La carga de la brigada ligera, y heroica por supuesto.

Que el cine manipula la historia, la cambia a su antojo y necesidades, es algo que a estas alturas me da que todo el mundo sabe, líbreme el señor de ser un talibán en el asunto, en este blog he dedicado muchas entradas al tema del rigor, de la falta de rigor casi siempre, de las pelis históricas respecto a los hechos históricos en los que se basa, casi siempre desde un punto de vista meramente curioso, en plan anécdota, luego entramos en el terreno subjetivo claro, yo diferencio entre aquellas pelis, o series, que sí, cambian la realidad de lo sucedido, pero manteniendo en gran parte su esencia y fidelidad, se cambia en aras de facilitar un guion, eliminando personajes, haciendo a los protas más guapos y para meter alguno que en realidad no existió.

Ejemplos, la grandísima «Roma» o la injustamente vilipendiada «Los Tudor» en la tele o, en el cine, «El Reino de los Cielos» o «Black Hawk Derribado» en el cine. Ejemplos de lo contrario, de mearse en la historia, con un ánimo encima que huele mal, intencionadamente y en pos de glorificar quien sabe por qué motivos, pues claros claros: «Murieron con las Botas Puestas», «El Patriota» o «El Álamo», aunque ninguna de ellas llega ni por asomo a lo que para mí es la mayor follada a la historia en la ídem del cine, «Cromwell», peli de 1970.

La carga de la brigada ligera es la que nos ocupa hoy, hecho que sucedió realmente durante la guerra de Crimea, en la Batalla de Balaclava, a mediados del siglo XIX, este episodio histórico está reflejado en alguna que otra peli, dos de ellas nos ocupan, una, «La Última Carga» de 1968 (Tony Richardson) muy fiel a la realidad, pero sin apenas interés por lo aburridilla que es y la segunda, la más famosa, en realidad se llama igual que esta de Richardson, «The Charge of the Light Brigade» de 1936, dirigida por el archiconocido Michael Curtiz (director de, entre otras, la mítica «Casablanca»), la diferencia es que esta en castellano mantuvo su título original, «La Carga de la Brigada Ligera».

Curtiz contó para la peli con uno de sus actores fetiche, el inolvidable Errol Flynn, y, al contrario que la de Richardson, se meó sin pudor alguno en la realidad, inventándose una historia de venganza y heroísmo que desde luego no fue así.

La peli así en plan resumen nos cuenta un triángulo amoroso, un malo malo, Surat Khan, que tras ser salvado por el Errol de una muerte segura se lo agradece atacándolos en plan hijoputa, a traición, aliándose luego con los malvados rusos y contra los ingleses claro, país por el que lucha dentro de la brigada ligera el bueno y noble Errol, que se entera que justo en la Batalla de Balaclava está el Surat ahí con los rusos descojonándose, quién sabe si acariciando un gato y cambia las órdenes recibidas para que eso, manden atacar las citadas posiciones rusas donde está el malo y el gato (más cabrón aun), mueren heroicamente casi todos pero Errol logra matar al hijoputa y hacer justicia.

Evidentemente la realidad dista mucho de ser así, en realidad este acto «heróico» fue una de las mayores cagadas del ejército británico de toda su historia, resumiendo mucho el tema, un tal lord Cardigan mandó a 700 jinetes a conquistar una posición cuando en realidad tenía que haber tomado otra, la que debía haber tomado perfectamente asumible, en plan vas allí y sin esfuerzo te follas a los defensores que son pocos y cobardes. La que atacó, pues un valle donde en el frente había una pila de cañones y soldados rusos y donde en ambos flancos pues más de lo mismo, más soldados rusos y aliados.

Masacre total, ni pizca de heroísmo, pero es que encima lo que se suele obviar en el cine es toda esa parte menos lustrosa que vendría justo después del «The End». Fíjate si hubo bajas en la batallita de marras, que fue eso, una carnicería, pues no fueron comparables a las que la caballería inglesa sufrió en la retaguardia, en su retorno a casa, donde caídos en desgracia fueron usados como mulas de la infantería, donde fueron centenares los muertos por el frio, el tifus, el hambre y el agotamiento.

Surat Khan ni siquiera existió, toda la primera parte de la peli, que transcurre en la India, es directamente invención, puesto que hechos más o menos como los que suceden sí que llegaron a ocurrir, pero años después de Balaclava, batalla que en la peli causa la pérdida de Crimea por parte rusa, cuando en realidad no fue así.

Decir que los propios productores de la peli vieron el despropósito que les salió y añadieron un cartelito al principio de la cinta advirtiendo de la «escasa» fidelidad histórica de la misma, acabo con otra triste curiosidad, la escena de la famosa carga salió redonda, con un tremendo realismo, con los cañonazos cayendo y haciendo caer a los caballos y jinetes, pues bien, salió tan bien porque se usaron unos cablecitos para derribar a los equinos, muchos de los cuáles murieron rodando la escena, tras esta peli el uso de esos cables fue prohibido.

Habría más cosillas que contar, pero la regla de oro es que como te pases en una entrada de un blog en extensión no te lee ni el tato, así que te dejo con la posdata, bonita posdata que te gustará fijo, «Where Are We Going From Here» de Blackmore´s Night.