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Posts Tagged ‘Michael K. Williams’

La muerte de Omar Little.

Bien, en este comienzo de año la verdad es que la cosa se va a tornar muy histórica, tras esta van a ir tres entradas dedicadas, o encargadas si lo prefieres, una de los templarios para Inma, otra de rescate de princesas para Logoferoz y una batallita cubanabatallita cubana para el amigo Javier Montenegro, contando que alguna más de historia está ya programada pues eso, que en una temporada os daré el coñazo con el tema.

Valga para cuando escaseen claro, pero, mientras llega el momento voy a dedicarme un tiempo a mí y a mi despistado lector, aquel a quien dedicaba mis entradas cuando era este un blog mucho más anónimo de lo que es ahora. Voy a hablar de lo que me gusta, series, voy a hablar de la serie que más me gusta, «The Wire» y de un personaje de quien ya te hablé cuando te conté acerca de esas calles de Baltimore que tan bien desnudan David Simon y Ed Burns, los creadores de la serie, Omar Little, el «agente libre» gay.

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«Boardwalk Empire», 2º acto.

Pues tras ver alguna que otra serie que dejaba bastante que desear tenia uno ganas de ver algo con verdaderas ganas, eso tiene su sonido propio, la cortinilla gris, la cortinilla que da paso a toda serie de la HBO, tocaba ahora la segunda temporada de «Boardwalk Empire», la serie de Terence Winter, tocaba de nuevo volver a la ley seca, a la época gloriosa del hampa y sus gangsters, a los felices 20. Decir antes de nada que por supuesto, no acaba aquí la historia, habrá tercera temporada, Dios gracias.

Boardwalk Empire, temporada dos Sí, desde luego disfrutas viéndola, desde el primer capítulo, dirigido de forma magistral por Tim Van Patten, (este vuelve a dirigir unos cuántos capítulos, los más importantes) lleno de escenas rodadas con estilo, con garra, con clase, creándote ya desde un principio la sensación de que la burbuja está cerca de estallar, una de las pocas pegas que tenía esta serie en su primer acto era la falta de ritmo, la poca o nula acción que se antoja necesaria para mantener el interés, desde luego eso a mi juicio se ha corregido, además, está repleta de pequeños detalles, alguno que te arranca una sonrisa, como cuando Nucky Thompson llega a casa y se encuentra a su amante y compañera discutiendo con el hijo de ella, una profesora de esas monjas de toda la vida le había sacudido al chaval, «le decía yo a mi padre que me había pegado una monja y él me volvía a dar una azotaina», como veis muchas de las cosas que solemos decir exageradamente hoy en día para mostrar a los peques lo fácil que es su vida y lo puta que era la nuestra no es que la hayamos inventado nosotros precisamente.

Pero sin duda el principal punto fuerte de la serie está en la ambientación, impecable, hasta el mínimo detalle, te mete directamente en la época, eso y el mostrarnos una serie de personajes perfectamente trabajados, personajes mucho más definidos que en la primera temporada, donde la figura del protagonista fagocitaba al resto, ahora sí, ahora se les va dando la merecida importancia, como además el casting es un acierto tras otro pues por ese sentido no harás más que disfrutar. Más, sigue manteniendo su identidad, la marca de la casa, no escatima crudeza, la época era violenta, la serie, evidentemente, traslada violencia, si la sociedad era corrupta traslada corrupción, si era viciosa, traslada vicio, sin tapujos, sin putas tapándose las tetas después de echar un polvo.

¿Quienes son?, pues los de la primera temporada, encabezados por Steve Buscemi, Michael Pitt, Kelly Macdonald (a la que quizá recuerdes de «No es País para Viejos»), el increíble nuevamente Michael Shannon (cómo llena la pantalla el muy cabrón), la preciosa Aleksa Palladino y Michael K. Williams, hay muchos más claro, pero tampoco es plan, por cierto, que el Williams este corre un gran peligro de estancamiento, te llenó tanto su personaje en «The Wire» que no consigues verlo más que en ese rol, no sé, me parece que va a acabar siendo esclavo de su propio éxito. De los nuevos actores, pues destacar la presencia de Charlie Cox, el nuevo chico para todo del prota, este es el que hizo de Escribá en «Encontrarás Dragones», peli que no he visto, y también salía en “Downton Abbey”, serie que sí que he visto y de la que te daré cuenta en unas semanas. En un papelito, y como curiosidad, encontramos a Dominic Chianese, el tío Junior de «Los
Soprano»

Esos son, como digo, los principales actores, pero a pesar de que el peso en la historia de Buscemi y su personaje, como los títulos de crédito bien te dejan claro, es enorme, hay en la serie una serie de secundarios imprescindibles, muchos personajes o bien históricos de la mafia de los años 20, Capone, Luciano etc o bien basados en ellos, cambiándoles el nombre, personajes cuyo peso parece menor, pero que a la postre resultan vitales, otros como la madre del hijo pródigo, imprescindible para lograr comprender cómo piensa y por qué ha actuado y actúa cada uno, unos efímeros, otros recurrentes, pero todos parte de la historia, necesarios.

