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En Tierra de Nadie.
«Estar en tierra de nadie» todos tenemos claro lo que significa, término muy usado en fútbol por ejemplo, cuando un equipo se queda sin posibilidades por arriba y lejos del descenso, o en ciclismo incluso, típica etapa donde hay un grupo de escapados con diez minutos, salta un espabilado y se mete un palizón para quedarse ahí en medio, sin salir siquiera en la tele, pero sin duda alguna cuando este término alcanzó su significado más trágico fue durante la I Guerra Mundial.
Durante casi cuatro años exactos millones de soldados vivieron y murieron en las trincheras del frente occidental, mientras que en otros frentes la guerra seguía unos parámetros más o menos tradicionales, con una guerra que salvo excepciones como Gallipoli se podía considerar «abierta», en este tras un primer avance rápido alemán los ejércitos se parapetaron en improvisadas trincheras, alcanzando la guerra el que ha sido quizá su punto más alto de crueldad y dureza en toda la historia, si hablamos de combatientes.
¿Cómo se llegó a esa situación?, tras el comienzo de la guerra en occidente Alemania intentó lo que posteriormente logró en la II Guerra Mundial, un rápido avance de sus tropas para ocupar los países del Benelux, el norte de Francia y llegar a París, Plan Schlieffen se llamó la cosa, llamado así en honor de su padrino, Alfred von Schlieffen, que pensó en algo similar a lo que Aníbal logró en Cannas, mas este murió antes de que se llevara a cabo la cosa, sacrificaron tropas del frente oriental para disponer millón y medio de soldados dispuestos a invadir el oeste, en el este dejaron a medio millón para hacer frente a más de dos millones y medio de rusos (algún día hablaremos de una de las batallas más injustamente olvidadas de la historia y que se vivió en este frente), mientras que con ese millón y medio deberían derrotar a casi cuatro millones entre británicos y franceses.
Invadieron Bélgica y Luxemburgo, entraron en Francia, derrotaron a los aliados en Lorena, Charleroi y Maubeuge, pero todo cambió cuando fueron derrotados en Primera Batalla del Marne, quizá la primera vez en la historia donde la aviación jugó un papel fundamental, aunque fuera como medio de observación del enemigo, tanto franceses como británicos movilizaron a todas sus fuerzas para parar a los alemanes, llegando a usar incluso a los taxis de la capital, París, para transportar de urgencia tropas al frente, los alemanes, más expuestos y en menor número se replegaron, llegaron a un punto, hicieron una cruz, excavaron y así nació la primera trinchera, al llegar los aliados frente a ellos no tuvieron más remedio que hacer lo mismo porque si no ahora los expuestos eran ellos, así poco a poco se crearon dos trincheras ininterrumpidamente desde el Mar del Norte hasta la frontera con Suiza.
No es asunto baladí este del origen de la cosa, porque se comprende ahora por qué aun siendo el sufrimiento grande en los dos bandos lo fue aun más en el de los aliados, los alemanes fueron los primeros en atrincherarse y por lo tanto fueron eligiendo el terreno más favorable, también dispusieron de más tiempo y sus posiciones siempre estuvieron algo más acondicionadas.
En medio quedó esto, un espacio de tierra que oscilaba entre una veintena de metros y los casi trescientos, el infierno, quien haya visto por ejemplo «Largo Domingo de Noviazgo» podrá hacerse una idea de lo que significaba ese terreno, un grupo de soldados franceses es acusado de auto mutilarse y condenado no a muerte, sino a algo peor, a salir sin armas a tierra de nadie, un terreno asolado por los continuos bombardeos, donde salvo los agujeros de las bombas y los cadáveres putrefactos no había nada en lo que guarecerse del enemigo, cualquier intento de avance era fácilmente detenido por las ametralladoras enemigas, un terreno poblado de alambradas, restos de árboles destruidos, barro y vergüenza.
Pero, ¿cómo eran las trincheras?, como dijimos los alemanes llegaron primero, así que pudieron hacerlas algo mejores, más profundas, con más cemento y menos tierra, más impermeables, nunca eran rectas, sino en forma de dientes, para que fueran más eficientes contra los bombardeos, no era una sola línea, estaba la primera, ocupada sólo momentáneamente por observadores, una segunda con pequeñas guarniciones y que se usaba más como señuelo para atraer las bombas enemigas y una tercera, donde se apelotonaban en escasos metros regimientos enteros.
la ingeniería de la época se las ingenió para construir sin descanso trincheras y más trincheras a lo largo del frente para protegerse del enemigo y tener asegurada una segunda y tercera defensa caso de que cayera la trinchera más cercana al enemigo, Flandes, tierra ciclista donde las haya, fue el punto donde los aliados lo tuvieron peor, los alemanes allí eligieron el sitio más alto, los aliados a nada que cavaban encontraban agua, a pesar de que se intentaba acondicionar los suelos con planchas de madera los soldados que lucharon allí tuvieron más problemas con el agua que con la artillería, ametralladoras o francotiradores enemigos.
