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Posts Tagged ‘Paula Malcomson’

«Ray Donovan» al rescate.

Con el final de «Dexter» Showtime iba necesitando nuevas series para mantener su negocio, toda vez que «Homeland» tiene un futuro más que incierto. «Ray Donovan» es una de estas nuevas apuestas, no la única, «Masters of Sex» o «Penny Dreadful» son otras a sumar, decir que «Ray Donovan» ha renovado, pero las cifras de audiencias ni de lejos le sitúan por el momento como el rescate a Showtime, no le auguro mucho futuro vaya.

Ann Biderman es la hacedora del invento, tiene en su haber una serie que tengo pendiente de ver y de la que me hablaron muy bien, «Southland». El reparto de «Ray Donovan» pues encabezado por el que hace de Ray Donovan, Liev Schreiber, te sonará, no es que sea la hostia de conocido, te sonará y punto. En el resto del reparto pues Jon Voight, que este sí que le conoces de sobra.

¿De qué va? Pues va de Ray Donovan, como bien indica el título, ¿que quién es Ray Donovan? Pues un señor que se dedica a arreglar problemillas y limpiar mierda de clientes selectos y tal, cuando digo limpiar mierda pues no me refiero al tema literalmente, para nada soy tan soez, me refiero pues a eso, a que me ha aparecido un cadáver incómodo y necesito que desaparezca sin dejar huellas, pruebas para chantajes, eliminar chantajistas…

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S.O.A 3, pues vaya….

Pues resulta que estoy viendo la tercera temporada de «Sons of Anarchy»

Sons os Anarcht S3

Recordemos brevemente que se trata de una serie del canal FX, creada por Kurt Sutter («The Shield»), que por cierto, en esta tercera temporada se dedica a escribir, dirigir y producir, no apareciendo ya en escena, por contra aparecen personajes, y por lo tanto actores, nuevos, el veterano Hal Holbrook, Kenneth Johnson, James Cosmo, un rostro conocido por aparecer en «Braveheart» o «Troya» por ejemplo, apareciendo aquí como cura irlandés y miembro del IRA y Paula Malcomson («Deadwood»).

Aquí la cosa es que la trama se centra en las relaciones de los moteros californianos con el IRA, trasladándose parte de la acción a la propia Irlanda, a la del norte más concretamente, de lo que se trata es de coger una historia que daría para 90 minutos y estirarla para cubrir trece episodios, aparte de la trama principal se mantienen otras menores que sirven para eso, para tapar huecos y que no se note tanto que en realidad la historia da para bien poquito.

Sigue estando la cosa llena de escenas de esas llamadas increíbles, llamadas así no por lo buenas que son sino por eso, porque no hay Dios que se las crea, es de lo más normal que un tío se líe a tiros, le detenga la policía y coja el nene, Charlie Hunnam, y se lía a ostias con él, con la poli mirando, total, qué más da que se lo cepille y nos quedemos sin poder interrogarle siquiera, o qué más da que el hecho de hostiar a un tío, por mucho que sea un asesino, no sea considerado por la pasma como motivo para intervenir, más que nada porque el hostiador también es un tío que tiene alguna muerte a sus espaldas.

El tema está en que se dibuja una línea argumental y luego se cuidan muy poco los guiones para cumplir el objetivo, los personajes actúan sin ton ni son (qué grandes teles), matan a gente que apenas les ha hecho nada y a los que de verdad les putean les dejan vivir, como poco o nada tiene sentido te pasas la serie diciéndote «pues vaya», a algún que otro le acabas cogiendo hasta manía.

De lo mejor, que la parte irlandesa de la serie gana, sí, hay cosas que repatean, como que recurran a lo más típico de los culebrones como relaciones pasadas que salen a la luz, hijos ocultos y tal, pero en general casi agradecerías que hubieran cortado el rollo de los chapas de los moteros y se hubieran dedicado a hacer de cero una nueva serie con el IRA como única línea argumental.

El tema no es que la serie aburra, que no lo hace, sino que te chirría, lo bueno que tiene es que si no eres demasiado exigente con la verosimilitud de lo que vas viendo puedes llegar hasta a disfrutar, porque de las tres temporadas emitidas en España esta es sin duda la más densa, la que más cosas cuenta, por otro lado hay que decir que la banda de moteros, como tal, pierde protagonismo, sí, salen constantemente, pero como grupo apenas se desarrolla su historia, los Tig (Kim Coates), Bobby (Mark Boone Jr.) o Chibs (Tommy Flanagan) aparecen, pero de meros acompañantes, sin que sean protagonistas en ningún momento, a ver si la cuarta temporada nos los trae de vuelta.

Eso sí, el final de temporada realmente espectacular, entretenido, precisamente porque la serie vuelve a sus orígenes, eso es quizá lo que me haga esperar eso, a verles de vuelta a ver si se dejan de meterse en camisas de once varas y se dedican a ofrecer lo que mejor saben ofrecer.

Iced Earth ocupa la postdata, la banda de Jon Schaffer, estos americanos pueden ser etiquetados como nos salga del miembro, uno ha leído que si power, que si speed, que si thrash, para mí es uno de los grupos que más ejemplo dan de lo que es hacer Heavy Metal en condiciones, sin más, durante su dilatada trayectoria como grupo han tenido más cambios de formación que las que te chupas si eres parado de larga duración, de ellos este trallazo, «Ten Thousand Strong»

«Deadwood», Swearengen y compañía.

