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Teletiendas dichosas.
Querido Jatz solicita mi opinión y atención sobre un producto de teletienda, un producto que desconocía yo por completo, no soy muy de teletiendas, no soy muy de ver la tele y cuando en noches de desvelo me da por ponerme a verla soy más de ver los canales locales y sus anuncios de cachondas encima de motos sobándose los pechos y diciendo «ya mamé», o «llámame», que siempre me queda la duda.
El producto en cuestión son unos pantalones que te estilizan la figura, en teoría, es una faja cara vamos, te hace sudar dice el spot, literalmente, te los pones, sudas y adelgazas, con dos cojones, lo bueno del asunto es que valen 50 pavos del ala, es igual, como es pantalón entre otras cosas la ventaja que tiene es que te suda la polla también, hablo literalmente ojo, no es un rumanismo, o vulgarismo, que total, son vecinos.
Bang.
Iniciativa bloguera toca, Tomae y Marina proponen, 50 palabras, una imagen, esta:
Y una palabra…. “Bang” (que no tang, que estaba bien rico además)
Pues esta es mi aportación al tema:
Mi papá me mima.
Dicen que los homenajes, pararte a pensar en alguien en retrospectiva, es para cuando alguien se muere, si lo haces con la figura paterna pues bueno, tiene un pase si es en el día del padre, pues no, no es el día del padre, ni mi padre está muerto, ojala dure muchos años más, pero hoy quiero acordarme de él, no sé por qué, tampoco hace falta una razón concreta digo yo.
Claro, ahora, que soy padre, me doy cuenta de lo complicado que es, de lo que significa, de lo que se siente, la perspectiva , hace meses cada una de mis hijas me regaló algo para el día del padre, la peque, como aun no sabe leer ni escribir hizo un dibujo ahí en plan guapo, con plastilina, témperas y todo lo que pilló, ahí estaba ella todo orgullosa, al verlo la mayor se quedó así como con cara de decepción, ella tan sólo me había hecho una pequeña postalita, ponía «has sido un buen padre, felicidades», qué coño sabrán ellas, qué sabrá la niña que lo único que quiero en esta vida de ellas es precisamente eso, que piensen que he sido buen padre, qué decir tiene que uno hasta soltó la lagrimilla al leer esas palabras, orgullo vamos.
¿Y el mío?, ¿fue un buen padre?, pues al menos poco usual, claro, ahora entiendes muchas cosas, cosas que antes se te escapaban, mi padre fue de esos que pisó la escuela lo justo, con apenas 20 años ya estaba casado, con un crío y trabajando como un cabrón, a partir de ahí venga críos, me imagino la cara que pondría al decirle mi madre que estaba otro en camino, «dónde coño le voy a meter», un piso (que aun existe y donde siguen viviendo) de menos de 50 metros cuadrados, hasta cinco hermanos (y otro que murió nada más nacer), para volverse loco, mis primeros recuerdos de mi padre son verle llegar de trabajar, sentarse, mi madre nos obligaba a los hermanos más pequeños a ponerle la mesa, la comida, entonces me tocaba los huevos claro, yo no era un criado, luego entiendes el motivo, por una parte era una manera que tenía mi madre de hacernos agradecerle su esfuerzo diario y por otra luego entiendes que entre lo cansado que llegaba el pobre hombre y el ver cómo dos de sus hijos le atendían ese era su momento del día, sin duda, ese y la siesta que se cascaba luego.
Santa paciencia tenía el hombre, ahí subiendo al monte cada dos por tres con la prole, nos llevaba cada día algo para asar, patatas, chorizo si había mucha suerte, daba igual, la cosa era hacer fuego, él cogía, nos llevaba a una cueva o algo, se sentaba y se la sudaba luego lo que hiciéramos, libertad absoluta, quizá otro nos hubiera enseñado a diferenciar los árboles, las plantas, sabiduría popular, él no, el nos daba las cerillas, una hoja de periódico y ala, a fumarse el farias, «que los más mayores cuiden de los pequeños», ese era su lema, y sí, ya lo creo que los mayores enseñaban, demasiado quizá.
