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Posts Tagged ‘Gladiadores’

La venganza de Espartaco.

Bueno bueno, segunda entrega, que es la tercera, de la saga «Spartacus», me explico, primero fue “Spartacus: Sangre y arena”, la primera temporada, brutal, como al prota, Andy Whitfield, se le encontró un linfoma no-Hodgkin esperaron a ver si se recuperara y en vez de continuar la saga hicieron una precuela: “Spartacus: Dioses de la Arena”, que vaya, estaba bien, pero no alcanzaba el salvajismo de la primera, como Andy, desgraciadamente dejó este mundo se pusieron a continuar la acción donde la dejaba la primera entrega, así tenemos pues explicado por qué esta es la segunda temporada siendo realmente la tercera, ¿el título?: «Spartacus: Vengeance».

Hablamos de la serie estrella del canal Starz, creada por Steven S. DeKnight, 10 capítulos, el motivo obvio, es una serie cara, el reparto, pues cuenta con nombres ya conocidos, de las anteriores entregas: Manu Bennett, Lucy Lawless, Dustin Clare (el prota de la precuela), Peter Mensah, Viva Bianca (el zorrón de la primera entrega) y Katrina Law, pero siendo estos importantes sin duda la novedad en este sentido es la presencia del nuevo Espartaco, Liam McIntyre. A este le tenía visto de “The Pacific”, aunque en un papel menor y lo cierto es que esta serie es su gran oportunidad para saltar a la fama. Leer más…

Espartaco y las diezmas.

Bueno, resulta que como todavía hay que esperar al estreno en España de la nueva temporada de «Spartacus» puedo hablar del tema como a mí me gusta, alejado del ruido y el bombo de la actualidad, podía haber titulado esto «El Auténtico Espartaco», pero es que en realidad tampoco me apetece entrar a valorar la precisión histórica de las pelis acerca del gladiador tracio, sobre todo de aquella en la que le daba vida «mentoncitos» Douglas, evidentemente la serie tiene muchas virtudes, pero no está, ni de lejos la del rigor histórico, tardaría menos en decir en lo que acierta.

Gladiadores

Tampoco, como siempre vamos, quiero descubrirte ahora Roma, me refiero a que no te voy a contar nada que no sepas, entiendo que eres un tipo o una tipa culto y preparado y que sabes de sobra que el cine siempre exagera todo, vamos con el tema entonces, ¿qué eran los gladiadores?, pues sí, más o menos eran lo que la pantalla nos ha mostrado, unos tíos cachas y superentrenados que entretenían al pueblo y sobre todo a la gente pudiente de la Antigua Roma, tanto durante la República como durante el Imperio, con alguna sobrada como la de Nerón metiendo en la arena a centenares de senadores y ciudadanos de las altas esferas o Trajano, que en algo más de cien días hizo que se batieran el cobre 10.000 gladiadores, pero lo normal era que actuaran en fiestas privadas o en combates en los circos durante festejos varios, es más el fenómeno de los gladiadores surgió en un principio en los funerales de la población más rica de Roma, como homenaje a los difuntos y como parte de los ritos propios del funeral.

Algo que el cine siempre ha exagerado es la tasa de mortalidad de los gladiadores, en realidad era raro ver morir a alguien en la arena, los que lo hacían solían caer luego, a causa de las heridas, cuando sí que morían dentro del circo también era casi siempre porque no había más remedio, sus heridas eran tan graves que casi casi era cuestión más de ahorrar sufrimientos que de otra cosa, y de una exageración a una mentira, todos hemos visto en el cine la escena en la que el gladiador derrotado está a merced del victorioso, este mira al César y el César hace un gesto, pulgar hacia arriba, perdón, pulgar hacia abajo, muerte.

Pues no, el pulgar hacia abajo significaba perdón, la idea era que eso representaba que el gladiador que ganaba el combate debía echar sus armas al suelo y así perdonar la vida del perdedor, la seña para que acabara con la vida del rival era poner el pulgar de forma horizontal, simbolizando que debía de rebanarle el cuello, otra cosa que ha llegado a nuestros días era la espada que el gladiador recibía en símbolo de su libertad, la tradición nos la muestra de madera, en realidad era como las que usaba en combate, pero sin filo, evidentemente (y ahí si que ha acertado no sólo el cine, sino hasta la serie) no todos los gladiadores eran esclavos, ni mucho menos, un gladiador recibía mucho mucho dinero y mucha fama, por lo que era una salida más que recurrente para ciudadanos libres en busca de dinero, es más, hasta gente de la aristocracia de la época llegó a pisar por voluntad propia la arena, incluidos emperadores, como Calígula o el Cómodo que «Gladiator» nos mostró en el cine (aunque apenas tuviera que ver el personaje con el Cómodo real).

