Un hombre sencillo.

Oswaldo María de Medeiros de casi todos los Santos Flanagan McGunnarsson era, como su nombre bien indica, un tipo sencillo y modesto, cuando iba con dos amigos por la calle nunca se ponía en mitad, «en el medio está la virtud y no soy merecedor, vosotros sí», decía. Al hacer albóndigas y al follar no le ganaba nunca nadie, tenía campeonatos ganados, él, sin embargo, siempre rechazaba medallas, «yo, con haberlas producido diecisiete orgasmos ya me doy por pagado».

Quería ser el hombre más modesto del mundo, asín que cuando ganó el campeonato del mundo de modestos se le presentó una curiosa circunstancia, la vio: «hala, qué curiosa eres, eres la circunstancia más curiosa que he visto en mi modesta vida», la circunstancia le preguntó: «¿Qué vas a hacer? si realmente eres el más modesto del mundo deberías coger el premio, pero un tipo realmente modesto jamás aceptaría premio alguno».

La duda se cernía sobre Oswaldo, su mujer se acercó y le dio una hostia a la duda, «¿por qué la pegas, cariño?» Preguntó Oswaldo, «porque la duda ofende, y ni a mí ni a mi marido le ofende ni dios». Oswaldo pensó de nuevo en la hermosa paradoja que se le presentaba, ¿aceptar el premio? ¿Rechazarlo? Era tan hermosa la paradoja que se puso cachondo y se la tiró ahí en la puerta del camerino, la paradoja gemía y gemía, «oh, a este hombre al dudar sobre si acertar premios y al follar no le gana nadie», Oswaldo mientras apretaba ahí como un campeón sólo acertaba a decir: «qué va, qué va, los hay mejores, yo sólo soy un sencillo y modesto revientaparadojas».

El jurado le mandó llamar, él, obediente llamó, no sabía a quién, pero si le mandaban llamar él llamaba, «que no, idiota, que es una manera de hablar, lo que realmente queremos es que nos digas algo, la decisión es tuya».

Y Oswaldo, en cuanto cogió la decisión se volvió un tipo decidido, «algo», dijo, «la decisión es ahora mía y no la pienso compartir, ¿habéis visto cómo está de buena?» Qué error, porque compartir es vivir y al no compartir se murió, modestamente, así en plan sencillo, sin aspavientos, que ese día libraba y estaba jugando al mus con dramatismo, emotividad y emoción, sin todos estos la muerte resultó más bien sosa.

Pero Oswaldo era modesto, mas no tonto, aunque lo pareciera a veces, miró a la muerte de frente y le dice: «vete, que todo el mundo sabe que la muerte llega cuando menos te la esperas, pero yo te estaba esperando, ¿no ves que te mandé un whatssapp quedando a esta hora?» La mujer, que estaba al lado, le ahostia, «pero Oswaldo, por dios, ¿has sido precavido? ¿No ves que hombre precavido vale por dos? Tú eres sencillo y modesto, ¿cómo osas valer por dos?».

Los jueces a todo esto, ya cabreados, le dicen que tranquilo, que se tome el tiempo que sea necesario, Oswaldo les hizo caso y se tomó dos tiempos, uno de naranja y otro de limón con ginebra, de repente reparó que no le dolía ni la ciática, era verdad que el tiempo todo lo curaba, «Oswaldo, hace falta que se decida ya», y que se decida ya es expulsado con tarjeta roja directa, abandonando la sala ante las quejas de sus enojadas fans.

«Vale, lo acepto, soy el más modesto del mundo y el premio es adecuado», «no», dijeron los jueces, «el premio no es adecuado, el premio es una modesta tapa de yogurt con alguna sobra» (justo en ese momento a alguna le echaron también, si sobraba sobraba, no se andaban con hostias los jueces), «la sobra necesaria para que se pegue a la solapa». Menuda zurra que le dieron a la solapa, joder que si le pegaron, le abrieron la cabeza desperdigando sesos por todas partes mientras la pobre solapa suplicaba perdón y que un héroe la salvara.

«Ya me gustaría ayudarla señorita», decía Oswaldo, «pero disto mucho de ser un héroe, soy un tipo sencillo, ¿ve?, hasta me han dado un premio».

Y colorín colorado acaba esta brillante (bueno, no tanto, que soy un tipo modesto) entrada dedicada a la modestia y a que no siempre es bueno tomarlo todo al pie de la letra, porque el pie huele, es mejor tomarse las cosas a la cabeza de la letra (si se lava el pelo). Acabamos con una bonita posdata, como siempre vamos, Nightwish y «7 Days to the Wolves», lo mejor la parte instrumental.