Tú te preguntarás, ¿te ha gustado?, ¿qué te ha parecido?, un puto regalo para la vista, qué historia más bien contada, qué dura, qué soprendente, emocionante, llena de pequeños matices, una madeja, un puzzle cuyas piezas encajan a la perfección, una auténtica maravilla de serie, impactante como pocas, con escenas que te revuelven las tripas, que te ponen el corazón en un puño, sí, definitivamente es bastante superior a la primera temporada, algo que suele ser habitual en las series de la HBO, que primero te presentan, sin prisas, y luego ya te enganchan, prácticamente supera todas las reservas que tenía sobre la serie, porque pasan, ahora sí, muchas cosas, cosas que no te las esperas, escenas resueltas a la perfección, sin lugar al tópico, ¿recomendable?, sin duda alguna además.

Eso sí, me queda la sensación de que es complicado disfrutar de «Boardwalk Empire» de esta manera, esperando un año para ver más episodios, porque lo pasado vuelve, y casi ni te acordabas, de hecho acaba esta segunda temporada y estás deseando ver la tercera, es una tortura casi, ves personajes aun sin desarrollar en su totalidad, personajes que desde luego están ahí por algo, porque nada pasa por que sí, acabas enganchado al tráfico de alcohol, a las traiciones, a las venganzas, al juego de poderes, a la corrupción, al gusto por rodar cada escena como Dios manda, al gusto por la fotografía impecable, a la iluminación impecable, a la imaginación, desde luego no está al alcance de todos los públicos, no es una serie para ver en familia, ni «para pasar el rato», pero como suelo decir siempre, para eso hay muchas, para disfrutar pocas, esta sí, esta la disfrutas.

Godsmack para la posdata, la banda de Sully Erna, geniales los estadounidenses, adictiva de narices esta «Voodoo Too»

Las calles de Baltimore.

Tras gozarla al ver el trailer de la segunda temporada de «Game of Thrones vamos de nuevo con una de las pocas series que a mi juicio supera a la de Winterfall.

En su momento hablé de la policía de «The Wire», una atípica comisaría, atípica para lo que nos suele enseñar el cine y la televisión, porque sin duda debe ser esta, la de la poli de Baltimore, la más típica policía de la pantalla, pues hoy hablaré un poco de «los rivales» de estos, los trapichas, delincuentes, asesinos y demás moradores de las calles de Baltimore.

Calles The Wire

Tal y como pasa con el resto de la serie la seña de identidad de la serie de David Simon a la hora de mostrarnos las calles de la ciudad es sin duda la credibilidad, no obstante muchos de los personajes están interpretados por gente de la calle, estando el casting en general cubierto de actores y actrices no muy conocidos pero grandiosos en su labor, a lo largo de las cinco temporadas de la serie pues son muchos los personajes que desfilan por las torres, las casas baratas, «Hamsterdam» y demás escenarios, desde los cabecillas de turno del tráfico de drogas hasta los muchachos que van a la escuela mientras buscan su lugar en la vida, pasando por los yonkis, los soldados de las bandas, buscavidas varios y hasta un particular Robin Hood.

Avon Barksdale (Wood Harris) y ‘Stringer’ Bell (Idris Elba, «Luther») son los líderes de una de las bandas que controla el tráfico de droga de la ciudad, el primero «tradicional», todo un gangster a la antigua usanza, luchando por cada esquina con las bandas rivales sin concesión alguna, el segundo con una mentalidad más moderna, intentando entrar en nuevos negocios y hasta estudiando técnicas comerciales y empresariales para adaptarlas al «negocio», con ellos viviremos una lucha de mentalidades, de maneras de entender la vida incluso, hay un momento en el que una frase de Avon refleja las diferencias entre ambos: “Yo no soy un empresario de traje como tú. Soy sólo un gángster, supongo. Y quiero mis esquinas”.