¿Cómo era la vida en las trincheras?, pues un soldado medio iba turnando las diferentes trincheras, rara vez pasaba más de dos semanas en la misma, lo malo es que salvo cuando le tocaba descanso en retaguardia la cosa no variaba mucho, barro, humedad, enfermedades, piojos, además eran continuos los escarceos, las patrullas, no tanto las grandes batallas, aun así el índice de mortalidad de los soldados que se vieron en estas dobló por ejemplo al de los que lucharon 30 años más tarde en la II Guerra Mundial, la falta de medicamentos, sobre todo de antibióticos, hacía que una pequeña herida en un miembro derivase en gangrena y provocase la muerte, la higiene obviamente brillaba por su ausencia, así que las enfermedades y ratas campaban a sus anchas, la cercanía del enemigo implicaba que el peligro de caer bajo el disparo de un francotirador, del gas (usado también en esta contienda a nivel masivo por primera vez en la historia) o las bombas fuera grande.
¿Todo era miseria en las trincheras?, no, las había tranquilas, sin prácticamente actividad durante toda la guerra, bien acondicionadas y que incluso se usaban como descanso de tropas de otros frentes, como las aliadas de la invasión de Dardanelos destinadas en Armentières, el cartel que acompaña este párrafo es el de la película «Feliz Navidad», que hace una versión libre de unos hechos sucedidos en la navidad de 1914, donde ocurrió una breve tregua navideña entre los combatientes, sin llegar a esos extremos durante toda la guerra se vivieron momentos de confraternización entre ambos bandos, intercambios de alimentos, medicinas, tabaco… esto claro no gustaba nada a los superiores, que solían mover constantemente de posición a sus soldados para evitar estas situaciones o los instaban a disparar a esos «casi amigos».
Pero lo habitual era el tifus, la disentería, el cólera, como dije al principio no había manera de recoger los cadáveres en tierra de nadie y estos eran focos de infecciones constantes, muchos de ellos no pudieron ser recogidos hasta acabada la guerra, con lo que quedaron prácticamente inidentificables, aun en estos días siguen apareciendo restos humanos en áreas donde se sucedieron grandes batallas como las del Somme o Verdún, en algunos lugares concretos el espíritu reflejado en «Feliz Navidad» permitía pequeñas treguas no firmadas para que se recogieran cadáveres, heridos e incluso se intercambiaran estos pero esto tenía sus problemas también, se aprovechaban estas treguas para efectuar pequeñas escaramuzas por sorpresa y esto cortaba la tregua constantemente, asimismo tampoco eran del agrado de muchos oficiales, con lo que rara vez pasaban de cortos espacios de tiempo.
11-11-1918, a las 11 horas de la mañana acababa la guerra, se sabía con antelación, tras cuatro años de lucha terminaba todo, lo lógico es pensar que después de tanto sufrimiento y ante la perspectiva de la ansiada paz esa mañana iba a ser tranquila, casi de despedirse de tus enemigos, así lo fue en algún caso, pero ese día también fue ejemplo de un dicho que se suele asociar a esta contienda, «leones dirigidos por borregos», en referencia al valor demostrado por las tropas y la escasa preparación y el escaso nivel que demostraron sus oficiales, muchos de estos, del lado aliado, ordenaron ese mismo día once de noviembre ataques masivos, que no podían lograr nada estratégicamente, ya que los términos de la paz estaban ya firmados, pero que causaron miles y miles de muertos y aun más heridos.
Alemania estaba asfixiada económicamente, sus aliados se desplomaban, a pesar de su éxito en el frente oriental la entrada de Estados Unidos hizo que vieran imposible la victoria, así se explica que fueran derrotados cuando todas sus posiciones estaban todavía en territorio enemigo, los términos de la rendición fueron duros, tanto que dieron pie al auge del nazismo y la vuelta a la guerra años más tarde.
Esta lucha de trincheras hizo que se viera algo que entonces era desconocido, y que no se ha vuelto a dar en tal grado jamás, el daño psicológico que sufrieron los soldados, la gran mayoría de supervivientes los padecieron, algunos no se llegaron a recuperar jamás, fue tal el horror vivido que salir ileso y sano mentalmente era algo poco habitual, la tasa de suicidios entre excombatientes multiplicaba la general, en definitiva, pocas veces la guerra ha sido más cruel en la historia, por no decir ninguna.
Postdata, Freedom Call en su versión más pastelera, «Queen of my World»: