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El auténtico «Forrest Gump».
Prólogo (como las sobadas de tetas en los polvos): «19-S, las vacaciones»
1986, Winston Groom saca al mercado su última novela, «Forrest Gump», sin embargo para la mayoría de mortales la historia de Forrest comienza en 1994, cuando Robert Zemeckis nos la muestra en la gran pantalla, poniéndole la cara del “oscarizado” Tom Hanks, es evidente que la historia no está basada en hechos reales, pero curiosamente hay alguna que otra similitud entre lo mostrado en pantalla y un episodio vivido en la Guerra de Vietnam, vamos pues a por él.
Sam L. Davis, el nombre, acordaros de la peli, la escena en la que el Presidente Johnson condecora a Forrest por haber salvado la vida a varios de sus compañeros en pleno combate, acto durante el cual es herido en el buyacas, pues algo muy similar sucede con Davis, estamos sin duda ante uno de los mayores héroes de guerra americanos en esa contienda, su unidad víctima de un ataque del Vietcong, él de guardia, un obús explota y Sam queda inconsciente, en una zona que es atacada poco después por sus propios compañeros mediante bombas de estas tipo racimo, un trozo de metralla le hiere, de hecho salvó la vida porque como era un profesional como la copa de un pino llevaba el chaleco antibalas, él mismo relató el momento de la explosión como «un gigantesco árbol de navidad».
Tú te dirás, vale, coge el tío, se despierta del dolor y salva a tres compañeros, sí, la herida le despierta, pero no sólo a él, también a su ardor guerrero, si lo que hizo este hombre nos lo muestran en una peli tachamos de fantasmada a la misma, prácticamente él solo hizo frente a unos 200 enemigos que se acercaban a su posición, con ametralladoras, torpedos y demás, causándose más heridas mientras tanto, quemaduras, un riñón descojonado, fractura de costillas y contusiones varias. Aun hecho una piltrafa oye gritos de compañeros heridos al otro lado de un canal, coge, aprieta los dientes, coge un arma, una balsa y a por ellos, llega, un soldado muerto, otro en estado crítico, le dice a otro, «venga maricona, sácale, que yo te cubro», vacía todos sus cargadores conteniendo enemigos al más puro estilo play, cuando ve que el soldado en estado crítico está a salvo nada, coge al muerto, se lo pone a la espalda, coge a los otros dos, en los brazos, se encaja una ametralladora en el culo y mientras los pone a salvo hace lo mismo con el mundo libre masacrando más cochinos comunistas amarillos. Por supuesto fue él el que recibió la medalla y fue él el que salvó a sus compañeros. Lo más acojonante es que el soldado muerto en realidad no lo estaba, al llegar a zona segura se dieron cuenta que aun vivía y sí, logró salir de esa.
Ojo, exagerada, pero real, es decir, todo lo real que tiene lo que se nos cuenta de una batalla, se dice que en su heroica defensa de la posición encomendada llegó a disparar prácticamente de todo al enemigo, hasta lanzadores de panfletos de esos de «El tío Sam os hará libres», bengalas y hasta su pistola como último recurso, es más, lo acojonante del tema es que después de salvar a sus compañeros, estando como estaba hecho una piltrafa y a pesar de las recomendaciones para que se tomara un descanso y fuera a ser atendido al hospital coge él y dice: «por mis americanos cojones, mientras haya charlies para matar yo mato», bueno, eso no lo dijo, me lo he inventado claro, pero sí, volvió al combate y es entonces cuando sufre su famosa herida en el culo, por fuego amigo además.
Manda huevos que tras ser herido prácticamente en todos los sitios de su cuerpo, que hasta sufrió una fractura de la uña del dedo meñique del pie derecho, sea recordado como el auténtico Forrest Gump precisamente por esa herida en el buyacas, a ver, una cosa hay que decir, al hacer esto he consultado varias fuentes, los hechos difieren bastante de una a otra, te da la sensación de que el número de heridos rescatados se multiplica, dicen que no hay nada mejor que el testimonio de primera mano para saber los hechos, pero al final un testimonio vale lo que vale, que coño, eso de estar medio muerto y sacar un herido a la espalda y otro en cada brazo… como que no cuela.
Sí que es cierta una cosa, la historia de Forrest Gump en Vietnam y la de Sam Davis nos muestra de nuevo lo diferente que fue esta guerra, donde los americanos prácticamente no veían venir al enemigo hasta que lo tenían justo frente a sus narices, la jungla los escondía, y cuando no era la jungla eran las galerías subterráneas, también muestra, refleja más bien, la tremenda preocupación que había en Estados Unidos por intentar que todos volvieran a casa, incluso muertos, creo que nunca antes se hicieron tantos esfuerzos, incluso a riesgo de tener más bajas, en recuperar los cadáveres de los soldados, hubo dos guerras, la real, en Vietnam, y la que se dio en el propio país, que al final también perdió el ejército.
