Solteros VS casados.

No va esto de los tradicionales partidos de fútbol no, hasta el momento han sido múltiples los manuales de ayuda sobre el matrimonio que mi privilegiada pluma os ha dedicado, sobre todo orientado el tema a los mozalbetes, me dio por pensar que es probable que alguien tenga dudas sobre la mayor, es decir, ¿es bueno casarse y formar una familia?

Pues podría opinar y mucho al respecto, pero lo mío es la ciencia, así que haremos un riguroso estudio científico, en aras de arrojar luz y que nuestros mozalbetes tengan una referencia irrefutable, clara y científica a la que agarrarse. Para ello he realizado un casting, tras una larga búsqueda encontré dos gemelos, treintañeros, Flanagan, soltero, Flácido, casado con Merikeit, la cosa es simple, preguntarles sobre diversas cosillas de su día a día, de su rutina.

Evidentemente os conozco, sé que lo que os mueve es el folleteo, preguntemos pues primero por esa cuestión tan preocupante para el imberbe mozalbete:

-FLACIDO: Qué decir, más feliz no puede ser mi vida sexual, hay meses que hasta follo y todo, cuando no me harto a hacerme pajas.
-FLANAGAN: Desastrosa, mi vida sexual es desastrosa, ahí venga a tirarme tías buenas día sí día también, es un no parar.

Ya con eso debiera servir para aclararte las cosas, mas toquemos un tema fundamental, los niños:

-FLACIDO: Uy, los niños, te realizan como persona, esas noches sin dormir, ese fin de semana que se levantan a las siete de la mañana a dar el coñazo, digo a solicitar la necesaria atención paterna, y ese día que te toca el polvo del mes y justo se pone a llorar el pequeño… irradias felicidad.
-FLANAGAN: Nuevamente me gana, qué cabrón, yo me tengo que conformar con llevarme cuando me sale del nabo a mis sobrinos a dar un paseo, consentirles y eso, no hay color, me pierdo lo peor, los deberes, los piojos, levantarte de la siesta para ir a buscarles al cole…

Muy descompensada la cosa, las ventajas de estar casado son cada vez más evidentes, pero vayamos a algo más de andar por casa, un domingo, a ver lo que hace cada uno un domingo.

-FLACIDO: Uff, aquí también le gano, yo como decía antes para las siete de la mañana ya estoy despierto, desayunos, limpieza semanal, luego el paseo y las rabas, la visita a la suegra, con mis entrañables cuñados y sus graciosos chistes…
-FLANAGAN: Pues sí, no discutiré la evidencia, mis domingos son siempre una incógnita, no sé dónde me levanto, a veces hasta me tengo que volver a tirar a la churri que conocí la noche anterior, luego toda la mañana tocándome los cojones sin hacer nada, comer cualquier cosa, ver la carrera de ciclismo en el sofá… Deprimente del todo.

Difícil tiene la remontada a estas alturas el soltero, pero por intentarlo, el tema económico, vamos al delicado tema económico:

-FLACIDO: Una emocionante aventura, eso es, cada vez que me recortan el sueldo es un acicate para superarnos, no te digo nada cuando llega ese mes que hay que pasar la revisión al coche, cuando tienes que comprar los libros de los niños, esa ortodoncia, ese privarte de tantas cosas te llena de gozo, encima lo bueno es que sabes que con tu sacrificio estás colaborando en que tus hijos el día de mañana paguen tu pensión.
-FLANAGAN: Qué cabrón, cómo le gusta regodearse, yo no sé ni dónde gastarme el dinero, juerga tras juerga, vicios, se me ensucia el coche y ni lo lavo, lo cambio por otro, es un sinvivir, encima cargar con la cosa de que aunque no tenga hijos los de Flácido me van a pagar la pensión como todos los demás, la verdad es que es muy deprimente mi vida en ese aspecto.

Huelga decir que el tema ya ni discusión tiene, pero por intentar al menos el gol de la honrilla, un día especial, qué se yo, nochevieja:

-FLACIDO: Qué fácil lo pones, qué gustazo ver a toda la familia en mi casa, comiéndose el jamón como si no costara, que no pelan ni los langostinos los hijosdeputa, soy tan feliz cuando no tengo tiempo ni de comerme un taquito de queso porque ando toda la noche viniendo y yendo a la cocina para cambiar platos, fregar y todo eso, y ojo, que ni hablar ya de la tarde, ahí metido en casa cocinando y aguantando a los niños con los villancicos de los cojones, ese espíritu familiar de paz y concordia no lo supera Flanagan ni de coña.
-FLANAGAN: Innegable, me muero de envidia, yo toda la tarde de tragos, llego a casa de Flácido a mesa puesta, ahí sufriendo como un cabrón sin moverme de la silla y jamando a dos carrillos, tirando confettis para intentar superar mi depresión y que así mi hermano pueda al día siguiente tener una bonita y familiar jornada de limpieza, ese dejar su casa e irme de cotillón y acabar en vete a saber tú qué cama metiendo como un campeón, encima sin gastar un duro, durísimo.

Bueno, es evidente, las ventajas de estar casado y formar una familia son enormes, si acaso quedasen dudas y fuera necesario volveremos con otra nueva entrega de este tan riguroso estudio científico. Posdata, Lacrimosa, «Der Morgen Danach».