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«Dexter», en plena forma.
Volvemos a una serie que ya ha aparecido por estos lares, «Dexter». ya sabes, el analista de sangre de la poli de Miami que en sus ratos libres ejerce de asesino justiciero, la última vez que te hablé de él fue cuando dediqué mi asombrosa escritura (no hay más que ver la perfecta caligrafía de la que hago gala) a la sexta temporada, es inevitable, si viste esta entrega sabes de sobra que tendrías que ver la séptima, ya que acabó con uno de esos momentos que vaya, cambian de raíz toda la serie.
Pues como era obligado lo hice, y me vi esta ya séptima temporada de la serie de Showtime, James Manos Jr. te recuerdo que es el creador del invento aunque no está de más recordar también que la saga está basada en un libro, «Darkly dreaming Dexter», de Jeff Lindsay, más que la saga el personaje vamos, el reparto, pues los habituales, Michael C. Hall, Jennifer Carpenter, C. S. Lee, David Zayas, James Remar y Desmond Harrington, como siempre, en cada nueva entrega aparecen personajes nuevos que son interpretados por actores o actrices de más o menos fama y tal, esta vez la verdad es que resulta atrayente ver nada más y nada menos que a Tito Pullo, el de «Roma», Ray Stevenson, atrayente, pero menos que ver a Yvonne Strahovski, mira que es guapa, y mira que su personaje es cojonudo.
Que me quitan los eritreos señoras.
Supongo que alguna vez habrás ido de mercadillo, una estampa típica de estos es la gitana que vende ropa interior gritando «que me quitan las bragas señora, me las quitaaan», curiosa técnica comercial, si te lo tomas literalmente más parece que esté el Manolo cumpliendo sus obligaciones maritales, pero en realidad lo que pretende es dar a entender que su género es tan bueno que se lo quitan de las manos, aunque sean bragafajas o sujetadores fajaboina.
En ciclismo últimamente también está proliferando un mercado algo cutre a la par que exótico, ciclistas de países con escasa o nula tradición y ciclistas con escasas o nulas cualidades son mercancía apreciada por los grandes equipos ciclistas, que pagan por ellos y les ofrecen contratos, aunque luego ni compitan o lo hagan de manera testimonial, no hablamos, ojo, de los típicos ciclistas japoneses que el patrocinador de turno por motivos comerciales hace contratar a un equipo si quiere su pasta, hablamos de ciclistas fichados con criterios «deportivos».
Sé que el ciclismo te la suda, pero por si acaso intentaré explicarte la situación, en ciclismo hay divisiones, categorías, no tan definidas como en el fútbol (eso sí que te suena eh), hay una primera categoría, llamada ahora «World Tour», en el que entran los 18 mejores equipos, luego están los continentales pro y los continentales (a secas), luego unos compiten en determinadas carreras con los otros y los otros con los de más allá, incluso los primeros con los terceros, pero el ser World Tour te garantiza estar en las mejores carreras, el Tour, el Giro, «Tour de Flandes», París-Roubaix
o Lombardía, el interés por estar en ese selecto club es por lo tanto grande, se entiende ¿no?, con las carreras pasa lo mismo, hay unas que son World Tour y luego están las .HC (digamos clásicas o vueltas ya con cierto pedigrí), las .1 (clásicas y vueltas con menos pedigrí pero en las que participan algunos equipos de los gordos) y las .2, que son las que causan este extraño mercadeo.
Estas carreras .2 y los equipos continentales fueron un invento de la U.C.I. para crear una categoría intermedia entre el ciclismo profesional y el aficionado (que de aficionado tiene poco ya que incluso hoy en día estos en teoría aficionados cobran sueldos), en la práctica lo que sucedió es que muchos equipos se recalificaron en la categoría, por ejemplo todos los portugueses, ya que los requisitos a cumplir eran bastante menores y la pasta necesaria también inferior, las carreras .2 fueron floreciendo, en Europa muchas de las antes reservadas a los aficionados, como en España el Cinturón a Mallorca, pero principalmente lo que se hizo fue crear carreras en países como Indonesia, Filipinas, Siria, Costa de Marfil, Eritrea o Bolivia, exótico, no le hacía daño a nadie, fomentaba el ciclismo en nuevos países, tenía sus pequeñas pegas pero en líneas generales era una buena idea.
La cosa es que durante unos años el Pro Tour (antecesor del World Tour que te dije antes) era un club al que se entraba sin criterios deportivos claros, era una comisión de la UCI la que decía tú sí, tú no, luego pusieron unos baremos de resultados que fueron cambiando constantemente, a la par que metían otros llamados éticos que funcionan como las entrevistas del psicólogo en las oposiciones, una manera de cargarte candidatos subjetivamente, también establecieron un ranking en el que sólo figuraban los resultados obtenidos en pruebas del selecto circuito Pro Tour, lo cual no dejaba de ser gracioso porque esos ciclistas competían y compiten en pruebas .HC y .1, como te dije antes, ya sé que has estado atento y no hacía falta la precisión, pero es por si acaso coño.
Resulta que el año pasado coge la UCI y dice, no, este año cuenta todo, un ranking único y para todos, con todos los equipos y carreras, pero para acabar de joderla dice también que a la hora de sumar puntos cara a optar al World Tour también cuentan los resultados de todas las carreras, incluidas las .2, y aquí se montó el belén, y aquí es donde entra la oferta mercadillo, antes de ir al grano decir que esto no es como el fútbol donde si quedas primero en la liga vas a la champions, o si quedas segundo, o el quinto a la UEFA, no, aquí cada ciclista tiene unos puntos obtenidos y lo que vale son los puntos que sumen tus ciclistas contratados para la temporada que viene, es decir, de la nada llega un Greenedge, te ficha ciclistas con muchos puntos y pasa a ser de la creme, pero vamos con las carreras y los ciclistas .2, como en esas carreras .2 de esos países tan lejanos apenas compiten ciclistas europeos pues cualquier globero de Aquinoestán del Norte se hincha a ganar puntos, cuando llega noviembre los equipos hacen cuentas y claro, sólo los 15 primeros de la lista tienen asegurada su presencia en Wolrd Tour, los grandes nombres ya están fichados y sólo hay una manera de sumar puntos para entrar, adivinas cual fijo, fichar a la estrella mongola que se impuso en el Tour de Ulán Bator.
De repente esos equipos que están en el alambre se empiezan a liar a fichar ciclistas iraníes, eritreos y demás, y alguno, como el Lotto belga logra los puntos necesarios para entrar en World Tour al fichar al iraní Sohrabi, por el que bebía los vientos Ag2r, equipo francés, evidentemente ninguno de estos piensa en Sohrabi como adversario de Contador o Evans, es más, posiblemente no compita demasiado, pero los puntos que consiguió en el circuito asiático le ponía por encima de muchos ciclistas europeos con más calidad, pero que al tener competencia más fuerte no pueden lograr puntos.
Resumiendo, ya no se fichan ciclistas por sus cualidades, por sus aptitudes, se fichan, al menos en estos casos, atendiendo a una norma absurda, imaginaos que en el Real Madrid, para tener que jugar la champions, tengan que fichar al pichici de tercera división, que tiene mérito, seguro, pero que posiblemente en primera no jugara ni un minuto, ilógico ¿no?, yo me pregunto, ¿por qué no hacer como en el resto de deportes y que los resultados de tu temporada como equipo valgan para la temporada que viene?, ¿acaso si tu equipo queda tercero en la liga y te fichan a tres o cuatro jugadores pasas a jugar en segunda en vez de irte a Europa?, pero aun asumiendo que se quiera valorar el peso de una plantilla ciclista con los ciclistas presentados para la siguiente temporada, ¿no sería más lógico que entraran tan sólo los resultados de aquellas pruebas en los que estos equipos pueden competir?.
Porque no me entra en la cabeza que el futuro de un equipo lo decidan ciclistas que logran puntos en carreras en las que no les permiten competir a estos equipos World Tour, como en todo en la vida el término medio suele ser el mejor, pasaron de hacer puntuar sólo las carreras Pro Tour a puntuar hasta la Vuelta a Siberia Oriental, sin ponerse a pensar que quizá quedarse a mitad de camino, es decir, puntuando las .HC y .1, carreras en las que los equipos World Tour sí que pueden competir y que tienen un nivel en general más que digno, hubiera resultado la mejor opción.
Adagio para la posdata, tienen su aquel estos franceses, cuatro discos a sus espaldas, se les suele meter en eso que llaman metal progresivo, pero son de los que no paran de innovar, a veces sale bien, a veces mal, a veces incluso les salen temas tan currados como este «The darkitecht»