Bueno, otro día más, Kamelot para la posdata, esto ya te sonará, una de mis bandas preferidas, pues nada, «Karma» es quizá el tema que más me gusta de ellos, comprenderás entonces, porque sabes de lógica, que se trata entonces de uno de esos temas que cada vez que lo escucho me «ponen», sí, grandísima canción, bien hecha, currada, últimamente no pongo más que temazos coño.
«The Pacific», lo que pudo ser y no fue.
Cuando Steven Spielberg y Tom Hanks pensaron en hacer «The Pacific» debieron de tener en mente su anterior aventura juntos en una serie bélica, «Hermanos de Sangre», sabían que si hacían algo parecido cambiando el escenario las comparaciones, que de todas maneras eran esperables, iban a ser obligadas, así que decidieron un cambio de estilo, con un presupuesto de lujo presentaron la serie en 2010.
Para llevar a buen puerto la serie contaban con la ayuda, entre otros, de uno de los directores más injustamente ignorados del momento, Tim Van Patten, algún día habría que recordar el curriculum de este hombre, actor, director, productor, en «The Pacific» ejerció de los dos últimos roles, como referencia tomaron varias novelas, con dos de ellas como principales, «Helmet for My Pillow» de Robert Leckie (James Badge Dale en la serie) y «With the Old Breed» por Eugene Sledge (Joseph Mazzello), ambos autores son los personajes principales de la serie junto a John Basilone, este interpretado por Jon Seda, un habitual de HBO, presente en «OZ» y «Treme».
Ese es el principal error, lo que le hace desmerecer respecto a «Hermanos de Sangre», mientras que en aquella seguíamos a un grupo de soldados, siempre el mismo grupo, aquí seguimos a tres personajes que ni siquiera llegaron a coincidir en el frente, acaparan el protagonismo con tres historias practicamente sin conexión alguna, los secundarios pierden peso, quedando desdibujados, otro error, se nota cierto maniqueismo a la hora de contar la historia, los americanos son unos guerreros implacables, parece que juegan con la play matando japos, estos son idiotas del culo que parecen más preocupados en correr a pillar las balas con su pecho que de otra cosa, en un capítulo se nos deja claro que los pobres yankis las pasaban putas en una isla porque no tenían apenas agua potable ni suministros, en una isla rodeada por su marina si ellos estaban así ni qué decir cómo estarían los japoneses, claro que esto es algo en lo que el cine y la tele yanki caen continuamente si exceptuamos cosas como «Cartas desde Iwo Jima».
Más cosas que no me gustaron, en una miniserie bélica, de diez capítulos, dedicar practicamente tres o cuatro a los amoríos es excesivo, es como si pagas una mariscada y hay casi la misma lechuga que percebes, que metas un capítulo digamos que para descansar de tanta matanza pues vale, también el las guerras habrá sitio para la jodienda, pero se pasan.
Así pues, entre que se nos cuentan tres historias sin conexión y que se nos mete mucha paja (en plan fino, que no se masturba aquí ni Dios, que es de Spielberg), hay mucha desigualdad entre los capítulos, en toda serie los hay mejores y peores, importantes y de relleno, pero aquí directamente te ofrecen choped y jabugo.
Porque sí, hay jabugo, donde más luce «The Pacific» es sin duda en las batallas, se nota la pasta invertida, cruda como nunca antes se ha visto en la tele, incluida «Hermanos de Sangre», Iwo Jima queda muy desdibujada y Guadalcanal lo muestran más como videojuego que como otra cosa, pero Peleliu por ejemplo es todo un espectáculo en tres entregas.
Mención aparte para el capítulo dedicado a Okinawa, sin duda lo mejor que he visto en mi vida en la tele cuando se trata de mostrar una batalla, simplemente acojonante, duro, muy duro, aquí la gloria deja paso a las miserias de la guerra, plasmando que no sólo los militares participan en ella, sin duda debió de ser el colofón de la serie, pero metieron un capítulo final dedicado al regreso a casa de los protas, que vamos, sobra como la suegra los domingos.
Así pues, es buena, pero irregular, tiene momentos muy buenos con otros en los que ahostiarías a alguien por cómo pierden el tiempo en chorradas en vez de mostrar lo que mayormente buscas en una serie bélica, tiros, como todo lo relacionado con Tito Spielberg es un producto familiar, es decir, hay muertos, sangre, cuerpos desmembrados pero nada de sexo explícito, para que lo puedan ver los niños tranquilamente.
Postdata, Helloween venía de un par de discos más bien mediocres, sobre todo esa tercera parte del «Keeper» casi avergonzante, así que cuando publicaron «Gambling with the Devil» las espectativas no eran muchas, resulta que sin embargo les salió un LP realmente bueno, potable, recuperando la garra de antaño, variado pero casi sin relleno, de entre el album sin duda el temazo, al menos para mí, es este «Final Fortune».
