Los excesos de Schindler.

No me gustan las risas enlatadas de las «Sit-com», creo que el hombre (en genérico) tiene la suficiente capacidad como para saber si algo es gracioso o no, al menos lo que es seguro es que sabe si lo que escucha o ve le resulta gracioso a él, me toca la moral (y los cojones, pero no es este un blog para malhablados) que me hagan notar que lo que estoy viendo es gracioso. No voy a hablarte de comedia, voy a contarte sobre Spielberg, sobre «La Lista de Schindler».

No te voy a negar que para mí el tito Spielberg hace tiempo que perdió la magia, sus últimas pelis me parecen una sucesión de truños, «War Horse» sería ejemplo de peli suya entretenida, pero insustancial e insultante para sus primeros títulos, «Lincoln» sería ejemplo de peli con sustancia, seria y sin tufo a Walt Disney, pero aburrida hasta hacerte añorar hacer cola en una sucursal bancaria para pagar el IBI. Cuando hice la entrada dedicada a «El Pianista» yo mismo hice unas pequeñas comparaciones entre esta y «La Lista de Schindler», a estos matices diferenciadores dedicaré la entrada.

Decir, para que no quede lugar a la duda, que para mí es una gran película, en todos los sentidos, por buena y porque es larga de cojones también. En aquella entrada del pianista también salió a relucir algo en lo que sí que discrepo abiertamente, «no son comparables». Bueno, si dos películas que hablan del mismo momento histórico, de nazis persiguiendo a judíos y tal no son comparables pues ya me diréis qué coño es comparable en esta vida. Lo son, distintas pelis cada una con sus defectos y virtudes, si aún me hablas de la patochada de «La Vida es Bella» pues me callo, porque estaba narrada en tonos más de comedia, pero la de Spielberg y la de Polanski son dos dramones de cuidado, comparten pues género, temática, tono y hasta si me apuras son cronológicamente cercanas por lo que hasta en la parte técnica podríamos hablar de igualdad de medios y condiciones, ¿en qué os basáis para decir que no son comparables? ¿En que no son iguales? Evidente, yo y Brad Pitt tampoco, él es más feo, pero al hablar de que «él es más feo» ya estamos comparando.

Comedida, ese era la principal virtud de «El Pianista», logra estremecerte sin abusar de escenas exageradas, alguna fuerte hay, pero es que esas escenas realmente existieron. Excesiva, así es en ocasiones «La Lista de Schindler», la niñita de rojo en medio de una peli en blanco y negro, lo que decía al principio, sólo faltaban lloros enlatados, recurso efectivo cierto, pero efectista también, mucho.

Schindler al final de la peli llorando, arrepintiéndose de no haber vendido el anillo para salvar a un par de judíos más, excesivo, esa escena que sirve de epílogo, con los salvados por Schindler llevándole flores a la tumba, excesiva, veamos los matices, el que salvó al personaje de Brody, como bien hablamos ese oficial bien pudo salvar la vida de más judíos, eso la peli no nos lo muestra, por innecesario, nada aportaría ver a los descendientes llevando flores a saber qué tumba, nada.

Schindler es dibujado rallando la perfección, en toda la peli es muy complicado de encontrar grises, o son buenos buenos o son malos malísimos de la muerte, toda la película es un podo disimulado intento de manipulación emocional para que te quede muy claro lo que debes sentir, pues no, esos trucos resultan igual de tocapelotas que las risas enlatadas, es tratar al espectador como gilipollas que no sabe discernir si los hechos son merecedores de que se erice la piel o no.

Porque lo dicho, es que no hablamos de cualquier tema, hablamos del holocausto, hablamos de uno de los mayores crímenes colectivos de la humanidad, un hecho que sin necesidad de truquitos, sólo con contar lo que pasó, sin maniqueísmos, sin exagerar personajes para lo bueno y lo malo (poco malo de Schindler vemos cuando bastante tenía) ya debiera de bastar para llegar al espectador. Brian hace gracia aunque nadie te diga en qué escena deberías reírte.

Repito, gran peli, enorme Ralph Fiennes, una gran historia la que cuenta, de hecho por el ritmo narrativo y demás pues hasta me quedaba con esta antes que con la de Polanski, pero si hablamos de matices no hay color, «El Pianista» me parece más sincera, más transparente y sin apenas artificios.

Revolution Renaissance y «The World Doesn’t Get To Me» para la posdata: