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«House of Cards» 2, duelo de hijoputas.
Segunda temporada de «House of Cards», serie que vaya, me gustó mucho, de ahí que me vea esta entrega claro, serie de Netflix, creada por Beau Willimon y que sirve como vehículo de lucimiento personal del gran Kevin Spacey, que además hay que decir que también mete pasta en el asunto. Es curiosa la cantidad cada vez mayor de estrellas del cine que van incorporándose a series de televisión, la distancia entre el hermano rico y el pobre disminuyen y cada día está más que claro que el prestigio de varias series de televisión (y su calidad) no tienen mucho que envidiar, al contrario, al de las pelis estrenadas recientemente.
Bien, venimos de una temporada que acabó así como dejándonos las ganas, como que el castillo de naipes al que se refiere el título bien pudiera empezar a desmoronarse, con el prota, el Francis Underwood, a un paso de convertirse en vicepresidente de los Estados Juntitos pero con la periodista a la que le daba metesaca metiendo las narices y uniendo los hilos necesarios como para acabar con él y su carrera.
Lo de la mujer del prota y demás la verdad es que nos la sudaba bastante, de hecho intento recordar en qué punto quedó su historia y nada, no es posible. Decir que la serie sigue teniendo éxito, superando esta segunda entrega las cifras de la anterior por lo que hay ya tercera temporada confirmada.
De siempre, comunes o habituales, pero siempre sospechosos.
Si a alguien se le ocurriera la original idea de preguntarme cuáles son mis diez pelis favoritas, que sí, sé que es harto improbable que a alguien se le ocurra tal genialidad, sin duda «The Usual Suspects» estaría en la lista, en los puestos Gasol (altos para los no amantes del basket), «Sospechosos Habituales» en cristianés, mira, además voy a ser por una vez un tipo agradable, mi recomendación, no leas lo que queda de entrada y pincha en el enlace que lleva a una crítica sobre la peli en Nascaranda.
Hace mucho mucho tiempo, cuando yo era aun más joven de lo que soy, aun más guapo si cabe, incomprensiblemente no ligaba tampoco, por lo que quedaba con algunos colegas para ir al cine. Qué tristeza de vida, ahí un grupo de perdedores sexuales que mientras los demás se hartaban a follar nos dedicábamos a ir al cine, entre semana¡¡ flipa¡¡ Cierto día llegamos a unos multicines a ver ni sé qué peli, agotadas las entradas, entre semana¡¡¡¡ flipa¡¡¡¡ claro, sería el día del espectador, el taquillero, gran persona pero feo también con avaricia, nos dice que vayamos a ver otra, «Sospechosos Habituales».
«House of Cards», el lado más sucio de la política.
Vaya, pocos estrenos de series esperaba uno con tanta expectación que esta «House of Cards», una serie especial desde su origen, puesto que no es proyecto de ninguna cadena de televisión, sino de la plataforma Netflix, de hecho creo que es la primera serie hecha para ser estrenada ahí, Beau Willimon es el autor de la serie, aunque está basada en otra de la BBC con el mismo nombre, esta a su vez bebe de la fuente de una novela de un tal Michael Dobbs, que no tengo el gusto de haber leído.
Kevin Spacey, anda que no es reclamo, él encabeza el reparto, actor que para mí siempre será un tipo especial desde que le vi en esa maravilla llamada «Sospechosos Habituales», una más de las muchas estrellas de cine que dan el paso a participar en una serie de televisión, Robin Wright es otro reclamo bien gordo, junto a ellos tenemos en el reparto a Kate Mara, a quien recordarás de «American Horror Story». Pero más allá del reparto y de la concepción de la serie lo que me hizo ansiar verlas fueron las buenísimas críticas que leía al respecto, «cruda», «brutal crítica al sistema».. buena pinta sin duda.