Marlo Stanfield (Jamie Hector, «Heroes»), será su rival más directo, expeditivo, duro, su metodología es sencilla, controlar mediante el miedo, la disidencia se paga con la muerte, la sospecha de la traición se paga con la muerte, el mero indicio de colaboración con el enemigo o la policía se paga con la muerte, es su precio mínimo, para ello cuenta con dos armas, «Snoop», la poco femenina y temible sicaria interpretada por Felicia «Snoop» Pearson, del que toma nombre y apodo, y Chris Partlow («The Good Wife»), segundo de Marlo y brazo ejecutor del mismo.

«Bubbles» (un genial Andre Royo) encarna a un yonki más, colaborador ocasional de la policía y más preocupado de conseguir su dosis que de otra cosa, a lo largo de la serie seremos testigos del peso que irá ganando en la trama, su personaje se convertirá en el referente de la lucha por escapar del infierno de las drogas, la última temporada tiene una escena, saliendo él de un sótano, que es realmente emocionante por su significado.

Pero sin duda el gran personaje ya no sólo de las calles, sino de la serie entera, es Omar Little, Michael K. Williams («Boardwalk Empire»), un delincuente realmente peculiar, gay, bien educado, con un peculiar sentido de la moral, él, casi en solitario, trae en jaque a los cabecillas locales del tráfico de droga, robándoles todo lo que puede en cuanto se le presenta la ocasión, su presencia causa el terror, su tarareo de «The Farmer in the Dell» siempre precede a su gabardina y su aparatosa escopeta causando un efecto que en alguna ocasión hace que no sea necesario casi ni hablar para lograr el botín, este tiene muchas escenas inolvidables, su testimonio en un juicio para joder a sus enemigos, una conversación con el detective «Bunk» y una cacería junto a otro de los grandes, aunque este breve, personaje de la serie, el Hermano Mouzone.

El éxito de «The Wire» en mostrar las calles y violencia de Baltimore radica en el empeño de David Simon y Ed Burns de hacerlo lo más real posible, Simon trabajó en un periódico local y sabía de antemano de qué hablaba, pero es que para preparar la serie no dudaron en bajar a las cloacas de la ciudad, asesorándose por personajes luego trasladados a la pantalla, muchos interpretados por ellos mismos, los habitantes de los suburbios de la ciudad se convirtieron así casi en guionistas y protagonistas de la serie, dándole un realismo nunca antes tan conseguido, consiguieron hacer de algo, en principio tan banal, manido y tratado como la droga y su tráfico algo realmente grande, complejo, entretenido y de nivel, inolvidable, con unas interpretaciones fuera de lo común, unos guiones inteligentes, profundos y sinceros, todo un retrato de una ciudad empobrecida, real, áspera, cruda, haciéndote entender a los personajes, haciéndote sentir parte de sus vidas.

Es difícil volver a ver una serie que refleje la realidad tan fielmente, que tenga unos personajes tan reales, empezando por un detalle estremecedor, la juventud de los protagonistas de las calles, esto por sí sólo habla del terrible destino que la droga causa, es complicado llegar a viejo estés en la parte de la pirámide en la que estés, si estás arriba alguien te tumbará tarde o temprano, si estás en medio alguien te acabará pasando viejas o recientes facturas y si estás abajo directamente acabarás con algún mal chute o simplemente en el lugar equivocado, todo tiene fecha de caducidad.

Within Temptation, la banda holandesa bandera del metal gótico más comercial, con la preciosa voz de Sharon como reclamo, para ellos es la posdata con un tema que ya tiene algún tiempo, «Memories»:

“The Wire”, la mejor serie de la historia.

Sonará pretencioso, series en la televisión ha habido muchas, miles, de ellas posiblemente no habré visto ni el 0,001 %, de las que he visto muchas me han gustado, casi todas por cierto de la misma cadena, esa bendita HBO que es como un oasis, esa referencia casi infalible de que vas a ver algo que merece la pena, qué decir de series como «Roma», «Hermanos de Sangre», «Carnivále» , «Los Soprano», «Deadwood» , «The Pacific» o «A Dos Metros Bajo Tierra», muchas de estas auténticas obras maestras, pero sinceramente ninguna a la altura de “Bajo Escucha”, que es como se ha subtitulado “The Wire” en cristianés, es más, si algo tengo bastante clarinete es que es muy difícil que vuelva a ver algo tan bueno como “The Wire” en mi vida.

The Wire

¿Cómo alguien como yo puede hacer justicia a esta serie hablando de ella?, complicado, sobre todo sin destriparla para quien no la haya visto, ¿de qué va “The Wire”?, pues a lo largo de sus cinco temporadas trata sobre Baltimore, Maryland, el llamado “vertedero de América”, habla sobre su policía, sobre sus drogadictos, sobre sus mafias, sobre sus políticos
, sobre su puerto, sobre sus escuelas, sobre sus medios de comunicación, sobre sus cárceles, sobre sus calles, sobre sus entrañas en definitiva.