«Hermanos de Sangre», la familia Easy.
Año 1998, Steven Spielberg rueda con Tom Hanks «Salvar al Soldado Ryan», la película tuvo gran éxito, tanto comercial como en la crítica, a Spielberg debió de gustarle tanto que nada más acabar la peli comenzó a planear una serie de televisión, «Band of Brothers».
Teniendo claro que la serie versaría sobre el famoso desembarco de Normandía Spielberg tomó una novela de Stephen Ambrose, biógrafo de Dwight D. Eisenhower y Richard Nixon, le convenció para que firmara en el equipo de producción, hizo lo mismo con Hanks, que además dirigió un capítulo y escribió el guión de otro, y metió en vereda a la HBO, que por entonces tenía ya un gran éxito en forma de «OZ» es curioso, si hay un canal con el que me extrañaría ver a Spielberg ese es HBO, pero la vida es así.
La serie se tituló en cristianés «Hermanos de Sangre», que no es exactamente la traducción literal del título original, pero si sirve de consuelo en algún pais sudamericano lo titularon «Hermandad en la trinchera», cuando no aparece trinchera alguna (se equivocaron de guerra qué le vamos a hacer), tuvo diez capítulos y se estrenó en 2001, curiosamente dos días antes de los famosos atentados de Nueva York, su éxito fue bastante claro, tanto de críticas, como de público como en el tema premios.
Lo que nos cuenta es la historia de la Compañía «Easy», integrante de un regimiento al servicio de la 101 aerotransportada (la del famoso Ryan de la peli), desde su entrenamiento, hasta su traslado a Inglaterra, pasando por su participación en el día D, diversas acciones militares de mayor o menos enjundia, sus encuentros con el horror nazi, con la pomposidad nazi y su disolución, cada capítulo a grandes rasgos es dedicado a un hecho concreto y visto desde la perspectiva de un personaje diferente.
¿Cómo se nos cuenta la historia?, pues a grandes rasgos bien, algún capítulo (en especial el dirigico por Hanks) baja el nivel, pero la serie es de gran factura, espectacular, entretenida, con momentos para la sonrisa, para la emoción e incluso para el drama, consigue que en poco tiempo te identifiques con los miembros de la compañía, que te pongas en su lugar, cae en los tópicos del cine yanki sobre la SGM, los aliados son soldados de primera capaces de tomar un bunker defendido por 100 ogros armados con 200 ametralladoras con un par de tirachinas, cuando pierden es porque la superoridad tanto en número como en armamento de los alemanes era brutal.
En realidad Alemania se pasó en inferioridad numérica toda la guerra, combatiendo en varios frentes y cuando sucedió la invasión de Normandía su presencia en las costas era muy inferior a la de los aliados, pero queda mal ensalzar en demasía a un ejército, el alemán, muy eficaz pero bajo el mando de Hitler.
Aun así tampoco es la típica serie que muestra a todos los aliados como héroes y a todos los alemanes como hijosdeputa sin sentimientos, es más, apenas reparas en estos detalles porque la acción te deja poco tiempo para pensarlos.
El reparto está encabezado por Damian Lewis («Homeland»), quizá el actor más conocido de todos junto al ex-Friends David Schwimmer, aunque el papel de este es secundario, tampoco es que haya protagonistas claros, como curiosidad mencionar a Kirk Acevedo, que rodó la serie mientras su personaje en «OZ» se fugaba de la cárcel, también sale Michael Fassbender, con presencia en «300» o «Malditos Bastardos», en general todo el reparto está bien, tampoco es que sea la serie que más requiera de grandes interpretaciones.
Los efectos especiales y tal pues no desmerecen, se nota que no hay grandes escenas de batalla con miles de extras, pero en general están rodadas con tino, disimulando las carencias, metiéndote de lleno en los tiroteos, explotándote las bombas a tus flancos, ejemplo, cuando nada más llegar a suelo francés tienen que asaltar un nido de ametralladoras.
La serie dicen que tiene bastantes errores, pero luego te pones a verlos y la verdad es que la mayoría de los que se le achacan son del tipo que si se dice que Fulanito tras la guerra fue pintor de coches y en realidad lo era de furgonetas, en todo caso recordemos que hablamos de una serie de ficción basada en un hecho histórico, no es un documental.
Para mí sin duda es la serie bélica por excelencia, que será complicado de superar, me quedo con los dos primeros y los dos últimos episodios, por motivos distintos, pero los más redondos sin duda, es de las de grabar o comprar en DVD porque aguanta más de un visionado.
Unia significó para Sonata Arctica (estamos en la postdata obviamente) un cambio de estilo, criticado, el disco en general no gustó a los fans de la banda, los temas eran «raros», como hechos a pedazos, sin que hubiera continuidad en ellos, realmente a mí fue un disco que me gustó, desde luego mucho más que el siguiente, incluye el que es para mí una de sus mejores canciones, «It won’t Fade»