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Detectives, Flácido no se entera y Flanagan se descojona por lo bajini.
La historia luego no será gran cosa, pero hostia, no me digas que el título no mola. Bien, nueva entrega de los juegos detectivescos, la última de estas historias, la de la bibliotecaria asesina, sirvió como lucimiento para Mandarica, casi todo el mérito suyo aunque le faltara rematar.
¿De qué va esto? Pues te cuento, amablemente, sin que se me suba a la cabeza la fama y la gloria inherente a los líderes de opinión, que luego bien que me ponéis verde en las opciones de la encuesta, que os leo cabrones, me cago en vuestros muertos que lo sepáis, pero con buen rollo y cariño, «mierda de blog», «basura», indeseables…
Analizando cuentos, «Caperucita Roja».
Estaba yo leyendo, sí, leyendo, «Un Final Perfecto» de John Katzenbach, llegué a la mitad y lo mandé a cascarla, ni asesinatos, ni sexo ni nada, va, en serio, no está mal, para pasar el rato sirve, la cosa es que el prota, el malo, quiere pasar a la historia de los asesinos y tal y para ello ronda a tres pelirrojas con aviesas intenciones, el tipo se hace llamar «lobo feroz» en una clara referencia al tradicional cuento de «Caperucita Roja». Es evidente que tras esa farragosa lectura a uno le entraron ganas de leer algo más acorde con su capacidad intelectual y lo dicho, acabé leyendo la versión más famosa del cuento, la del Charles Perrault, adaptada para niños claro está.
Por si no lo has leído, un resumen, la abuelita mala en una cabaña en medio del bosque, no digo que fuera mala, es que estaba enferma, la mamá de Caperucita le da una cestita a la niña para que se la lleve, esta, cruzando el bosque, se topa con el lobo que le pregunta dónde va, sabiéndolo llega antes, se come a la abuela, espera a Caperucita haciéndose pasar por la vieja y cuando está a punto de comérsela también llega el cazador, le abre las tripas (al lobo), le saca a la abuela, le mete piedras y tras coserle le tira a un río.
El sentido de tu blog.
Pues ya llegó «el momento», hoy toca escribir sobre un tema en común, «El sentido de tu blog». Al jaleo. Esto… te va a resultar raro, pero me han entrevistado 🙂 ¡la prima de Petardita¡
-Un orgullo poder disfrutar de esta entrevista con uno de los mayores líderes de opinión de la historia, Dessjuest, al que hay que reconocerle su modestia, pensaba yo encontrarme con un ser feo, deforme, qué sorpresa al ver a un atractivo y varonil treintañero, con ese culito de bocado y esas abdominales donde rallaba queso, querido Dessjuest, cuánto honor me hace.
-Vale vale, no perdamos los papeles, puedes dejar de arrodillarte, si soy un tío muy asequible.
-El motivo de esta entrevista es su blog, enigmático y encantador a la par de entrañable líder de opinión, ¿qué le condujo a hacerlo?.
-Pues estaba yo un día paseando a la perra cuando reparé en lo inculto que era el mundo, lo poco que sabían de historia, de ciclismo, de la vida misma..
-Y decidió ponerle fin con un blog.
-No no, me la pelaba, me la sigue pelando.
-Oh, que respuesta más ingeniosa, estoy ovulando de admiración, ¿puedo besarle los pies mientras le entrevisto?.
-Proceda proceda, como iba diciendo, en realidad quería hacer un blog para ligar, todos saben que los blogs los frecuentan seres solitarios, busqué una foto de un tío algo más guapo que yo (costó encontrarla) y saqué a relucir mi don de gentes.
-Perdone, es que al oírle se me están poniendo los pezones que rallarían los casquetes polares, qué arte comunicándose, es usted tan guapo y agraciado como sabio, ¿le salió bien la estrategia?.
-A ver, al principio es cierto que tuve que inventarme nicks de mujeres para que entraran a comentar, luego ya sí, las reales repararon en mis cualidades y cierto, se llenó el blog de mujeres ardientes y deseosas de mi compañía.
-Pero es cierto que corren rumores de que son todas ciegas y que pasan de 100 años.
-Meras especulaciones, no hay nada confirmado.
-¿Qué hay de cierto en esa famosa modestia de la que hace gala?.
-Fachada, mera fachada, de hecho mi reivindicación para wordpress es añadir algún botón al lado de «me gusta», pero solo en mi blog claro, tipo «me apasiona» o «es la polla».
-Hablando de pollas, se critica mucho que use usted tanta palabrota, tanta palabra soez, tanto lenguaje sexual…, sin que el guión lo exija, gratuitamente vamos.
-Exacto, gratis, ¿qué más quieren?, poco gratis se da hoy en día, yo todo, hasta el sexo, que es oral, o sea, hablar de él, pero gratis.
-Qué increíble su sentido del humor, es usted adorable inmenso líder de opinión, la verdad es que no me ha quedado claro cuál es el sentido de su blog, pero quién soy yo para juzgarle, ¿puedo, para terminar, lamerle la roña de entre los dedos de los pies?.
-Proceda proceda, es complicado encontrar un sentido a este blog, quédese con eso, porque no lo tiene, es prescindible, si ya lo pone en el título mujer.
Posdata: Parabellum, «La Vela se Apaga»
«Roma Criminal», casting de enfurruñaos.
He visto «Roma Criminal», «Romanzo criminale» originalmente, serie de dos temporadas y 22 capítulos en total producida por el canal italiano SKY Cinema.
Data la cosa ya del 2008, su creador es un tal Giancarlo De Cataldo, guionista, y Stefano Sollima a la dirección, De Cataldo es el autor de la novela homónima en la que se basa la serie, las andanzas de la banda «della Magliana», llamada así por la procedencia de muchos de sus miembros de ese barrio de Roma, la acción comienza en los años 70 y va caminando en el tiempo.
La verdad, el casting tuvo que ser unas risas, ahí los actores pendientes de su audición y los responsables pidiéndoles que pongan cara de malo, «mira mira, mira que cara de malo» diría uno, «mira qué bien hago yo de enfurruñao», «pues yo de ambas mira», y ese debió de ser el que se adjudicó el puesto de líder de la banda, dando vida a «el libanés», un tal Francesco Montanari, junto a él, como cabecillas están «el dandi» (Alessandro Roja) y «el frío» (Vinicio Marchioni), junto a ellos destacar al poli honesto y currante (Marco Bocci), la puta de lujo (Daniela Virgilio) y la preciosa Alessandra Mastronardi.
Obviamente está el resto de la banda, igual de enfurruñaos que su jefe, el resto de los polis, la mayoría unos corruptos de cojones y las bandas rivales y tal, pero la verdad, para lo que nos suenan los nombres mejor pasamos página.
La ambientación, estamos en los 70, abusan de los filtros sepia en la fotografía para envejecerla, da el cante, no obstante hace su función, los peinados y las vestimentas también, algún secundario se les escapa, pero en general la cosa es creíble, da un poco a la nariz eso sí la cosa de ver las calles de Roma apenas sin coches, pero es que tampoco debe de haber tantos coches de la época disponibles.
La primera temporada comienza presentándonos a la banda de chorizos, porque eso son al principio, y su fulgurante ascensión, tras acabar con toda competencia, a la cima del control del tráfico de droga de la ciudad, a ver, se supone que esto está basado en la novela del citado De Cataldo, juez para más señas, por lo que la historia debió de ser bastante parecida en realidad a como nos la muestra la serie, sin embargo al verla te da la sensación de que todo es más bien exagerado, la ascensión de la banda al poder se hace así como si nada, de ser unos pandilleros de barrio pasan a ser los putos amos así casi por las buenas, punto en contra que suene todo tan artificial y poco creíble tratándose en teoría de una historia rival.
Pues ahí tenemos a la banda, con «el libanés» cada capítulo añadiendo matices de desquiciado a su cara, nos quejamos en España pero lo de este tío es de cadena perpetua, suben de nivel, se añaden intrigas políticas, conexiones entre la policía secreta y los mafiosos, la banda una vez en la cima va teniendo también su historia de traiciones, infidelidades y tal, acabando la temporada pues eso, como el rosario de la aurora casi.
A veces te lías, porque hay demasiada trama y los nombres no ayudan a identificar quién es quién, menos mal que la mayoría de los fuera de la ley son nombrados por sus apodos, pero en general la historia está bien, cruda, violenta, vas metiéndote en el argumento y al final consigue entretenerte.
La segunda temporada nos traslada ya a los años 80, visualmente se nota, cambian los atuendos, peinados y apariencia de los personajes, quizá se abuse menos de los filtros sepia, cambia la década y es como si cambiara la serie, lo que en la primera eran amagos aquí son golpes, la serie entra en una espiral de sangre y destrucción, intrigas, venganzas, ajustes de cuentas, la única aparición destacable es la de Giovanna Di Rauso, en un papel de esos que te dejan huella, sin duda alguna esta segunda entrega es muy superior a la primera en todos los aspectos, más ágil, con menos relleno, más espectacular, pero también más creíble, con los personajes ya tratados con sus matices, ahora sí que realmente nos los da a conocer, los nueve primeros capítulos de esta temporada son sin duda de lo mejor que se puede haber visto en la tele.
Dejo para el final el décimo, que cierra la serie, aquí la trama da un salto temporal para acabar la historia, vemos la huella de las heridas sin cicatrizar y cómo afectan estas a la banda, el capítulo sigue la senda de la violencia y crudeza, pero impregnándolo de melancolía, el final claro, dignísimo, con una escena que echa el cierre realmente conmovedora.
