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Desmontando un mito, «a las mujeres se nos conquista con sentido del humor».
Sí, no me digas que no has escuchado eso cienes y cientos de veces, hasta alrededor de cien, hoy es el concurso que Agniezka nos proponía, bien, usaremos ese certamen literario, esa congregación de grandes escritos, para poner la nota cutre en el evento, a la par de, definitivamente, desmontar ese mito de que a las mujeres se las conquista con el sentido del humor.
Es que la imagen da para ello, sale, como podrás ver, una parejita, ella se adivina que está buenorra, él se adivina que es feo de cojones, casi como Flanagan. Imaginemos pues cómo sería el cortejo en este caso, con feo y bellezón, y el resultado del mismo.
Únete al romanticismo coño.
La verdad, he de serte sincero, uno no ha sido nunca tan feliz como ahora, desde que me abandoné al romanticismo veo las cosas desde un punto de vista nuevo, más sensible, ahora echo el cagarro por las mañanas y me lo quedo mirando maravillado, «qué cosa más bonita», me digo, «es parte de mí y se va», y lloro, lloro por ese perfecto y tan personal excremento que tras unas palabras por su alma va a reunirse con Nemo al mar, y con los pulpitos, los pececitos y pececitas varios.
Es tanta mi felicidad que decidí traerte al club de los románticos, que se te ve infeliz, ahí metiendo como un campeón día tras día, hoy con una, mañana con otra distinta, haciendo mil posturas, acabando ese asqueroso polvo ocasional, vestirte e irte a tu casa solo a tocarte los huevos recordando las mejores jugadas, esa no es vida, estaremos de acuerdo digo yo, me vas a comparar eso con tener que currarte románticamente cada encuentro sexual, echarle ahí días, semanas, meses, citas, detalles, flores, cenas románticas y demás para que al final tenga la regla y acabes haciéndote una romántica macuca en la soledad de la ducha.
Buenas acciones incomprendidas.
Sí, hay veces que los seres humanos no nos entendemos, te voy a decir una cosa, para leer esta entrada debes estar libre de prejuicios, porque claro, lo fácil es juzgar por juzgar, sin analizar siquiera, somos expertos en ello. ¿Qué es lo que causa eso?, pues lo dicho, que no nos entendemos, hace poco, le digo a la parienta, «eh, hace mucho que no echamos un casquete», ¿claro no?, breve, conciso, directo, claro, igual de directa fue su respuesta, «es que eres tonto hijo», ¿qué tiene que ver?, yo quiero echar un cohete, no que me llamen tonto, «a ver, idiota, ayer, ¿no te dije que estaba toda caliente y que me apetecía un buen plátano?, ¿qué hiciste tú?, me pusiste el ventilador y bajaste a la frutería».
Claro, analizándolo pues sí, no digo yo que eso pudiera ser una sugerencia sexual, pero coño, es que así, tan sutil, es complicado pillar la indirecta, que además tiene razón, uno es gilipollas, cortito, eso me ha dado que pensar, quizá muchas de las buenas acciones que hice en mi vida hayan sido incomprendidas. Leer más…