Bienvenidos a la frontera, a la fiebre del oro, bienvenidos a Deadwood, tiene ley, pero eso sí, peculiar.

Deadwood

«Deadwood» es otra de las pequeñas joyas que la HBO ha dejado para la televisión, creada por David Milch se emitió entre los años 2004 y 2006, tres temporadas, los costes de producción y las bajas audiencias le dieron finiquito, por lo que es otra de las muchas series acabadas prematuramente, sin un final acorde a su calidad.

La serie narra las aventuras y desventuras de Deadwood, ciudad real, durante la época de la fiebre del oro, cuando aun no era siquiera parte de los Estados Unidos, estamos pues ante un western, como Deadwood es una ciudad real hay imágenes de la época, hay que decir que los productores de la serie clavaron con todo lujo de detalles la ambientación, aquí las calles tienen barro, el caos es total, la gente luce ropas desgarradas, raídas, están sucios, pisan mierda de caballo, es el primer punto a favor de «Deadwood», el apartado técnico, de vestuario, de ambientación, es sobresaliente.

La historia como tal no existe, más bien la idea es revivir ciertos hechos históricos, mezclándolos con otros muchos inventados, mezclar personajes reales con otros inventados y contarnos sus vidas, su día a día, claro que como siempre pasa hay unos más protagonistas que otros, Seth Bullock (Timothy Olyphant «Justified»), Al Swearengen (Ian McShane «Kings»), Wild Bill Hickok (Keith Carradine «Dexter»), Sol Star (John Hawkes), Calamity Jane (Robin Weigert), Wyatt Earp (Gale Harold), EB Farnum (William Sanderson «True Blood»), Charlie Utter (Dayton Callie «Sons of Anarchy»), y George Hearst (Gerald McRaney «Jericho») son algunos de los personajes basados en gente que realmente vivió en algún momento en la ciudad, algunos tienen una presencia breve, otros están a lo largo de toda la serie, entre los acontecimientos históricos está por ejemplo la muerte de Hickok, perfectamente recreada, casi al detalle.

Junto a ellos personajes que o bien no se tiene constancia que existieran o están basados en gente que existió pero ya sin mantener su nombre, por lo que se varía bastante su personalidad, el reparto como suele pasar en estas series HBO es extenso y por citar a algunos tenemos por ejemplo a Molly Parker, joven veterana de la tele, Powers Boothe, Paula Malcomson (otra habitual de las series americanas), Kim Dickens («Treme») o Anna Gunn («Breaking Bad»), hay muchos más y casi todos perfectos, sin duda el casting es otro acierto.

La serie es, como acostumbra su canal padre, violenta, no apta para menores, no escatima ni sangre, ni podredumbre, ni palabras malsonantes, ni sexo, no es desde luego el tipo de serie que Spielberg enseñaría a sus nietos, si los tiene, los personajes mean, follan, hacen y reciben mamadas, pegan tiros, se ahostian, se emborrachan, se vuelven a pegar de hostias y hacen las paces yendo al putetxe, los hay más y menos cabrones, quizá sea esa, el de esteriotipar demasiado a algunos, una de las pegas, de las pocas pegas, los hay rectos, caballeros hasta el final y los hay hijosdeputa de cuidado, aquí el papel de George Hearst quizá sea el ejemplo más indicado.

El ritmo tampoco es que sea su fuerte, se toman tiempo para contarnos las historias, a veces se te hace pesada, a personajes como el de Juanita Calamidad hasta le pegarías un tiro, hablamos de cualquier manera de una serie premiada tanto en «aldabas de oro» como en los «emmys», durante un tiempo se especuló con la posibilidad de acabar la serie con un par de telefilmes, estilo a lo que sucedió con «Firefly», pero tal idea tampoco llegó a buen puerto.

«Deadwood» es una serie coral, muy coral, pero sin embargo cualquiera que la haya visto y piense en ella tiene un nombre en la memoria, Al Swearengen, pocas veces un personaje y el actor que le da vida, McShane, se come la pantalla tanto que oscurece al resto del reparto, Swearengen existió realmente y tuvo su «Gem», su saloon puticlub, él es quien realmente manda en la ciudad, aunque no tenga puesto alguno, él es quien decide quién y cómo muere, él y sus secuaces, un cabrón de tomo y lomo, pero acabas adorándole, es ver cualquier escena suya y te pegas a la pantalla, ya ni decir cuando coincide en pantalla con Mr. Wu (Keone Young), te descojonas.

Fue tanto su peso que cuando le buscaron un malvado que hiciera el rol de rival no pudo mantener el tipo y tuvieron que echar mano del anteriormente citado Hearst, ese al menos aguanta el tipo, su lenguaje soez acaba por ganarte por entero, sólo por él ya merece la pena ver la serie.

En definitiva, a pesar de ser una serie inacabada merece mucho la pena verla, pasarás buen rato sin duda, eso sí, quítate prejuicios, no tiene nada que ver con cualquier serie o peli del género que hayas visto, es más cruda, más real, más sincera, en definitiva las señas de identidad de HBO.

Postdata, Lacuna Coil, italianos, de ellos simplemente decir que cuentan con la bella Cristina Scabbia a las voces, bella no, preciosa, me pone todo lleno de amor cada vez que la veo, veteranitos ya, de ellos este «Our Truth»

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