Archivo
Un mar de ciclismo.
Bien, esto en principio debería ir de ciclismo, estaba todo previsto, programé entradas y tal hasta la fecha necesaria para poder explayarme de la famosa y espectacular «trilogía de las Ardenas», que son tres carreras ciclistas, tres clásicas, Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja (esta última debería ser Liege-Bastogne-Liege o Lieja-Bastoña-Lieja, pero yo lo escribo como me sale de los huevos, que para eso el blog es mío. Pero, es que te vas a descojonar, resulta que llega Amstel y claro, sale un día cojonudo, el primer día en meses sin que llueva ni haga viento ni nada, asín (es así, pero también lo escribo como me sale de los postpucios) que me fui a comer a un pueblito al lado del mar.
Y claro, es hablar de mar y me vino Mar a la cabeza, en realidad lo complicado es sacar una cara tal de la cabeza, pero en fin, la carrera, la Amstel Gold Race esa que te decía, la ganó un checo, Roman Kreuziger, bah, ¿y qué más da?, podría ahora contarte cosas del recorrido, pero es que no me resisto a contarte alguna cosa que me tocó los cacharros esos que me inspiran a escribir como me da la gana, es que verás, no fui solo a comer, fue la moza, las niñas, otras mozas y sus parientes y otras niñas, lo cual hizo que el tema se convirtiera en una comida (de comer, no de mamadas) la mar de interesante.