¿Qué no veremos?, pues no veremos a una serie de policías supersexys, superinteligentes, dotados tanto de medios como de culos perfectos, no veremos como en 50 minutos se resuelve no ya un caso, sino los que haga falta, en su lugar veremos policías que las pasan putas para avanzar en las investigaciones, con caras reales, algunos son gordos, otros calvos, otros feos, se emborrachan, roban, se preocupan más de escaquearse de los casos que de resolverlos, con un sueldo bajo que les hace pensar más en echar horas extra que en otra cosa, con superiores que falsifican estadísticas para contentar al poder político, que torpedean investigaciones para evitar que progresen, enfrente tenemos a los perseguidos, las pequeñas, no tanto por cierto, mafias de la droga de la ciudad, cuyos miembros no cantan a la primera que se les investiga, que piensan, que sienten, que aman, encontraremos desde el más tirado de los yonkis hasta el cabecilla de la organización.

Ellos son los grandes protagonistas, como dije hay más, no deja de ser una serie coral, donde hay episodios en los que en teoría el protagonista o no sale o no lo hace apenas, por no enrollarme más de la cuenta, lo que realmente importa, te la crees, no tienes ni puta idea de cómo funciona realmente una redacción de un periódico, pero te crees que bien pudiera ser así, no sabes cómo funcionan realmente la clase política, aunque te lo imaginas, pero todo lo que les pasa en la serie vamos que te lo acabas creyendo, es ficción claro, pero tan real como la vida misma.

Y es que los guiones son perfectos y el casting acorde, sólo así se construyen personajes como Omar Little (Michael K. Williams, «Boardwalk Empire» ), el Robin Hood de las calles de Baltimore, Jimmy McNulty (Dominic West, «300»), el policía tenaz e inteligente, pero borracho y mujeriego, su compañeros Bunk (Wendell Pierce, «Treme») o Lester Freamon (Clarke Peters ), el buscavidas de “Bubbles” (Andre Royo, «Party Down»), el populista y corrupto Clay Davies (Isiah Whitlock, Jr.), senador protagonista de para mí una de las escenas más redondas de la serie, cuando está siendo sometido a juicio con jurado, prácticamente todos, de las decenas de personajes, están esplendidos, creíbles, alejados de tópicos, con sus “aqueles”.

Es extraña en su desarrollo, digamos que en cada temporada entran en una trama, algunas duran el resto de las series, otras nacen y mueren en la misma temporada, la primera nos adentra en la lucha entre la policía, el equipo de Daniels (Lance Reddick, «Fringe») y la banda de uno de los cabecillas del tráfico de droga de la ciudad, Avon Barksdale (Wood Harris «The Heart Specialist»), la segunda nos muestra el trapicheo en los muelles de Baltimore, comandado por el presidente del sindicato de estibadores Frank Sobotka (Chris Bauer, «True Blood»), pasamos luego a la política y la carrera del concejal Carcetti (Aidan Gillen, «Juego de Tronos») entre otros, seguimos por el sistema escolar, con chicos como Michael Lee (Tristan Wilds, «90210») y acabamos en la redacción de un diario local, en el que hace de profesional editor «Gus» Haynes (Clark Johnson, actor pero también director de varios capítulos de la serie o de «The Shield», donde también hace un papelito ocasional), pero como hay tanta subtrama y tanta chicha es mejor que otro día me ponga a contaros con más detalle cada una de las historias.

Si esperas una serie facilona, que te sea fácil de seguir, con los buenos ganando y los malos en la cárcel olvídate de “The Wire”, si quieres adentrarte en lo más profundo de las miserias de la sociedad actual, si quieres reflexionar, si quieres en definitiva quedarte con la realidad dale una oportunidad, si ves dos capítulos y te aburre es que estás llamado para «CSI» o “House”, o quizá incluso para “Bandolera”, lo bueno en este caso es que series de esas tienes en la tele a todas horas, eres un afortunado, yo me siento vacío, porque sé que ”The Wire” es como la suegra perfecta, está la de mi mujer.

Acabo, en todos los episodios, tras la entrada y los títulos de crédito, aparece una frase, una frase que luego dirá un personaje a lo largo del capitulo, la mayoría geniales, me quedo con una, que sale en boca del detective de homicidios Bunk, “Cuanto más grande es la mentira, más se la tragan”.

