el citado piloto nos ofrece una policía de Seattle a punto de dejar su trabajo, un compañero que en teoría cogerá su relevo, una chica presuntamente desaparecida, los padres y demás familia y amistades de la chica y un concejal aspirante a la alcaldía, al final de este episodio debut ya queda planteada del todo la trama, la chica muerta y el concejal o alguien de su entorno presuntamente implicados.
Bien, tampoco es que haya que explicar mucho la trama, esta serie se ha pasado por «la sexta» y quien más quien menos la ha visto, además, puede que incluso hayas visto la versión original qué se yo, así que te contaré mis impresiones, la sensación que te deja es de quien ha rodado esto tiene gusto por el cine, la forma de presentar los personajes está muy lograda, la forma de presentar el crimen también, quédate claro que esta va a ser una serie de llorar y de angustia continua, sobre todo si tienes hijas, los padres logran que empatices con ellos claramente, toda esta sensación viene además apoyada por una banda sonora de esas que desde luego no se ponen en los cotillones de Nochevieja.
Lamentablemente la cosa cambia, la historia se diluye en varios frentes, la investigación en sí misma, la familia de la asesinada y el cómo van superando el hecho, la campaña política para las elecciones a alcalde y las diversas conexiones que entre las tres van surgiendo, también meten cosas, como la vida personal de la detective Sarah Linden, que la verdad, sobra, puro relleno que no hace más que ralentizar la trama, tiene algún que otro momento racista, no digo que la serie lo sea, sino que lo trata, interesante cuando el tema es metido en la campaña electoral, de los mejores momentos de la serie cuando ves lo mezquina que puede llegar a ser la política cuando se trata de respetar o no la presunción de inocencia cuando esta te puede costar un cargo, en general el paso de los capítulos te hace tener la sensación de estar viendo las mismas escenas una y otra vez, pidiendo a gritos una reducción de metraje, con la mitad de capítulos sobraba, más sabiendo como sabes que hay segunda temporada.
Acerca de eso de la presunción de inocencia, hay cosas en las que sin duda no nos veremos reflejados, pero deberíamos, evidentemente todos somos personas íntegras, pero en este mundo basta con ser sospechoso para que la opinión pública te juzgue y condene, sin más, cosa que está mal, pero hay otra peor, que también nos creemos brazo ejecutor de la justicia, muchas veces no es que no necesitemos del sistema judicial, es que nos sobra, para qué, si con lo que aparece en la prensa nos basta y nos sobra para caso de tener opción putear o incluso lapidar al sospechoso de turno, algo de esto también asoma en «The Killing».
Es esta una serie tramposilla, a ver, sabes que tiene dos temporadas y que el mayor aliciente que tiene es descubrir el asesino, prácticamente el único, por lo que no te esperas que se descubra el autor de marras así por las buenas, pero una cosa es una cosa y otra ya son dos, aquí te van presentando los hechos dirigiéndote a pensar que el asesino es fulanito, está tan claro que si le pillas le ahostias, hasta que de repente se descubre que fulanito es más inocente que Forrest Gump, te vuelven a poner en camino y te ponen de nuevo otro al que las pruebas inequívocamente sitúan como culpable, hasta que vuelta a empezar, inocente, esto lo llevan a cabo una y otra vez, acabando por aburrirte, y no quiero joder el final para quien no la haya visto, pero vamos, si la serie es tramposilla el final directamente es vergonzoso, sacado de la manga como se podían haber sacado que el asesino es un zombi o un alien así de repente, sin que venga a cuento con todo lo que han mostrado anteriormente, sorprende, claro, es evidente, sólo faltaría.
Así pues, ¿todo es malo?, pues no, hay cosas buenas, como la relación entre los dos detectives que llevan el caso, dos personajes bastante bien construidos y con bastante química, el ambiente que rodea la serie, con ese cielo plomizo y esa lluvia incesante que hace más angustiosa y gris la trama, la pena quizá es la que comenté antes, que pudiendo hacer una serie de una temporada decente se empeñan en alargarla, perdiendo mucho.
Acabamos con la posdata, Sonata Arctica, con uno de sus temas más redondos, quizá nunca alcancen de nuevo la emotividad de este «Letter to Dana»