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Los Merovingios, esos injústamente «Reyes perdidos».
Bueno, pues retomamos la historia, todo «gracias» a mis queridos y admirados, mas injustamente infraponderados Almaleonor y Juan, quienes en la entrada dedicada a los los hunos y Atila mencionaron a los «Merovingios», pues nada, lo tomé como una sugerencia, vamos pues con la gente esta.
Reconozco que poco o nada, salvo el nombre, que te suena, sabía yo de los Merovingios, así que lo primero es hacerte con un buen documental al respecto, internet es la solución, coño, «Tres Merovingias y un cipotón», pues vale, a verla.
Curiosa sociedad esa merovingia, matriarcal, salen más tías que tíos en el documental, siempre iban en pelotas, ellas se dedicaban a magrearse los senos mientras ataban al mozo a una silla, debía de ser una sociedad muy avanzada, ya que dominaban la vestimenta de latex, y pilas tenían, porque el consolador era de los vibratorios. Estaba viendo yo ahí atentamente el documental cuando entró la parienta y me mira, mira la tele, me mira otra vez, deja el bolso, suspira, estira el brazo, calienta, me vuelve a mirar y me suelta una hostia como un pan de pueblo.
Tópicos y típicos del cine.
No hay nada más extendido que los típicos tópicos, los catalanes agarraos, los andaluces vagos, los de Bilbao unos fantasmas, los madrileños chulos, los funcionarios vagos…
Ojo, hay alguno que es cierto, como el que es imposible llevarse bien con las suegras, pero es que eso es algo hasta obligado, y no es que todas las suegras sean malas no, por ejemplo la de mi mujer es un encanto, todo en la vida está lleno de tópicos, por supuesto también el cine.
Porque vamos a ver, entre la poca originalidad y el gusto por las tradiciones y tal al final resulta que cuando alguien muere por narices hay que utilizar el grito de Wilhelm, que no digo que no esté logrado, pero por favor, un poquito de originalidad, es como esa típica escena en la que los malos retienen a los buenos y estos en un despiste consiguen escapar, ¿qué frase dice siempre el jefe de los malos?, sí, exacto, «cogedlos¡ que no escapen¡».
Y esas persecuciones en la que sale por patas uno en el coche, el otro tarda media hora en empezar la persecución, pero en cinco minutos le tiene ya a la vista, toda esa velocidad galáctica que tenía el coche perseguidor justo en ese momento desaparece, porque una vez llegados a ese punto ya le es imposible acercarse más, pueden recorrerse media ciudad que hasta que el director quede conforme con los minutos de persecución contratados no le caza.
Ah esas pelis de terror de adolescentes, esas en las que el asesino en serie acecha a un grupo de muchachuelos y muchachuelas en algún lugar solitario, estos cuando ven el peligro siempre dicen la misma frase, «hay que mantenernos juntos», lo dicen, pero claro, como al prota le pica el nabo tarda poco en irse a beneficiarse a la rubia buenorra de turno y aunque habían quedado en mantenerse unidos el asesino les va cazando uno a uno, eso sí, cuando la rubia oye ruidos y sale a investigar (haciendo de nuevo caso omiso de permanecer con el prota) es obligado que lo haga en bragas, es el uniforme oficial de buenorra investigando ruidos extraños en pelis de asesinos, como la gabardina de Colombo vamos.
Y esas escenas de cama, acaban de echar un polvo, el tío te ha comido todo lo comestible que tienes, pero da igual, acabas y te tapas las tetas con la sábana, porque te da vergüenza que el que te acaba de echar el cohete te vea las tetas, estos son los mismos que luego en el coche, cuando él sale a investigar un ruido le dice a la chica que pase lo que pase no salga del coche, efectivamente, siempre acaba saliendo.
Si eres el prota y te peleas con un grupo de malotes no te preocupes, no te atacarán todos de golpe, uno a uno, mientras uno recibe tu gran zurra el resto se queda esperando pacientemente su turno de ser ahostiado, sin prisa hombre, eso es impepinable, como que si vas en coche por cualquier gran ciudad y vas a cualquier sitio siempre vas a aparcar en la misma puerta y ojo, sin hacer maniobras ni nada.
Cuando en su momento hablé de «Camelot» ya dije algo que se cumple sí o sí en el cine si hay un triángulo amoroso, tenemos a la chica enamorada del chico, del prota claro, y hay otro por medio, una de dos, el otro es malo o es bueno (mayormente el mejor amigo del prota), si es el primer caso el malo muere por cojones a manos del prota, pero si es el bueno su futuro no está mucho más claro, morirá igual, pero posiblemente lo haga salvando la vida del prota, gesto que luego los otros agradecerán echando el polvo de su vida.
Qué me decís de esas pelis de época, de grandes batallas, en un bando un bueno, el prota claro, en el otro un hijoputa de cuidado, previamente a la batalla es preceptivo que el hijoputa mate a la mujer, un hijo, el perro o lo que sea del prota, en plena batalla, da igual los miles de combatientes que haya, habrá una pelea entre los dos, con el resto de participantes atacando a cualquiera menos a ellos, el malo estará a punto de acabar con el prota, pero no sufras, al final por sus cojones que el prota se lo cepilla.
