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Pintando las Árdenas.
Tras las clásicas de pavés llegan las Árdenas, es la tradición de los últimos tiempos, muertos los adoquines asoman las cotas, Amstel Gold Race (en Holanda) y Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja (en Bélgica) conforman el llamado «Tríptico de las Árdenas», en una semana que fundamentalmente sirve para trasladar la pasión ciclista del norte belga, Flandes, al sur, Valonia, de cualquier manera qué gran país para un aficionado ciclista que es Bélgica, es como Alemania o Finlandia para el Heavy Metal.
La primera, Amstel, coincidió con la Semana Santa, otros años tales fechas eran esperadas con ansia por el suscribiente, ¿ardor religioso? No, por tocarme los huevos de Rodríguez, este año tocaba la operación «pinta el piso en cinco días». Es curioso, hay preguntas que esconden una grandísima putada, fui a comprar la pintura y el tipo de la tienda me pregunta si voy a darle dos manos o tan sólo una.
Venga, qué pregunta más hijaputa. Sopesemos, dar una mano significa menos pasta (que compré pintura de la buena, nada de ofertas ni polladas) y menos trabajo, ¿qué crees que respondería? Una por supuesto.
Nibali se doctora.
Acabó el Giro, mira que el año pasado ya fue tostonazo, este yo creo que le gana, al menos entonces hubo cierta emoción, y lo jodido es que esto se presentaba como la carrera del año, un recorrido más que digno, con etapones de montaña, cronos, etapas trampa y tal, con un duelo espectacular entre Vicenzo Nibali y Bradley Wiggins, con gente como Evans, Gesink, Samuel o el vigente ganador, Hesjedal, un panorama que vamos, irresistible.
Pero he aquí que Wiggins enferma, que Hesjedal enferma, que Samuel da su nivel, que Evans está ya más para buscar residencia que para otra cosa, que Gesink ya hace tiempo que ni está ni se le espera, suma que el calendario sigue ignorado, estamos en primavera pero al tiempo se la sopla, resultado, etapas cercenadas y alguna hasta anulada por la nieve. Al final lo que queda es un triunfo de Nibali de esos incontestables, tanto que uno no recuerda una gran vuelta ganada con menos esfuerzo, me dirás del pasado Tour, ya, pero al menos se intentó, no había piernas, aquí ni piernas ni ganas ni nada.
Comienza la temporada ciclista.
Bueno, en realidad empezó en enero, pero vaya, que queda mal decirlo, pero a servidor normalmente esas carreras de principio de temporada se la soplan, como mucho alguna concreta, como ha sido el caso este año, por circunstancias que luego te cuento, a este humilde, pero egregio líder de opinión le parece, porque así le sale del anteprepucio, que la temporada ciclista empieza con la Omloop Het Nieuwsblad, y ya definitivamente con París-Niza y Tirreno-Adriático.
De ambas te contaré, que sé que te interesa la hostia esto, que vives en un sinvivir ahí pendiente del teletexto a ver quien gana las etapas, que ni ganas de follar te quedan cuando tu favorito pierde una minutada, encima estoy que no quepo en mí, es probable que en unos días vaya al paro, ojala no, pero hoy me han dicho que soy sexi 😀 y no era ciega, en fin, empiezo con alegría y gozo desenfrenado (luego me haré el amor para celebrarlo) con la Omloop Het Nieuwsblad esa que tan raro suena, dígote que es la primera de las clásicas del norte, con pavé y muros y tal, realmente la primera y casi la única, porque tras ellas se han cancelado por mal tiempo un montón, esperemos que los dos platazos gordos, Flandes y Roubaix, se corran (se disputen, correrme me correré yo al verlas), aquí en «niuswald» esta, ganó un italiano llamado Luca Paolini, sin más, este siempre me ha parecido un bombero de cojones o sea que no le dedico más tiempo.
La carrera más grande del mundo.