Mi padre era amante de la tranquilidad, lo entiendo claro, con cinco hijos en un espacio tan reducido un poco de calma debía ser gloria, uno de los recuerdos que más han perdurado es el estar llorando, llegar él, siempre con esa tranquilidad, preguntarme el por qué lloraba, yo ahí haciéndome de rogar, «¿qué te pasa hijo?», «nada aita», y zas, hostion, «ala, ahora ya tienes motivo para llorar», evidentemente para la próxima que te pillaba llorando ya tenías pensados varios motivos por si alguno no le convencía, tampoco te creas que mi padre era muy de darnos hostias, según él las necesarias, lo malo es que alguna vez sí que era necesario claro, nada de psicología infantil, una vez nos cazó a un hermano y a mí haciendo fuego en su habitación, encima entre nosotros y la puerta (la típica travesura infantil vamos) y mientras mi madre se puso como una loca a chillarnos fue él y toma, sendos hostiones, efectivo, nunca volvimos a hacer fogatas en casa (con él dentro vamos).
Amante de la jerarquía, de la responsabilidad, mi hermano mayor, más que un hermano era un segundo padre. Cierto día nos cogió a dos hermanos (en realidad siempre los mismos, los dos más pequeños), llenos de roña en la calle, no recuerdo qué hicimos para ensuciarnos tanto, pero sí las consecuencias, a la bañera los dos juntos y mi hermano mayor limpiándonos con un nanas, un estropajo de esos como de metal, que coño, dolía, «os vais a enterar cabrones», entró mi padre en casa, nos miró, miró a mi hermano, suspiró y pasó de largo, pero coño, justo en ese momento ni llorabas, y eso que motivo tenías, por si las moscas.
Tú pensarás que menudo ogro de padre, pues no, porque tenía cosas muy buenas, entre otras que para lo bueno tampoco era un padre al uso, mi primera borrachera me la pillé con él, caminata de monte, los dos solos, él con la bota de vino, descanso, «echa un trago hijo», la marcha continúa, otro descanso, para cuando llegué a casa tenía un pedal acojonante, pedal evidente, para mi madre al menos, no lo sé, porque nunca hablé del tema, pero seguro que esa noche mi padre no arrimó cebolleta, no se llora sin motivo, las trastadas traen consecuencias y la vida está llena de peligros, que en la medida de lo posible intentaré no evitarte para que experimentes sus consecuencias, muy protector no era no.
Aprendimos a usar un cuchillo haciéndonos cortes, a encender un fuego quemándonos, a no quejarnos, al menos no por tonterías, de él saqué el levantarme todavía hoy en el metro para cederle el sitio a un anciano, él nos hacía levantar siempre en el autobús para esas cosas, cuando alguien necesita ayuda para pasar una puerta con un coche de niño o una silla de ruedas siempre se la abro yo, es instinto adquirido, mi padre siempre nos obligaba a ello, sus sistema era claro, muchos hijos para una sola madre, porque él estaba siempre trabajando, había que portarse lo mejor posible, por las buenas o las malas, ser solidarios, ayudarnos, como era un peón aprendimos también el enorme valor de cada pequeña cosa, no se te ocurría tirar un cacho de pan, a estirar cada juguete hasta que se rompía y luego a reutilizarlos como sea, hace poco le hice a mis hijas unas pistolas con dos pinzas, flipaban, esos eran nuestros juguetes, un sofá abandonado un lujo, menudos tirachinas sacabas de ahí.
Hoy le miro, con sus nietos, curioso, siempre le suelo decir que estos le mean encima y él contento, «cosa tuya educarlas» me dice, él a mimarlas, qué quieres que te diga, yo le adoro, no se mete en tu vida, siempre te pide permiso para darte un consejo, cuando le llamas siempre está disponible, cuando ha estado enfermo y tú has pasado una noche con él en el hospital su cara es todo agradecimiento, su mirada te emociona coño, siempre intentando molestar lo menos posible, ni un puto reproche, nunca, el más mínimo detalle con él le hace feliz, mínimo para ti claro, como la tarjeta de mi hija, ahora sé que cuando nos mira lo que siente es orgullo, lo que yo siento por mis hijas, lo que intento simplemente es hacerle saber que yo también le miro con orgullo, sí, fue un gran padre, hostias incluidas.
Freedom Call para la posdata, un grupo que me encanta, si te digo que es un grupo que me encanta y te digo que este «The Darkness» es mi tema favorito de ellos comprenderás cuánto me gusta. Cada vez que te pongo un tema es como si me desnudara, te muestro mis gustos, pues con este es como si te enseñara hasta la cicatriz de la vasectomía (por cierto, adivina quién me acompañó cuando me operé, sí, mi padre), si alguna vez te has preguntado qué música me apasiona… pues eso, temas como este.
He llamado a mi padre y me ha dicho que te recuerde lo del día 19:
En Tierra de Nadie.
«Estar en tierra de nadie» todos tenemos claro lo que significa, término muy usado en fútbol por ejemplo, cuando un equipo se queda sin posibilidades por arriba y lejos del descenso, o en ciclismo incluso, típica etapa donde hay un grupo de escapados con diez minutos, salta un espabilado y se mete un palizón para quedarse ahí en medio, sin salir siquiera en la tele, pero sin duda alguna cuando este término alcanzó su significado más trágico fue durante la I Guerra Mundial.
Durante casi cuatro años exactos millones de soldados vivieron y murieron en las trincheras del frente occidental, mientras que en otros frentes la guerra seguía unos parámetros más o menos tradicionales, con una guerra que salvo excepciones como Gallipoli se podía considerar «abierta», en este tras un primer avance rápido alemán los ejércitos se parapetaron en improvisadas trincheras, alcanzando la guerra el que ha sido quizá su punto más alto de crueldad y dureza en toda la historia, si hablamos de combatientes.
¿Cómo se llegó a esa situación?, tras el comienzo de la guerra en occidente Alemania intentó lo que posteriormente logró en la II Guerra Mundial, un rápido avance de sus tropas para ocupar los países del Benelux, el norte de Francia y llegar a París, Plan Schlieffen se llamó la cosa, llamado así en honor de su padrino, Alfred von Schlieffen, que pensó en algo similar a lo que Aníbal logró en Cannas, mas este murió antes de que se llevara a cabo la cosa, sacrificaron tropas del frente oriental para disponer millón y medio de soldados dispuestos a invadir el oeste, en el este dejaron a medio millón para hacer frente a más de dos millones y medio de rusos (algún día hablaremos de una de las batallas más injustamente olvidadas de la historia y que se vivió en este frente), mientras que con ese millón y medio deberían derrotar a casi cuatro millones entre británicos y franceses.
Invadieron Bélgica y Luxemburgo, entraron en Francia, derrotaron a los aliados en Lorena, Charleroi y Maubeuge, pero todo cambió cuando fueron derrotados en Primera Batalla del Marne, quizá la primera vez en la historia donde la aviación jugó un papel fundamental, aunque fuera como medio de observación del enemigo, tanto franceses como británicos movilizaron a todas sus fuerzas para parar a los alemanes, llegando a usar incluso a los taxis de la capital, París, para transportar de urgencia tropas al frente, los alemanes, más expuestos y en menor número se replegaron, llegaron a un punto, hicieron una cruz, excavaron y así nació la primera trinchera, al llegar los aliados frente a ellos no tuvieron más remedio que hacer lo mismo porque si no ahora los expuestos eran ellos, así poco a poco se crearon dos trincheras ininterrumpidamente desde el Mar del Norte hasta la frontera con Suiza.
No es asunto baladí este del origen de la cosa, porque se comprende ahora por qué aun siendo el sufrimiento grande en los dos bandos lo fue aun más en el de los aliados, los alemanes fueron los primeros en atrincherarse y por lo tanto fueron eligiendo el terreno más favorable, también dispusieron de más tiempo y sus posiciones siempre estuvieron algo más acondicionadas.
En medio quedó esto, un espacio de tierra que oscilaba entre una veintena de metros y los casi trescientos, el infierno, quien haya visto por ejemplo «Largo Domingo de Noviazgo» podrá hacerse una idea de lo que significaba ese terreno, un grupo de soldados franceses es acusado de auto mutilarse y condenado no a muerte, sino a algo peor, a salir sin armas a tierra de nadie, un terreno asolado por los continuos bombardeos, donde salvo los agujeros de las bombas y los cadáveres putrefactos no había nada en lo que guarecerse del enemigo, cualquier intento de avance era fácilmente detenido por las ametralladoras enemigas, un terreno poblado de alambradas, restos de árboles destruidos, barro y vergüenza.
Pero, ¿cómo eran las trincheras?, como dijimos los alemanes llegaron primero, así que pudieron hacerlas algo mejores, más profundas, con más cemento y menos tierra, más impermeables, nunca eran rectas, sino en forma de dientes, para que fueran más eficientes contra los bombardeos, no era una sola línea, estaba la primera, ocupada sólo momentáneamente por observadores, una segunda con pequeñas guarniciones y que se usaba más como señuelo para atraer las bombas enemigas y una tercera, donde se apelotonaban en escasos metros regimientos enteros.
la ingeniería de la época se las ingenió para construir sin descanso trincheras y más trincheras a lo largo del frente para protegerse del enemigo y tener asegurada una segunda y tercera defensa caso de que cayera la trinchera más cercana al enemigo, Flandes, tierra ciclista donde las haya, fue el punto donde los aliados lo tuvieron peor, los alemanes allí eligieron el sitio más alto, los aliados a nada que cavaban encontraban agua, a pesar de que se intentaba acondicionar los suelos con planchas de madera los soldados que lucharon allí tuvieron más problemas con el agua que con la artillería, ametralladoras o francotiradores enemigos.
¿Cómo era la vida en las trincheras?, pues un soldado medio iba turnando las diferentes trincheras, rara vez pasaba más de dos semanas en la misma, lo malo es que salvo cuando le tocaba descanso en retaguardia la cosa no variaba mucho, barro, humedad, enfermedades, piojos, además eran continuos los escarceos, las patrullas, no tanto las grandes batallas, aun así el índice de mortalidad de los soldados que se vieron en estas dobló por ejemplo al de los que lucharon 30 años más tarde en la II Guerra Mundial, la falta de medicamentos, sobre todo de antibióticos, hacía que una pequeña herida en un miembro derivase en gangrena y provocase la muerte, la higiene obviamente brillaba por su ausencia, así que las enfermedades y ratas campaban a sus anchas, la cercanía del enemigo implicaba que el peligro de caer bajo el disparo de un francotirador, del gas (usado también en esta contienda a nivel masivo por primera vez en la historia) o las bombas fuera grande.
¿Todo era miseria en las trincheras?, no, las había tranquilas, sin prácticamente actividad durante toda la guerra, bien acondicionadas y que incluso se usaban como descanso de tropas de otros frentes, como las aliadas de la invasión de Dardanelos destinadas en Armentières, el cartel que acompaña este párrafo es el de la película «Feliz Navidad», que hace una versión libre de unos hechos sucedidos en la navidad de 1914, donde ocurrió una breve tregua navideña entre los combatientes, sin llegar a esos extremos durante toda la guerra se vivieron momentos de confraternización entre ambos bandos, intercambios de alimentos, medicinas, tabaco… esto claro no gustaba nada a los superiores, que solían mover constantemente de posición a sus soldados para evitar estas situaciones o los instaban a disparar a esos «casi amigos».
Pero lo habitual era el tifus, la disentería, el cólera, como dije al principio no había manera de recoger los cadáveres en tierra de nadie y estos eran focos de infecciones constantes, muchos de ellos no pudieron ser recogidos hasta acabada la guerra, con lo que quedaron prácticamente inidentificables, aun en estos días siguen apareciendo restos humanos en áreas donde se sucedieron grandes batallas como las del Somme o Verdún, en algunos lugares concretos el espíritu reflejado en «Feliz Navidad» permitía pequeñas treguas no firmadas para que se recogieran cadáveres, heridos e incluso se intercambiaran estos pero esto tenía sus problemas también, se aprovechaban estas treguas para efectuar pequeñas escaramuzas por sorpresa y esto cortaba la tregua constantemente, asimismo tampoco eran del agrado de muchos oficiales, con lo que rara vez pasaban de cortos espacios de tiempo.
11-11-1918, a las 11 horas de la mañana acababa la guerra, se sabía con antelación, tras cuatro años de lucha terminaba todo, lo lógico es pensar que después de tanto sufrimiento y ante la perspectiva de la ansiada paz esa mañana iba a ser tranquila, casi de despedirse de tus enemigos, así lo fue en algún caso, pero ese día también fue ejemplo de un dicho que se suele asociar a esta contienda, «leones dirigidos por borregos», en referencia al valor demostrado por las tropas y la escasa preparación y el escaso nivel que demostraron sus oficiales, muchos de estos, del lado aliado, ordenaron ese mismo día once de noviembre ataques masivos, que no podían lograr nada estratégicamente, ya que los términos de la paz estaban ya firmados, pero que causaron miles y miles de muertos y aun más heridos.
Alemania estaba asfixiada económicamente, sus aliados se desplomaban, a pesar de su éxito en el frente oriental la entrada de Estados Unidos hizo que vieran imposible la victoria, así se explica que fueran derrotados cuando todas sus posiciones estaban todavía en territorio enemigo, los términos de la rendición fueron duros, tanto que dieron pie al auge del nazismo y la vuelta a la guerra años más tarde.
Esta lucha de trincheras hizo que se viera algo que entonces era desconocido, y que no se ha vuelto a dar en tal grado jamás, el daño psicológico que sufrieron los soldados, la gran mayoría de supervivientes los padecieron, algunos no se llegaron a recuperar jamás, fue tal el horror vivido que salir ileso y sano mentalmente era algo poco habitual, la tasa de suicidios entre excombatientes multiplicaba la general, en definitiva, pocas veces la guerra ha sido más cruel en la historia, por no decir ninguna.
Postdata, Freedom Call en su versión más pastelera, «Queen of my World»:
«300» y la historia.
«300» fue un bombazo, hay que reconocerlo, no es que fuera pionera, «Sin City» le sembró varias de sus bases, pero qué duda cabe que series como la saga «Spartacus» beben directamente de la herencia de la peli de Zack Snyder y Frank Miller, años ha, cuando se estrenó, un gran amigo mio escribió sobre las licencias históricas de «300»
Hay que recordar sin embargo que la peli no estaba basada en un guión libre, sino en un comic del propio Miller, pero como curiosidad sirve.
«300» es la típica pelicula histórica a la que se puede aplicar aquello de «cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y pura casualidad»
La primera en la frente. Es falso que Leónidas arrojara al pozo a los emisarios persas enviados con la intención de reclamar «tierra y agua», acto simbólico de aceptación de la hegemonía de los arquémidas. Fue su antecesor y suegro de Leónidas, Cleómenes I quien lo hizo, por el simple hecho de que habían interrumpido unos festejos durante la celebración de las fiestas Carneas.
Y los emisarios afrentados eran de Darío I, padre de Jerjes, previo a la batalla de Marathon, donde por cierto, los espartanos no se dieron demasida prisa en acudir en ayuda de sus «hermanos» atenienses a derrotar a Darío precisamente por eso, porque estaban celebrando sus fiestas sagradas, dato éste que también lo falsean en la cinta, todo ello sucede diez años antes. Jerjes envió emisarios a todas las ciudades-estado griegas excepción de Atenas -por lo de Marathon- y la mencionada Esparta, sabedor el Gran Rey de cómo se las gastaban los espartanos y lo ocurrido con los emisarios enviados por su padre, Darío.
Tampoco es cierto que Leónidas fuese al encuentro de los persas en contra del Consejo de Ancianos, ni tampoco del Oráculo. Es más el Oráculo advierte que «sólo la muerte de un Rey griego les permitirá librarse de días oscuros, de exclavitud y hambruna que asolarán a los griegos bajo la tiranía persa», a lo que Leónidas responde «ese Rey soy yo.», muy al caso y fiel a la tradición espartana.
Por supuesto es falso la comparecencia de Gorgo -mujer de Leónidas e hija de Cleómenes- ante el consejo -y sus reuniones previas con miembros del Consejo para pedir el favor de ser escuchada en el mismo- entre otras cosas porque la mujer espartana tenía un estatus igualitario con respecto al hombre, siendo una pieza fundamental en la educación y sociedad espartana, algo desconocido e impensable en el resto de Grecia, por no mencionar que la inteligencia, carácter y voluntad de la reina eran de sobra conocidos por sus paisanos, por la que sentían gran respeto y consideración. La frase que se le atribuye a Gorgo «Porque somos las únicas que damos a luz a auténticos hombres», es cierta, pero fuera decontexto. Dicha frase la pronuncia en respuesta a una pregunta de una mujer arcadia «¿por qué sois vosotras, las espartanas, las únicas que mandáis a los hombres?.
De niña, con sólo diez añitos, asistió a una audiencia con su padre, en la que el invitado, le incita a unirse a los persas, ofreciéndole dinero como compensación. La niña, que se las traía, intervino tajante: «Causará tu pérdida, mi padre, éste miserable extranjero, si no te apresuras a expulsarlo de casa».
En otro post comento la especial indiosincracia de la sociedad espartana, mucho más que una simple sociedad de guerreros sin piedad, ni principios, ni cultura. «Por la Ley espartana» engloba una serie de normas de conducta que sonrojaría y escandalizaría a las sociedades actuales más liberales. Se podría decir que fueron el primer estado comunista, algo primitivo en sus conceptos, pero no mucho menos de los que lo llevaron a la práctica en pleno siglo XX..
No es cierto que exista un traidor entre los espartanos, al menos no como lo presentan en la pelicula, y mucho menos por dinero -no le tenían apego alguno-, lo más parecido fue un derrocado rey espartano que se refugia en la corte de Jerjes, poniédose a su servicio, siendo ejecutado poco después de la batalla de las Termópilas acusado de avisar a sus compatriotas de la intención de Jerjes de invadir los estados griegos.
Efialtes, el traidor -que curiosamente significa «pesadilla» en griego- no era espartano sino deTesalia, ni deforme, mucho menos se ofrece a luchar al lado de Leónidas, era un lugareño, pastor para más señas, que dá a conocer a Jerjes el paso secreto movido por la codicia… y el resentimiento por haber dejado a su pueblo a expensas y capricho de los persas, puesto que sus compatriotas consideraron por cuestiones tácticas defender el paso de las Termópilas -habían decidido que era el mejor sitio para retrasar la marcha del gran ejército medo-, aun a sabiendas que le hacían una putada a sus compatriotas tesalianos.
Luego está el armamento y vestimenta empleados. Jerjes no tenía ni puta idea de que existieran elefantes y rinocerontes. Los primeros griegos en toparse con semejante «monstruo» fueron los macedonios, cuando el gran Alejandro Magno -para mí el mayor genio político-militar de la historia-, decidió adentrarse en la India, un par de siglos después. El armamento persa estaba compuesto por lanzas cortas, escudo de mimbre, un puñal corto y un arco… frente a lanzas de 2,7m, escudo circular de bronce de 1m de diámetro -pesaba de cuarenta a cincuenta kilos-, espada corta, que sólo utilizaban cuando se les quebraba la lanza, pero que la tiraban para persegur a sus enemigos si éstos se batían en retirada -éste era el único momento en el que también tiraban el escudo para facilitarse la persecución- y una coraza, también de bronce y de un peso aproximado de unos 20kg. Ante tamaña desproporción, no es de extrañar que los persas se estrellaran una y otra vez como si chocaran contra un muro. A propósito del escudo, las madres espartanas les decían a sus hijos cuando éstos se iban a la guerra: «ven con el escudo o sobre él -es decir, muerto- pero no vengas sin escudo», pues consideraban que si llegaban sin él era porque lo habían tirado para agilizar la huída.
Por contra, los espartanos apenas si disponían de arqueros, los consideraban indignos, puesto que evitaba la lucha cuerpo a cuerpo, en todo caso disponían de jabalineros, pero era una cuerpo secundario, casi inexistente.
La película ignora un echo -y otros muchos- curioso: Jerjes envió un explorador a caballo para que tratara de averiguar algo sobre los hombres que defendían el paso. El jinete persa se acercó todo lo que pudo para observar con el máximo detalle a los griegos. En aquel momento los espartanos se lavaban y peinaban junto a la orilla del mar, también pudo calibrar el número del contingente griego, volviendo rápidamente a su campamento para darle los datos obtenidos a su rey. Cuando llegó a su presencia y le comunicó lo visto, Jerjes pensó «¿eran aquellos los famosos lacedonios, los mejores soldados de Grecia?». Defendida la posición por tan pocos hombres y tan poco disciplinados, los despreció, enviando de inmediato un fuerte contingente hacia el desfiladero.
No voy a entrar en detalles sobre algunas de las famosas frases, que fueron ciertas, pero tambien las sacan de contexto, añadir que lacónico, palabara usada para definir la brevedad y poca elaboración- procede de los espartanos, también laconios o lacedomonios.
El emisario de Jerjes, antes de entrar en batalla: «Espartanos, entregad inmediatamente las armas o de lo contrario seréis aniquilados sin piedad por el ejército de los cien reinos» -Leónidas respondió con un lacónico «Ven tú a recogerlas». Ésta es la única que cumple los tiempos y las formas.
El segundo día: «Entregaos o de lo contrario seréis abatidos por nuestras flechas, en tal cantidad que cubrirán el cielo convitiendo el día en noche» respondido con el ya conocido «pues lucharemos a la sombra»
Otra que viene en la película «disfrazada»: Al tercer día, nuevo emisario: «¿Sois conscientes que si os empecináis en ofrecernos resistencia seréis aniquilados todos, que destruiremos Esparta y que vuestros hijos y mujeres serán echos exclavos? «-Sí-» fue la respuesta lacónica dada por Leónidas.
Por supuesto que no hubo entrevista entre Jerjes y Leónidas, ni tampoco seres monstruosos traídos directamente del infierno, ni se quedaron sólo los espartanos en la úlitma batalla, también se quedaron tespios y tebanos y ésta no fue tan corta, duró dos días más, ofreciendo los espartanos una feroz resistencia pese a estar rodeados, cansado Jerjes de perder tantos hombres, finalmente ordenó abatirlos con las flechas, ni Leónidas fué el último en caer -de echo, cayó en la madrugada en campamento persa- en un desesperado intento griego, realizaron una incursión nocturna con el objetivo de localizar la tienda de Jerjes y acabar con él, pues concluyeron que, muerto el rey persa, no habría motivo por parte de éstos de continuar la guerra, pero el Gran Rey, prudentemente, se escondió en otra, realizando los espartanos una escabechina considerable. Los últimos espartanos murieron intentando recuperar el cuerpo de su rey para que no cayera en manos enemigas.Tampoco fue un espartano el que volvió a Esparta para contar lo sucedido, fueron dos, ninguno de ellos fue Pausianas,como en la película, a la sazón sobrino de Leónidas, pues se había quedado en Esparta como regente durante la ausencia de de éste. Fueron recibidos con frialdad y desprecio, uno de ellos, no soportando la vergüenza, se suicidó al poco de llegar, el otro murió en Platea, siendo el más destacado de todos los soldados griegos. Era costumbre entre éstos, nombrar al término de la batalla al más valiente de los guerreros, al héroe, recayendo tal honor en éste espartano. Pues bien, los espartanos ni lo homenajearon, ni tan siquiera lo reconocieron, ni de lejos lo consideraron héroe.
Arguyeron que había luchado de una manera suicida, buscando la muerte, y eso era poco honorable.
Se trata sin duda de una raza con una indiosincracia muy particular, un sentido del honor bastante peculiar y un desprecio por la vida y los bienes materiales acojonante..
Como se podrá observar, hay elementos épicos suficientes como para adornarla con chorradas, que es lo que me jode, perdiendo una gran oportunidad para contar un episodio histórico que seguro hubiera «enganchado» más al público de contar lo que realmente ocurrió.
La postdata, Freedom Call es una banda alemana surgida bajo la influencia de los Gamma Ray, Helloween o Iron Savior, suelen hacer música sencilla, happy, quizá de sus temas menos alegres sea este «Blackened Sun»