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Mujeres para la historia, Wu Chao.
He decidido inaugurar una nueva sección en este cada día más acojonante blog, se trata de rescatar un poco las figuras de algunas de las mujeres que han protagonizado la historia de la humanidad y que sin embargo en casi todos los casos han quedado casi en el olvido, a ver, no hablamos de mujeres desconocidas, puesto que son figuras muy relevantes y así figuran en la historia, pero para qué negarlo, tú vas y le preguntas por la calle a la peña a ver quién fue Zenobia de Palmira, por ejemplo, o Ahmose Nefertari, o Teodora de Bizancio y lo normal es que te respondan un «¿mande?» bien grande, realmente pocas mujeres figuran con gran relevancia en los libros de historia, Cleopatra o Juana de Arco valdrían como ejemplo.
Mas, qué queréis que os diga, hay mujeres, como Wu Chao, cuya existencia es una golosina completa, mujer de contrastes, una de las mayores hijas de puta de la historia, mala como la peste, asesina, puta (literalmente además), manipuladora, pero, una cosa te digo también, si hay algún caso concreto en el que el fin pudiera justificar los medios sería este, porque a pesar de sus grandísimas hijoputadas que te contaré a continuación, hay que reconocerla que con ella al gobierno su pueblo alcanzó cotas de libertad, bienestar y paz nunca vistas antes. Vamos pues con un pequeño resumen de las andanzas de esta pedazo de cabrona sin sentimientos.
Ninguna bandera me pone carne de gallina.
Mítica canción de Barricada aquella que, en su letra, acogía la frase del título, segunda y última de las entradas dedicadas a satisfacer la curiosidad de Triste Sina, si la anterior fue una antológica entrada dedicada al maltrato animal esta segunda versará sobre el asunto de las banderas, entiendo yo lo de las banderas como símbolos de identidades nacionales, nacionalismos y demás, tal y como le dije a Sina ni me encontraría junto a los de las vaca, ni tampoco en este caso junto a los de las banderas.
No se trata de internacionalismos ni cosas de esas, uno es práctico, me preocupan los míos, después los más cercanos a los míos y poco más, no me enorgullezco, pero hay que sincerarse, normalmente mucha gente se considera, o te dice que se considera, ajena a esto de los nacionalismos, pero en cuanto escarbas un poco ves que por los cojones, a mí cuando me preguntan si quisiera que Euskadi se independizara contesto, «depende», ¿cómo me iría a mí y a los míos?, ¿viviría mejor o peor?, sí, egoísmo puro y duro, fíjate lo que en realidad me importa el tema.
Ay la nostalgia.
«Quiero ver el coño de mi madre». A ver, no pienses mal, mejor de momento ni pienses nada, esa frase es uno de los términos de búsqueda con los que me topé dentro de las estadísticas del blog, como para tomar en consideración las visitas que tiene uno, porque no es solo ese, «foca gay», «se te ve el coño» (este debe ser el mismo del principio una vez logrado el objetivo) o «famosa herida en el buyacas» son alguna de las cosas con cuyos resultados al buscar en google vienen al sitio este, pero no va de eso, que ya hablamos, el tema, volvamos al enfermo del principio.
Digo yo, o es un enfermo salido, que pudiera ser, o quizá simplemente un nostálgico, que ya sabes como nos mola recordar batallitas y cogorzas, quizá el tipo se sintiera tan a gusto en el parto que quiera recordar el asunto, que a ver, es como digo yo siempre a las mujeres, no tengáis prisa en retirarle el pecho al niño cojones, que no os imagináis lo que nos cuesta pillar otra luego, es pues, de la nostalgia, de lo que quiero hablarte.
«The Killing», el desenlace.
A ver, concreto, técnicamente desenlace ya sabemos todos que es un divorcio, «des-enlace», y todo lo que empieza por «des» suele tener escaso atractivo, menos «Dessjuest», que irradia encanto, pero no, «desenlace» en este caso se refiere a que voy a hablarte de la segunda y última temporada de «The Killing», la serie de AMC, remake de una vikinga, «Forbrydelsen», de su primera temporada ya te hablé. Chica asesinada, investigación, politiqueos y tal, se trataba de ir mareando la perdiz, haciéndote ver que el asesino es tal y luego resulta que no, que es Pascual, hasta que tampoco, coño. Alguna reflexión con cierto tino y una ambientación cojonuda, poco más.
Encima esta segunda entrega la tenía yo preparada con mucho miedo, tengo un compi que vaya, si te dice que una peli o serie «está guapa» échate a temblar, pero es que de esta me dijo literalmente que «está superguapa macho, de puta madre, acojonante, mucho mejor que la primera», por lo que evidentemente qué esperar, un truño de cojones.
Ojo, que digo segunda y última, pero cuando escribo esto los rumores de una tercera entrega son ya algo más que rumores.