Archivo
«Coven», de brujas va la cosa (evitemos las gracias).
Costará, hablar de brujas y no sacar a relucir a las suegras, pero se intentará. Hablamos hoy de «American Horror Story», serie de FX bastante especial, tras una primera temporada dedicada a las casas embrujadas y una segunda a los manicomios, con sus posesiones diabólicas incluidas nos llega la tercera entrega, «Coven», dedicada al mundo de la brujería. Decir que habrá cuarta entrega, cosa no extraña.
Y digo que cosa no extraña porque las audiencias de «Coven» han sido espectaculares, cuatro millones en Estados Unidos, ojo, hablamos de cable, normalmente una serie de un canal de suscripción con dos millones ya se considera rentable, imagínate. Para quien no conozca el mundo de «AHS» decir que se trata de una serie enfocada al mundo del terror, que de temporada a temporada cambia el tema, cambia personajes, historias y todo, manteniendo eso sí el mismo grupo de actores, más menos, siempre hay bajas y reincorporaciones. Es una serie especial porque trata temas la mar de típicas en el género pero haciendo que al verla sientas que ves una serie superoriginal, a mí la verdad me gusta mucho mucho.
Hablando del reparto, espectacular, sobre todo del lado de las féminas, ilustres veteranas, Kathy Bates incluida, que interpreta a un personaje de quien ya te hablé, Delphine LaLaurie.
La carnicera de Nueva Orleans.
«Al mus y al follar no me gana nadie», «soy un líder de opinión». Con tan solo esas dos frases ya te habrás hecho una idea de lo que soy, de quién aun no, pero de qué seguro, un fantasma. Mas no un fantasma cualquiera, soy el espíritu de Delphine LaLaurie, ¿que no sabes quién soy?, lo sabrás seguro, resulta que el estreno de la tercera temporada de «American Horror Story», titulada «Coven» ha roto todos los records de audiencias de su canal, irá, va, sobre brujas, pero entre otros personajes incluyen uno, inspirado en mí cuando estaba viva, no he visto la serie aun pero por si la ves que sepas que a nada que me muestren con un mínimo de humanidad estarán pasándose varios pueblos.
Bruja no sé si lo era, pero puta un buen rato, Nueva Orleans me vio nacer y vivir, al menos durante unos años, era yo una miembra, sí, miembra de la alta sociedad de la ciudad, poseedora, como tantos, de esclavos, no dejaba de ser Nueva Orleans un estado del sur y por lo tanto estado esclavista por naturaleza, todo en mi vida iba de maravilla hasta que en el año 1834 se produce un incendio en mi mansión y los bomberos de la época encuentran varios esclavos encadenados.