Mi reino por un parche en el ojo.

Pues volvemos al tema piratas, piratas del Caribe y todo eso, no me vas a creer, pero en la última entrada (y única) dedicada al tema te dije que quedaba tanto en el tintero que hacía dos o incluso tres partes, bien, ni caso, no me acuerdo de mucho ya, sí, si fue hace nada, pero es lo que hay, todo genio tiene sus lagunas, yo creativamente soy la polla, tengo unas ideas cojonudas, mi mente pare unas historias de la leche, buenísimas, pero como tengo mala memoria no las recuerdo y es por ello por lo que me dedico a escribir chorradas.

Bien, mira la imagen que acompaña al post, ¿existían piratas así?, no, de hecho no estaba bien visto embarcar mujeres, ni piratas ni como prisioneras, el motivo obvio, para una gente que se tiraba día tras día en el mar la presencia femenina podía dar lugar a peleas por el derecho a aparearse, no obstante hubo excepciones claro, Anney Bonny y su compañera de fechorías Mary Read las más famosas, las únicas mujeres de la historia en ser ajusticiadas por piratería, ojo, sus vidas como las de tantos piratas daría para una entrada en exclusiva.

Una cosa te digo, tú ves las pelis de piratas y te puede parecer todo un cuento chino, pero si hay un género cinematográfico muy fiel a la historia es el cine de piratas, por ejemplo, el pirata típico con pata de palo, ¿existían piratas con patas de palo?, sí, era muy normal ver piratas sin una pierna, sin un brazo o sin un ojo, cosas de los cañonazos, que estaban pensados para romper el casco enemigo y claro, salían astillas que se clavaban en mil sitios. Eso sí, la esperanza de vida de un amputado era más bien corta, las condiciones de la operación podrás imaginar que muy higiénicas no es que fueran, salvaban su vida, pero las infecciones lo normal es que acabaran matándolos más pronto que tarde.

Eso sí, los piratas tenían su lado solidario y tal, todos daban parte de su botín, un pequeño impuesto, para pagar una caja de recompensación al amputado, depende de lo que perdieras, desde el brazo derecho (lo que más se pagaba) a un ojo (lo que menos) recibías una cantidad económica compensatoria, gente muy peculiar esta de los piratas hay por ahí publicados multitud de códigos piratas, bien, no hagas mucho caso, la mayoría son más fruto de la imaginación que otra cosa, sí que parece que las peleas estaban prohibidas a bordo so pena de muerte caso de incumplirse, las trifulcas debían resolverse siempre en tierra firme.

Hablando de códigos piratas, hay dos maneras de hacer justicia que han pasado gracias al cine a nuestros ojos grabados a fuego, la típica tabla que dirigía al mar y el abandonar al desdichado en una isla desierta, ¿verdad?, ¿mito? Pues sí y no, el primer caso más parece fantasía que otra cosa, realmente sólo hay un caso documentado de que a alguien, en un barco pirata, se le hiciera recorrer el mítico tablón, sin embargo sí que resultaba harto frecuente el tema de abandonar al cabroncete traidor de turno en una isla desierta. De hecho «Robinson Crusoe» no hizo sino beber de estas fuentes.

¿Tesoros escondidos? Más mito que realidad, en realidad es lógico, eran piratas, no perros, ¿qué sentido tenía esconder sus tesoros? Lo normal era que el botín se repartiera y se gastara en Isla Tortuga en putas y alcohol, por cierto, más vino que ron, y el vino se bebía no tanto como sustituto del ron sino del agua, para evitar enfermedades y tal, al parecer el agua no debía estar en demasiadas buenas condiciones de salubridad.

Pero sí que hubo tesoros escondidos, el gran responsable del mito es el último de los piratas de la edad clásica, Bartholomew Roberts, curiosa la historia de este hombre, si recuerdas los primeros piratas del Caribe eran corsarios, tal costumbre, el otorgar patente de corso fue entrando en desuso y sin embargo el último gran pirata fue una especie de corsario.

Digo «especie» porque no fue contratado para atacar navíos de potencias enemigas, sino sobre todo precisamente para atacar piratas, pero Roberts no sólo se pasó por el forro del postpucio tales órdenes sino que fue uno de los más prolíficos filibusteros de la historia, más de 400 barcos atacados. Evidentemente el cabreo en Inglaterra fue considerable y fue buscado constantemente, ante eso sí que parece que enterrara algunos de sus tesoros en islas diversas.

Decir que fue atrapado y derrotado en una batalla naval antológica, en medio de un temporal frente a las costas africanas y llevado a Londres, juzgado y ejecutado, pero la mayoría de sus botines nunca fueron encontrados, así que ya sabes, píllate unas vacaciones y vete a esas paradisiacas islas a buscarlos, que estar están.

Magnus Karlsson es todo un personaje, guitarrista, compositor y productor musical, ha estado presente en multitud de bandas y proyectos musicales, Primal Fear, Last Tribe o Allen/Lande entre otros, a mí me gusta, no él, que es feo de cojones, sino lo que hace, en perpetua búsqueda de la mezcla perfecta de caña y melodía, «Not My Saviour» es un tema de un álbum que sacó en solitario, «Freefall», álbum para el que contó con varias voces de coleguitas, en este caso Rick Altzi, al que le tenía yo oído de At Vance.