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Tokio se llevó los juegos.
No suelo «improvisar», escribir entradas y publicarlas inmediatamente, pero no voy a follar hoy, para variar, tengo tiempo, encima siento la imperiosa necesidad de decir «ya lo decía yo» y ponernos un rato a caldo como país, como buen prólogo de lo que será una, supongo, polémica entrada sobre nacionalismos.
No nos dieron los juegos, fueron a Tokio, Madrid la primera eliminada, manda cojones que hubiera periodistas (profesionales) que confundieran el empate con Estambul como señal de pasar a la final, a ver, cojones, si en esa ronda se descalifica a una ciudad y hubiera empate por arriba hubieran eliminado a Tokio y santas pascuas.
Qué envidia tienen de nuestros gloriosos deportistas.
Bueno, acaba aquí, con esta entrada, ese intento absurdo por caerte mal, he de decirte una cosa, cuando escribo esto no sé de la eficacia de este intento porque no sé cómo habrán salido los otros post de este objetivo, el machista asqueroso, el de la peli desconocida y el de la entrada sin chispa de humor, bien, en todo caso creo que este sí que por sí sólo podría lograr la meta.
Porque voy a hacer algo que hacía meses que no hacía, la entrada de turno de barra de bar, creo recordar que la última fue aquella de los políticos, pero ahora en vez de hablar de esa especie a quien todos odiamos lo haré de otros a los que veneramos, a los deportistas, pero no a ellos directamente, sino a nosotros, bueno, a todos menos a mí que soy perfecto.
Ráfagas ciclistas en busca del maillot RO-JO.
Bueno, hemos tenido buena ración de Juegos Olímpicos, ojo, no confundir con olimpiadas, la olimpiada comienza justo cuando acaban los juegos y duran hasta cuando comienzan los siguientes, que Dios mediante se celebrarán en Descojone de Jesulín 😀 en 2016. Sobre esto de los juegos y tal pues tengo preparada una entrada, o sea que me limitaré ahora a hablar de ciclismo.
Bueno, ciclismo de los juegos, por dónde empezar, por la ruta, ganó Vinokourov, un tipo peculiar, ganó usando la táctica del viejo zorro, ante un bisoño Rigoberto Urán, una carrera loca, incontrolable, con Gran Bretaña intentando sin éxito poner un tren para Cavendish, no hubo forma, con tan pocos ciclistas por equipo al final la lógica era que un grupo pequeño se jugara la carrera, y en ese grupo tres españoles, acojonante, ni se movieron, pedazo estrategia sí señor, no damos palo al agua, esperamos que el resto nos hagan la carrera, ni saltamos ni cogemos a los que saltan, que lo hagan otros, la culpa del pinganillo. Solo que no hubo pinganillos, la culpa de la desidia, de la apatía, de la falta de competividad, del comodismo (¿existe esa palabra?).
Encima uno lee los foros al día siguiente y flipa, «menuda vergüenza que gane un dopado», los mismos encima a los que has leído lo contentos que estaban por las vueltas de Valverde o Contador, acojonante, de verdad, a ver, Alexandre Vinokourov es un ciclista que forma parte de la leyenda negra del ciclismo, de la que me ocuparé algún día, sin duda, ha pasado por equipos que la verdad, Casino, Telekom, Astana (con Sáiz nada menos), pero ha dado positivo, cumplió sanción y a correr, nunca mejor dicho, cierto, aparte del dopaje tiene sus cosillas de amaños de carreras, de manejar entre las sombras equipos y ciclistas, pero no fue esto lo que molestó, sino lo del doping, usando además esa doble vara medidora tan, ¿cómo lo diría?, asquerosamente ombliguista.
Fabian Cancellara, qué imágenes, que ostión tan tonto, qué coraje, acabar la carrera, abrazarse y llorar, llorar por su mala fortuna, llorar por ir de cara siempre y afrontar las consecuencias de la valentía, cuánto deberían aprender de él otros muchos, cuánto le agradezco yo poder disfrutar de su clase, la hostia encima le lastró para la crono, más psicológicamente, ahí Bradley Wiggins arrasó, menuda temporada la del inglés, el ciclista del año sin duda alguna.
Pero con la imagen quisiera destacar lo mejor de todo, Marianne Vos, holandesa, medalla de oro en ruta, pero es que esta tipa ha sido varias veces campeona del mundo de ciclocross y colecciona títulos en la pista, impresionante la versatilidad de esta mujer, impresionante su clase, quizá de las mejores deportistas de la historia, no es nada fácil compaginar triunfos en dos disciplinas deportivas distintas, imaginaos en tres, para ella mi admiración.
Más, breve, impresionante el éxito de público, las cunetas llenas, claro, las entradas bien baratas, pero aun así asombra que en un país de tan escasa tradición haya mucha más gente en cualquier punto del recorrido que en prácticamente todos los finales de etapa de la carrera del próximo párrafo.
Acabo las ráfagas con la Vuelta, y su maillot RO-JO Bypils, también del asunto de la conveniencia o no de las fechas de la Vuelta me ocuparé en breve, decir simplemente que por diversas circunstancias tenemos a la vista una presumible gran edición de la ronda española, recorrido muy de tele, con finales en alto para dar y tomar y una participación de lujo, Contador, «Purito», Antón, Froome, Menchov, De Gendt, Van der Broeck, Cobo, Valverde, Gesink, todos ellos presumiblemente con opciones, aunque claro, habrá que ver en qué condiciones vienen algunos y lo más importante, para qué.
No te quejarás, breve como nunca estuve, Primal Fear para la posdata, pedazo tema, impresionante, lástima que no te guste el heavy, porque te pierdes disfrutar de una canción de esas irrepetibles, «No Smoke Without Fire»