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Posts Tagged ‘Frases Hechas’

Un hombre sencillo.

Oswaldo María de Medeiros de casi todos los Santos Flanagan McGunnarsson era, como su nombre bien indica, un tipo sencillo y modesto, cuando iba con dos amigos por la calle nunca se ponía en mitad, «en el medio está la virtud y no soy merecedor, vosotros sí», decía. Al hacer albóndigas y al follar no le ganaba nunca nadie, tenía campeonatos ganados, él, sin embargo, siempre rechazaba medallas, «yo, con haberlas producido diecisiete orgasmos ya me doy por pagado».

Quería ser el hombre más modesto del mundo, asín que cuando ganó el campeonato del mundo de modestos se le presentó una curiosa circunstancia, la vio: «hala, qué curiosa eres, eres la circunstancia más curiosa que he visto en mi modesta vida», la circunstancia le preguntó: «¿Qué vas a hacer? si realmente eres el más modesto del mundo deberías coger el premio, pero un tipo realmente modesto jamás aceptaría premio alguno».

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El dinero no da la felicidad, que lo sepas.

Flácido era un hombre que daba siempre la mano flácidamente, pero en los negocios era un hacha, a hacer negocios y al follar no le ganaba nadie, era también muy aficionado a refranes y frases hechas, «intentarlo es el primer paso para conseguirlo», así que cuando quiso aprender a volar se tiró de la azotea del más alto edificio de su pueblo y se estrelló contra el suelo, el golpe no le mató ya que el más alto edificio de su pueblo era una pequeña choza de apenas dos metros, pero cuando estaba ahí de rodillas lamentándose del golpe recordó lo de «es mejor morir de pie que vivir de rodillas», se levantó y se mató él mismo.

Mas en su lápida ponía «Flácido, siempre te recordaremos», y claro, hay otra frase que dice más o menos que nadie muere del todo mientras se le recuerde, así que resucitó, «estoy hasta los huevos de las putas frases, esto es un sinvivir», dijo el pobre, pero para que me entiendas su historia con las frases hechas es como la de un fumador compulsivo, sabe que le mata, pero no puede dejarlo, así que un día Flácido recordó esa bonita frase de «el dinero no da la felicidad».

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De cómo el hombre que daba la mano flácidamente se convirtió en escritor.

Flácido siempre ligaba de la misma forma, entraba en las discotecas, oteaba la fauna femenina y tras concretar el objetivo se disponía siempre a hacer bueno ese dicho, a las mujeres se las conquista con sentido del humor, se acercaba a la muchacha y tras presentarse le decía, «¿sabes que yo siempre sé cuándo se va a correr una mujer?», ella, intrigada al ver por fin un hombre preocupado por la sexualidad femenina empezaba ya a sentir cómo le estallaban los garbancinos, él continuó, «sí mujer, cuando se pone el chandal», y acompañaba la resolución del chiste con una sonora risotada para evidenciar lo gracioso que era.

«Ay Flácido», comentó ella cachonda perdida, dando por bueno el famoso dicho antes expuesto, «como seas igual para todo….», «querida, no me vas a creer, pero al mus y al follar no me gana nadie, sobre todo a lo segundo, tengo ganados hasta campeonatos del follar».

Minutos después subían por las escaleras del primer motel cutre que encontraron, entran en la habitación y dos minutos después Flácido fumaba un cigarro como señal de un nuevo triunfo, otra mujer saciada que apuntar a su lista, mientras le daba una calada al farias miró a la chavala y, buscando su aprobación le preguntó, «¿qué?, ¿flipando no?, el mejor polvo de tu vida». «Psss.. ¿tú estás seguro de que por esta mierda de polvo tan corto te dan premios?».

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