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Trilogía “Merikeit la poetisa”. Tercera parte: “Un debate cojonudo entre el duro crítico literario y Merikeit, la autora de la obra”.
El duro crítico literario Flanagan y la poetisa Merikeit hacen el amor, follan para que me entiendas, al acabar Merikeit da gracias a la falta de sexo del autor, que propicia que sus personajes estén dándole al frote constantemente, Flanagan, encendiendo un pitillo, asiente: «la verdad que sí, mola un huevo, di que qué coño va a mojar ese imbécil con lo feo que es».
Y Flanagan muere, por listo de los cojones, en su lugar aparece Flácido, el hombre que daba la mano flácidamente, le da la mano a Merikeit, flácidamente, y se la tira, al acabar Merikeit vuelve a repetir la ingeniosa frase de antes y Flácido asiente, encendiendo un pitillo, solo que en este caso flácidamente: «Pues no me explico el por qué no folla el autor, si es guapo y varonil como nadie».
Y Flácido así se gana el derecho de establecer el debate acerca de la obra de Merikeit, esta:
Me acostumbré a esperarte.
Viniste.
No me acostumbro.