Y un detalle, la banda sonora está compuesta en gran parte por éxitos de la época, lo cual, para los que contamos algunos años, es todo un detalle, reconoces muchos de los temas, eso también ayuda a marcar la época, porque ahí también pasan de los temas de los 70 a los de la década del naranjito.
Para la posdata Parabellum con el tema quizá más comercial de su carrera, más pegadizo, «La Locura»
«Spartacus», Dioses del Fornicio.
En estos días, los que gozamos del espectáculo visual de la saga «Spartacus», recibimos una gran noticia, el esperado estreno a primeros de año de la segunda temporada de la serie, bien, aun no estrenada esta hay que decir que el canal Starz ya ha anunciado que habrá tercera parte, albricias, pero hoy toca hablar de una miniserie llamada «Spartacus: Gods of the Arena», titulada en cristianés «Spartacus: Dioses de la Arena»
La cosa es sencilla, al prota de la serie, Andy Whitfield, le diagnostican cáncer, esperando que su salud mejore caben tres alternativas, parar la serie, cosa que no es aconsejable dado el éxito que para Starz, la cadena propietaria del asunto, estaba teniendo, dos, cambiar el protagonista, cosa que han acabado haciendo cara a la segunda temporada, esto era sin embargo la solución menos querida y sólo se debía tomar si no quedaba otro remedio, la tercera, inventarse algo, dar tiempo a que Andy se recuperara, que es la que en principio se tomó, aunque desgraciadamente al final como digo se tuviera que recurrir a la segunda.
Se tomó pues la decisión de hacer una precuela de la historia, es decir, la vida en el ludus de Batiato antes de la llegada de Espartaco, el que no esté en la historia el célebre tracio se la debió de sudar a la cadena a la hora de bautizar también con el “Spartacus” a la movida esta, volvemos a ver a Batiato, a su impúdica mujer, a varios de los gladiadores que aparecían en la serie anterior y a Gannicus, que toma un poco el rol de Espartaco como protagonista.
A ver, imaginaros que tenéis 2.000 millones de euros, sois ricos, ¿no?, si tenéis 200.000 millones sois muy ricos, pero con 2.000 kilos también, pues algo parecido pasa aquí, sigue existiendo el sexo desenfrenado, la estética “300«, violencia a saco, pero algo menos, sigue siendo ultra violenta, pero sin llegar al extremo de la primera temporada, en cambio la cosa se centra más en las intrigas del “Domine” Batiato, todo lo que pierde en violencia y gana en intrigas es la tara de “Dioses de la Arena”, porque no nos engañemos, esta serie ofrece algo muy concreto, sexo y sangre, a raudales, entretenimiento puro y duro, espectáculo, aquí, al abundar menos, hay momentos en los que te aburres, o quizá sea que ya ha pasado el primer momento, con la anterior temporada, en el que te sorprendía la estética y la violencia de la trama.
Otra pega, Dustin Clare, el actor que interpreta a Gannicus, me recuerda a Collin Farrell pero exagerando aun esa cara de estreñido que el Collin usaba por ejemplo en “Alejandro”, por contra aparece Jaime Murray (la loca peligrosa de la segunda temporada de «Dexter«), tremendamente sensual la muchacha, el resto pues eso, la mayoría no están elegidos por sus capacidades interpretativas, sino por sus torsos, así que a recurrir a lo de las peras y los olmos.
De la serie original se mantienen John Hannah como dueño del ludus, su esposa, Lucy Lawless, el cimarrón de ébano Peter Mensah, Manu Bennett, como Crixo, que toma también un poco el rol de Espartaco, él es el que en esta ocasión llega a la academia de gladiadores y se convierte en el campeón tanto en la arena como en la monta de romana impúdica, Nick Tarabay o Antonio Te Maioha.
Aparecen nuevos personajes, los malos son Gareth Williams y Stephen Lovatt, y aparece el papá del jefe, interpretado por Jeffrey Thomas, también está la esclava mona que se verá metida en un triángulo amoroso, a la que da vida Marisa Ramirez.
En definitiva, entretiene sí, sigue la tónica de la saga, pero es quizá prescindible, la ves pero lo que quieres ver realmente es la continuación de la primera temporada, con los esclavos en fuga y todo eso, “Yo soy Espartaco”.
Amos con la postdata, Parabellum es una banda de Barakaldo, rock urbano, algunos les metían dentro del movimiento punk, pero yo nunca les llegué a ver así, forman parte del recuerdo personal, de una época en la que servidor le daba al kinito y al peta, con La Polla Records, Barricada, MCD, Reincidentes o Extremoduro como referencias musicales, poco a poco fui dejándolos a un lado, pero aun así hay ciertas canciones que me dejaron su huella, quizá la última de Parabellum que realmente me gustó fue este «Anoche Dije Adios», luego ya les perdí la pista del todo: