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«The Killing», el desenlace.
A ver, concreto, técnicamente desenlace ya sabemos todos que es un divorcio, «des-enlace», y todo lo que empieza por «des» suele tener escaso atractivo, menos «Dessjuest», que irradia encanto, pero no, «desenlace» en este caso se refiere a que voy a hablarte de la segunda y última temporada de «The Killing», la serie de AMC, remake de una vikinga, «Forbrydelsen», de su primera temporada ya te hablé. Chica asesinada, investigación, politiqueos y tal, se trataba de ir mareando la perdiz, haciéndote ver que el asesino es tal y luego resulta que no, que es Pascual, hasta que tampoco, coño. Alguna reflexión con cierto tino y una ambientación cojonuda, poco más.
Encima esta segunda entrega la tenía yo preparada con mucho miedo, tengo un compi que vaya, si te dice que una peli o serie «está guapa» échate a temblar, pero es que de esta me dijo literalmente que «está superguapa macho, de puta madre, acojonante, mucho mejor que la primera», por lo que evidentemente qué esperar, un truño de cojones.
Ojo, que digo segunda y última, pero cuando escribo esto los rumores de una tercera entrega son ya algo más que rumores.
Azules y Grises.
Quiero hablarte de dos pelis, dos pelis que si las ves seguidas te da para dejar a las gallinas sin maíz de tanto zampar palomitas, son de esas de tropecientos minutos, una 262 minutos, la otra 214, ambas están basadas en sendas novelas de un tal Michael Shaara y su hijo, Jeff Shaara y ambas tratan sobre la Guerra de Secesión norteamericana, esa en la que los Estados del sur intentaron, sin éxito, separarse de los Estados Unidos de América, bien, vamos con la primera.
1993, Ronald F. Maxwell dirige «Gettysburg»
Si hablamos de cine bélico (aunque a las guerras antiguas las solemos meter, no sé bien por qué en «cine histórico«) hablamos sin duda alguna de la peli más bélica de la historia, pocas o ninguna verás en la que una batalla es 100 % protagonista, entre los prolegómenos y la batalla en sí no deja lugar a nada más, si te gustan los tiros y tal pues tienes varias raciones, si te gusta la táctica militar pues tienes quizá la obra maestra que buscabas, casi te parece estar viendo un documental, contada desde ambos lados, el del norte y el del sur, nos muestra una Batalla de Gettysburg tal y como sucedió, hay algún episodio, como la responsabilidad de la carga final de los confederados, que aun hoy en día se sigue discutiendo, pero a grandes rasgos la fidelidad histórica es enorme.
El reparto es sin duda también de campanillas, Tom Berenger, Jeff Daniels y Martin Sheen son quizá las estrellas más destacadas, Maxwell Caulfield (presente en esos dos culebrones llamados «Dinastía» y «Los Colby»), Kevin Conway (con un papel secundario en «OZ»), C. Thomas Howell (uno de los actores con menos suerte de «Rebeldes»), Richard Jordan (muerto justo el año del estreno) o Stephen Lang («Terra Nova») son alguno del resto del reparto, este Lang además curiosamente protagoniza también la otra peli de la que hablaré después, pero cambiando el personaje.
En un principio estuvo pensada como miniserie, pero Ted Turner, que se hizo cargo del proyecto, se empeñó en estrenarla como película, el fracaso comercial fue bastante gordo, pero en cambio fue considerada con los años como una obra casi didáctica, mostrada en muchas escuelas incluso, y cuando TNT la estrenó en televisión lo hizo con 23 millones de espectadores, un record para la tele por cable por aquel entonces, tienes, por si te interesa, otra versión, con material eliminado, que alcanza los 270 minutos.
Bien, hay que quedarse con lo que la peli tiene de interesante, la recreación de quizá la más importante batalla librada durante la Guerra de Secesión, el verla desde diversos puntos de vista, estilo «El Día Más Largo» o «Un Puente Lejano», escenas de batalla pues eso, muy logradas, con centenares de extras, pero si no eres muy aficionado a temas de estos militares pues mejor olvídate, porque de tensión dramática lo mismo que tensión sexual en «Dora la Exploradora», no hay más argumento casi que la propia batalla.
Pasan 10 años y el mismo equipo rueda «Dioses y Generales», «Gods and Generals» en guiri.
Estamos ante una precuela, los hechos narrados son los que suceden antes de la Batalla de Gettysburg y realmente estamos ante algo bastante distinto a la peli anterior, distinto para bien y para mal, pero por partes.
Esta se centra más que nada en la figura de Thomas «Stonewall» Jackson, interpretado por Stephen Lang, que si has estado atento, que seguro que no porque te la sopla, estuvo en la otra peli, pero interpretando un papel distinto, si allí hacía del general que mandó la carga cuasi suicida de los de Lee, Pickett aquí interpreta al General de cuya ausencia muchos historiadores dicen fue la causa principal de la derrota del sur en Gettysburg, el citado «muro de piedra», aquí, al contrario que en la otra, sí que hay cierta historia paralela a la guerra, sobre todo la de Jackson.
Hay cambios importantes en el reparto, Robert Duvall y Bruce Boxleitner reemplazan a Sheen y Berenger, el papel de Lang como General Picket lo hace Billy Campbell («The Killing»), Mira Sorvino y Kali Rocha son dos de las actrices que ponen el punto femenino del que «Gettysburg» carecía y entre los secundarios encontramos a William Sanderson («True Blood» o «Deadwood»).
En esta hay cosas buenas, pero a grandes rasgos podríamos decir que es una bazofia en comparación con su antecesora, prácticamente todas las escenas que no son bélicas dan asco, no he leído la novela homónima en la que se basa, así que no sé de quién es la culpa de esos diálogos insulsos, cogidos por los pelos, totalmente increíbles y hasta tendenciosos, hay una escena en la que el General Jackson y un esclavo suyo empiezan a hablar de la esclavitud y mientras miran al cielo para dirigirse a Dios parece poco menos que eran los del norte los esclavistas y los sureños sus libertadores, no es que fuera al revés la cosa tampoco vamos, pero que da vergüenza ajena la parcialidad de la peli es algo que te aseguro.
Mantiene la cosa de ver la acción desde el punto de vista del norte y del sur, pero se le nota a la peli que toma partido, además, mientras que «Gettysburg» era prácticamente coral «Dioses y Generales» bien podría pasar por una biografía de «Stonewall» en sus últimos momentos, ¿significa esto que no debes verla?, pues no, significa que debes verla pero pasando todas las partes estas «de relleno».
Porque amigo mío, «Dioses y Generales» nos muestra tres batallas, Bull Run (la primera gran batalla de la guerra), Fredericksburg y Chancellorsville, y lo hace magistralmente, dando en pantalla detalles que al menos yo nunca había visto, como que en Bull Run y en general en los primeros meses de guerra muchos soldados del sur y sus oficiales aún lucían el uniforme azul y no el gris, entre ellos el propio Jackson, por cierto, en la peli se explica el por qué de su apodo, ganado en esta batalla, esta, Bull Run , y Fredericksburg son quizá en la película en la que más fielmente han sido llevadas a la pantalla y con gran lujo de medios, resumiendo, cuando los personajes estén hablando pasa las escenas, cuando empiecen los tiros recréate, y eso que en la versión digamos previa a la estrenada estaba también la de Antietam, que te quedan ganas de ver cómo esta gente iba a mostrar esa carnicería, también se cortaron escenas que hacían que la duración total rondara las seis horas.
Comentar que Ted Turner hace sendos papelitos en las dos pelis, que el actor en el que se pensó para el papel de Jackson en un principio fue Russel Crowe y que también aquí tenemos «montaje del director», que alcanza 280 minutos, decir que el fracaso de «Dioses y Generales» fue tremendo entre la crítica, que la tachó de demasiado partidista, hasta el autor de la novela en la que se basa, Jeff Shaara, acabó decepcionado con el resultado, acusando al director de cambiar la historia y personajes de su novela.
The Poodles para la posdata, estos suecos hardrockeros y ochenteros, de su album debut este «Metal Will Stand Tall», con la colaboración de Therese Merkel, que la leche, como se conserva la jodida.
«The Killing», angustia.
Vamos con «The Killing», serie del canal AMC, creada por Veena Sud, aunque lo de «creada» debe de ir así, entrecomillada, porque estamos ante un remake de la serie danesa «Forbrydelsen», he visto la primera temporada y hay una segunda ya confirmada para el año que viene.
Mireille Enos ( «Big Love» ), Billy Campbell («4400»), Joel Kinnaman, Michelle Forbes (la bruja mala de «True Blood» ) o Eric Ladin ( «Generation Kill ) son algunos de los protagonistas de la movida esta.
Comienza el tema con el piloto, obviamente claro, capítulo siempre importante porque de él depende si la serie sigue o no, quizá en esta, como la productora ya tenía en la versión original un referente dicho episodio no resultaba tan determinante, pero aun así siempre suele dejar claras las intenciones, bien, el citado piloto nos ofrece una policía de Seattle a punto de dejar su trabajo, un compañero que en teoría cogerá su relevo, una chica presuntamente desaparecida, los padres y demás familia y amistades de la chica y un concejal aspirante a la alcaldía, al final de este episodio debut ya queda planteada del todo la trama, la chica muerta y el concejal o alguien de su entorno presuntamente implicados.
Bien, tampoco es que haya que explicar mucho la trama, esta serie se ha pasado por «la sexta» y quien más quien menos la ha visto, además, puede que incluso hayas visto la versión original qué se yo, así que te contaré mis impresiones, la sensación que te deja es de quien ha rodado esto tiene gusto por el cine, la forma de presentar los personajes está muy lograda, la forma de presentar el crimen también, quédate claro que esta va a ser una serie de llorar y de angustia continua, sobre todo si tienes hijas, los padres logran que empatices con ellos claramente, toda esta sensación viene además apoyada por una banda sonora de esas que desde luego no se ponen en los cotillones de Nochevieja.
Lamentablemente la cosa cambia, la historia se diluye en varios frentes, la investigación en sí misma, la familia de la asesinada y el cómo van superando el hecho, la campaña política para las elecciones a alcalde y las diversas conexiones que entre las tres van surgiendo, también meten cosas, como la vida personal de la detective Sarah Linden, que la verdad, sobra, puro relleno que no hace más que ralentizar la trama, tiene algún que otro momento racista, no digo que la serie lo sea, sino que lo trata, interesante cuando el tema es metido en la campaña electoral, de los mejores momentos de la serie cuando ves lo mezquina que puede llegar a ser la política cuando se trata de respetar o no la presunción de inocencia cuando esta te puede costar un cargo, en general el paso de los capítulos te hace tener la sensación de estar viendo las mismas escenas una y otra vez, pidiendo a gritos una reducción de metraje, con la mitad de capítulos sobraba, más sabiendo como sabes que hay segunda temporada.
Acerca de eso de la presunción de inocencia, hay cosas en las que sin duda no nos veremos reflejados, pero deberíamos, evidentemente todos somos personas íntegras, pero en este mundo basta con ser sospechoso para que la opinión pública te juzgue y condene, sin más, cosa que está mal, pero hay otra peor, que también nos creemos brazo ejecutor de la justicia, muchas veces no es que no necesitemos del sistema judicial, es que nos sobra, para qué, si con lo que aparece en la prensa nos basta y nos sobra para caso de tener opción putear o incluso lapidar al sospechoso de turno, algo de esto también asoma en «The Killing».
Es esta una serie tramposilla, a ver, sabes que tiene dos temporadas y que el mayor aliciente que tiene es descubrir el asesino, prácticamente el único, por lo que no te esperas que se descubra el autor de marras así por las buenas, pero una cosa es una cosa y otra ya son dos, aquí te van presentando los hechos dirigiéndote a pensar que el asesino es fulanito, está tan claro que si le pillas le ahostias, hasta que de repente se descubre que fulanito es más inocente que Forrest Gump, te vuelven a poner en camino y te ponen de nuevo otro al que las pruebas inequívocamente sitúan como culpable, hasta que vuelta a empezar, inocente, esto lo llevan a cabo una y otra vez, acabando por aburrirte, y no quiero joder el final para quien no la haya visto, pero vamos, si la serie es tramposilla el final directamente es vergonzoso, sacado de la manga como se podían haber sacado que el asesino es un zombi o un alien así de repente, sin que venga a cuento con todo lo que han mostrado anteriormente, sorprende, claro, es evidente, sólo faltaría.
Así pues, ¿todo es malo?, pues no, hay cosas buenas, como la relación entre los dos detectives que llevan el caso, dos personajes bastante bien construidos y con bastante química, el ambiente que rodea la serie, con ese cielo plomizo y esa lluvia incesante que hace más angustiosa y gris la trama, la pena quizá es la que comenté antes, que pudiendo hacer una serie de una temporada decente se empeñan en alargarla, perdiendo mucho.
Acabamos con la posdata, Sonata Arctica, con uno de sus temas más redondos, quizá nunca alcancen de nuevo la emotividad de este «Letter to Dana»