Bien, haz memoria, busca las diferentes pelis, documentales o series que hablan del tema, ponle imagen a la figura del gladiador, altos, musculosos, fuertes.. ¿eran así?, pues no parece, al menos eso se desprende de estudios como uno que hicieron en la Universidad de Viena, que llegó a la conclusión de que la dieta de los combatientes se basaba en cereales, frutos secos y verduras, en grandes cantidades, básicamente eran cebados como cochinos, al analizar los restos de un centenar de gladiadores llegaron a la conclusión de que tenían más pintas de luchadores de sumo que de culturistas, eran bastante orondillos vamos, algo que apenas ha perdurado en la historia es que sí, también hubo gladiadoras, alguna de ellas famosa, como Achilia y Amazona, la diferencia es que las mujeres que combatían prácticamente siempre lo hacían por propia voluntad.

Bueno, pues podía enrollarme mucho con el tema, pero es que no quiero alargarme demasiado porque quiero hablarte de Espartaco y de Marco Licinio Craso, tranquilo, no voy a contarte ahora todo el tema de la rebelión de esclavos y tal, «Yo soy Espartaco», sólo un detalle para mí interesante, bien, sabes de sobra que Espartaco realmente existió y que sí, lideró una rebelión de esclavos que trajo en jaque a la República, en realidad lo interesante del tema está, por una parte en ver cómo luchaban por un lado las perfectamente entrenadas en lo táctico legiones romanas y los perfectamente entrenados en la lucha gladiadores, al final pudo más la disciplina militar que la destreza con las armas.

También se vivió una curiosa competición que Craso mantuvo con Pompeyo y Marco Licinio Lúculo, estos habían sido enviados para «ayudarle» a derrotar a los esclavos sublevados, pero Craso lo entendió como una forma de intentar deshonrarle y quitarle todo mérito por la victoria, mérito que por cierto nunca fue demasiado, ya que en la época tenía mucho más merecimiento derrotar a un ejército como tal, o conquistar nuevas tierras, pero en todo caso Craso no quería ni por asomo que Pompeyo o Lúculo se aprovecharan en el último momento de su trabajo, así que se empeñó en acabar con la revuelta él sólo, bueno, él y sus legiones claro.

Y sí, lo logró, Espartaco incluso llegó a negociar su rendición, pero Craso quería la victoria militar, ya he dicho antes que la clave, como casi siempre, para la victoria romana, fue la disciplina y la táctica militar, el «ejército» de esclavos fue disgregándose y los restos derrotados en la Batalla del Río Silario, donde Espartaco resultó muerto, aunque su cadáver nunca se encontró, Craso derrotó a un Espartaco con el doble de hombres, gracias a la impericia del tracio en plantear una batalla en condiciones en campo abierto, pero en fin, que al final ves, me lío y de lo que quería hablarte es de otra cosa.

Todos sabemos que significa «diezmar», una reducción proporcionalmente grande de una población, ejército y tal, bien, en la época que nos ocupa significaba algo bastante distinto, hablamos de la «decimatio», una costumbre que Craso usó en la campaña contra Espartaco, ¿en qué consistía?, bien, debemos tener en cuenta algo, los legionarios eran soldados preparados y tal, pero en la lucha cuerpo a cuerpo los gladiadores les provocaban bastante pánico, así pues eran corrientes, sobre todo al principio de la campaña, los episodios donde los legionarios salían por patas al ver al típico coloso con el tridente, ¿cómo evitar el caos?, pues con la citada decimatio, la diezma.

La cosa era sencilla, si una unidad se retiraba se la separaba del resto del ejército, se agrupaba a los hombres en grupos de a 10, se sorteaba (incluso los centuriones entraban en la rifa) y al ganador, en vez de un jamón o una lata de espárragos se le premiaba con la muerte, con la muerte a manos de los 9 afortunados que se salvaban del castigo, el premiado podía morir de dos formas, lapidado o palos, el resto pasaba esa noche fuera del campamento (algo muy peligroso porque recordemos que se enfrentaban a un ejército de gladiadores), esto, que tampoco es que fuera muy efectivo en los precedentes, parece que esta vez si que cumplió su objetivo, no sólo hizo que un legionario se cuidase mucho de retirarse de la batalla sino que además hiciera lo posible para que tampoco huyera ninguno de sus compañeros, por lo que podía pasar.