Acabó el Tour de Francia, un Tour con una apuesta previa clara, buscar otros tiempos ciclistas, un recorrido propicio para los ataques suicidas, para la épica, para la batalla, para evitar espectáculos tan bochornosos como el Giro de este año, donde pasaban y pasaban los días sin que viéramos nada que sacara el tema de la monotonía, un Tour que como siempre comenzó con escándalos y rumores de doping, arrastrados del pasado, una presunta investigación del equipo francés Europcar, luego el asunto Armstrong y sus excompas presuntamente chivatos y con amaño de sanción a la carta incluido, Di Gregorio detenido en plena carrera por investigaciones relacionadas con su etapa en Astana (ese equipo en el que casualmente dio positivo Contador… No sorprende ya, aun con todo el Tour sale adelante.
Sale adelante porque es «la carrera», no hay más, el Tour sería duro con etapas de 10 kilómetros cuesta abajo, da igual el recorrido, prueba tenemos todos los años, este también, antes de la primera etapa con alguna dificultad las bajas eran sensibles, Hesjedal, Valverde, Samuel, Schleck, Gesink y todo su equipo (este hombre es gafe de cojones), decenas y decenas de ciclistas, muchos de ellos en teoría candidatos, besando el suelo, caídas, atropellos, más caídas, para cuando se quiso subir el primer puerto, de apenas seis kilómetros, la totalidad del pelotón prácticamente cayó como fruta madura, es tanta la presión por ir arriba que no hay día sin amasijos de bicis y ciclistas sobre el asfalto abrasador, para muestra las palabras de Horrach: «Creo que lo más utilizado hasta ahora en el Tour son las redes y el betadine, el ruido que hace una caída como la última de hoy es indescriptible, pone los pelos de punta. No sé aún cómo sale la gente de debajo las bicis y siguen hasta meta… ¡IMPRESIONANTE!»
Aun en la desgracia surgían nombres para la gloria, «En el futuro, podremos decir que hemos corrido con él«, estas palabras las dedicaba Samuel Sánchez, todo un campeón olímpico, a Peter Sagan, un bisoño de 22 añitos, que en su debut logró saborear la victoria hasta en tres etapas, mostrando un poderío que adivina un fuera de serie, uno de esos ciclistas que están destinados a marcar época, no fue el único imberbe en ganar, el mayor de ellos, el más joven del Tour, Thibaut Pinot, dio aire de nuevo a la esperanza francesa al ganar una de esas etapas que marcan una carrera, se antoja por fin la gra esperanza gala, Mark Cavendish, otro nombre, ganó sí, y repitió a lo grande, pero sin su treno acostumbrado dejaba lugar a la revancha, como la de Greipel, que tras quedarse a centímetros logró derrotarle, por fin, curiosa la rivalidad entre estos dos excompañeros, pero sin duda en esos días de sangre, fracturas y lágrimas de dolor el nombre que más impresionaba no era el de ningún ciclista, sino el de un equipo, el británico Sky.
Dave Brailsford fundó este equipo en 2010 para ganar el Tour con un ciclista británico en un equipo británico, una quimera, los cachondeos eran similares a los que causo yo en un congreso de peluquería, partían como claros candidatos, pero bastó una semana para que asustaran, bastó una subida de seis kilómetros para que su figura se asemejara al abusón del colegio que si no llegaba a tiempo de robarte el bocadillo te lo hacía vomitar aunque fuera por joder, bastó la primera crono para que directamente nos preguntáramos si quedaba carrera, si alguien podría hacerles frente, entre los retirados, los heridos y los que arrastraban minutadas por montoneras apenas quedaban candidatos para intentarlo.
Alpes, frases, Alejandro Valverde, «dan miedo, asustarían a Contador, asustarían hasta a Armstrong«, Sky ante su prueba de fuego, superada, no sin esfuerzos, no sin sus pequeñas debilidades, pero asustando a sus rivales, intentos, Van der Broeck, Nibali, Evans, la clase más elitista del pelotón con tiempo perdido, todos al ataque, con más voluntad que fuerza, Sky mantiene el tipo, de sobra, los franceses siguen reivindicándose, Europcar triplete, Voeckler el payaso alsaciano, Pierre Rolland, enterrado antes de tiempo en la carrera, Wiggins, el líder atípico, felicitando a quienes le pusieron en aprietos, más frases, «yo no hubiera tenido los cojones de hacer lo de Evans», (sic), aunque al final el esfuerzo sólo le sirviera para perder un poquito más el Tour. Una conclusión, tenemos estrella, Chris Froome, el lugarteniente, impresionante, el pinganillo le cortó las alas, pero evidenció que él es mucho mejor que su líder, quizá mejor que ninguno, memoria, Tour del 96, Riis y Ullrich
Avanza la carrera, Evans comprueba que no es su año, tres veces tres, tres pinchazos, pecado, el ciclismo es un deporte que tiene pegados a ídolos y admiradores, no es permisible tirar clavos al pelotón, no debe serlo, debe ser excepción. Pero sin duda el escándalo del año, por el momento, es Frank Schleck.
Sobre el caso no voy a detenerme siquiera, porque su historia, la de su hermano, su año, el de los dos, sus carreras, sus relaciones con su director, el equipo en sí, da para una entrada más que jugosa que volverá a retrasar las ya escritas. Pirineos, nuevamente se intenta, lo intenta Nibali, lo intenta Van der Broeck, Evans prueba la hiel de las cámaras grabando su desdicha, pero poco se puede hacer para desbancar al que va delante cuando tienes que conformarte y sentirte agraciado en poder seguir el bamboleo de sus posaderas. Wiggins y Froome, Froome y Wiggins, apenas sin esfuerzo sentencian el Tour, este año yo, el que viene ya veremos. En medio el espectáculo, Voeckler, odiado y venerado por igual, gesta, ávido el ciclismo de ellas, excesivo sí, pero grande, para él su segunda etapa, ambas de pedigrí, y el maillot de lunares, ese que tanto le gusta a Bypils.
Sólo queda la contrareloj final, mero trámite, mero trámite salvo para que ambos marquen territorio cara al futuro, dos estilos, uno perfecto sobre su bicicleta, con una postura heredada de sus tiempos de pistard, los pelos de las patillas perfectamente recortados para evitar que pierda aerodinámica, el otro pura fuerza bruta, bailando sobre su bicicleta, ahí Wiggins puso orden, empate técnico en el balance, el año que viene…. el año que viene veremos.
Conclusiones, muchas, nuevos valores, ciclistas que pasan a mejor vida deportivamente hablando, pocas gestas, recorrido atractivo, pero minimizado por el absoluto dominio inglés, muchas lecturas, demasiadas para esta entrada.
Perzonal War para la posdata, alemanes, cabalgando entre el power y el thrash, larga su trayectoria, «Dead Meaning»
Ya huele a Tour.
Pues sí, en estos días previos se han estado disputando dos carreras, en Francia el Critérium du Dauphiné, la Dauphiné Libéré de toda la vida, con el cambio de nombre por motivos de cambios de organizadores, ahora se encarga ASO, la empresa que organiza el Tour y que tiene la mitad de las acciones de nuestra Vuelta. En Suiza por su parte se ha disputado la Vuelta a Suiza, ambas carreras han servido tradicionalmente como el gran test previo a la disputa de la gran ronda por etapas del calendario ciclista, ahí se dividen en dos y más o menos se ve quien va bien, mal, regular o como Andy Schleck directamente ni va.
