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Te eché de menos Nucky.
Pues toca televisión, de calidad, es más, es probable que actualmente sea «Boardwalk Empire» la mejor serie en emisión, veníamos además de una segunda temporada prodigiosa, que pulía los escasos defectos de la primera, a saber, una falta de acción que se antoja imprescindible en ciertas dosis para lograr enganchar al espectador, lo complicado era, precisamente, superar e incluso mantener, en esta tercera entrega, lo mostrado en la anterior, de cualquier manera se esperaba con ganas.
Obviamente hablamos de una serie HBO, y mucho además, tiene todas y cada una de las cosas que uno espera de una serie de ese canal, realismo, ambientación y vestuario perfectos, violencia y sexo sin timoratadas moralistas, personajes bien construidos y un casting que vaya, Steve Buscemi, Kelly Macdonald, Michael Shannon o Michael Kenneth Williams, cierto es que en este apartado faltan personajes, cosas de un final de temporada anterior sorprendente de veras.
Terence Winter y su equipo a pesar de estas ausencias no metió mucho relevo, al menos en papeles importantes, la única novedad reseñable sería la de Bobby Cannavale, que vaya, tampoco es que sea de esos nombres con excesivo tirón, empero, qué personaje se monta el cabrón, perfecta réplica al prota, es de esos gangsters que se te queda grabado a fuego.
«Boardwalk Empire», 2º acto.
Pues tras ver alguna que otra serie que dejaba bastante que desear tenia uno ganas de ver algo con verdaderas ganas, eso tiene su sonido propio, la cortinilla gris, la cortinilla que da paso a toda serie de la HBO, tocaba ahora la segunda temporada de «Boardwalk Empire», la serie de Terence Winter, tocaba de nuevo volver a la ley seca, a la época gloriosa del hampa y sus gangsters, a los felices 20. Decir antes de nada que por supuesto, no acaba aquí la historia, habrá tercera temporada, Dios gracias.
Sí, desde luego disfrutas viéndola, desde el primer capítulo, dirigido de forma magistral por Tim Van Patten, (este vuelve a dirigir unos cuántos capítulos, los más importantes) lleno de escenas rodadas con estilo, con garra, con clase, creándote ya desde un principio la sensación de que la burbuja está cerca de estallar, una de las pocas pegas que tenía esta serie en su primer acto era la falta de ritmo, la poca o nula acción que se antoja necesaria para mantener el interés, desde luego eso a mi juicio se ha corregido, además, está repleta de pequeños detalles, alguno que te arranca una sonrisa, como cuando Nucky Thompson llega a casa y se encuentra a su amante y compañera discutiendo con el hijo de ella, una profesora de esas monjas de toda la vida le había sacudido al chaval, «le decía yo a mi padre que me había pegado una monja y él me volvía a dar una azotaina», como veis muchas de las cosas que solemos decir exageradamente hoy en día para mostrar a los peques lo fácil que es su vida y lo puta que era la nuestra no es que la hayamos inventado nosotros precisamente.
Pero sin duda el principal punto fuerte de la serie está en la ambientación, impecable, hasta el mínimo detalle, te mete directamente en la época, eso y el mostrarnos una serie de personajes perfectamente trabajados, personajes mucho más definidos que en la primera temporada, donde la figura del protagonista fagocitaba al resto, ahora sí, ahora se les va dando la merecida importancia, como además el casting es un acierto tras otro pues por ese sentido no harás más que disfrutar. Más, sigue manteniendo su identidad, la marca de la casa, no escatima crudeza, la época era violenta, la serie, evidentemente, traslada violencia, si la sociedad era corrupta traslada corrupción, si era viciosa, traslada vicio, sin tapujos, sin putas tapándose las tetas después de echar un polvo.
¿Quienes son?, pues los de la primera temporada, encabezados por Steve Buscemi, Michael Pitt, Kelly Macdonald (a la que quizá recuerdes de «No es País para Viejos»), el increíble nuevamente Michael Shannon (cómo llena la pantalla el muy cabrón), la preciosa Aleksa Palladino y Michael K. Williams, hay muchos más claro, pero tampoco es plan, por cierto, que el Williams este corre un gran peligro de estancamiento, te llenó tanto su personaje en «The Wire» que no consigues verlo más que en ese rol, no sé, me parece que va a acabar siendo esclavo de su propio éxito. De los nuevos actores, pues destacar la presencia de Charlie Cox, el nuevo chico para todo del prota, este es el que hizo de Escribá en «Encontrarás Dragones», peli que no he visto, y también salía en “Downton Abbey”, serie que sí que he visto y de la que te daré cuenta en unas semanas. En un papelito, y como curiosidad, encontramos a Dominic Chianese, el tío Junior de «Los
Soprano»
Esos son, como digo, los principales actores, pero a pesar de que el peso en la historia de Buscemi y su personaje, como los títulos de crédito bien te dejan claro, es enorme, hay en la serie una serie de secundarios imprescindibles, muchos personajes o bien históricos de la mafia de los años 20, Capone, Luciano etc o bien basados en ellos, cambiándoles el nombre, personajes cuyo peso parece menor, pero que a la postre resultan vitales, otros como la madre del hijo pródigo, imprescindible para lograr comprender cómo piensa y por qué ha actuado y actúa cada uno, unos efímeros, otros recurrentes, pero todos parte de la historia, necesarios.
Tú te preguntarás, ¿te ha gustado?, ¿qué te ha parecido?, un puto regalo para la vista, qué historia más bien contada, qué dura, qué soprendente, emocionante, llena de pequeños matices, una madeja, un puzzle cuyas piezas encajan a la perfección, una auténtica maravilla de serie, impactante como pocas, con escenas que te revuelven las tripas, que te ponen el corazón en un puño, sí, definitivamente es bastante superior a la primera temporada, algo que suele ser habitual en las series de la HBO, que primero te presentan, sin prisas, y luego ya te enganchan, prácticamente supera todas las reservas que tenía sobre la serie, porque pasan, ahora sí, muchas cosas, cosas que no te las esperas, escenas resueltas a la perfección, sin lugar al tópico, ¿recomendable?, sin duda alguna además.
Eso sí, me queda la sensación de que es complicado disfrutar de «Boardwalk Empire» de esta manera, esperando un año para ver más episodios, porque lo pasado vuelve, y casi ni te acordabas, de hecho acaba esta segunda temporada y estás deseando ver la tercera, es una tortura casi, ves personajes aun sin desarrollar en su totalidad, personajes que desde luego están ahí por algo, porque nada pasa por que sí, acabas enganchado al tráfico de alcohol, a las traiciones, a las venganzas, al juego de poderes, a la corrupción, al gusto por rodar cada escena como Dios manda, al gusto por la fotografía impecable, a la iluminación impecable, a la imaginación, desde luego no está al alcance de todos los públicos, no es una serie para ver en familia, ni «para pasar el rato», pero como suelo decir siempre, para eso hay muchas, para disfrutar pocas, esta sí, esta la disfrutas.
Godsmack para la posdata, la banda de Sully Erna, geniales los estadounidenses, adictiva de narices esta «Voodoo Too»