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Posts Tagged ‘Navidad’

Timideces, niños, reyes magos.

Bueno, aunque cada vez que uno escribe algo, lo que sea, deja algo de sí mismo en lo que escribe tampoco te creas que me gusta mucho contar cosas de mi vida así por las buenas, hacerlo disimuladamente tiene un pase, yo que sé, usar a Flanagan por ejemplo que siempre es socorrido el hombre para soltar cosas que uno evitaría soltar, hoy no, hoy lo haré a las claras, cosa que como te digo no es muy de mi agrado porque aunque no me creas uno es bastante tímido. Tímido ojo, hasta el punto de haber tenido en el pasado problemas serios al respecto, fobias incluídas, tratamientos psicológicos incluídos, que por cierto no sirvieron de nada.

Sí que me ha servido usar una táctica que el paso de los años me ha ido enseñando que es la adecuada, enfrentarme al problema. Ejemplo, con las chicas de chaval, la cosa es pensar en esos temas objetivamente, te gusta una chica, no te atreves a decirle nada por si te dice que no y tiendes a pensar que si le gustas ya vendrá ella, cosas de que el amor cuando es sincero siempre es correspondido y esas cosas. Mentira todo, entre otras cosas porque tú lo que quieres con 20 años es follártela o como poco tocarle las tetas, bueno, pues la táctica buena es pensar que si le dices algo y te rechaza hay más, y que es prueba evidente que esperando a que te entrara ella solo hacías que perder el tiempo.

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Un cuento navideño.

Flácido siempre quiso convertirse en escritor, daba la mano siempre flácidamente, pero empuñaba el lápiz con gran vigor,decidió presentarse a un concurso literario, de relatos breves, se tomó media docena de cajas de cerveza y se dispuso a ir a dormir. Es acojonante la cosa ya te digo, porque lo del relato breve será en la próxima entrada, pero en fin, que son genialidades de un genio, prescindible pero genio, lo de las cervezas es gratuito del todo, la cosa es que en breve aparecerá una gaviota que habla y claro, o estaba borracho o ya me dirás cómo coño explicamos eso.

De repente, según se iba a la cama, escucha un «toc toc» en la ventana del salón, como si alguien diera con un pico, abre la ventana y ve una gaviota, ¿ves ahora lo justificado de las cervezas?, «hola, soy Gaviota, vengo a pedirte un relato, pero con condiciones».

Coño, pues ya se ha enterado el mundo pronto de mi faceta de escritor, pensó Flácido, las condiciones eran claras, una historia pero corta, que ya adivinaba el pajarillo que cuando el hombre que daba la mano flácidamente en vez de dar la mano daba la chapa la cosa no era tan flácida.

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