En Dauphiné hemos vivido la auténtica exhibición de Bradley Wiggins y su súper equipo, el Sky, Wiggins la verdad es que lleva un año impresionante, ganador en dos vueltas de las de similar nivel a esta, Niza y Romandía, vimos a un valiente Cadel Evans, curioso lo de este hombre, tradicionalmente un amarrategui de libro (le llamaban por algo «la garrapata») y de repente parece que ahora tiene huevos hasta para exportar, también a un voluntarioso Vicenzo Nibali, estos tres son de los que cuentan a priori para el Tour, también contaba Andy, pero este la verdad es que menos para hacer el ridículo no se dejó ni ver, da igual, este se pierde el Tour este año.
La cosa es que hace apenas un año o dos Andy Schleck aparecía como el único capaz de poner en entredicho a Alberto Contador, ese al que la conspiración internacional nos ha apartado de la lucha, este año nos quedaremos sin saber si pudiera haber lucchado con Wiggins y Evans, temeos eso sí, a su hermano Frank otros de los de correr una sola carrera al año, el Tour, por mucho que se empeñen en lo contrario, como su director, Bruyneel, al mandar al Frankicio al Giro, realmente es cabreante ver la indolencia de ambos, pueden pasarse el año tocándose los huevos a dos manos y llegar luego al Tour y rendir.
En Suiza pues más candidatos, el citado Frank, Gesink, Valverde, Leipheimer… y Peter Sagan, que si bien no creo que nadie vea optando a la general la verdad es que acojona, el tipo este gana etapas en línea, rinde en los monumentos y le gana una crono nada menos que a gente como Fabian Cancellara. Luego además otras tres etapas, impresionante sin duda el talento eslovaco.
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El triunfo en la general para un sorprendente Rui Alberto Costa Faria, no muy holgado pero en todo caso meritorio ya que en aprietos le pusieron en la última etapa Frank Schleck o los Rabobank, apunta maneras este portugués.
A ver, de esos nombres que han aparecido aquí debe salir quien gane el Tour, ya veremos, una cosa te digo, el recorrido de este año, aparentemente menos duro, va a propiciar batalla, debe hacerlo, no es un recorrido para exhibiciones de último puerto estilo Contador, o de último kilómetro, estilo Purito o Valverde, con lo fuerte que está Wiggins y el equipazo que tiene o le atacan desde muy lejos, y terreno hay, o se van a comer los mocos, se prevé pues una carrera entretenida, a ver si no defrauda.
Lo que no defrauda es la actualidad ciclista, a Bruyneel, director del RadioShack le llueven los problemas, Andy Schleck baja para el Tour como dijimos, eso en teoría es una gran noticia para la Vuelta a España , un duelo entre este y Contador, con «Purito» confirmado y alguno más, pero por no alargarnos, los problemas de los dos hermanos con su director son más que evidentes, Frank le dejó tirado en el Giro, Andy es la indolencia personificada, Horner, otra de sus bazas, no íba a ir al Tour, por lesión oficialmente, por no correr en Suiza como quería su director, al final ante la baja de Andy este tiene que ceder e incluir al más ilustre de los veteranos del pelotón.
Pero es que encima el pasado le vuelve, Armstrong va a ser investigado por la agencia yanki antidopaje, USADA, igualito que en España, donde las autoridades cierran casos que huelen peor que una letrina comunitaria, le investigan incluso por hechos acaecidos en sus primeros Tour, no es la primera vez, pero parece que van en serio, ojo, ya están saliendo informaciones de que podrían quitarle los títulos, ojo digo, pruebas, lo que se dicen pruebas, parece que sólo las tienen de su última etapa, en la que coincidió con Contador he hizo podium en el Tour.
Bien, hay que mojarse, luego no acertaré una pero da igual, en principio los favoritos claros son sobre todo Evans y Wiggins, vale, pues yo arriesgo y apuesto por Robert Gesink y Frank Schleck, a ver si atinamos.
Lunatica para la posdata, son veteranillos ya estos góticos suizos, cada vez más cercanos a lo comercial, pero vaya, con temas interesantes, como este «New Shores»