Archivo
Primeros escándalos del doping ciclista en el Siglo XX.
A partir de hoy y hasta septiembre-octubre lo siento, pero este será un blog más que nada de ciclismo, en fin, habrá de todo claro, y todo de primera como siempre, pero ya te digo, entre historietas de doping, como hoy, y la pila de carreras que desde ya me van a ocupar es más que probable que casi la mitad de las entradas sean de bicis, en fin, tú mismo, misma, mismito o mismita.
Bien, nueva entrega de la historia del doping en el ciclismo, pero antes un pequeño prólogo, para evidenciar una vez más que esto del doping tiene sus pegas y que pedir barra libre pues eso, que hay que hacerlo sabiendo casos como el de Graziano Gasparre, un exciclista italiano que a sus treintaypocos años tiene cáncer, según él mismo propiciado por el dopaje sistemático al que se sometió en sus tiempos de ciclista debutante en el Mapei de Lefevere, evidentemente sin dar positivo, no quisiera dejar tampoco pasar las declaraciones de Alberto Contador, quien ante el fallo del «caso Armstrong» declaró en su día esto.
Claro, ante las repercusiones que semejantes declaraciones tuvieron, ante la imposibilidad de desdecirse, echarle la culpa al mensajero y tal, salta ahora conque lo dijo en plan irónico y que si ha sido juzgado y sancionado pues bien sancionado está, él no, claro, él ha sido juzgado y sancionado con más pruebas incluso que Armstrong y para nada, él inocente, es que es acojonante lo tuyo macho.
Más arrepentidos del ciclismo.
Bien, continuamos con el asunto del doping en el ciclismo, tras el escándalo de Bruyneel y Armstrong, cuyas repercusiones aun están por verse en su totalidad y la «Operación Puerto» debería quedar claro ya que no, que por mucho que nos vendan la moto el ciclismo aun está lejos de ser un deporte limpio, es más, las declaraciones de los ciclistas cuando pasan estas cosas son sumamente esclarecedoras, la cosa está clara, si tu te juegas los cuartos al poker con un pavo y después se descubre que hizo trampas, lo natural es tener el impulso de ir a partirle la cara, no de decir «que es igual, aun sin trampas me hubiera ganado igual», en fin.
Curiosamente la inmensa mayoría de ciclistas que apoyan incondicionalmente, ciegamente diría, a Armstrong en el asunto de su proceso son españoles, salvo Freire, que siempre suele hablar claro, el resto lo dicho, para vomitar.
Hoy no voy a dedicarme a ninguna trama de dopaje, que las hay, ni al «caso Festina», ni a «Humanplasma», ni al «pote belga», ni cualquier otro, al menos no en profundidad, hablaré de un ciclista que en su momento admitió doparse, sin haber dado positivo en su vida, como no daban los de Bruyneel ni casi ninguno de los ciclistas tratados por Ferrari, Fuentes y demás, es una nueva muestra más que debe servir que, para cuando escuches que tal ciclista es inocente porque nunca ha dado positivo, te partas la polla con verdaderas ganas.
También te hablaré de cómo esto del doping no es ni mucho menos nuevo.