Manda cojones la cosa.

Buenas, echadle imaginación, doy pistas:

Un mozalbete de buen ver, alto, fornido, atlético y varonil, deseable y deseado por miles de féminas, líder de opinión para más señas.

¿Habéis caído? No, no es ese, me refiero a mí, cojones, bueno, a lo que iba, cierto día se levanta como otros tantos, empalmado y con sueño, llamada de teléfono, problema familiar al canto, uno tiene la virtud de que casi todo en esta vida le suda la polla bien sudada, por lo que es «elegido» por consenso para mediar en la situación, pero que me sude el nabo casi todo no quiere decir que no me ponga espitoso (en plan nervios y eso) y a veces como un energúmeno.

Bien, pillo el coche, el móvil venga a sonar, yo ahí acordándome de todos los santos, gritando «QUE NO LO PUEDO COGER HOSTIAS, QUÉ PLASTAS SOIS COÑO», me pongo tan histérico que en una de estas… Sí, hostia que me crié, a tomar por culo el coche con su único ocupante dentro.

Eh, sin coñas, siniestro total, el coche, yo poca cosa, no ví la luz al final del túnel, ni pasó mi vida como en una película ni nada de eso, cierto es que debí salir del coche, no me acuerdo, me acuerdo despertar en el hospital con una enfermera al lado, huelga decir que me fijé en el culo y las tetas por lo que muy grave es evidente que no estaba.

Mas cosillas rotas sí que tenía, pierna, brazo, alguna costilla, el nabo no, gracias a Dios, pasé algún tiempo en el hospital por pruebas y todo eso, cosa horrorosa, no me jodas qué puta comida dan en esos sitios, todo más soso que lamer un ladrillo.

¿Por qué te cuento esto? Pues por si habías reparado que hacía tiempo que no asomaba por el blog, de hecho me consta que alguno sí reparó, abrí el correo y tenía bastantes preguntando, los responderé a todos, muy agradecido además, también contestaré a los comentarios pendientes, pero poco a poco.

Primero porque estoy aleladillo aún, luego porque aún tengo escayolas, una en el brazo derecho, soy diestro, para las pajas me arreglo, pero para escribir menos, me cuesta mucho ahí con un dedo de la mano izquierda.

Pues eso, poco a poco volveremos a la rutina, sin coche de momento, que me dieron cuatro duros, he intentado vender algún trasto viejo pero la suegra no quiere que la empeñe, es un poco egoísta sí, nada, lo dicho.

Ni posdata ni foto ni nada, así a lo bestia, que sepáis que una cosa que facilita la vida de los convalecientes es que sus discípulas de la fé dessjuestciana le manden fotos ligeras de ropa, yo por dar ideas.

Besos, reitero que presión poca, que poco a poco iremos asomando 🙂