¿Y si la tercera guerra mundial no es tan mala idea?

Para mí la gran virtud de una serie, película, novela o lo que sea, además de que te divierta o al menos entretenga, y recalco lo de «además», es que te haga pensar, si una obra consigue las dos cosas pues forma parte ya de esas que no te cansarás de recomendar, ejemplo claro, «Utopía», esa grandísima serie británica, para que luego digan que en Europa no se hacen buenas series.

En «Utopía» «los malos» son una organización que trabaja con una sola idea, esterilizar a una gran parte de la población mundial, «los buenos» tratan de impedírselo claro, más allá de los métodos utilizados vamos a recuperar una frase de esas de uso común, «digan lo que digan los pelos del culo abrigan», mas no viene a cuento realmente, por lo que iremos a por otra que sí nos sirva para la disertación. «El fin justifica los medios».

Cada vez somos más, somos insaciables, mira que hay cosas para entretenernos, pero nos encanta follar, si para la reproducción humana se requiriese de correr una maratón nos habíamos extinguido, pero es que mira que es puta la naturaleza, que elige como medio el mejor de todos, meterla en adobo, ese es el primer error que cometió, luego se queja de que acabamos con ella, que la consumimos, hostias, si es culpa suya.

Cada vez vivimos más y más tiempo, los avances médicos son impresionantes, la esperanza de vida no hace nada más que crecer, la mortalidad infantil bajar, en el primer mundo claro, pero es que tal y como podréis comprobar en este mapita más o menos se da una curiosa circunstancia, en aquellos sitios donde la mortalidad infantil es mayor y donde la esperanza de vida es menor lo que sube de lo lindo es la tasa de fertilidad.

Cuando me hablan de consumo sostenible y tal me suelo descojonar bastante, eso es como cuando tienes problemas económicos, una hipoteca bestial, estás en paro, angustiado, y te dicen que la solución está en que ahorres un centimillo al mes cambiando de gasolinera, exagero sélo, que son dos, pero la idea es la idea, al paso que crece la población mundial ni siquiera volviendo a los tiempos de los cromagnones arreglaríamos nada, somos muchos y cada vez más.

¿Cuál es la única solución? Ser menos, obvio, pero siendo obvio, ¿cómo lo conseguimos? Porque no se dan pasos para lograrlo, «fomentar el uso de condones», en África y tal, vale, pero curiosamente eso no se dice para ser menos, sino para evitar el SIDA, que muera menos gente y por lo tanto… eso, ser más aún, si al final la Iglesia va a ser la única en colaborar con el tema, ah no, que tampoco, que eso de la planificación familiar no es de buenos cristianos.

Es curioso como los «avances médicos» en realidad sean «retrocesos», pues todo lo que avancemos en acabar con plagas y enfermedades contagiosas mortales va en realidad en contra nuestra, pues seguiremos siendo más y más, mas sin embargo es un tema tabú este, no ves a ningún político del mundo hablando del problema, sí, hablan, se oye hablar de «superpoblación» constantemente, pero las políticas, salvo casos aislados como en China y su «un hijo por pareja» no van encaminadas a solucionar el problema, en incluso en china se la replantean.

Así pues, ¿qué nos queda? Pues no sé, pero la naturaleza dicen que es sabia, no sé hasta qué punto puesto que nos creó a nosotros, seguramente invente alguna nueva enfermedad mortal, más terremotos, abra el agujero de ozono y nos fría a todos (ecologistas, que sepáis que colaboráis a la superpoblación mundial), nos llene de terremotos y tsunamis, una guerra mundial, atómica a ser posible que nos lleve a la mayoría por delante y recupere el equilibrio, Chernóbil hoy en día es un puto vergel casi paradisíaco.

Mas para no llegar a esos extremos pediría un poco de sentido común y hacer las cosas como deben hacerse, ¿cómo? Pues esterilizando al 99.99 % de los hombres del mundo, quedando la reproducción en manos, perdón, en penes, de unos pocos privilegiados, los más aptos, los de mayor valía, demostrada, no valdría cualquiera, sólo unos pocos inseminando a las más aptas mujeres, pero lamentablemente esa opción tampoco es posible, puesto que tengo hecha la vasectomía.

Asín pues quizá deberíamos dejarnos de medias tintas y gilipolladas y si realmente nos preocupa la superpoblación mundial empezar a dar pasos para atajarla, antes de que sea demasiado tarde, a mí me la suda, que poco más viviré, pero coño, hay que pensar en los niños del futuro, o quizá en que no haya niños.

Lacrimosa para la posdata, «Malina».