Archivo
Ejemplo práctico de cabronismo.
Hará unos meses te conté una receta de cocina un tanto peculiar, de y para cabrones, para gente vil, mentirosa y rastrera, bien, la recordarás supongo, se trataba de mentir suciamente para sacar algo a cambio, era todo mera teoría, pero, piensa, ¿quién no ha interpretado alguna vez una tragedia para sacar algo a cambio?, pues yo también.
Mili, que bonita palabra, ya no se hace la mili, menuda tocada de huevos, a hacerte un hombre no aprendías no, pero a vaguear, a hacerte trujas como para un campeonato, a trapichear, a escaquearte, a escaparte y demás vaya que sí, y a echarle morro, a aprovecharte del sistema, por entonces ya eso del calabozo no se estilaba, aunque te pillaran bajándote los pantalones borracho en la plaza de armas, aunque en vez de tres días te tiraras siete de permiso en casa, te arrestaban, pero los arrestos eran días sin salir del cuartel, base aérea en mi caso, total, si tenías siete días de permiso al mes y un fin de semana por medio ¿qué más te daba que te arrestaran 10 días sin salir?, si mi «trabajo» allí precisamente era trasladar gente, mandos y familiares, de la base a la ciudad y traerlos tres o cuatro horas después.