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Los excesos de Schindler.
No me gustan las risas enlatadas de las «Sit-com», creo que el hombre (en genérico) tiene la suficiente capacidad como para saber si algo es gracioso o no, al menos lo que es seguro es que sabe si lo que escucha o ve le resulta gracioso a él, me toca la moral (y los cojones, pero no es este un blog para malhablados) que me hagan notar que lo que estoy viendo es gracioso. No voy a hablarte de comedia, voy a contarte sobre Spielberg, sobre «La Lista de Schindler».
No te voy a negar que para mí el tito Spielberg hace tiempo que perdió la magia, sus últimas pelis me parecen una sucesión de truños, «War Horse» sería ejemplo de peli suya entretenida, pero insustancial e insultante para sus primeros títulos, «Lincoln» sería ejemplo de peli con sustancia, seria y sin tufo a Walt Disney, pero aburrida hasta hacerte añorar hacer cola en una sucursal bancaria para pagar el IBI. Cuando hice la entrada dedicada a «El Pianista» yo mismo hice unas pequeñas comparaciones entre esta y «La Lista de Schindler», a estos matices diferenciadores dedicaré la entrada.
El Ángel del Gueto de Varsovia.
En la entrada dedicada a John Rabe y en sus comentarios resultó inevitable cierto debate, apareció la figura, entre otras, de Oskar Schindler, famoso tras la peli de tito Spielberg, gran peli para mí, aunque uno nunca sabe si caso de tener que elegir elegiría esa o «El Pianista», bien, sin entrar en detalles el tema es que de esos comentarios surgió el nombre de Irena Sendler, de cuyos actos prometí contar al liante de santorales Triste Sina.
Y de ella irá esta entrada, nada habrá de divertido porque la historia de Sendler de divertida tiene poco, sí mucho de heroica, de desinteresada, sí de llevar sus ideales a su máxima expresión, se habla de ella como «enfermera católica», mira, no es por tocar las narices, de hecho cuando hablé de Bartali ya dejé claro que tanto él como la organización para la que trabajaba eran católicos, pero hay muchas dudas acerca de la religiosidad de Irena, de sus ideas, desde luego no era religiosa, más bien parece que militaba en el socialismo de la época, en todo caso lo importante no era lo que pensaba, sino lo que hizo.