Primal Fear para la posdata, alemanes, power metal, de las pocas bandas que a medida que sacan nuevos trabajos me van gustando más, tienen algún que otro temazo, como este «Face the Emptiness»

«Spartacus», Dioses del Fornicio.

En estos días, los que gozamos del espectáculo visual de la saga «Spartacus», recibimos una gran noticia, el esperado estreno a primeros de año de la segunda temporada de la serie, bien, aun no estrenada esta hay que decir que el canal Starz ya ha anunciado que habrá tercera parte, albricias, pero hoy toca hablar de una miniserie llamada «Spartacus: Gods of the Arena», titulada en cristianés «Spartacus: Dioses de la Arena»

Dioses de la Arena

La cosa es sencilla, al prota de la serie, Andy Whitfield, le diagnostican cáncer, esperando que su salud mejore caben tres alternativas, parar la serie, cosa que no es aconsejable dado el éxito que para Starz, la cadena propietaria del asunto, estaba teniendo, dos, cambiar el protagonista, cosa que han acabado haciendo cara a la segunda temporada, esto era sin embargo la solución menos querida y sólo se debía tomar si no quedaba otro remedio, la tercera, inventarse algo, dar tiempo a que Andy se recuperara, que es la que en principio se tomó, aunque desgraciadamente al final como digo se tuviera que recurrir a la segunda.

Se tomó pues la decisión de hacer una precuela de la historia, es decir, la vida en el ludus de Batiato antes de la llegada de Espartaco, el que no esté en la historia el célebre tracio se la debió de sudar a la cadena a la hora de bautizar también con el “Spartacus” a la movida esta, volvemos a ver a Batiato, a su impúdica mujer, a varios de los gladiadores que aparecían en la serie anterior y a Gannicus, que toma un poco el rol de Espartaco como protagonista.

A ver, imaginaros que tenéis 2.000 millones de euros, sois ricos, ¿no?, si tenéis 200.000 millones sois muy ricos, pero con 2.000 kilos también, pues algo parecido pasa aquí, sigue existiendo el sexo desenfrenado, la estética “300«, violencia a saco, pero algo menos, sigue siendo ultra violenta, pero sin llegar al extremo de la primera temporada, en cambio la cosa se centra más en las intrigas del “Domine” Batiato, todo lo que pierde en violencia y gana en intrigas es la tara de “Dioses de la Arena”, porque no nos engañemos, esta serie ofrece algo muy concreto, sexo y sangre, a raudales, entretenimiento puro y duro, espectáculo, aquí, al abundar menos, hay momentos en los que te aburres, o quizá sea que ya ha pasado el primer momento, con la anterior temporada, en el que te sorprendía la estética y la violencia de la trama.

Otra pega, Dustin Clare, el actor que interpreta a Gannicus, me recuerda a Collin Farrell pero exagerando aun esa cara de estreñido que el Collin usaba por ejemplo en “Alejandro”, por contra aparece Jaime Murray (la loca peligrosa de la segunda temporada de «Dexter«), tremendamente sensual la muchacha, el resto pues eso, la mayoría no están elegidos por sus capacidades interpretativas, sino por sus torsos, así que a recurrir a lo de las peras y los olmos.

De la serie original se mantienen John Hannah como dueño del ludus, su esposa, Lucy Lawless, el cimarrón de ébano Peter Mensah, Manu Bennett, como Crixo, que toma también un poco el rol de Espartaco, él es el que en esta ocasión llega a la academia de gladiadores y se convierte en el campeón tanto en la arena como en la monta de romana impúdica, Nick Tarabay o Antonio Te Maioha.

Aparecen nuevos personajes, los malos son Gareth Williams y Stephen Lovatt, y aparece el papá del jefe, interpretado por Jeffrey Thomas, también está la esclava mona que se verá metida en un triángulo amoroso, a la que da vida Marisa Ramirez.

En definitiva, entretiene sí, sigue la tónica de la saga, pero es quizá prescindible, la ves pero lo que quieres ver realmente es la continuación de la primera temporada, con los esclavos en fuga y todo eso, “Yo soy Espartaco”.

Amos con la postdata, Parabellum es una banda de Barakaldo, rock urbano, algunos les metían dentro del movimiento punk, pero yo nunca les llegué a ver así, forman parte del recuerdo personal, de una época en la que servidor le daba al kinito y al peta, con La Polla Records, Barricada, MCD, Reincidentes o Extremoduro como referencias musicales, poco a poco fui dejándolos a un lado, pero aun así hay ciertas canciones que me dejaron su huella, quizá la última de Parabellum que realmente me gustó fue este «Anoche Dije Adios», luego ya les perdí la pista del todo:

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