Trilogía “Merikeit la poetisa”. Tercera parte: “Un debate cojonudo entre el duro crítico literario y Merikeit, la autora de la obra”.

El duro crítico literario Flanagan y la poetisa Merikeit hacen el amor, follan para que me entiendas, al acabar Merikeit da gracias a la falta de sexo del autor, que propicia que sus personajes estén dándole al frote constantemente, Flanagan, encendiendo un pitillo, asiente: «la verdad que sí, mola un huevo, di que qué coño va a mojar ese imbécil con lo feo que es».

Y Flanagan muere, por listo de los cojones, en su lugar aparece Flácido, el hombre que daba la mano flácidamente, le da la mano a Merikeit, flácidamente, y se la tira, al acabar Merikeit vuelve a repetir la ingeniosa frase de antes y Flácido asiente, encendiendo un pitillo, solo que en este caso flácidamente: «Pues no me explico el por qué no folla el autor, si es guapo y varonil como nadie».

Y Flácido así se gana el derecho de establecer el debate acerca de la obra de Merikeit, esta:

Me acostumbré a esperarte.
Viniste.
No me acostumbro.

«Querida Merikeit, lamento decirte que tu obra es una puta mierda que no vale ni para limpiarse el culo, porque de lo cursi y tonta que es te daría urticaria, vamos a ver, ¿qué coño quiere decir? Es que no sé siquiera qué hostias quieres decir con esa parida.»

«Querido Flácido, follas bien, como el autor de nuestras aventuras, pero como él tienes un problema de sensibilidad alarmante, ¿que qué quiere decir?, ¿no te das cuenta que lo bonito de la lírica es que el autor expresa algo y el lector lo hace suyo? ¿Que todos le podemos dar un sentido distinto al escrito? Para mí es obvio, un amor platónico, llevas años amando en silencio, te sientes cómoda en la situación incluso porque con verle y respirarle de vez en cuando te sientes pagada, aunque le veas con la otra, te da igual, te acostumbraste tanto a ese sentimiento de frustración que te hizo callo en el corazón. Por fin y por causas que ni entenderías, porque eres un zoquete, le tienes, pero resulta que al amarle en la distancia solo veías lo bueno, lo idealizabas, y no, quizá demuestre esto que muchas veces es mejor no conseguir lo que ansías, porque quizá lo que ansías no es tan bueno como aparenta».

«Chorradas, dices eso, pero lo mismo podría referirse a un autobús, por ejemplo, qué se yo, los urbanos, en huelga, servicios mínimos, esperas y claro, no te queda más cojones que acostumbrarte, no te queda otra, cuando viene evidentemente no te acostumbras porque va petado y lleno de gente guarra que ni se lava, di que no podría ser, y no se parece en nada a la cursilada que tú dices».

«Mira que eres basto, coño, ¿quién coño iba a escribir un poema sobre un autobús urbano?».

«Merikeit, no me subestimes, mira: Oh autobús urbano, cuando te pones en huelga, cómo nos das a todos por el ano».

«Ya estamos, todo el día con culo pedo pis, luego os quejáis de que no queremos sexo, coño, madurad, no nos hace puta gracia el tema de estar todo el día con teta en la boca».

«A mí sí».

«¿Ves? ni puta sensibilidad tienes, simple, que eres un simple».

«Perdona Merikeit, lo que me toca las narices es esa puta manía de querer complicarlo todo, como en el poema, ¿que hablas de un amor platónico? Pues dilo, cojones, la comunicación cuanto más concreta y precisa mejor, ¿acaso cuando vas a por el pan le pides la barra cantando con una tuna? Vas y pides una grande, sin más, ¿por qué para el follar no? ¿Acaso no queremos follar? Pues mejor ir claros y concisos, «queremos follar», «Hay un ángel en tu mirada», me descojono, esas cosas se dicen para camelártela y follar, «tus generosos pechos», qué generosos ni que polladas.

Pero es más, ya que hablas de platonismos y chorradas, ¿sabes la verdad del asunto? Que hay gente que disfruta dando pena, estando solos, montándose blogs y todo para contar lo injusta que es la vida con ellos, que no se acostumbra, el que no se acostumbra es el otro, triste, que eres más triste que Marco celebrando el día de la madre, «que solo estoy», normal, si no hay dios que te aguante tanto poemita de los huevos y tanto dar pena.

Es que además sois unos putos falsos, «busco tu felicidad», sí por mis cojones, si nos importara tanto la felicidad del otro llegamos a casa, le pillamos con el vecino o la vecina comiéndole los bajos y nos alegraríamos, porque si te están chupando el nabo más feliz no puedes ser, y en vez de quedarte tomando ideas para otro puto poemita montas el escándalo, ya ves lo que te importa la felicidad ajena, importa la nuestra, importa poseer, importa tener cierta seguridad, somos egoístas, le puedes dar mil vueltas, pero sabes que es así».

«Flácido, jamás comprenderás el amor, ni lo intentaré, vamos a follar otra vez y ponemos una bonita posdata para la concurrencia, Magica por ejemplo. «All Water Have the Colour of Drowning»