Si la serie es de lujo no lo es menos, Therion, suecos, han ido tocando durante su carrera varios palos, death metal, gothic metal, sinfonic metal, en definitiva son tremendamente variados, suenan variados porque también son de ir cambiando de vocalistas en sus temas, de ellos este precioso «Lemuria»:

«Boardwalk Empire», pura HBO

“Boardwalk Empire” es una de las últimas creaciones del canal HBO, último reducto para la calidad y la clase en la televisión, aunque sinceramente creo que hay más calidad y clase en casi cualquier serie de “HBO” que en la inmensa mayoría de producciones cinematográficas, esta serie viene de la mano de Terence Winter, quien ya estuvo detrás de «Los Soprano», uno de los grandes éxitos del canal, estando amparada por gente como Scorsese, director del piloto, Mark Whalberg o Tim Van Patten, otro de los directores habituales de “HBO”.

Boardwalk Empire

“Boardwalk Empire” está ambientada en los años 20 estadounidenses, tiempos de la ley seca, el protagonista absoluto de la historia es Nucky Thompson, interpretado por otro ex-soprano (delante y detrás de las cámaras), el afamado Steve Buscemi, Thompson es en principio el tesorero de la ciudad de Atlantic City, aunque en la práctica es el amo y señor de todo lo que allí se cuece, política, contrabando e ilegalidades varias, junto a él una serie de personajes, algunos reales y algunos sacados de la imaginación de los guionistas, de entre los reales destacar a Al Capone, (Stephen Graham) aunque sea en sus comienzos en el “negocio”, Arnold Rothstein (Michael Stuhlbarg) o Lucky Luciano (Vincent Piazza).

También aparecen con cierto peso en la trama actores y actrices como Michael Pitt, Kelly Macdonald, Aleksa Palladino y Michael Shannon (oscarizado por «Revolutionary Road»), este interpreta a un agente del Departamento del Tesoro, Nelson Van Alden, en un papel de esos en los que se come tanto la pantalla de lo bien que lo hace que o tienen cuidado los creadores de la serie y sus guionistas o acabará comiéndose al resto del reparto y su personaje irá acaparando escenas.

Cabe destacar que se hace inevitable acordarte de «Los Soprano», por la temática sobre todo, pero obviamente por coincidir tanta gente tras las cámaras y alguno delante de ella, como el mismo Buscemi o Greg Antonacci, que como en la serie de Tony interpreta a un capo mafioso, como en toda serie “HBO” tiene un buen puñado de personajes y tramas, con sus subtramas, pero quizá la gran pega de este producto sea que se centra tanto en el personaje protagonista que el resto se diluyen, el metraje es el que es y si lo utilizas para una cosa lo reduces del resto, son matemáticas.

Es quizá su única pega, porque en lo demás roza la perfección, desde la ambientación, cosa que no es nueva, ya la bordaban en series como «Carnivále» o «Deadwood» , como en los guiones, las interpretaciones, técnicamente es una maravilla.

Personalmente lo que más eché en falta es que le dieran mayor peso al personaje interpretado por Michael Kenneth Williams, el Omar Little de «The Wire», muy desaprovechado para mi gusto, pero de momento sólo he visto una temporada, con lo que tiempo al tiempo, espero que las audiencias respeten, porque me da que es un producto de los caros y a nada que esta deje de responder corremos el riesgo de que se cancele, de cualquier manera la segunda temporada está emitiéndose y ya hay una tercera confirmada, de momento tenemos gangsters para rato.

Ni qué decir tiene que es una serie galardonada, aclamada por la crítica y de momento con buenas audiencias, cabe pensar que de seguir a este ritmo y con el paso de las temporadas acabemos por tener entre manos a una de esas series que marcan época.

Tiene el sello personal de la casa, los personajes se comportan tal y como se comportarían en la vida real, hablan como se supone que se hablaba en esa época, follan, mean, cagan, es violenta claro, en definitiva, no es algo que se vaya a calificar «para todos los públicos», pero de esas tenemos un montón, osea que se agradece que HBO siga con el sello de la sinceridad a la hora de contar historias.

Antes dije que la única pega es la falta de aprovechamiento de los secundarios, bien, para acabar y dejando claro que estamos ante una más que digna serie (acercándose más a «gran serie» que a otra cosa) hay un detalle que tampoco me gustó, la manera de grabar algunos «exteriores», lo pongo entre comillas porque realmente tras ver algunas escenas, sobre todo las del paseo marítimo, da bastante el cante de que en realidad se trata de decorados, con tanta pasta invertida quizá es un punto a mejorar, porque el resto de la ambientación, como dije antes, está hecha al detalle, hasta los platos en los que comen y los cubiertos que utilizan para ello.

Para la postdata ELA, acompañada de J.R.Blackmore, pegadizo tema este «Out of Time»

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