Y esto es sólo un pequeño resumen del cine digamos «normal», ya si entramos género a género flipamos, acabaremos con un par de tópicos de ese el único género que nos la suda ver en versión original, el cine de pilinguis, ahí es donde descubrimos que a las tías mientras se las zumban a lo perrito les mola la leche que les des azotes en el culo, cuanto más fuerte mejor, los hombres tienen todos una tranca descomunal que al sacarla ejerce una fuerza misteriosa sobre la mujer que se avalanza como una loca a darle de lametones, evidentemente a todas las mujeres les mola que al final te corras en la cara.
Pues nada, como hay mucho más quizá otro día vuelva sobre el tema, ahora acabamos con Avantasia, «The Wicked Symphony» es el tema largo del disco homónimo, auténtico temazo sin duda, practicamente nueve minutos y medio de duelo vocal entre Sammet y sus dos invitados a las voces, dos que ya han salido por aquí, Jorn Lande y Russell Allen, con esa entrada majestuosa acorde con un tema que despide garra, fuerza y clase, nada, a disfrutar de él.
El Gran Tim.
Tú vas viendo series y más series, unas te gustan más que otras, resulta que en esas que te gustan vas viendo los títulos de crédito y al final te das cuenta que muchos nombres se repiten, y te das cuenta que unos se repiten más que otros, y coño, al final resulta que muchos de los capítulos que más te gustan tienen un tío detrás de las cámaras en común, un tío como Tim Van Patten, un gran infravalorado, así que al menos yo pienso hacer un poco de justicia a su persona.
Nuestro protagonista es neoyorkino, de Brooklin, nacido un 10 de junio de 1959, casado y padre de dos hijos, compañero de colegio mayor de Jerry Seinfeld y miembro de una familia dedicada a la pantalla, hermanastro de Dick Van Patten («Con Ocho Basta») y Joyce Van Patten (veterana del cine y participante de esa mítica «Infelices para Siempre») y tío de Vincent Van Patten, ex-tenista, actor y director que ahora mismo presenta el «World Poker Tour», también es sobrina suya Talia Balsam, actriz que sale por ejemplo en «Mad Men».
Hablamos de un tipo que ha hecho de casi todo, actor en sus comienzos, guionista, director y productor, estando sus mayores logros unidos a la HBO, para ellos ha hecho de director en series como «Los Soprano», serie por la que fue galardonado, «The Wire», «Deadwood», «Boardwalk Empire», «Roma», «The Pacific», «Juego de Tronos» o «Sexo en Nueva York», desde 2005 ha trabajado exclusivamente con ellos, antes lo hizo para gente como Spielberg en «Into the West», para la FOX («Keen Eddie», «Pasadena», «New York Undercover «), NBC («Ed», «Homicide: Life on the Street «) o CBS («Touched by an Angel», «Promised Land», «Now and Again»), todo un curriculum en condiciones, a esto hay que añadir que hizo sus pinitos como compositor, aunque esto data de sus primeros años y no debió de quedar muy contento del resultado puesto que no ha vuelto a repetir.
En los últimos años se ha metido también en el oficio de producir series, siendo «Boardwalk Empire» y «The Pacific» sus dos primeras apuestas, también en esto va de la mano de HBO, con la que vive en permanente idilio, no es de extrañar, ya que la productora americana ha encontrado en él a su más rentable trabajador, mas él también ha mostrado respeto y admiración por varios de sus compañeros de viaje en HBO, como David Chase, David Simon o Terence Winter, se puede hablar pues de un idilio completo.
Su principal seña de identidad es elegir con gusto la puesta en escena, mostrándonos los hechos sobre todo a través de los personajes, sobre los que presta especial atención, si hay un asesinato nos lo muestra desde la óptica de alguien relacionado estrechamente con el acto, lo cual nos hace llegar sensaciones, sutiles en ocasiones, que nos hace percibir las emociones del personaje llevándonos un paso más allá de la simple acción, es de los directores que más jugo sacan de los personajes que le marca el guión, de los que te hace meterte en su piel, es sin duda un director de personajes, de actores, en una entrevista dijo: «Creo que sé cómo poner un actor a gusto, no sé el idioma, si hay un lenguaje, pero creo que cada actor viene al rodaje con sus propias necesidades y luego tienes que manejar en consecuencia».
Aunque evidentemente no es sólo eso, ejemplo claro uno de los episodios que rodó para «The Pacific», quizá el mejor, «Okinawa», mostrando toda la crudeza de la guerra, de forma espectacular y a la vez íntima, pero incluso este capítulo es una prueba más de la importancia que para él tiene la perspectiva, las miradas, no le hacen falta diálogos para mostrarnos el horror, la angustia que sienten esos soldados que están viviendo algo realmente impactante ante ellos.
A partir de ahora, si no has reparado antes, que sería extraño, cada vez que empieces a ver un episodio de la serie que sea (este no trabaja en malas) y veas su nombre durante el intro presta atención, serás testigo de un cineasta (sí, cineasta, porque ahora mismo él hace más cine en la tele que la mayoría en la gran pantalla) fuera de lo común, alguien con verdadera clase, con gusto y con criterio, y que sea por muchos años.
Allen y Lande para la posdata, Magnus Karlsson (Primal Fear) es el responsable de este proyecto (y autor de todas las canciones) que no es otra cosa que un duelo vocal en tres entregas entre dos de las grandes voces del metal, Jorn Lande y Rusell Allen, el resultado es una música en la que la melodía y las voces son las grandes protagonistas, del LP «The Revenge» este tema, quizá el mejor, «The revenge» (premio, se llama igual que el disco, sí).